
En 2007 se inició el proceso de canonización de don Juan Navarrete y Guerrero, el primer arzobispo de Hermosillo
Don Juan Navarrete llegó a Sonora en 1919 y vivió en tiempos de persecución. Mientras estuvo huyendo de la persecución religiosa, ordenó tres sacerdotes. Para mantenerse a salvo usaba una identidad no religiosa, haciéndose llamar Fortino Guerrero.
Al regresar impulsó obras de beneficio social como leprosarios, hospitales y escuelas. La obra educativa y social más grande ideada por monseñor continúa en operación: el Instituto Kino (en Hermosillo), donde se recibe y educa a niños de escasos recursos en el formato de internado. En su gestión religiosa en el noroeste de México también fue el creador del Seminario Mayor, de donde se ordenaron más de 100 sacerdotes, mientras él estuvo al frente.
El 12 de agosto de 1886 en la ciudad de Oaxaca nace Juan María Fortino Navarrete y Guerrero, hijo del profesor Demetrio Navarrete y doña Julia Guerrero, siendo un total de 6 hermanos, 5 varones (El Padre Francisco Navarrete, Florencio, José y Rafael Navarrete) y 1 mujer (la venerable Julia Navarrete y Guerrero).
Fue bautizado después en la Parroquia del Sagrario de Oaxaca pocos días después de nacido. Confirmado por el Excmo. Sr. Arzobispo Guillow en Oaxaca por el año de 1896 o 97. Estudió las primeras letras en las escuelas oficiales de Oaxaca, primero y después en el Colegio del Espíritu Santo, donde cursó también Enseñanza Preparatoria”
En cuanto a su formación sacerdotal, dijo el mismo señor Navarrete: “Ingresé al Seminario de León en diciembre de 1902, y en él cursé tercer año de Latín (los anteriores los había estudiado por mi cuenta) y primero de Filosofía, durante el cual, a título de supernumerario, estudié el segundo y presenté examen a título de suficiencia”
Por el mes septiembre de 1904 inicia sus estudios en Roma instalado ya en el Colegio Pío Latino Americano, donde su testimonio de vida ha quedado grabado en la memoria histórica de dicha institución.
De su Ordenación Sacerdotal y Canta Misa, el mismo lo expresa también: “Recibí la ordenación Sacerdotal de manos de Mons. Capetelli, Vice Gerente del Emmo. Sr. Cardenal Respighi a la sazón Vicario de Su Santidad Pío X en el Episcopado Romano, el Sábado de Gloria, 10 de abril de 1909, y canté la Primera Misa en la Capilla del Colegio Pío Latino Americano en la Pascua Florida de ese mismo año”.
“Al despedirse de Pío X, el santo Pontífice –tan bondadoso pero tan firme- puso sus manos sobre la cabeza del señor Navarrete y le dijo: ‘ve a México, hijo y trabaja por la grande obra de restaurar todas las cosas en Cristo. Especialmente te encargo a los niños y a los obreros’”.
Al regresar a México su primer destino pastoral fue el servicio como Vicario Cooperador en la Parroquia de Jesús María, Aguascalientes, siendo Párroco el Sr. Pbro. Don Francisco de P. Díaz y Obispo el fraile franciscano José María de Jesús Portugal y Serratos, quien lo recibió con licencia de su Prelado, señor Mora y del Río. Esta y muchas otras encomiendas recibió el Padre Juan Navarrete, Capellán de la Iglesia de San Juan Nepomuceno, enseñanza de Griego, Latín y Castellano en el Seminario local, director de la Acción Social Católica, Inspector de las Escuelas Católicas de la Ciudad y Maestro de Ceremonias de la Catedral y más.
El Obispo Juan Navarrete y Guerrero. Décimo cuarto Obispo de Sonora
Se cuenta que un día el Padre Navarrete se puso serio y meditabundo, la razón de esta afirmación es que era un hombre al que le seguía mucha gente “alegra, simpático, bromista, contagiaba a todos con su forma de ser”. Consagrado Obispo en la Catedral de Aguascalientes un 8 de Junio de 1919, nombrado como nuevo Obispo de Sonora con anterioridad por el Papa Benedicto XV, a donde llega un 9 de Julio del mismo año.
Sólo ruinas materiales y espirituales encontró el señor Navarrete al llegar a Sonora, en 1919. Y un proceso de descristianización muy avanzado, explicable por las turbulencias de entonces, las persecuciones contra la Iglesia y la aguda escasez de operarios en la Viña del Señor. Ni siquiera había Seminario en Sonora.
