Mientras la 4T promueve la educación sexual y las infancias trans, algunas organizaciones buscan que las escuelas de educación básica notifiquen a los padres sobre si sus hijos recibirán clases de educación sexual o sobre cualquier otro asunto “ética o moralmente controvertido”, para dar su aval o retirarlos de clases
.»…si no se detiene la cascada social y legislativa que está sustituyendo “sexo” con “identidad de género” será aún más difícil atacar los embarazos de niñas por violación, la trata de niñas para fines de explotación sexual y esos problemas tanto más serios que una niñez que se quiere liberar de los estereotipos que la constriñen.»
Laura Lecuona, filósofa feminista
Restringir la educación sexual, violatorio a los derechos del menor: UNAM
Omar Páramo/Myriam Núñez / UNAM Global
Con 5.4 millones de casos al año —según la OCDE—, México ocupa el primer lugar mundial en cuanto a abuso sexual infantil; sin embargo, algunas asociaciones cuestionan dicha cifra por no reflejar la dimensión real del problema pues, argumentan, en nuestro país una de cada 100 agresiones de este tipo no son denunciadas.
A decir del doctor Eduardo González Quintanilla, de la Secretaría de Enseñanza Clínica, Internado Médico y Servicio Social de la Facultad de Medicina, el que tantos incidentes jamás lleguen a oídos de las autoridades se debe a que, con frecuencia, los niños no se dan cuenta de haber sido abusados sino hasta mucho después, cuando reciben sus primeras clases de educación sexual a los 12 o 14 años, por lo que es enfático al señalar que proyectos como el PIN Parental (que les restringiría esta información a menos de que sus padres den permiso a la escuela) violan los derechos de los menores.
El PIN Parental es una iniciativa creada en España por el partido ultraconservador VOX y tropicalizada e impulsada en México por agrupaciones políticas como el PES y el PAN, la cual busca que las primarias, secundarias y preparatorias notifiquen a los padres sobre si sus hijos recibirán clases de educación sexual, reproductiva, de género o sobre cualquier otro asunto “ética o moralmente controvertido” como feminismo o diversidad LGBT, para que éstos den su aval o, en caso de que tales asuntos les sean incómodos o no se ajusten a sus “principios y valores”, los alumnos sean retirados del salón antes de que los profesores comiencen a abordar tales temas.
“Lo preocupante es que en México casi la mitad de los abusos sexuales contra menores son cometidos por un familiar (30 por ciento por un padre o hermano y el 15 por ciento por tíos, abuelos, primos o conocidos). Pese a ello, y por más paradójico que parezca, queremos que sea la familia la que decida si los niños reciben este tipo de información, justo la única herramienta que tienen los pequeños para detectar, detener y denunciar tales agresiones”.
Sobre por qué alguien despojaría a un niño de una educación que no sólo lo protegería, sino que lo ayudaría a entenderse mejor, el académico señala que esto no se debe siempre a afanes aviesos, sino que muchas veces los adultos cargan consigo ciertos temores infantiles englobados en la frase: “si no lo nombro, no ocurre”.
La diputada del PES Elsa Méndez Álvarez, quien busca la aprobación el PIN Parental en Querétaro, sostiene que las clases de educación reproductiva lo único que buscan es adoctrinar e hipersexualizar a los niños desde edades muy tempranas; a este tipo de argumentos, esgrimidos con tanta frecuencia, el doctor González responde:
“Hay quienes creen que hablarles a los menores de sexo o de suicidio sólo les genera tentación o ideas y que basta con quedarnos callados para exorcizar el problema y hacerlo esfumarse, cuando en realidad el silencio no soluciona nada y sí agrava mucho. Creer que un padre tiene el derecho de censurar lo que aprende su hijo es un sinsentido pues, aunque a muchos no les guste, los niños no nos pertenecen”.
Más educación, menos víctimas
El 14 de julio pasado, el CONAPO dio a conocer un par de datos preocupantes: la mayoría de los adolescentes mexicanos inicia su vida sexual sin tomar protección alguna y, además, los altos índices de embarazos infantiles en el país son producto abusos sexuales o de uniones a edades demasiado prontas, algo que para el doctor González son dos razones para apostarle a la educación.
“En México cada año se embarazan 366 mil menores y ello pone en riesgo sus vidas ya que —como señala la OMS— las gestaciones tempranas y las complicaciones de parto son la segunda causa de muerte entre mujeres de 15 a 19 años, además de que el 50 por ciento de los bebés concebidos de esta manera suelen presentar afecciones prenatales o fallecer poco después de su nacimiento”.
