
«¡Qué buen presidente sería los primeros 18 años!», exclamó el presidente Ruiz Cortines al barajar los nombres de quien sería su sucesor en la presidencia.

Hace 72 años, entraba como regente del entonces llamado Departamento del Distrito Federal (DDF), el controvertido Ernesto Uruchurtu Peralta, conocido popularmente como “El Regente de Hierro”. En tiempos como estos donde la desviación de fondos públicos es algo común y recurrente, el nombre del oriundo de Hermosillo, Sonora, resalta entre los gobernantes de la capital, pues su gestión de 1952 a 1966 resultó trascendental durante las administraciones de Adolfo Ruíz Cortínez, Adolfo López Mateos y parte de la de Gustavo Díaz Ordaz , pues por su labor era ratificado.
Su sobrenombre derivó de su interés por comprender y solucionar, de manera moderna, el funcionamiento de la metrópoli; también por su intolerancia ante los actos de corrupción en dependencias de gobierno y lo que él consideraba como comportamiento “inmoral” de los citadinos…
Su eficiencia y honestidad hicieron que muchos mexicanos lo consideraran para la presidencia de la República en la sucesión presidencial de 1957 y con Adolfo Ruiz Cortines como jefe del Ejecutivo, pero…
Fue con Ruiz Cortines que se institucionalizó la figura de El Tapado. En aquellos tiempos ese juego de la política mexicana ganó suspenso, pues el veracruzano poseía un estilo sádico y refinado de tratar a sus colaboradores: gozaba con engañar, pero no con mentiras, sino provocando confusión…
La sucesión de don Adolfo fue tortuosa. Lo cuenta Daniel Cosío Villegas:
Lo importante del relato, son sin embargo, las consultas que hizo el presidente Ruiz Cortines. Éste le pregunta al presidente del PRI, el general Agustín Olachea, quiénes sonaban como aspirantes a sucederlo. Olachea le dice los nombres y Ruiz Cortines va comentándolos.
-Ángel Carbajal …
Ése es paisano nuestro, lo queremos mucho. Lo conocemos mucho. No lo vamos a analizar porque lo queremos mucho.
-Gilberto Flores Muñoz
!Ay, caray! Gallo de espolón muy duro. Muy amigo, muy trabajador.
-El médico Ignacio Morones Prieto:
Ah, honesto como Juárez; como Juárez, austero, como Juárez, patriota; ¡como Juárez, sí señor.
Ernesto Uruchurtu (regente de la ciudad):
¡Qué buen presidente sería los primeros 18 años!.
Y nada más, dice Olachea sin inquietarse; el presidente le pregunta si no se habla también de Adolfo López Mateos y Olachea contesta:
Está muy tierno, señor presidente.
Ruiz Cortines le dice que de todas maneras investigue si como se dice es protestante.
Al ver que el elogio presidencial, no por disparatado menos encendido, caía en Morones Prieto (…), Olachea entendió que ése era el escogido.
En una segunda entrevista, quiso informarle al presidente el resultado de la investigación sobre López Mateos, pero al pronunciar este nombre, el presidente interrumpió para decir:
Ya no siga general, ése es .
Por cierto, fue en los meses previos al nombramiento de López Mateos como candidato del PRI cuando Abel Quezada inventó el término tapado.
En ese entonces, todavía se publicaba El Nacional, periódico propiedad del gobierno cuya fama era que no tenía lectores. Se acercó el director de dicho diario al presidente para comentarle que él ya sabía que el bueno era López Mateos y le preguntó si lo autorizaba a publicarlo. Ruiz Cortines lo pensó y le respondió:
Publíquelo, pero no se lo cuente a nadie.
Una de las contribuciones más importantes de Uruchurtu. El Regente de Hierro es la presentación de una nueva hipótesis sobre el que quizá sea el más enigmático episodio de la vida del político sonorense: su renuncia a la Regencia del Distrito Federal en 1966, en el segundo año del Gobierno de Gustavo Díaz Ordaz.
Su salida de la Regencia

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