19 de marzo de 2024

«Demagogia y complicidad” es la estrategia de ‘abrazos, no balazos’: Obispo

El obispo de Cuernavaca dijo que no es lícito ni legal que la autoridad renuncie a su responsabilidad en materia de seguridad y paz social

El obispo de Cuernavaca, Ramón Castro Castro, criticó la estrategia de seguridad del gobierno: «Nunca será lícito ni legal que la autoridad civil claudique de su responsabilidad en materia de seguridad y paz social, para eso tienen el poder y uso legítimo de la fuerza; abrazos, no balazos es demagogia y hasta cierto punto complicidad, autoridades no fallen, cumplan su función, garanticen con hechos la seguridad», definió Castro.

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Lo anterior lo expresó en una marcha por la paz en Cuernavaca, Morelos, en la que exhortó a las autoridades mexicanas a garantizar con hechos la seguridad de los ciudadanos que viven en un territorio que «salpica sangre», planteó el religioso.

«Nunca será lícito ni legal que la autoridad civil claudique de su responsabilidad en materia de seguridad y paz social, para eso tienen el poder y uso legítimo de la fuerza; abrazos, no balazos es demagogia y hasta cierto punto complicidad, autoridades no fallen, cumplan su función, garanticen con hechos la seguridad», definió Castro.

Agregó que reconocer la realidad que «salpica de sangre» al país es la ruta que puede llevar a corregir la dinámica de seguridad, pues «pierde más el que niega esa realidad y la tergiversa, hace mucho daño el que emplea de un modo torcido esa realidad con mentiras e intereses egoístas».

Además, apuntó que el 70 por ciento de los mexicanos opina que el gobierno debe enfrentar al crimen con el uso de la ley; mientras que el 62 por ciento piensa que es incorrecto proteger la vida de los criminales al evitar la confrontación.

Por lo anterior, dijo que los resultados de la “Consulta Mitofsky” son parte de otro llamado para revisar y reconsiderar la estrategia que se ha tomado en temas de seguridad, tal como lo sugirió Ricardo Monreal Ávila, el presidente del Senado de la República.

“Por eso, la Iglesia se ha sumado a este razonable clamor popular”, señaló el obispo Ramón Castro y aseguró que otros estudios apuntan que en México y en Morelos “sigue habiendo corrupción, aunque se diga lo contrario”.

De esta forma, preguntó quiénes, de los presentes habían vivido extorsión, por lo cual la mitad levantó la mano. Así, afirmó: “¡Esto es insoportable! Secuestros, feminicidios, trata de personas”.

Por lo anterior, señaló que nunca será lícito ni legal que las autoridades no se hagan responsables de la seguridad y la paz del país, ya que es por este motivo que pueden hacer uso de la fuerza.

“Abrazos, no balazos es demagogia y hasta cierto punto complicidad, autoridades no fallen, cumplan su función, garanticen con hechos la seguridad”, señaló el obispo, luego de enlistar los crímenes que se han vivido recientemente.

El presidente sigue en su macho

Caber recordar que AMLO prefiere tener una línea directa con el Vaticano y dejar de lado a la Arquidiócesis Primada de México, «Hasta a los religiosos se les olvida cómo era contestar violencia con violencia. No siguen el ejemplo del papa Francisco, porque están muy apergollados por la oligarquía mexicana», dijo el presidente.

Castro Castro exigió a la 4T que adopte su responsabilidad y brinde respuestas a la altura de las condiciones, a la vez de replantear la estrategia de seguridad, pues dicho con sus palabras, la estrategia hasta ahora ha fracasado.

«Ahora como nunca, el dolor de la cruz se vuelve más intenso por tanta sangre inocente derramada a lo largo y a lo ancho del país. Los índices de violencia y sus estructuras de muerte, se han desbordado e instalado en nuestras comunidades, desfigurando a la persona humana, y destruyendo la cultura de paz», aseveró el religioso.

Como muestra de rama de olivo, AMLO nombró a César Yáñez como subsecretario de Gobernación, en un intento por mejorar las relaciones entre la iglesia católica y su gobierno, la misión es recuperar los lazos con esa congregación y, especialmente, no tanto con su jerarquía sino con sus religiosos de a pie.