Durante años, el apellido Huipas ha sido recordado como símbolo de terror en Huatabampo, pues se trata de los primeros asesinos seriales, indígenas, satánicos y homosexuales.
Incesto, discriminación y una brutal venganza: los Huipas, los asesinos seriales indígenas que sacudieron a México
Cuatro primos que mantenían relaciones sentimentales desataron una carnicería en venganza por la discriminación de la que fueron objeto. Mutilaban las partes privadas de sus víctimas y las colgaban en su casa
A finales de 1940, en el pequeño poblado de Bacapaco, comenzaron a desaparecer personas, lo cual causó terror entre los escasos 100 habitantes quienes temían salir a las calles al caer la noche.
«Las autoridades estaban muy preocupadas en aquello años, donde aparecían personas asesinadas de una manera muy cruel y violenta, lo cual impactaba a la sociedad e imprimían miedo a los pobladores, que se negaban a salir de sus casas una vez que se ocultaba el sol», confesó José Luis Laguna Duarte, investigador huatabampense.
Las extrañas desapariciones apuntaban a la familia Huipas, quienes recibían ofensas y maltratos por parte de sus víctimas, por lo que decidieron cobrar venganza, anotando en un calendario la fecha exacta de cada uno de sus asesinatos.
«Esas burlas y afrentas en contra de ellos, provocaron que los Huipas generaran mucho odio y ya con las fiestas y alcoholizados comenzaron a programar la muerte de todos aquellos que se burlaron de ellos, agendando la fecha en un almanaque», comentó Laguna Duarte.
Tras meses de investigación, los Huipas aceptaron con sangre fría al menos siete asesinatos, confesando haber enterrado los cadáveres al interior de su casa, mutilándolos y conservando sus órganos sexuales para autocomplacerse.
«A todos los castraron, ellos tenían como práctica guardar sus órganos sexuales y fijarlos en la pared en una tapadera de canasta chicharera y ahí tenían sus trofeos en la casa de Eusebio, quien era el más sanguinario», puntualizó.
Los asesinos fueron trasladados a la antigua cárcel de Hermosillo; Mientras que Adelaido y Leonardo Huipas lograron salir en libertad 30 años después de los asesinatos, Basilio Humo y Eusebio Yocupicio, fallecieron en deplorables condiciones al interior de los calabozos.
«Ellos murieron en lo sótanos de la penitenciaría vieja de Hermosillo en las faldas del cerro de la campana, esto por ser los más violentos y depravados, ahí fallecieron torturados, acosados por los reos más peligrosos de Sonora e infectados por tuberculosis», señaló.
Los cuatro hombres que conformaron a los Huipas fueron Eusebio Yocupicio Soto; Adelaido Huipas Quijano; Leonardo Yocupicio Huipas y Basilio Humo Valenzuela. Todos ellos eran primos de primer y segundo grado, y además, eran amantes.
Los cuatro primos mantuvieron una relación incestuosa durante años y esa fue una de las razones por las que su comunidad los rechazaba, discriminaba y hasta se burlaban de ellos.
Al principio, los Huipas escogían como víctimas a quienes se burlaban de ellos por su estatus en la comunidad, pero específicamente a quienes los ridiculizaban debido sus preferencias sexuales. Eusebio fungía como líder de los Huipas, y era el que se encargaba de calendarizar los asesinatos. Así es, planeaban el día en que asesinarían a sus víctimas y lo ponían en el calendario para llevar una mejor organización y control de sus crímenes. Uno de los primeros asesinatos que cometieron fue el de Lorenzo, que era uno de los amantes de Eusebio y Leonardo.
Los Huipas cometieron diversos crímenes de este tipo, sin embargo, la desaparición de sus víctimas era muy evidente, y varias pistas los señalaban a ellos como los culpables de que no se encontrara a las personas de la comunidad.
Cuando un hombre llamado Vicente desapareció, su padre se enteró que el último hombre con quien se le había visto, había sido con uno de los Huipas, por lo que dio aviso a la policía. Fue así que, tras años de llevar a cabo sus macabros asesinatos, fueron aprehendidos el 13 de abril de 1950.
Luego de que los Huipas confesaron sus crímenes, los sentenciaron a muerte, sin embargo, luego de la abolición de esta práctica en México, cambiaron su condena por 30 años en prisión. Eusebio y Basilio murieron en la cárcel, a causa de tuberculosis, y Leonardo y Adelaido fueron liberados luego de cumplir su condena.
Debido a estos hechos, muchas familias decidieron quitarse el apellido Huipas debido al rechazo social, e incluso se convirtió en una palabra impronunciable al interior de la comunidad, al recordar el lado más oscuro del pasado de Huatabampo.
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