Por ello, el académico cuestiona a quienes sostienen que vetar cierta educación impediría tales escenarios, pues se ha demostrado que tener los datos adecuados hace que las personas tarden más en iniciar su vida sexual, aminora la posibilidad de contraer alguna enfermedad venérea y aminora la cifra de embarazos no deseados.
Y el mejor momento para hablar de estos temas es en la primaria, cuando los menores aún no han tenido un desarrollo sexual importante. No se trata de hipersexualizar a los niños —como decía la diputada del PES—, pero si empezamos a tocar estos asuntos en la adolescencia o cuando los individuos están a punto de ser mayores de edad habremos empezado ya muy tarde, subraya el académico.
Además, añade González Quintanilla, el PIN Parental plantea otro riesgo bastante grave, esta vez para personas que de siempre han sido invisibilizadas: los niños y los jóvenes de la diversidad sexual, pues en un país como México, donde el 90 por ciento de los menores reporta haber sido víctima de bullying al interior de sus escuelas, las agresiones contra alguien con preferencias que se salen de lo heteronormado suelen ser el doble de malintencionadas y de lesivas.
“Si restringimos el acceso a la educación sexual impediríamos que estos niños puedan, primero, encontrarse y definirse a sí mismos como parte de una diversidad no heteronormada, pero existente, al tiempo que le vetaríamos a sus compañeros el conocimiento y los contenidos necesarios para entablar una relación empática, de aceptación y de convivencia pacífica y sana con quienes tienen sentados en la banca de al lado, ahí en su misma clase”.
Aunque cueste aceptarlo, en México se discrimina y violenta a las mujeres y personas LGTB tan sólo por ser quienes son y ello sucede porque años atrás no recibimos una educación oportuna y clara al respecto, ni en nuestra familia ni en la escuela, apunta el docente. “Si nos da por restringir la información que podría hacernos avanzar en estos rubros estamos sentando las bases para que nuestro país llegue a escenarios que, de tan negativos, ni siquiera imaginamos”.
El riesgo de perder lo avanzado
La propuesta del PIN Parental —calificada incluso por los medios españoles como una calca de lo que quiso imponer VOX en España— llegó a México impulsada por el diputado de Nuevo León Juan Carlos Leal, expulsado del partido Morena por sus posturas homófobas y quien, ya instalado en la bancada del PES, propuso eliminar el delito de feminicidio del Código Penal nuevoleonense.
“Nos debería sorprender primero que, a alguien en algún lugar del mundo, se le ocurriera algo así —en este caso fue en una región vasca— y luego que algunos más se sumaran y quisieran implantar en México esta iniciativa que, hasta ahora, no ha prosperado”.
Por el momento, tanto la Secretaría de Gobernación como la CNDH y la ONU se han pronunciado contra el PIN Parental y todo lo que representa (la primera por inconstitucional y las segundas por contravenir la Convención de los Derechos del Niño), aunque para el doctor González Quintanilla aún existe el riesgo de que este proyecto sea aprobado no a nivel federal, sino estatal, aprovechando que ahí los congresos son independientes.
“Acabamos de ver cómo la Suprema Corte de Justicia de la Nación les dio carta abierta a Veracruz para seguir penalizando el aborto, lo cual es incomprensible desde un punto de vista epidemiológico, sanitario y de derechos humanos. Y si algo así sucedió, la amenaza del PIN Parental sigue flotando como una posibilidad”.
Las entidades donde se ha tratado, se intenta o se planea implantar esta iniciativa son Querétaro, CDMX, Chihuahua, Veracruz, Morelos, Guanajuato, Nuevo León, Aguascalientes, Baja California, Puebla y Chiapas, “justo los estados donde se registran más casos de acoso, abuso escolar, violación de niños y embarazos no deseados”.
Sobre esta embestida conservadora a la que se podrían sumarse aún más estado (el PES ha adelantado que el PIN Parental es parte de una agenda tanto local como nacional), el doctor González apunta que todo se inscribe en esta lógica tan repetida a lo largo de la historia y consistente en —ante los progresos— hacer todo lo posible para retrotraernos y dejarnos justo como estábamos antes.
“Con el tiempo hemos logrado una serie de avances y esta reacción sólo son ganas de quedarse en el statu quo. Si lo analizamos un poco veremos que esa propuesta es una intentona de retroceso, pues la heteronormalización y rechazo a la diversidad era de lo más común y aceptado en el pasado, y justo de ese pantano queremos salir”.
Negar a los menores la posibilidad de recibir una educación sexual tan sólo por los prejuicios de ciertos adultos es un atentado contra sus derechos superiores, concluye el universitario.
“Los padres están en la obligación de atender la educación de sus hijos, cuidarlos, darles amor y brindarles las herramientas para tener una vida digna fuera de la violencia y el maltrato, pero no tienen el derecho de decidir sobre lo que deben o no aprender. Los niños, al igual que cualquier persona,no le pertenecen al Estado, a los padres ni son propiedad de nadie, aunque a veces eso se nos olvide”.
