21 de mayo de 2024

LA POLÍTICA HOY

Columnas de Opinión del sábado 21 de agosto de 2021

Templo Mayor

AHORA que el coordinador de Morena en el Senado, Ricardo Monreal, reclamó a Lorenzo Córdova por una supuesta intromisión del INE en temas que competen a los legisladores por haberse osado a fijar los lineamientos para la consulta de revocación de mandato, hay quienes piensan que hay otra razón de fondo para ese pataleo.

LOS CONSEJEROS quieren prohibirle a los partidos recabar firmas para convocar a ese proceso, así como utilizar recursos públicos para difundirlo, como sí lo hicieron en la fallida consulta para el enjuiciamiento de ex presidentes, que de todas maneras salió carísima y tuvo una bajísima participación de los ciudadanos.

Y COMO que eso ya no les gustó a los morenistas y sus aliados, quienes, ante esas restricciones, no podrían echar a andar su maquinaria de “movilización”, lo que limitaría su capacidad de influir en ese ejercicio ciudadano y lograr que todo salga tal y como lo quiere “ya saben quién”.

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LLAMA la atención que Andrés Manuel López Obrador diga que el freno a la revocación de mandato, en el Congreso de la Unión, se debe a que Carlos Salinas de Gortari ¡sigue mandando en México!

Y ES QUE, una vez más y como lo ha hecho desde hace años, el Presidente vuelve a echarles la culpa a los salinistas a pesar de que él ya lleva tres años en el gobierno y de que todo este tiempo ha estado ¡rodeado de ex colaboradores de Salinas!

PORQUE no hay que buscar mucho para encontrar entre sus más cercanos a varios cuadros que formaron parte del gobierno en aquel sexenio, como: Manuel Bartlett, Alfonso Durazo, Marcelo Ebrard, Esteban Moctezuma, Ignacio Ovalle o Roberto Salcedo.

TAL PARECE que, con todo y que en alguna época lo apodaba “El Innombrable”, López Obrador acaba siempre por necesitar de su viejo “adversario” y villano político favorito para sacarse de la manga justificaciones cuando no se hace su santa voluntad.

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UNA MALA: el huracán “Grace” se enfila hacia el centro del país y podría provocar hoy destrozos e inundaciones en Hidalgo, el Estado de México y la CDMX.

UNA BUENA: es la mejor oportunidad que tienen las presas del Sistema Cutzamala para recuperar su nivel después de un año de crisis histórica que le ha pegado, y duro, al abasto de agua en el Valle de México.

Y UNA PREOCUPANTE: que los extremos provocados por el cambio climático le están pegando cada vez más fuerte a una zona del país que pasó, en unas cuantas semanas, de la desesperación por la sequía al miedo a las inundaciones. (F. Bartolomé, Reforma, Opinión, p.8)

Bajo Reserva

A la ex zar anticorrupción de AMLO “se le olvida” declarar bienes

Quien fue la encargada de promover las declaraciones patrimoniales de los trabajadores del gobierno federal en sus diferentes etapas —ingreso, modificación cada mayo y conclusión— parece se le olvidó realizar esta última modalidad, correspondiente a su salida del gobierno. Irma Eréndira Sandoval, extitular de la Función Pública (SFP), quien fue separada del cargo por el presidente Andrés Manuel López Obrador el pasado 21 de junio, debió presentar esta declaración en los siguientes 60 días naturales a su salida. Es decir, la fecha venció desde el miércoles pasado; sin embargo, en la plataforma Declaranet no aparece su declaración de conclusión. ¿Será que doña Irma no presentó esta obligación porque pensaba regresar al gobierno federal? ¿O acaso tiene algo que ocultar?

¿La tercera es la vencida?

Luego de dos intentos infructuosos por aprobar un periodo extraordinario para avalar la Ley Federal de Revocación de Mandato, como lo ordenó a los legisladores de Morena el presidente López Obrador, el coordinador en el Senado, Ricardo Monreal, ya se comprometió a que el 1 de septiembre, es decir iniciando la siguiente Legislatura, se discutirá y aprobará el marco legal correspondiente. Dijo que estas reformas no se hacen “al contentillo” del inquilino de Palacio Nacional, sino por convicción de los legisladores guindas. Veremos si la tercera es la vencida y antes de ello, además de culpar a los legisladores “salinistas”, no viene un nuevo manotazo presidencial por la tardanza en contra de los suyos. Como se ha visto en últimas semanas, nadie que esté en desacuerdo con el Presidente está a salvo de la lengua flamígera.

Polarización en el Congreso

Al calor del debate de ayer en la Comisión Permanente del Congreso de la Unión no faltaron las arengas desafortunadas que reflejan la creciente polarización entre morenistas y la oposición. Lucía Trasviña lanzó con desvaríos al momento de votar: “Viva el mejor presidente de México, viva la Cuarta Transformación, mueran los liberales conservadores, fuera Lorenzo Córdova del INE”. Más allá de lo anecdótico, sus comentarios reflejan el grado de animadversión, la cual ha sido alentada desde el púlpito mañanero de Palacio Nacional. Tampoco ayuda, desde luego, que la oposición retome las palabras presidenciales para echarle limón a la herida del oficialismo, como ocurrió ayer con Xóchilt Gálvez, del PAN, quien soltó mientras salía del Salón de Plenos: “Alguien va a necesitar mañana Vitacilina”… en referencia a que, de nuevo, Morena perdió en su intento de abrir un periodo ordinario de sesiones.