Sufrió el destierro a los Estados Unidos durante tres años, de 1926 a 1929 (ya había sufrido el destierro como sacerdote en 1914) y una persecución religiosa que duró cinco años, de 1932 a 1937
Seminario de Sonora. Fundación. Persecución.
Sin duda una de las más grandes preocupaciones para un Obispo, junto al cuidado de la porción de fieles que le han sido encomendados por el Papa, estará siempre el interés por promover y custodiar aquellos que experimentan el llamado a la vocación sacerdotal, tal fue el interés del siervo de Dios Juan Navarrete que “el 12 de octubre arrodillado ante el Santísimo, junto con dos muchachos, en la catedral metropolitana de Hermosillo, inauguraba el Seminario de Sonora, aunque el día 3 de diciembre de 1921, en Magdalena, Son., lo hacía oficialmente, ante la imagen de San Francisco, con quince muchachos”.
Luego que Plutarco Elías Calles promulgara las leyes persecutorias en toda la nación, prohibiendo con ella a los mexicanos, toda relación con la religión, el Obispo de Sonora se refugió en Nogales, Arizona, instalando el seminario en la conocida “Casa verde”, y junto con el Seminario de Sonora estaba el Seminario de Sinaloa, con su Obispo don Lino Aguirre. Para regresar en el año en que se hacen los arreglos entre la Iglesia y Gobierno a instalarse de nuevo en la ciudad de Magdalena.
La segunda persecución del Seminario de Sonora en 1932, empezó con 21 seminaristas y, al término en 1937 llegaron al sacerdocio sólo 15.
Seminario de Hermosillo. La Parcela
Al finalizar la persecución en el año de 1937, como bien lo dejó plasmado el Pbro. Antonio Hoyos, en el pequeño bosquejo de la experiencia del Seminario perseguido: “el señor Navarrete dejó de llamarse Don Fortino (nombre con el que pasaba desapercibido durante la persecución sufrida) y continuó con su Seminario en la Parcela, de Hermosillo, con un nuevo reglamento de vida y dejando para la historia una profunda huella, al haber enfrentado con gran hombría y santidad, cinco años de tenáz y feroz persecución”.
Como está documentado y presentado en la Historia de la página oficial del Seminario Mayor de Hermosillo “Juan Navarrete y Guerrero”, la Parcela “funcionó desde el 11 de Octubre de 1937 hasta el 9 de Junio de 1961”
Seminario Mayor de Hermosillo “Juan Navarrete y Guerrero”
El Seminario Mayor de Hermosillo, se ocupó por primera vez sus instalaciones el 15 de Octubre de 1961, donde inicia una nueva etapa en la historia de la Casa de Formación Sacerdotal que el siervo de Dios Juan Navarrete y Guerrero comenzaba aquel 12 de Octubre de 1921 arrodillado ante el Santísimo en la Catedral Metropolitana de “Nuestra Señora de la Asunción”.
Fue hasta 8 de Junio de 1969, en el marco de las Bodas de oro episcopales del siervo de Dios Juan Navarrete, que en presencia de muchos se dio a conocer el nuevo nombre de la Casa de formación sacerdotal de Hermosillo, continuando como Seminario Mayor de Hermosillo, pero agregándole “Juan Navarrete y Guerrero” quedando como nombre oficial y testimonio verdadero de la vida ejemplar de quien fue el XIV Obispo de Sonora (una placa al lado derecho de la puerta principal de la Capilla del Seminario es testimonio de lo que anteriormente se ha escrito).
Primer Arzobispo de Hermosillo
Con una serie de títulos quedó investido el siervo de Dios Juan Navarrete tras ser el XIV y último Obispo de Sonora, primer Obispo de Hermosillo y primer Arzobispo de Hermosillo y Asistente al Sacro Solio Pontificio. Ha quedado marcado en la historia de la Iglesia en México principalmente, que en “septiembre 4 de 1963, el Papa Pablo VI expide la bula “Mexicana Nacion”, elevando a Hermosillo a la calidad de Arquidiócesis, siendo sus diócesis sufragáneas La Paz, Tijuana, Mexicali y Ciudad Obregón”, como se puede encontrar en la página web oficial de la Arquidiócesis de Hermosillo.