—o0o—
Ley de infancias trans: CDMX publica reforma para que menores puedan elegir su género
La discusión del tema estuvo congelada en el congreso capitalino desde octubre del 2019.
AGOSTO 2021
El Gobierno de la Ciudad de México publicó en la gaceta capitalina una reforma que permitirá a los adolescentes trans cambiar su acta de nacimiento según su género autopercibido.
Esto, luego de que el pasado 9 de agosto, activistas entregaron más de 50 mil firmas con las que pidieron al congreso local discutir la ‘Ley para las infancias trans’, tema pendiente en el pleno desde octubre del 2019.
El trámite podrán hacerlo los menores a partir de los 12 años de edad, de acuerdo con los “Lineamientos para Garantizar los Derechos Humanos en el Procedimiento Administrativo de Reconocimiento de Identidad de Género en la Ciudad de México de las Personas Adolescentes”.
La Dirección General del Registro Civil de la Ciudad de México será la encargada de recibir las solicitudes, en las cuales se deberá manifestar que se es de nacionalidad mexicana y se autopercibe con un género diferente al que se asentó en su registro de nacimiento primigenio.
Así como que es su voluntad obtener una nueva acta de nacimiento que concuerde con el género con el cual se identifica y que tiene conocimiento de la trascendencia y alcances jurídico-administrativos del procedimiento.
También se necesitará la autorización escrita del padre, madre o tutor que la persona adolescente determine para que le acompañe durante el procedimiento. En caso de no contar con ninguno, se deberá manifestar bajo protesta de decir verdad que dicha persona está ausente, desaparecida o que no han tenido noticias suyas.
Dentro de 10 días hábiles posteriores a la recepción de la solicitud, las autoridades emitirán una opinión, para posteriormente enviar oficios con la nueva información a las diversas dependencias, como las secretarías de Educación Pública y de Salud, y para realizar los cambios legales.
Voces en contra y falta de consenso
El 14 de noviembre de 2019, las Comisiones Unidas de Administración y Procuración de Justicia y de Equidad de Género de Congreso de la Ciudad de México aprobaron un dictamen de reformas para permitir que niñas, niños y adolescentes puedan elegir su nombre y su género en el acta de nacimiento mediante un trámite administrativo.
Según datos oficiales, en la Ciudad de México se han realizado más de mil 500 trámites de cambio de identidad de género en personas mayores de 18 años, pero este trámite no está permitido para menores de edad. La ruta, entonces, era un juicio de entre 7 meses y dos años, con costos de entre ciento cincuenta y 250 mil pesos, para el que requieren, además, dictámenes y pruebas psicológicas a el o la menor solicitante, sus familias y testigos.
Juicio, una vía discriminatoria
La presidenta de la Asociación de Familias Trans A.C., Tania Morales, asegura que la imposibilidad de que infantes trans tengan un acta de nacimiento de manera expedita, económica y no patologizante representa un acto de discriminación institucionalizada.
“La discriminación en el día a día es mucha porque asisten a colegios donde hay que estar explicando y esperando que el colegio acepte o no dar educación a la persona porque no tiene el género con el que todo mundo pensaba que vivía. Van a escuela de natación y no les dejan usar cambiadores porque su credencial dice que es niña o niño. Por desgracia todo esto se basa en un acta de nacimiento, no pueden vivir su día a día como cualquier persona”.
Tania Morales , presidenta de la Asociación de Familias Trans A.C.
Datos del Consejo Nacional para Prevenir la Discriminación citados en el dictamen indican que, según especialistas, la identidad de género se desarrolla entre los 18 meses y los tres años de edad, por lo que el marcar la mayoría de edad no garantiza el derecho de identidad para niñas, niños y adolescentes.
Además, estimaciones del Consejo Nacional de Población destacan que en México de 81 mil a 183 mil adolescentes tienen una identidad de género distinta a la asignada al nacer. Por ello, Tania consideró inexplicable que, a pesar de la votación de tres comisiones a favor del dictamen, éste no haya llegado al pleno.
En un comunicado publicado el 31 de marzo, el Consejo para Prevenir y Eliminar la Discriminación en la Ciudad de México argumentó que las identidades trans se construyen independientes de los cambios físicos o quirúrgicos y sostuvo que el promedio de esperanza de vida de las personas trans es de entre 35 y 37 años, debido a la violencia, discriminación y rechazo que viven. En un mensaje, la presidenta del consejo, Geraldina González, exhortó al Congreso capitalino a aprobar la iniciativa.