La peligrosa “ultrademocracia”

Alistan todo en Campeche para que el 25 de agosto comience el recuento de “voto por voto, casilla por casilla”; no para saber si realmente la morenista Layda Sansores ganó, sino para determinar las irregularidades que existieron y, en su caso, tomar una decisión sobre qué procederá con esa elección. El Tribunal Electoral del Poder Judicial de la Federación se prepara que el recuento se lleve a cabo en 2 días, en los cuales se deberán abrir paquetes de 21 distritos. Frente a esta decisión, López Obrador ironizó con el recuento: “Yo invito a todos a que observemos la actitud del Instituto Nacional Electoral (INE) porque están mostrando el cobre, lo mismo el Tribunal; ahora salieron ultrademócratas con el ‘voto por voto, casilla por casilla’ en Campeche”. ¿Ahora la “ultrademocracia” también es un problema? (El Universal, A2, p.2)

Sacapuntas

Se inspira en Palenque 

Fin de semana de encierro tiene el presidente López Obrador en su finca de Palenque. Estos días los dedicará a revisar el Tercer Informe de Gobierno, que presentará el próximo 1 de septiembre. También redactará su mensaje para el 24 de agosto, día en que se conmemora la firma de los Tratados de Córdoba, de 1821, que sellaron la Independencia de nuestro país.

Ministro impulsa equidad

Paridad de género es la clave para seguir modernizando al Poder Judicial, sostuvo el ministro presidente de la Suprema Corte, Arturo Zaldívar. “Seguiremos impulsando la paridad de género. Es y será una prioridad. Es esta la apuesta correcta para una mejor justicia”, difundió en un mensaje. El sustento, agregó, son las nuevas juezas y magistradas.

Se van a Washington 

En un hecho que este lunes van a Washington los dirigentes del PRI, PAN y PRD, Alejandro Moreno, Marko Cortés y Jesús Zambrano. Allá entregarán presuntas pruebas de la intromisión del crimen organizado en la pasada elección. A las 10:30 horas van con Luis Almagro, de la OEA; a las 11:30, con Tania Reneaum, de la CIDH, y a las 14:30 al Wilson Center.

El PRI no se queda atrás

Es un hecho que la dichosa reforma electoral trae a todos alborotados. Ya hasta el PRI está armando la suya. Será de “gran calado”, dice Rubén Moreira, quien será líder de su bancada en la próxima Legislatura, y la presentará en septiembre. El caso es que son ya muchas las iniciativas anunciadas, y hay quienes creen que de todas no pasará ninguna.

Pacto en Monterrey

Acuerdo para reactivar la economía apoyando a micros, pequeñas y medianas empresas pactó la secretaria de Economía, Tatiana Clouthier, con nueve gobernadores electos. Su encuentro fue ayer, en Monterrey, Nuevo León, con seis morenistas, un panista, uno del PVEM y el anfitrión de MC. También coincidieron en impulsar la Agenda 2030. (El Heraldo de México, La 2, p.2)

Mi respuesta al Presidente

El pasado jueves 19 de agosto en su mañanera, el presidente Andrés Manuel López Obrador dijo lo siguiente: “Aquí vino Jorge Ramos a decir que era mi gobierno el que tenía el récord de más homicidios. Falso. Afortunadamente”.

Cierto. Desafortunadamente. Las cifras indican que el gobierno de López Obrador ya tiene el promedio de asesinatos más alto de la historia moderna de México: 95 por día. Es un récord. Y si las cosas no cambian, su gobierno muy pronto superará el número total de homicidios dolosos que hubo en las presidencias de Enrique Peña Nieto y Felipe Calderón. Más allá de la burbuja del Palacio Nacional, el país no vive la “paz y tranquilidad” que el Presidente pregona.

Aquí está mi respuesta a las más recientes declaraciones del Presidente.

Desde que López Obrador tomó el poder (del 1o. de diciembre del 2018 hasta el 30 de junio de este 2021) han sido asesinados 89,064 mexicanos. Y para que no haya dudas, estoy usando las cifras oficiales de homicidios dolosos del propio gobierno de AMLO y que son publicadas por el Secretariado Ejecutivo del Sistema Nacional de Seguridad Pública.

Ningún gobierno reciente ha tenido, en promedio, tantos asesinatos diarios como el de López Obrador. Vamos a hacer la comparación de homicidios dolosos de los últimos tres gobiernos:

  • López Obrador: 89,064 en 31 meses (Dic. 2018-Junio 2021) o 95 muertos por día.
  • Enrique Peña Nieto: 125,508 en 72 meses (2012-2018) o 58 muertos por día.
  • Felipe Calderón: 121,683 en 72 meses (2006-2012) o 56 muertos por día.

¿Cómo pasamos de 56 o 58 muertos diarios a 95? Este es un triste récord del que nadie puede sentirse orgulloso. Según estos cálculos -basados en cifras oficiales y del Instituto Baker de la Universidad de Rice (para el sexenio de Calderón)- el gobierno de AMLO pronto tendría más homicidios dolosos que cualquier otro. Y ni siquiera ha cumplido tres años. De seguir así, las cifras para el 2024 serían aterradoras.

El Presidente ha repetido muchas veces que se levanta a las cinco de la mañana y a las seis se reúne con todo el gabinete de seguridad para analizar la inseguridad en el país. Por supuesto, se agradece el esfuerzo y el madrugonazo diario. Pero reunirse mucho no garantiza resultados positivos.

El Presidente apunta, correctamente, que ya no hay una fuerte tendencia al alza en los homicidios dolosos respecto a los dos años que le precedieron. “Si ustedes ven el 2017 y 2018, si lo analizan a detalle, es como un incremento del 15 al 20 por ciento”, dijo en la conferencia de prensa del jueves. Efectivamente, ya no hay un incremento tan drástico. Pero el problema -el gravísimo problema- es que las matanzas, los feminicidios y los homicidios dolosos en el país se han estabilizado a niveles altísimos. Esto es como quedarse colgado de cabeza en la cima de una montaña rusa.

Claramente la política de “abrazos, no balazos” ha fallado. Tampoco ha funcionado la creación de la Guardia Nacional, violando la promesa inicial de que sería manejada por civiles. Además, es sumamente preocupante la rápida militarización del país. ¿Dónde quedó el compromiso de AMLO del 2012 de regresar a los militares a los cuarteles en los primeros seis meses de su gobierno?

La principal obligación de un Presidente es proteger la vida de sus ciudadanos. En ese sentido, López Obrador ha fracasado estrepitosamente. (Y eso que aquí no estamos hablando de los muertos por el ineficiente y confuso manejo de la pandemia en México).