Bodas de Oro episcopales del Arzobispo de Hermosillo
Fueron muchas las muestras de cariño y aprecio a quien por muchos años acompañó como buen pastor a su rebaño, ejemplo y testimonio de éstos tan solo se marcarán dos: el primero, ya se ha mencionado anteriormente y éste es dar el nombre de “Juan Navarrete y Guerrero” al Seminario Mayor de Hermosillo; el otro testimonio de este amor y respeto al siervo de Dios es el nombramiento de uno de los bulevares de la capital del Estado de Sonora, que inicia en la actualidad con un “puente deprimido” frente a la Universidad de Sonora en el cruce con el blvd. Luis Encinas, al salir del puente se puede ver una estatua conmemorativa y alusiva a la persona del Arzobispo, con su respectiva placa conmemorativa. Cruza calles y bulevares principales, tales como la calle Reforma, calle Dr. Domingo Olivares, blvd. Solidaridad, blvd. Carlos Quintero Arce y finaliza en el cruce con el Blvd. Quiroga hacia el poniente de la ciudad.
Estas celebraciones se llevaron a cabo en el marco del año jubilar del 8 de junio de 1968 al 8 de junio de 1969. Donde se reunieron tanto fieles de la misma Arquidiócesis, como de la nueva Diócesis de Ciudad Obregón para agradecer la entrega y servicio evangélico al Estado de Sonora durante mucho tiempo.
1.3.2 Muerte de un hombre enviado por Dios
El 21 de febrero de 1982, a los 95 años muere el hombre que se acercó a un puñado de sacerdotes enfermos y ancianos de la necesidad Diócesis de Sonora, el que con gran ironía y humor le respondió al P. Melesio Monge ‘el abuelito’, cuando le dijo: “Ilustrísimo Señor, todo me gusta en usted menos una cosa… que sea usted tan joven”. Contestándole a su vez el entonces más joven Obispo y a su fecha el más anciano: “Pues, abuelito, de ese defecto, le prometo corregirme… con el tiempo”.
El proceso de canonización
La Canonización es “el acto solemne con el que la suprema autoridad de la Iglesia, previas las investigaciones necesarias, declara santos o santas a aquellos bautizados que se han distinguido por la práctica de la caridad y de las virtudes evangélicas”
Se presentan a continuación las etapas de un proceso de canonización: Siervo de Dios, Venerable, Bienaventurado, Santo.
Etapas en un proceso de Canonización
1 Siervo de Dios
El Obispo diocesano y el Postulador de la Causa piden iniciar el proceso de canonización. Y presentan a la Santa Sede un informe sobre la vida y las virtudes de la persona.
La Santa Sede, por medio de la Congregación para las Causas de los Santos, examina el informe y dicta el Decreto diciendo que nada impide iniciar la Causa (Decreto «Nihil obstat»). Este Decreto es la respuesta oficial de la Santa Sede a las autoridades diocesanas que han pedido iniciar el proceso canónico.
Obtenido el Decreto de «Nihil obstat», el Obispo diocesano dicta el Decreto de Introducción de la Causa del ahora Siervo de Dios.
2 Venerable
Esta parte del camino comprende cinco etapas:
- a) La primera etapa es el Proceso sobre la vida y las virtudes del Siervo de Dios. Un Tribunal, designado por el Obispo, recibe los testimonios de las personas que conocieron al Siervo de Dios. Ese Tribunal diocesano no da sentencia alguna; ésta queda reservada a la Congregación para las causas de los santos.
- b) La segunda etapa es el Proceso de los escritos. Una comisión de censores, señalados también por el Obispo, analiza la ortodoxia de los escritos del Siervo de Dios.
- c) La tercera etapa se inicia terminados los dos procesos anteriores. El Relator de la Causa nombrado por la Congregación para las Causas de los Santos, elabora el documento denominado «Positivo». En este documento se incluyen, además de los testimonios de los testigos, los principales aspectos de la vida, virtudes y escritos del Siervo de Dios.
- d) La cuarta etapa es la Discusión de la «Positio». Este documento, una vez impreso, es discutido por una Comisión de Teólogos consultores, nombrados por la Congregación para las Causas de los Santos. Después, en sesión solemne de Cardenales y Obispos, la Congregación para las Causas de los Santos, a su vez, discute el parecer de la Comisión de Teólogos.
- e) La quinta etapa es el Decreto del Santo Padre. Si la Congregación para las Causas de los Santos aprueba la «Positio», el Santo Padre dicta el Decreto de Heroicidad de Virtudes. El que era Siervo de Dios pasa a ser considerado Venerable.
