De Luna Lithium Battery le dice adiós a Sonora y traslada su inversión al Estado de México
La empresa mexicana decidió reubicar su inversión de 80 millones de dólares debido a demoras en los trámites para instalar la planta de ensamble de baterías de litio en Sonora.
Tzuara De Luna / Expansión
De Luna Lithium Battery, una empresa mexicana que busca liderar la producción de baterías de litio para vehículos eléctricos en México, ha tomado la decisión de redirigir la inversión de 80 millones de dólares que tenía planeada para establecer una planta en Sonora hacia el Estado de México.
El CEO de la compañía, Giovanni De Luna, explicó que los cambios en el gabinete del Gobierno estatal en la entidad fronteriza a principios de este año, particularmente en la Secretaría de Economía, resultaron en demoras para definir la ubicación original de la inversión. Esto también ha ralentizado el desarrollo de la cadena de valor relacionada con el litio.
«Hasta el momento, los avances han sido lentos por parte de las autoridades en relación con la industria del litio. Por lo tanto, decidimos pausar la inversión y dirigirnos a otra dirección. Confiamos en que en el futuro tendremos múltiples plantas en todo el país», dice De Luna.
¿Qué dice el gobierno de Sonora?
> Margarita Vélez de la Rocha y Sergio Pablo Mariscal.
Margarita Vélez de la Rocha, secretaria de Economía de la entidad, aseguró a Expansión en un correo electrónico que el Gobierno de Sonora mantiene “sus puertas abiertas” a la empresa. Aseveró que es responsabilidad de la dependencia estatal “que cada etapa del proceso se cumpla a cabalidad, empezando por la presentación del proyecto en sí mismo, que a la fecha no ha sido formalmente sometido a revisión, a pesar de haberse pactado con anterioridad tres citas, mismas que no fueron atendidas por los interesados para darlo a conocer”.
Añadió que la dependencia estatal “ha atendido a la empresa”, así como a todos los inversionistas para realizar la tramitología de permisos que se solicitan en los tres niveles de gobierno, municipal, estatal y federal, para que su establecimiento y operación sea “de manera rápida y ordenada, pero sin menoscabo de los requisitos de ley, particularmente aquellos que se refieren a temas de impacto ambiental”.
La nueva fábrica de Luna Lithium Battery, que se está poniendo en marcha en el Estado de México es parte de un complejo proporcionado por uno de los socios de la empresa. El complejo abarca 30,000 metros cuadrados, de los cuales 10,000 están bajo techo.
En su primer año de operaciones, se espera que la fábrica produzca 20,000 paquetes de baterías anuales utilizando litio importado de China. La producción inicial estará orientada a abastecer tanto a vehículos privados como de reparto. Posteriormente, la compañía planea atender al transporte público, incluyendo autobuses y taxis.
Debido a acuerdos de confidencialidad, no se han revelado aún los nombres de las empresas a las que se suministrarán los primeros paquetes de baterías. Sin embargo, De Luna enfatizó el interés de varias empresas estadounidenses que desean contar con un suministro regional en América del Norte.
«El gobierno estadounidense pronto exigirá que las empresas no utilicen baterías chinas, por lo que las compañías están tomando medidas preventivas antes de que esto se convierta en una restricción oficial», dice De Luna. «Varias empresas que nos han contactado comparten el mismo objetivo: satisfacer la demanda de sus clientes que buscan alejarse de los proveedores chinos debido a futuras restricciones gubernamentales», añade.
China actualmente lidera la producción mundial de baterías de litio, con el 79% de la producción, según datos de la consultora alemana Statista. Se espera que esta cifra disminuya con el tiempo debido a mejoras en los programas europeos. Un informe de la misma consultora señala que Alemania está en camino de convertirse en el segundo mayor productor mundial de baterías de iones de litio para el año 2025. Hoy tiene alrededor del 11% de la capacidad de producción mundial.
A pesar de que De Luna Lithium Battery comenzará con materiales importados, su objetivo es eventualmente lograr una producción local del mineral. Sin embargo, la idea de extraer litio del suelo mexicano aún es un proyecto distante. El gobierno mexicano apenas ha destinado fondos –36.8 millones de pesos para este año y el siguiente- para la exploración en busca de depósitos económicamente viables.
“Mientras a mí el Gobierno mexicano no me dé litio para los electrolitos, obviamente lo vamos a comprar, y decidimos hacerlo por lo pronto en China”, concluye De Luna.
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