Ojalá el Presidente tuviera razón y su gobierno no fuera el más violento que se recuerde. Pero no es así. Las cifras -sus propias cifras oficiales de homicidios dolosos- dicen otra cosa y muestran zonas del país con peligrosísimos vacíos de autoridad.

Lo peor de todo es que si el Presidente no reconoce que su estrategia ha fallado, va a seguir repitiendo el mismo error. Y eso ocasionará la pérdida de muchas más vidas.

Ya he asistido a tres mañaneras y aprecio la oportunidad de preguntarle directamente al Presidente. Pero ese no es el mejor formato para profundizar en estos temas. Sé que el Presidente ya no da entrevistas pero aprovecho este medio para solicitarle una. No sería la primera vez. Solo dígame la hora y el lugar y ahí estaré. Ya tengo sus datos. (Jorge Ramos Ávalos, Reforma, Opinión, p.8)

Serpientes y Escaleras / El mensaje que tardaron dos meses en entender en Palacio

El jueves por la tarde, hasta Palacio Nacional llegó un mensaje que se resistieron a entender en el despacho del poder: la oposición, unida en bloque, decidió ponerle un freno a los caprichos y obsesiones de López Obrador. Acostumbrado a mandar durante estos tres años con sus mayorías en el Poder Legislativo, el Presidente trató de presionar e imponer una vez más su agenda personal y política al Congreso en un tema que, por más importante que pueda resultar, nunca debió sujetarse a las prisas y al mandato presidencial.

Podría decirse que el mensaje que los mexicanos le mandaron en las urnas al titular del Poder Ejecutivo, desde el pasado 6 de junio, y que éste se resistió a comprender, con un discurso de soberbia y triunfalismo en el que decía haber ganado todo y no haber perdido nada en las pasadas elecciones, fue recibido con más de dos meses de retraso por el inquilino del Palacio presidencial que hasta esa tarde del jueves seguía sin creer que la oposición, a la que alguna vez declaró como “moralmente derrotada”, le creció finalmente en las pasadas votaciones y que las amenazas, investigaciones y expedientes judiciales con los que los mantuvo sometidos y divididos durante el primer trienio de gobierno, ya no le funcionarán igual en la segunda parte del sexenio.

Lo que se definió entre el miércoles y el jueves de esta semana en la sesión de la Comisión Permanente, con el doble revés que le propinó el bloque opositor al Presidente y al bloque oficialista encabezado por Morena, fue la nueva correlación de fuerzas que imperará en el Congreso de la Unión a partir del 1 de septiembre y que, con dos semanas de anticipación al arranque de la nueva legislatura, ya se hizo sentir en las votaciones para rechazar un periodo extraordinario en el que se discutiera la Ley para la Revocación de Mandato.

Y no es que la oposición haya rechazado —como lo dijo ayer de forma maniquea el Presidente— la Revocación de Mandato, mucho menos que hubiera habido un complot de “salinistas” en el que el expresidente que hoy radica en Londres haya vuelto a mover sus perversos tentáculos para arruinarle la votación al jefe de la 4T. Lo que realmente sucedió es que la oposición se rebeló ante el burdo intento de imponerle al Congreso los tiempos y caprichos de Palacio Nacional que además fueron operados con falta de pericia ante la decisión del Presidente de cambiar a sus operadores en el Congreso, especialmente al coordinador del Senado, Ricardo Monreal, que tiene el control de los hilos finos en el Legislativo, para meter a operar a integrantes de su gabinete que no pudieron darle los mismos resultados que el zacatecano.

Es tan claro que no hubo ni boicot ni complot contra la Revocación de Mandato,  que es un hecho que la iniciativa que la oposición se negó a discutir apresuradamente en un periodo extraordinario, volverá a presentarse y discutirse a partir del próximo 1 de septiembre, cuando inicie una nueva legislatura en la Cámara de Diputados, en la que incluso es muy probable que la mayoría simple de Morena y sus aliados pueda aprobar, sin mayor complicación, esa iniciativa de Ley secundaria que tanto le importa y le urge al Presidente.

De hecho, fuentes del gabinete presidencial nos confirman que en cuanto arranque el periodo ordinario y se instale la 65 Legislatura en San Lázaro, “el primero o a más tardar el segundo día de sesiones, volverá a presentarse la iniciativa de Ley de Revocación de Mandato”, para que sea procesada de inmediato en comisiones legislativas y presentada en el pleno para su votación. ¿Y entonces, si siempre hubo esa posibilidad y López Obrador sabía que no tenía los votos suficientes en la Comisión Permanente para convocar a un extraordinario, por qué la necedad de haber insistido hasta dos veces en doblegar al órgano bicamaral a someterse a las urgencias de la Presidencia?

La respuesta a esa pregunta es precisamente por la soberbia que sigue reinando en Palacio Nacional, en donde el Presidente, que sigue manejando la agenda pública, predicando y despotricando contra todo y contra todos desde su conferencia mañanera, nunca se dio el tiempo de entender que la votación del pasado 6 de junio, si bien aún le fue muy favorable y le concedió una mayoría simple en la Cámara de Diputados y la mayoría de las 15 gubernaturas que estuvieron en disputa, también traía implícito el mensaje de descontento y desaprobación de un sector importante de la sociedad mexicana que le entregó a la oposición, tanto a la que compitió aliada como a la que fue sola, una mayor presencia y fuerza en el Poder Legislativo.

Lo más interesante de lo que ocurrió esta semana entre el Congreso y la Presidencia de la República, es que la oposición finalmente se envalentonó y le perdió el miedo a un gobierno que, a punta de amenazas, investigaciones y expedientes, mantuvo agazapados y asustados a los principales líderes y coordinadores parlamentarios que siempre se doblaron ante la intimidación del poder presidencial. El resultado del 6 de junio y el nuevo equilibrio de fuerzas que imperará a partir del 1 de septiembre en el Congreso de la Unión, hizo que los opositores se atrevieran a decirle “no” al Presidente no una, sino hasta dos veces.