3 Bienaventurado o Beato
La fama de santidad del Venerable. Para ello elabora una lista con las gracias y favores pedidos a Dios por los fieles por intermedio del Venerable.
a) La primera etapa es mostrar al «Venerable» a la comunidad como modelo de vida e intercesor ante Dios. Para que esto pueda ser, el Postulador de la Causa deber probar ante la Congregación para las Causas de los Santos:
– La realización de un milagro atribuido a la intercesión del Venerable. El proceso de examinar este «presunto» milagro se lleva a cabo en la Diócesis donde ha sucedido el hecho y donde viven los testigos. Generalmente, el Postulador de la Causa presenta hechos relacionados con la salud o la medicina. El Proceso de examinar el «presunto» milagro debe abarcar dos aspectos: a) la presencia de un hecho (la sanación) que los científicos (los médicos) deberán atestiguar como un hecho que va más allá de la ciencia, y b) la intercesión del Venerable Siervo de Dios en la realización de ese hecho que señalarán los testigos del caso.
b) Durante la segunda etapa la Congregación para las Causas de los Santos examina el milagro presentado.
Dos médicos peritos, designados por la Congregación, examinan si las condiciones del caso merecían un estudio detallado. Su parecer es discutido por la Consulta médica de la Congregación para las Causas de los Santos (cinco médicos peritos).
El hecho extraordinario presentado por la Consulta médica es discutido por el Congreso de Teólogos de la Congregación para las Causas de los Santos. Ocho teólogos estudian el nexo entre el hecho señalado por la Consulta médica y la intercesión atribuida al Siervo de Dios.
Todos los antecedentes y los juicios de la Consulta Médica y del Congreso de Teólogos son estudiados y comunicados por un Cardenal (Cardenal «Ponente») a los demás integrantes de la Congregación, reunidos en Sesión. Luego, en Sesión solemne de los cardenales y obispos de la Congregación para las Causas de los Santos se da su veredicto final sobre el «milagro». Si el veredicto es positivo el Prefecto de la Congregación ordena la confección del Decreto correspondiente para ser sometido a la aprobación del Santo Padre.
c) En la tercera etapa y con los antecedentes anteriores, el Santo Padre aprueba el Decreto de Beatificación.
d) En la cuarta etapa el Santo Padre determina la fecha de la ceremonia litúrgica.
e) La quinta etapa es la Ceremonia de Beatificación.
4 Santo
- a) La primera etapa es la aprobación de un segundo milagro.
- b) Durante la segunda etapa la Congregación para las Causas de los Santos examina este segundo milagro presentado. Se requiere que este segundo hecho milagroso haya sucedido en una fecha posterior a la Beatificación. Para examinarlo la Congregación sigue los mismos pasos que para el primer milagro.
- c) En la tercera etapa el Santo Padre, con los antecedentes anteriores, aprueba el Decreto de Canonización.
- d) La cuarta etapa es el Consistorio Ordinario Público, convocado por el Santo Padre, donde informa a todos los Cardenales de la Iglesia y luego determina la fecha de la canonización.
- e) La última etapa es la Ceremonia de la Canonización.
Algunos ejemplos en el proceso de Beatificación y Canonización
Se presentan a continuación cada uno de los procesos para ubicar en el camino del mismo al siervo de Dios Juan Navarrete y Guerrero: san Juan Pablo II, otro el reciente proclamado Beato monseñor Oscar Romero, se presentará a la Venerable madre Julia Navarrete (hermana del siervo de Dios Juan Navarrete) y al siervo de Dios Eusebio Francisco Kino S.I.
San Juan Pablo II
El proceso de san Juan Pablo II, por el mismo título que recibe este apartado ha llegado ya a su culmen, celebrada la ceremonia de canonización por el mismo Papa Francisco, concelebrando el Papa emérito Benedicto XVI, el día 27 de abril de 2014, se canonizó a dos Papas, Juan Pablo II (Papa de 16 de octubre de 1978 a 2 de abril de 2005) y Juan XXIII (Papa de 28 de octubre de 1958 a 3 junio de 1963), en la plaza de san Pedro durante la Misa a las 10:00 a.m (hora de Roma).
