28 de marzo de 2024

Miramón, el Niño Héroe de Chapultepec que se volvió “villano” oficial

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Debido al suceso traumático de la guerra contra Estados Unidos, Miramón tenía fuertes motivos para desarrollar un repudio contra todo lo que tuviera relación con el país vecino, incluyendo a Benito Juárez, a quien consideraba un colaboracionista de los norteamericanos.

Fuera de la etiqueta de villano que se le generó a Miguel Miramón por su participación con los conservadores y con el imperio de Máximiliano, lo cierto es que se distinguió como una persona perseverante con sus ideales, disciplinado y comprometido con su profesión de militar.

por Leonardo Ríos Vázquez

Miguel Gregorio de la Luz Atenógenes Miramón y Tarelo, mejor conocido en nuestra Historia de México como Miguel Miramón, fue un destacado militar y político del partido conservador en la segunda mitad del siglo XVIII.

Archienemigo de los liberales y del presidente Benito Juárez, conservador que ocupó la Presidencia de la República en la Guerra de Reforma (1858-1861) y Mariscal de Campo del fugaz Segundo Imperio Mexicano, es ampliamente recordado por haber sido fusilado junto a Maximiliano de Habsburgo en el Cerro de las Campanas de Querétaro un 19 de junio de 1967.

Con tan solo 35 años de edad al momento de su muerte, Miguel MIramón había sido protagonista de muchos de los sucesos más relevantes en el México de esa época, desde guerras civiles y de intervenciones extranjeras, hasta de los cambios sociopolíticos de las leyes de Reforma.

Uno de sus momentos decisivos que han quedado en el olvido (intencionalmente o no), se desarrolló a inicios de su temprana carrera militar durante la Guerra de Intervención Estadounidense (1846-1848) como cadete del Colegio Militar de Chapultepec.

Miramón, como había nacido en una familia acomodada de la Ciudad de México, descendiente de la nobleza francesa y con un padre militar, su tendencia natural era seguir la carrera de las armas.

Así que en febrero de 1846 (a raíz de un castigo de su padre), ingresó como estudiante al Colegio Militar, justo unos meses antes de que se desatara la guerra entre México y Estados Unidos. Al año siguiente de su ingreso, en calidad de cadete, el día 13 de septiembre de 1847 fue uno de los estudiantes que se quedaron a defender el Castillo de Chapultepec y la soberanía nacional frente a las tropas estadounidenses.

Como todos sabemos, el desenlace de la Batalla de Chapultepec fue una devastadora derrota para el Ejército Mexicano y para Antonio López de Santa Anna, que derivó en la ocupación militar de la capital y del Palacio Nacional por parte del vecino invasor.

Miramón logró sobrevivir a esa batalla y permaneció 6 meses como prisionero de guerra de los estadounidenses, hasta que fue liberado tras los acuerdos de Guadalupe Hidalgo, donde México perdía más de la mitad de su territorio original.

Se dice que durante el periodo que estuvo cautivo, fue cuando el joven cadete formó su carácter y sus ideas políticas que desarrollaría posteriormente en la futura Guerra de Reforma que enfrentaría a los bandos liberales y conservadores en una guerra civil, con graves consecuencias para nuestro país.

Debido al suceso traumático de la guerra contra Estados Unidos que para muchos militares significó una humillación por su derrota, Miramón tenía fuertes motivos para desarrollar un repudio contra todo lo que tuviera relación con el país vecino del norte.

Por este motivo, podemos darle sentido a su rivalidad con Benito Juárez, ya que veía en la figura de los liberales cierta tendencia de cooperación con el gobierno estadounidense durante las posteriores luchas internas políticas y militares, lo cual le parecía una aberración a la frágil soberanía de México.

Fuera de la etiqueta de villano que se le generó a Miguel Miramón por su participación con los conservadores y con el imperio de Máximiliano, lo cierto es que se distinguió como una persona perseverante con sus ideales, disciplinado y comprometido con su profesión de militar.

Posiblemente haya sido uno de los generales en México con mayores capacidades durante su época, además de que ostenta el récord de ser el Presidente de México más joven de la historia, ya que cuando tomó la presidencia a través del Plan de Tacubaya para quitar a Juárez del poder, sólo tenía 27 años de edad, además de que ya era la figura militar más fuerte dentro del partido conservador.

Un buen ejercicio de reflexión para comprender los sucesos del México de la segunda mitad del siglo XVIII, es estudiar la figura histórica de Miramón con sus claroscuros, analizar sus convicciones y pensamientos sin la etiqueta de villano, malvado o traidor.