El mensaje que este jueves por fin entendieron en Palacio, no sin un berrinche y molestia del Presidente, es que en la segunda parte del sexenio, el equilibrio y la división entre poderes, esa que casi nunca ha existido en la historia política y democrática de México, la que aplastaron en su momento las mayorías del PRI, del PAN y ahora de Morena, volverá a vivir un momento importante en la segunda parte de este sexenio en la que los caprichos y obsesiones del Presidente encontrarán un dique sólido en las reformas constitucionales y una oposición más firme y unificada en la discusión del presupuesto y las leyes reglamentarias. Ese es un mensaje que no es bueno para un Presidente que se acostumbró a ejercer el poder onmímodo en la primera mitad de su mandato, pero sin duda que es un muy buen mensaje para la democracia en el país.

NOTAS INDISCRETAS….

La premura y la urgencia de López Obrador para que se aprobara la ley secundaria para la Revocación de Mandato, tenía que ver con dos cosas: la primera que el mandatario sabía muy bien que, aunque después del 1 de septiembre podrá sacar esa iniciativa con su mayoría simple de Morena y aliados, la discusión y el debate van a ser más intensos por la mayor fuerza que tendrá la oposición en la próxima legislatura; y la segunda razón tiene que ver con el anuncio del INE de que, ante la tardanza y el desacato en el que incurrió el Congreso, al no haber legislado una ley reglamentaria que tenía como plazo legal el pasado 17 de junio, los consejeros electorales comenzarían a redactar su propio reglamento para la organización y ejecución de la Consulta Popular para la Revocación de Mandato que, por disposición constitucional, le corresponde ejecutar al organismo electoral.

Y como está claro que el Presidente le tiene una fobia y un odio casi personal a todo lo que huela al INE, y en particular a Lorenzo Córdova, ante la sola mención de que los consejeros pudieran hacer el reglamento para la Revocación, el inquilino de Palacio enloqueció y les gritó a sus colaboradores que sacaran “sí o sí” un periodo extraordinario, algo en lo que claramente al Presidente le fallaron sus operadores… Por cierto, que en el caso de la diputada suplente de Jalisco, Adriana Medina, siguen las dudas de por qué la legisladora de MC abandonó la sesión de la Permanente el miércoles y evitó votar restándole un voto al bloque opositor y sumándoselo a Morena.

La versión pública que dio la diputada emecista fue que tenía síntomas y malestares y que se fue a hacer una prueba de Covid que salió positiva. Pero cuando el documento del fallo positivo que ella misma publicó en su cuenta de Twitter fue revisado, afloró una burda falsificación en la que la señora Medina modificó un dictamen médico del año 2020 para hacerlo pasar como una prueba del pasado miércoles 18 de agosto de 2021. Hasta ahí queda claro que la diputada suplente de MC es una mentirosa, pero lo que falta por esclarecer es si ella decidió abandonar la sesión para evitar emitir su voto y falsificar una prueba de Covid de motu propio o si alguién más le pidió mentir con la intención de que su ausencia ayudara a la mayoría de Morena y de paso al presidente López Obrador a sacar su periodo extraordinario.

En lo que eso se aclara y se conoce el resultado de la investigación interna que anunció el coordinador de MC en el Senado, Dante Delgado, les dejamos un dato: Adriana Medina, suplente de la diputada titular Fabiola Loya, es cercana al gobierno de Enrique Alfaro, y el mandatario de Jalisco tiene en estos momentos una cercana relación con el presidente López Obrador que le ofreció su apoyo político y financiero para sacar adelante varios proyectos de infraestructura importantes para Jalisco y para la administración alfarista, entre ellos la atorada presa de “El Zapotillo” que llevará agua de Guanajuato hasta la Zona Metropolitana de Guadalajara. Es solo un dato, que cada quién lo interprete como quiera…Los dados mandan Serpiente Doble. Semana de altibajos. (Salvador García Soto, El Universal, Nación, p.7)

El regreso a las escuelas costará vidas de niños y adolescentes…/Juan Pablo Becerra-Acosta M.

Qué difícil decisión para los siguientes nueve días. ¿Mando o no a mis hijos a los colegios? ¿Y si se contagian? ¿Y si mueren?

El Universal 21/08/2021;

No está a debate ya: los bebés, los niños y adolescentes sí pueden contagiarse a causa del coronavirus. Sí se enferman de la Covid-19. Sí pueden ponerse graves. Y, desgraciadamente, sí pueden morir.

Aquello de: “En el mundo NO existe evidencia de epidemia de Covid-19 en menores de edad” (sic), que publicó el 12 de agosto el gobierno de México en su cuenta de Twitter, es falso. La pandemia sí abarca a los menores de edad.

Quien a estas alturas de la desgracia diga que el regreso a clases no pone en riesgo a los menores de edad, profiere una falacia, e interpreta otro nuevo capítulo de esa tragicomedia llamada “Política mata a ciencia”.

Aquí están los datos duros: de acuerdo a gráficas y notas elaboradas para Gaceta UNAM por el Doctor en Ciencias (Matemáticas) por la UNAM, Arturo Erdely, con base en los datos abiertos de la Secretaría de Salud de México hasta el 17 de agosto de 2021 (https://www.gaceta.unam.mx/la-unam-responde-dudas-de-la-sociedad/), desde que inició la pandemia ha habido más de 138 mil casos positivos de SARS-CoV-2 entre bebés, niños y adolescentes.

Copio parte de lo publicado ahí: “Se trata de casos confirmados acumulados en menores de edad, de los cuales 7 mil han requerido hospitalización en todo México a causa de la enfermedad Covid-19. Lamentablemente, en el país ha habido 725 defunciones confirmadas por ese padecimiento”.