Del proceso en cada una de sus etapas para Juan XXIII pasaron casi 50 años (1965), y del proceso de Juan Pablo II casi 8 años (28 de abril de 2006). Por eso se conoce que san Juan Pablo II ha tenido el proceso más corto en su Beatificación y Canonización al menos de la época actual, ya que quien ha sido canonizado en menos del período de un año fue san Antonio de Padua. Superado claro como lo dice la misma historia por los mártires de la Iglesia, que con su vida y sangre derramadas sellaban esta canonización.
Beato monseñor Oscar Romero
Otro de los procesos actuales es precisamente el de monseñor Oscar Arnulfo Romero, Arzobispo de San Salvador, El Salvador (asesinado el 24 de marzo de 1980, mártir por la defensa de la dignidad de la persona en la problemática situación que vivía su nación). Proclamado Beato por el Papa Francisco el 23 de mayo de 2015.
El proceso se ve claramente entonces, que se encuentra en la etapa de Beato o Bienaventurado. Han pasado 35 años de que falleció y por dificultades su proceso se había mantenido en espera, causa que se inició el 24 de marzo de 1990, ya después de 25 años de iniciado la causa se ha proclamado Beato.
Venerable Madre Julia Navarrete
La venerable Madre Julia Navarrete fue una gran misionera y fundadora, nació el año de 1881 en la ciudad de Oaxaca y muere en 1974 en la ciudad de Toluca. Su causa fue abierta el 30 de junio de 1985, y es declarada Venerable el 22 de junio de 2004, por el Papa san Juan Pablo II.
Hasta la fecha han transcurrido 30 años de la apertura de su Causa, y casi 11 años de que ha sido declarada Venerable.
Siervo de Dios Eusebio Francisco Kino, S.I.
El gran misionero jesuita del norte de México y hoy sur de Estados Unidos, el siervo de Dios Eusebio Francisco Kino, murió el 15 de marzo de 1711, en la ciudad de Magdalena, Sonora.
Su causa se inició el 30 de noviembre de 1967, han transcurrido ya 304 años de su fallecimiento mientras celebraba la Eucaristía a la edad de 66 años en la Ciudad de Magdalena, Sonora en la capilla dedicada a la misión de santa María Magdalena; y han pasado 48 años de la apertura de su Causa.
El siervo de Dios Juan Navarrete y Guerrero
Juan Navarrete y Guerrero nació en 1886 en la ciudad de Oaxaca, fue el XIV Obispo de Sonora y primer Arzobispo de Hermosillo, desterrado y perseguido durante la época de la persecución en contra de la Iglesia por los Calles. Muere a la edad de 95 años postrado en cama.
Su Causa se introdujo el 31 de mayo de 2007. El día 23 de abril de 2012 fue la Sesión de clausura, terminando así la fase diocesana en la Arquidiócesis de Hermosillo, Sonora, tal como se puede constatar en la cuenta oficial en redes sociales de la Causa de Beatificación y Canonización de Juan Navarrete Guerrero.
Los avances que hasta este mes de Junio de 2015 se han presentado es que se ha recibido en Roma ya la documentación que corresponde para continuar esperando la respuesta de las observaciones de quienes han sido encomendados a llevar la Causa en su fase romana: Mons. Giacomo Pappalardo, quien el 3 de Junio de 2013 recibió la caja con toda la documentación e información de la fase romana, presentada por el postulador Dr. Waldery Hilgeman. Esta documentación fue enviada a la Congregación para la causa de los santos.
- Juan Navarrete testigo de la fe
La intención primera de esta investigación es dejar claro lo mismo que persigue el proceso de la causa de beatificación y canonización: presentar a la persona de Juan Navarrete y Guerrero, como un testigo de la fe, no tan solo al compartirla desde su misión encomendada como XIV Obispo de Sonora y I Arzobispo de Hermosillo, sino también como un testimonio vivo de la fidelidad al Evangelio y su enseñanza para la actualidad.
CONCLUSIÓN
Conocer hoy el proceso de la causa de beatificación y canonización de Juan Navarrete Guerrero, nos lleva a conocer su vida, su historia, su testimonio, su paso por el desierto de Sonora, su paso por el valle del Yaqui y la gran Sierra. Aunque corto, este trabajo ha dejado ver claramente que el siervo de Dios está en una gran posibilidad de continuar el proceso hacia el paso que sigue, siendo esto no algo que se puede solucionar desde aquí, sino que la respuesta vendrá de Roma.
Es admirable la labor que realizó en su ministerio Episcopal como Obispo perseguido y desterrado, siempre preocupado por aquellos que le han sido encomendados.