Sin embargo, para la filósofa feminista Laura Lecuona, la identidad de género es un concepto vago e impuesto y que detrás de iniciativas como la que se aprobó en noviembre existe, en realidad, un negocio. “Es tener pacientes para toda la vida, fuente de ingreso permanente para ciertas empresas que no se caracterizan por su ética. Para las feministas los niños, hacerse colita, traerlo corto, eso es absolutamente irrelevante, no importa como se quiera vestir un niño porque la ropa no tiene sexo”, asegura.
“Quienes violentan a esos niños son personas que con un discurso amable le dice ‘tienes el cuerpo equivocado, porque mira, tú eres niña pero tus gustos y aficiones son de niño. Entonces hay que cambiarte el nombre, más adelante te vamos a plantear la opción para que los pechos no te crezcan y así’”.
Laura Lecuona, filósofa feminista
Frente al argumento de que el acta de nacimiento podría combatir la discriminación a las personas trans, Lecuona advierte que, entonces, hay que luchar contra el bullying y contra los actos de discriminación.
Además, en internet, colectivas feministas divulgaron un pronunciamiento en el que piden al Congreso abrir foros con perspectiva feminista, con apertura a otras voces. A través de un texto, las firmantes consideran que cambiar los procedimientos para modificar los registros oficiales es una falsa solución ante una estructura sexista, ya que no está orientado a erradicar la violencia machista:
«Reformas como la que votará el Congreso de la Ciudad de México no sólo no ayudan a los niños que no se ajustan a los estereotipos que los pro cerebros rosas y azules quisieran convertir en identidad, sino que afectan a toda la infancia en virtud del valor expresivo de la ley: “las circunstancias en las que una simple declaración, hecha por la ley, tiene probabilidades de afectar la conducta de la gente” [ibid.]. La iniciativa en comento le dice a la población que si anhelas cinco diademas, como Matilda, eres niña aunque tengas pene, y que si en carnavales te vistes de comanche o vaquero y en Navidad quieres ser bombero eres niño, así tengas vulva, como Daniel, antes Berta.
«Tendría que ser obvio que esto no fomenta el libre desarrollo de la personalidad sino que sigue encajonando a niñas y niños en los mismos estereotipos limitantes de siempre, por mucho que los meta en la caja correspondiente al otro sexo. ¿Qué de liberador tiene eso? Casi siempre el mejor tratamiento para esos niños y niñas sanos que se resisten a la categorización y la manera más efectiva de permitir el libre desarrollo y descubrimiento de su personalidad es dejarlos ser. No pararse de pestañas como el papá de Matilda y esperar mil años a regalarle su diadema; no ser tan cerrados como la señorita Simona, a la que tan estrambótica le parece una niña traviesa. De los menores con disforia de género, la mayoría terminan siendo adultos que no están peleados con su cuerpo ni con su sexo. En cambio, cuando se les pone en el caminito de la transición, la gran mayoría terminan pasando de la transición social a la médica.
¿Qué propongo a legisladores?
- Leer (y, si lo desean, firmar) la Declaración de los Derechos de la Mujer Basados en el Sexo de la Campaña por los Derechos Humanos de las Mujeres;
- Volver a hablar de sexo y olvidarse de la identidad de género; esto es un sinsentido y no sirve de nada. Se lo ejemplifico: la Comisión Nacional de Derechos Humanos, en su Diagnóstico sobre la situación de la trata de personas 2019, sostiene: “Si se desagrega esta información por sexo, mujeres y niñas representan el 95% de las víctimas de delitos en materia de trata de personas en el ámbito sexual”. De identidad de género no se dice nada en todo el documento. ¿Será porque violadores y proxenetas, para detectar a sus víctimas, no necesitan preguntarles si se identifican con su “sexo asignado al nacer” ni pedirles copia certificada de su acta de nacimiento?;
- Aprovechando que al parecer en esto estamos de acuerdo con quienes impulsan las iniciativas comentadas y ellos también se oponen a que se hormone a la niñez y nada más lejos de sus intenciones: prohibir que se receten bloqueadores de la pubertad y se realicen cirugías estéticas para la “reasignación de género” a menores de edad, ni siquiera mediante “consentimiento informado”. Un menor no puede consentir a un tratamiento que a la larga lo puede dejar estéril e impedirle tener orgasmos. Por lo antes expuesto, esto debe calificar como terapia de conversión.
- Y por último pero no al último, darse cuenta de que si no se detiene la cascada social y legislativa que está sustituyendo “sexo” con “identidad de género” será aún más difícil atacar los embarazos de niñas por violación, la trata de niñas para fines de explotación sexual y esos problemas tanto más serios que una niñez que se quiere liberar de los estereotipos que la constriñen.
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