La tercera ola de esta pandemia cada vez es más peligrosa para los menores de edad. Vuelvo a compartir lo de Erdely en Gaceta UNAM:

“Por grupos de edad, durante la actual tercera ola de contagios los menores de 6 años han cuadruplicado el número de casos positivos con respecto al peor momento que vivieron durante la segunda ola. Los niños de 6 a 11 años han triplicado el peor momento de la segunda ola. Y los adolescentes de 12 a 17 años han duplicado su peor momento de la segunda ola. En cuanto a hospitalizaciones, los tres subgrupos de edad también ya superaron, en la actual tercera ola de contagios, su peor momento vivido durante la segunda ola”.

Y a pesar de esos datos duros, el pasado 10 de agosto el subsecretario de Prevención y Promoción de la Salud, Hugo López-Gatell, aseguró que no existe “sustento científico” para decir que la tercera ola por coronavirus está afectando en mayor medida a la población de niños y adolescentes. Cada quien es rehén de sus dichos.

En fin. La pandemia está en su momento de mayor aceleración de contagios y muertes, de acuerdo a las cifras oficiales de la propia Secretaría de Salud. ¿Qué hacemos? ¿Que de todas maneras vayan los niños a las aulas, muchas de éstas carentes de agua, de jabón, sin ventilación adecuada ni espacio suficiente para que los alumnos guarden sana distancia durante horas?

¿No sería mejor esperar a que avance más la vacunación en todo el país? ¿No sería más conveniente iniciar clases presenciales en enero?

Malaquías López Cervantes, académico del Departamento de Salud Pública de la Facultad de Medicina de la UNAM, ha manifestado que el gobierno debería adelantar la vacunación anti-Covid en menores de 12 años en adelante. “No es necesario que haya millones de contagios y defunciones en estos grupos para considerarlo alarmante, por eso las autoridades deberían priorizar la aplicación de dosis anti-Covid en estas poblaciones. Si se quiere alcanzar la inmunidad de rebaño, tantas veces mencionada, es necesario vacunar a niños y adolescentes”, ha dicho a EL UNIVERSAL (https://www.eluniversal.com.mx/nacion/contagios-de-covid-19-en-ninos-se-…).

Mucha gente dice que el daño emocional por el encierro ha sido muy severo. Cierto, apenas estamos atisbando los estragos emocionales. Que la violencia intrafamiliar ha sido tremenda con ellos. Verdad. Que han aumentado embarazos en menores. Sí. Terrible. Seguro que estar en las escuelas les haría mucho bien a los niños.

También alegan los pro-clases en escuelas que el confinamiento es insostenible. Perdón, pero eso habrá sido antes, hace varios meses, porque desde hace semanas muchos niños están con sus padres en las calles, en mercados, en centros comerciales, en parques, en cines, en tiendas, y no pocos adolescentes andan en fiestas, graduaciones, de viaje en autobuses, aviones, playas y hoteles, por no hablar de quienes (los menos) se aventuraron rumbo al extranjero. Es decir, son posibles focos de contagio.

Qué difícil decisión para los siguientes nueve días. ¿Mando o no a mis hijos a los colegios?, se preguntan millones de padres. ¿Y si se contagian? ¿Y si se ponen graves? ¿Y si mueren?

Yo nada más planteo: por no esperar hasta enero, ¿quién se va a hacer cargo de los fallecimientos de niños y adolescentes que podrían surgir como como consecuencia del regreso a las aulas?

¿Quién? ¿Alguien?   

jp.becerra.acosta.m@gmail.com 

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El Fixer

LINOTIPIA / Peniley Ramírez

en REFORMA, 21 Ago. 2021

Miguel Ángel Vega manejaba entre las zanjas de un camino sin asfaltar. Llevábamos menos de una hora de viaje. Hablaba de lo hermoso del cielo, de lo ricos que son los tacos de camarón en Sinaloa. Si uno no supiera que íbamos en camino a un laboratorio clandestino de drogas sintéticas, parecería que la nuestra era una travesía hacia un pícnic. Yo iba a su lado pensando en su buen humor, sorprendida con su calma en esa situación estresante.

Esperamos ese momento durante casi medio año. Primero viajaríamos en el verano de 2019, pero una serie de operativos policiacos impidió que nos acercáramos a la zona donde se fabrica el fentanilo. Luego el viaje estaba planeado para octubre. La detención y liberación de Ovidio Guzmán complicó las cosas. Una vez en Culiacán, en enero de 2020, esperamos de nuevo durante días a que el contacto de Vega nos dijera que ya era seguro tomar el camino que lleva a una zona de ranchos de hierba seca donde se cultiva marihuana y amapola, donde se fabrican metanfetaminas y fentanilo.

En mi carrera como periodista, pocas cosas me han causado más ansiedad que la espera antes de entrar a una zona controlada por grupos mafiosos. Por eso fue distinto ese reportaje que hicimos con Vega. Era peligroso, sí, pero no sentíamos que estábamos completamente expuestos. Su confianza y su experiencia fueron claves en esa historia.

Vega es periodista, guionista y director de cine. Trabaja como reportero del icónico semanario investigativo Ríodoce en Culiacán y se dedica profesionalmente al trabajo de fixer. Un fixer es alguien que colabora con un equipo investigativo y les ayuda a entender el terreno, explica el contexto de lo que se está investigando y conecta a periodistas que no trabajan en la zona con fuentes locales. En una situación así, hace toda la diferencia viajar con un periodista que conoce el lugar, el léxico, los códigos para tratar a quienes fabrican y trasiegan la droga. En mis años en Univision Investiga, él ha sido el periodista que mejor ha conocido esos códigos en investigación de campo en México.

Con frecuencia, a quienes hemos hecho periodismo en televisión nos preguntan cómo pudimos llegar a un sitio controlado por las mafias, grabar allí, hacer entrevistas en cámara. Pocas veces eso se logra sin un fixer. Cuando se logra, es casi un suicidio para los reporteros que se aventuran por su cuenta a un terreno hostil. «Uno de los principales temores que tienen los criminales es que uno sea un agente encubierto de la DEA. Yo debo investigar a los que me contratan y asegurarme de que sí son periodistas», me contó Vega.