Sin duda alguna, conocer su historia despierta el interés siquiera por preguntar a nuestros abuelos o ancianos conocidos ¿le tocó conocer a don Juan Navarrete? ¿Supo quién era?
Y si en todos los ancianos, que recibieron una buena formación católica y han vivido su fe, buscamos respuestas a estas preguntas seguro es que las vamos a encontrar.
Pero por otro lado, si preguntamos a muchos de las generaciones jóvenes ¿Sabes por qué se llama así el bulevar? ¿Sabes por qué el Seminario se llama así? Aunque son muchos los jóvenes que se forman en nuestras comunidades parroquiales, son pocos los que realmente están enterados de que esa imagen representa a quien fue testigo de la fe para Sonora.

poco más de la figura tan emblemática para la Iglesia Católica de Sonora, el Siervo de Dios Juan Navarrete y Guerrero. Cuyo ejemplo de vida testimoniando su fe en Dios, se refleja hasta nuestros días:
Juan Navarrete nace en la Cd. de Oaxaca el 12 de agosto de 1886.
En 1904 es enviado al Colegio Pío Latino y realiza los estudios de filosofía y teología en la Universidad Gregoriana.
Recibe la Ordenación Sacerdotal en el Episcopado Romano el Sábado de Gloria, 10 de abril de 1909, quedando incardinado en la Diócesis de Aguascalientes.
13 de enero de 1919, S.S. Benedicto XV lo designó XIV Obispo de Sonora y el 4 de Septiembre de 1963 es el primer Arzobispo de Hermosillo, recibiendo el
11 de octubre de 1964 por S.S. Pablo VI el Palio y nombrado Asistente al Solio Pontificio.
Padeció 3 persecuciones:
-La Primera en 1914, el padre Navarrete es deportado y permanece en Estados Unidos.
-Segunda 1926-1929, Se cierran Templos y él es deportado a Nogales, Arizona y desde allí gobierna a su Diócesis, instala su Seminario en «La Casa Verde»
-Tercera 1932-1937, Decidió permanecer clandestinamente en si Diócesis, formando a los seminaristas en ranchos, ordena el 22 de Sept. a dos sacerdotes en Los Ciriales, en la sierra y disfrazado con el nombre de Fortino Guerrero continuo sus viajes por Sonora predicando e impartiendo sacramentos.
En 1959 se crea la Diócesis de Cd. Obregón.
Asiste al Concilio Vaticano II (1962-1965)
Aceptada su renuncia fue nombrado Arz. Titular de Vulturara el 13 de agosto de 1968.
En junio de 1969 el pueblo creyente se une a la celebración de las Bodas de Oro Episcopales.
Falleció en la madrugada del 21 de febrero de 1982.
Durante tres días fue velado en la Catedral Metropolitana de Ntra. Sra. de la Asunción en Hermosillo, fue una muestra de duelo y al mismo tiempo de agradecimiento y reconocimiento popular.
Fue sepultado ahí mismo la tarde del 23 de febrero.
TESTIMONIO DE FE EN SONORA:
El Sr. Arzobispo de Hermosillo don José Ulises Macías Salcedo, al develar la placa conmemorativa después de la remodelación del inicio del Boulevard que lleva el nombre del siervo de Dios «Juan Navarrete y Guerrero».
En el marco de las Boda de Oro Episcopales del siervo de Dios Juan Navarrete se nombra al Seminario Mayor de Hermosillo «Juan Navarrete y Guerrero».
LA PRIMERA ETAPA DE LA CAUSA DE BEATIFICACIÓN Y CANONIZACIÓN DEL SIERVO DE DIOS JUAN NAVARRETE Y GUERRERO (SIERVO DE DIOS) HA LLEGADO A SU FASE ROMANA.
El Obispo diocesano y el Postulador de la Causa piden iniciar el proceso de canonización. Y presentan a la Santa Sede un informe sobre la vida y las virtudes de la persona.
La Santa Sede, por medio de la Congregación para las Causas de los Santos, examina el informe y dicta el Decreto diciendo que nada impide iniciar la Causa (Decreto «Nihil obstat»). Este Decreto es la respuesta oficial de la Santa Sede a las autoridades diocesanas que han pedido iniciar el proceso canónico.
Obtenido el Decreto de «Nihil obstat», el Obispo diocesano dicta el Decreto de Introducción de la Causa del ahora Siervo de Dios.