Hablamos a propósito de su primer libro, El Fixer, que se publicó hace unas semanas. Las ocasiones que trabajamos juntos, Vega usaba los tiempos de espera y de traslados para escribir. Era como un diario de viajes, de dificultades superadas. Ahora, ese diario es un libro fascinante y divertido, que muestra como pocos los matices y complejidades de la «guerra contra el narco» y cuestiona, desde un estilo personal y anecdótico, el trabajo de la prensa en la cobertura de esos matices.

Le pregunto cuáles han sido los ingredientes esenciales de su trabajo como fixer. «Lidiar con el miedo, mantener la calma. Entras con personas que son sumamente peligrosas. No sabes si lo está cazando un grupo rival o el gobierno», contesta.

Otra dificultad es que Vega no tiene control sobre el producto final. Si la persona que fue a hacer entrevistas al terreno escribe algo que había acordado con la fuente no escribir, o no respeta la confidencialidad de alguna persona, quien debe responder es Vega, porque es quien está allí, en contacto con los entrevistados.

Me quedo con esta reflexión suya sobre el costo personal de hacer periodismo sobre crimen en México: «Además de que quedo en peligro, yo pierdo una fuente. Son grupos muy sensibles que a la primera no perdonan. Por eso nunca le digo a compañeros, amigos, dónde estoy, nadie sabe dónde vivo. Soy como un fugitivo, pero un fugitivo por mi profesión de periodista».

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Inframundo/Jorge Volpi

Tras una larga odisea, que rememora en distintos niveles la búsqueda de Orfeo tras Eurídice en el inframundo -y su postrera derrota-, una madre al fin se enfrenta a la verdad sobre su hijo desaparecido, uno más entre los miles de casos que horadan al país. Con escenas de una belleza abismal, donde la naturaleza misma, los agrestes paisaje del norte, con sus desiertos desolados, sus matojos, su estigia repentina y sus riscos amenazantes, se corresponde tanto con el estado emocional de los personajes como con el nuestro, Sin señas particulares, de Fernanda Valadez es uno de los retratos más vívidos -y emocionantes- que se hayan hecho de nuestros años de plomo.

Cuando Felipe Calderón lanzó su guerra contra el narco, se empeñó en instaurar entre nosotros una moral dualista directamente extraída de su espinosa formación católica: un relato justiciero, copiado a George Bush Jr., donde los buenos, representados por las fuerzas de seguridad -y en particular, desde entonces hasta ahora, el Ejército-, se enfrentaban a los malos, esos narcos caricaturizados en cientos de imágenes esperpénticas: seres sin humanidad y sin conciencia, y por supuesto sin gusto, avariciosos y sanguinarios, a los que había que aniquilar a cualquier costo, una tarea en la que Genaro García Luna le servía como estratega y animador televisivo.

Desde entonces, ese mismo relato unívoco se ha mantenido en nuestro discurso público, prolongado en manos de López Obrador, un dirigente cuya biliosa moral cristiana sigue impregnando casi todas sus decisiones públicas. De nuevo el Ejército es el pueblo bueno, leal e impecable, y los malos son ahora más bien almas perdidas, a las que el gobierno recomienda expiación y penitencia y escuchar los consejos de sus madres, o cuya perversidad derivara únicamente de su marginación y su pobreza.

Frente a estas narrativas carentes de cualquier complejidad -justo de esa abigarrada y tortuosa naturaleza humana que persiguen los grandes novelistas o que exhiben los cronistas expertos-, películas como Sin señas particulares ofrecen una visión que, sin perder su componente simbólico -a Valadez le fascinan los guiños clásicos, cercanos a la tragedia griega-, apunta a revelarnos, poco a poco, el duro entramado de violencias que se tiende por todos los rincones de nuestro país, y que van de la sórdida burocracia mortuoria, que solo busca rellenar expedientes para aumentar el número de casos resueltos, a la absoluta imposibilidad de que los órganos del Estado hagan justicia y busquen la verdad.

Todo en nuestra época apuntala hacia este maniqueísmo sin matices, empezando por las redes sociales, donde se privilegian intencionalmente los juicios apresurados -y las más burdas emociones- frente a la lentitud de los detalles o el análisis mesurado de los hechos. Al lado de otras recreaciones de nuestra edad de plomo, de Temporada de huracanes de Fernanda Melchor a La libertad del diablo de Everardo González o de Casas vacías de Brenda Navarro a Soles negros de Julien Elie o Somos de James Schamus, éstos deberían ser los libros, las películas, las series y los documentales que recomienden los maestros a los jóvenes de nuestro país en nuestras escuelas.

Si en verdad queremos enfrentar la violencia que nos azota, necesitamos también eliminar los simplismos y las soluciones fáciles que durante tres lustros nos han conducido al desastre humanitario que seguimos viviendo día con día: cientos de miles de muertos y desaparecidos. Todos estos testimonios nos permiten identificarnos por momentos tanto con las víctimas como con los victimarios y entender -o al menos tratar de entender- la catástrofe que nos acecha día con día. Toda búsqueda en el México de hoy, pareciera decirnos Sin señas particulares, nos lleva a contemplar que, de una forma u otra, cada uno de nosotros es parte del horror. Para escapar al fin del cementerio en que hemos convertido a México en estos quince años, quizás deberíamos empezar por reconocerlo.

Militarismo

A partir del anuncio que hiciera el comandante supremo de las Fuerzas Armadas (Presidente de la República) y explicada por el general secretario de la Defensa Nacional sobre la reestructuración del Ejército y Fuerza Aérea, han corrido al respecto versiones encontradas, muchas de ellas desinformadas y desconocedoras de la realidad castrense de nuestro país, de su marco constitucional y consecuentemente de la autonomía del derecho militar, refiriéndose a la “militarización”, incluso al “militarismo”, cambios necesarios en la estructura orgánica militar contemplada en el Plan Sectorial de Defensa Nacional 2020-2024, reestructuración que ya se exigía desde administraciones anteriores.

La definición del militarismo como un fenómeno político-social establece que es una “actitud respecto a los negocios públicos que concibe la guerra y la preparación de la guerra como los instrumentos principales de la política exterior”.

El derecho militar se integra con más de un centenar de ordenamientos jurídicos, que se originan en la Constitución, que si bien es autónomo se suma al cumplimiento estricto de las Fuerzas Armadas (FFAA) a las leyes de carácter civil, administrativo, penal y otras que conforman nuestro Estado de derecho.

La intervención militar en el gobierno civil no puede considerarse como militarismo cuando las causas determinantes son producto de la decisión del poder civil, en nuestro caso del Presidente de la República, quien militariza la administración pública con base en el marco legal que así se lo permite, marco legal que se modifica continuamente para acomodar la decisión presidencial.

Siendo de las FFAA, la disciplina como valor supremo, obediencia y lealtad a las instituciones están obligadas al cumplimiento estricto de las órdenes que reciben del mando supremo.

Este complejo marco jurídico explica en el contenido de obligaciones y derechos el por qué las FFAA tienen un carácter preciso, vinculado a nuestra historia en la defensa de nuestra soberanía, salvaguardar la libertad, mantener la independencia y ser custodio de la estabilidad social.

Dentro de la política de seguridad nacional, las FFAA tienen una gran responsabilidad, la interdependencia con el desarrollo social obliga al Estado mexicano a disponer de un sistema con el cual pueda planificar las acciones de las distintas vertientes para el desarrollo integral de la sociedad.

Para el Presidente ha habido inacciones que, por corrupción o ignorancia, lo han obligado a echar mano de las FFAA para corregir, lo que a su juicio, basado en otros datos, deben atender las mismas, desde luego con la consecuente descalificación de la sociedad civil.

En cuanto a la seguridad pública, la Guardia Nacional representaría el poder de la fuerza pública, para combatir a la delincuencia. La seguridad pública es una función policial y se deben agotar todos los recursos para cumplir con la protección a la sociedad, evitar la violencia y la confrontación, estimular el apoyo público para dichos fines, con la debida contención e imparcialidad.

Son las policías a quienes corresponde mantener el orden y la seguridad pública, lograr el equilibrio entre la paz social, seguridad y salubridad pública, garantizando la integridad física y moral de las personas.

El uso de las FFAA en tareas de seguridad pública es inadecuado; su empleo debe de ser extraordinario y fundado en el orden jurídico vigente y motivado en las exigencias institucionales.

 APOSTILLA

Reconocimiento al almirante secretario de Marina por su pundonor al ofrecer disculpas públicas al Poder Judicial de la Federación, por sus recientes declaraciones:

“Parece ser que el enemigo lo tenemos en el Poder Judicial”. (Federico Ponce Rojas, Excélsior, Opinión, p.14)

Afganistán, el desastre de Joe Biden

La caída de Afganistán en manos de los talibanes luego del retiro de las fuerzas estadounidenses conlleva un sorpresivo nivel de incompetencia y deshonestidad del presidente Joe Biden y su administración. Así mismo, derrumba la credibilidad y compromiso de la primera potencia con quienes han sido sus aliados.

Estados Unidos ocupó por más de dos décadas Afganistán luego de derrocar a su gobierno en respuesta de los ataques terroristas del 9-11, aquellos que dejaron el mayor número de víctimas civiles en la historia de este país. Sin duda, la política “Nation Building” (edificación de una nación) probó ser inefectiva en un país sin cohesión nacional y en permanente pugna entre etnias y corrientes religiosas.

Varios sondeos de opinión apoyaban la salida de las tropas americanas de ese país, sin embargo, la crisis humanitaria desatada no representa lo que el público respaldaba. Se culpa al ex presidente Donald Trump por el caos pues fue durante su mandato que se comprometió la salida de las tropas para mayo de 2021.

Biden mantuvo el trumpiplan bajo la consigna de que era muy difícil que el Talibán recuperara el poder en el corto plazo. Una premisa falsa pues sólo tomó once días, después del abandono estadounidense, para que esa guerrilla medieval recuperara el control. Alarmado, el presidente culpó al plan de Trump. Otra falsedad, pues el actual mandatario no ha reparado en asegurar que él no es igual que su antecesor. Por ejemplo, cambió la política nacional hacia la OTAN, igual que rechazó la dirección previa en materia energética, ambiental, etc. Es decir, Biden no sigue los lineamientos heredados a menos que sea su deseo.

El presidente se dirigió a la nación para asegurar que el colapso afgano corroboraba la necesidad de sacar las tropas estadounidenses. Otra mentira, el resultado actual se deriva de la mala o nula planeación para culminar la presencia americana con un periodo de transición ordenado, que podía o no apegarse a los tiempos delineados por la administración Trump.

Biden también dijo a los estadounidenses que permanecer en Afganistán no respondía al interés nacional. Me pregunto que pensarán de esa declaración los familiares de las más de 3,000 víctimas de los atentados del 9-11. Con un Talibán renuente a comprometerse a evitar que Afganistán vuelva a convertirse en un paraíso para grupos terroristas, no hay duda sobre si esta nación será utilizada como base de ideologías radicales, sino cuándo se confabularán desde ahí nuevos ataques contra de Occidente.

Joe Biden dijo que los militares estadounidenses dotaron de todo lo necesario a los soldados y policías afganos, no obstante, no pudieron darles el deseo y coraje para luchar —ante la veloz caída del gobierno. Una declaración ignorante y falaz que no reconoce a los 66,000 militares y policías afganos que murieron luchando por su país al lado de los estadounidenses.

Por último, el jueves pasado el presidente dijo que no ha escuchado reclamos internacionales que señalen que esta crisis esté dañando la credibilidad del país. Quizá debe poner atención a la virulenta reacción en el parlamento británico por la salida estadounidense y la crisis provocada en Afganistán. Legisladores de ambos partidos rechazaron las decisiones de los americanos, así como la dócil postura de su gobernante, Boris Johnson.