Su casa de madera en Hermosillo

La casa donde vivió Juan Navarrete y Guerrero, primer arzobispo de Hermosillo, fue de madera con techo de lámina. Se ubica en la calle Presbítero Pedro Villegas de la colona San Juan en la capital sonorense. La colonia se llama así en honor a monseñor, como le llamaban y mucha gente de esta ciudad lo recuerda. Recorrer este espacio es acercarte a la personalidad de un religioso que es recordado y ha sido muy querido por la comunidad hermosillense, de quien se tiene la esperanza de que un día sea santo.
El sitio que ha sido convertido en museo o casa del recuerdo, alberga libros, muebles, fotos, reconocimientos y artículos personales del líder de la iglesia católica que llegó a Sonora cuando tenía 32 años, entidad donde vivió la persecución religiosa en tiempos del gobernador Rodolfo Elías Calles. Nació en Oaxaca el 12 de agosto de 1886.
Actualmente, dicha casa está construida “de material”, como le llaman al ladrillo, al bloc y al concreto. Ramón Chávez, quien fue su chofer, asistente y ahora es quien se hace cargo de recibir a los visitantes en este sitio lugar, señala que, durante un viaje que Navarrete hizo a Roma, se derribó la casa de madera y se construyó de un material más resistente, con la misma distribución, sólo se hizo un poco más grande la sala-comedor, que es la parte posterior, junto al patio.
De Juan Navarrete y Guerrero hay el testimonio general de que era una persona muy sencilla, que rechazaba los lujos; era desprendido para apoyar a sus feligreses y la sorpresa que quisieron darle (quienes rehicieron su casa) no le gustó. Al llegar -recuerda Ramón- vio la casa y pidió que lo llevaran a Catedral, donde se instaló en la sacristía. Tiempo después lo convencieron y regresó a su renovado hogar.
Don Juan Navarrete y Guerrero y la persecusión religiosa; obra educativa y social
Ramón, la persona que lo acompañó en su ejercicio pastoral y en su vida personal, lo describe como uno de los obispos a quien le tocó una época muy difícil. “Llegó a Sonora en 1919 y vivió en tiempos de persecución”.
Agregó: Muchos sacerdotes tuvieron que huir a la sierra para cuidarse porque les hacían daño. Él (Navarrete y Guerrero) se fue a la sierra, para el lado de Bacadéhuachi, a un lugar que se llamaba Rincón de Guadalupe y luego a Los Ciriales, allá en la mera sierra.
Bacadéhuachi es uno de los 72 municipios sonorenses, ubicado en la zona alta de la Sierra Madre Occidental.
Se llevó a sus seminaristas y auxiliares parroquiales, allá seguían predicando en los pueblos, en los ranchos y también ordenó sacerdotes. Cuando los soldados los andaban buscando, a él le llegaban los avisos de la gente y tenían que esconderse.
El colaborador de Don Juan recordó una de las anécdotas del grupo que se ocultaba y protegía en la sierra sonorense: En una ocasión tuvieron que meterse en una cueva, ellos escuchaban el ruido ahí y entonces decían ‘ya nos descubrieron’. Estaban ahí, no asustados, simplemente haciendo sus oraciones; entonces se le ocurrió asomarse, salir un poquito a ver, y era una vaca que estaba en la pura entrada de la cueva.
“Eran poquitos sacerdotes y la arquidiócesis era bastante grande para él; por ejemplo, atendía a Sonora, Sinaloa, Baja California Sur y parte de Arizona”.
Mientras estuvo huyendo de la persecución religiosa, Juan Navarrete y Guerrero ordenó tres sacerdotes. Para mantenerse a salvo usaba una identidad no religiosa, haciéndose llamar Fortino Guerrero.
Al regresar impulsó obras de beneficio social como leprosarios, hospitales y escuelas. La obra educativa y social más grande ideada por monseñor continúa en operación: el Instituto Kino (en Hermosillo), donde se recibe y educa a niños de escasos recursos en el formato de internado. En su gestión religiosa en el noroeste de México también fue el creador del Seminario Mayor, de donde se ordenaron más de 100 sacerdotes, mientras él estuvo al frente.
En su familia, no fue el único en elegir el camino de la vida religiosa. La misma opción tomaron su hermana Julia Navarrete y su hermano Francisco Navarrete y Guerrero.

Ramón llamaba “Tata” a Navarrete, lo vio por primera vez cuando tenía 16 años, el día que pusieron la primera piedra de la capilla de Fátima, en la colonia San Benito de Hermosillo. Ramón es uno de los beneficiarios del Instituto Kino, donde fue alumno de educación básica, luego lo invitaron a trabajar ahí y después se convirtió en el chofer de su tata. Entonces tenía 22 años.
Recordó que la gente le regalaba carros a Don Juan y él los vendía y repartía el dinero a los pobres; había personas que se dedicaban a manejarle, yo fui uno de ellos como de 1966 hasta que falleció en 1982. Tenía 95 años.

Su fallecimiento fue por causas naturales, murió la madrugada del 21 de febrero, alrededor de las 2:00 de la mañana, en la casa donde hoy se le recuerda. Sus restos mortales fueron sepultados a un lado del altar de la Catedral de Nuestra Señora de la Asunción, en Hermosillo, la tarde del 23 de febrero; lugar donde fue velado por dos días.
Después de su muerte, todo lo que hay en la casa se guardó en una bodega del Instituto Kino y la casa se prestó a una familia de tres personas para que no se deteriorara ni estuviera sola; la hija del matrimonio que la habitó se ordenó como religiosa. En la misma casa vivieron monjas franciscanas, hasta que al padre Arturo Torres se le ocurrió hacer el museo en memoria de Juan Navarrete.
Al principio de este proyecto estuvo la auxiliar Rosa Bertha Félix, quien acompañó a monseñor en sus últimos años, al retirarse ella de este servicio, llamaron de nuevo a Ramón Chávez, quien llegó a la casa por segunda vez en el año 2012. Llegó como guía y también para cuidar la casa.
Comenta que la casa es visitada por alrededor de siete u ocho personas en una semana; está abierta de martes a domingo y no hay un costo para entrar. Los visitantes son de Hermosillo o gente que va de paso por la ciudad y se entera de la existencia del lugar. La promoción que se hace por Facebook ayuda a que se conozca, porque tiene más de veinte años abierta al público. La han visitado personas que conocieron a monseñor Navarrete, y también turistas norteamericanos y japoneses.

La casa consta de una biblioteca, la recámara que era de don Juan Navarrete, la recámara para el auxiliar, un pequeño oratorio, la cocina, la sala-comedor y el baño. En cada pieza hay fotografías e imágenes relacionadas con su servicio religioso y de su familia, además de objetos como libros, algunos reconocimientos y la silla que usaba cuando estuvo en la sierra. Cada habitación cuenta con una ventana, por lo que está iluminada con luz natural todo el día.

En el oratorio y su recámara hay reclinatorios, sotanas y los instrumentos propios para la misa; también conservan sus zapatos, un par de sombreros que usó en la sierra, una marimba y una guitarra que tocaba porque su mamá fue maestra de música y él tenía ese talento, también tocaba mandolina. En el comedor hay una pequeña vitrina con algunos de los platos en los que comía. En su recámara hay un sillón ‘reposet’ con una foto tamaño natural de Don Juan, está sentado, sonriendo y está vestido con su indumentaria eclesiástica.

Su auxiliar recuerda que le gustaba comer semillitas, nueces, cacahuates y que sus comidas favoritas eran las enchiladas y los chilaquiles. Bebía agua y muy poco café. Media tacita: café negro con poquita azúcar.
Juan Navarrete y Guerrero en camino a la santidad
Quien fue el primer arzobispo de Hermosillo tiene un proceso abierto en El Vaticano para la causa de beatificación y canonización, actualmente es considerado Siervo de Dios. Para ello, se han presentado informes sobre la vida y virtudes de Juan Navarrete y Guerrero ante la Santa Sede.
La Congregación para las Causas de los Santos dictaminó que puede iniciarse esta causa y en la Arquidiócesis de Hermosillo se reciben testimonios de intercesiones de Don Juan para recibir milagros. En la casa donde vivió hay tarjetas con su imagen -que se regalan a los visitantes-, donde viene una oración y la dirección de Bulevar Luis Encinas # 384, colonia Valle Verde, así como el correo electrónico pastorymaestro@mazon.com.mx para quienes puedan contribuir con vivencias que puedan comprobarse e integrarse a la investigación para santificarlo.
Como parte de este proceso de investigación para su canonización, en el año 2009 se exhumaron sus restos mortales después de una misa en su memoria.
En la biblioteca de la que fue su hogar está el ataúd de madera de pino, en el que pidió que los sepultaran; esa fue su última voluntad. No imaginó que sería candidato a la santidad.

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