Trump era un bravucón cuando impulsaba una torpe política internacional que alejó a Estados Unidos de sus aliados tradicionales. Pero Biden, vestido de señor decente, con sus pifias y falsedades, reforzó la idea que cuando se invite a alguien a casarse con los intereses americanos hay que pensarlo muy bien, pues esta nación deja morir, literalmente hablando, a quienes los ayudan. (Antonio Rosas-Landa, El Universal, Opinión, p.8)

Guardia Nacional y Derecho Internacional

El Presidente ha anunciado que enviará una iniciativa de reforma constitucional para que la Guardia Nacional pase a la estructura de la Sedena y deje de estar adscrita a la Secretaría de Seguridad y Protección Ciudadana. La Constitución, según la reforma del 26 de marzo de 2019, establece que las instituciones de seguridad pública, serán de carácter civil, y agrega que la Federación contará con una institución policial de carácter civil denominada Guardia Nacional.

No obstante, en las disposiciones transitorias de aquel decreto, se estableció que, durante un período de 5 años, es decir hasta el 26 de marzo de 2024, las fuerzas armadas podrán realizar labores de seguridad pública, en tanto la Guardia Nacional desarrolla su estructura, capacidades e implantación territorial. Faltan menos de 950 días para que el plazo se cumpla, y que la función de la seguridad pública sea desempeñada exclusivamente por instituciones de carácter civil.

Pero el gobierno no ha hecho nada para fortalecer a la Guardia Nacional como institución de carácter civil. Más bien, lo que quiere el Presidente, es desnaturalizar el mandato constitucional y convertir a la Guardia Nacional en una tercera fuerza armada.

El Presidente ha dicho que éstas y otras medidas adoptadas por su gobierno, o que su gobierno pretende implementar, no implican un avance de la militarización.

Creo que a los ojos de cualquier observador razonable, hacer que la Guardia Nacional deje de ser una institución civil para convertirla en una fuerza armada adscrita a la Secretaría de la Defensa Nacional, no es conducente a la civilización de la seguridad pública, sino a su militarización.

Lo anterior, de concretarse, violaría los estándares del derecho internacional de los derechos humanos, tal y como éstos han sido plasmados y desarrollados por organismos tanto en el ámbito universal, como regional.

Específicamente, la Corte Interamericana de Derechos Humanos (CoIDH), en la sentencia Alvarado Espinosa y otros vs México, de fecha 28 de noviembre de 2018, resolvió, en el párrafo 182 de la sentencia respectiva, que:

“El mantenimiento del orden público interno y la seguridad ciudadana deben estar primariamente reservados a los cuerpos policiales civiles. No obstante, cuando excepcionalmente intervengan en tareas de seguridad, la participación de las fuerzas armadas debe ser:

  1. a) Extraordinaria, de manera que toda intervención se encuentre justificada y resulte excepcional, temporal y restringida a lo estrictamente necesario en las circunstancias del caso;
  2. b) Subordinada y complementaria, a las labores de las corporaciones civiles, (…);
  3. c) Regulada, mediante mecanismos legales y protocolos sobre el uso de la fuerza, (…), y
  4. d) Fiscalizada, por órganos civiles competentes, independientes y técnicamente capaces”

La SCJN, en su resolución derivada de la contradicción de tesis 293/2011, determinó que las sentencias de la CoIDH son vinculantes, incluso en el caso de que México no hubiera sido parte en el litigio respectivo. Lo anterior, según lo dijo la misma SCJN, porque la jurisprudencia de la CoIDH constituye una extensión de los tratados internacionales que interpreta.

Existe un principio universalmente reconocido y plasmado en la Convención de Viena sobre el Derecho de los Tratados, de la que México es parte, que establece que un Estado no puede invocar las normas de su derecho interno como pretexto para incumplir un tratado. Así, aunque llegara a reformarse la Constitución en los términos propuestos por el Presidente, se violaría el derecho interamericano de los derechos humanos.

Hay ciertas cosas que están fuera del alcance del poder reformador de la Constitución. Ojalá que, más bien, se adopten medidas tendientes a la civilización de la seguridad pública, tal y como lo ordena la CoIDH y el texto vigente del artículo 21 constitucional. (Santiago Corcuera Cabezut, El Universal, Opinión, p.9)

Arsenal / El cantinfleo de los morenos y sus rémoras

La diputada María del Carmen Almeida Navarro se había aventado la puntada de decir que a sus compañeros legisladores de Morena los manda “el pueblo”. Suplente de la hoy secretaria de Economía, Tatiana Clouthier, la diputada acababa de afirmar que la oposición “tiene miedo” a la consulta que tanto quiere el presidente López Obrador para su ratificación —que no revocación— de mandato.

Me asaltaron las dudas. Pedí el micrófono. Le hice una pregunta guiado por lo que hemos visto en estos años de la Cuarta Transformación: ¿Ese “pueblo” que manda al grupo de Morena se llama Andrés Manuel López Obrador, vive en Palacio Nacional y encabeza otro poder?

La mujer no se alteró con la provocación. “Somos millones, millones de personas que estábamos sedientas, hambrientas de una persona que encabezara, tuviera el valor, la decencia, la perseverancia de unirnos a los mexicanos en una transformación por la vía pacífica.

“Por supuesto que obedecemos al pueblo de México, porque ese pueblo de México se sumó a la transformación que encabeza el presidente Lopez Obrador”, aseguró.

Me pregunté si el pueblo les ordenó desaparecer las estancias infantiles, eliminar los fideicomisos, quitar el Seguro Popular, militarizar tareas que son de civiles, privilegiar el uso de combustibles fósiles sobre energías limpias, ignorar a la oposición, minimizar la pandemia y, sobre todo, empobrecer a los mexicanos (ver datos del Coneval).

Titubeante, cantinfleó: “Cuando somos diferentes somos diferentes, cuando somos iguales somos iguales. La mayoría legislativa es mayoría legislativa porque se sumó a un proyecto de nación encabezado por un líder social.

“A eso obedecemos personas que estábamos fuera de la política, que nos iba muy bien fuera de la política y que pusimos en riesgo y nos pusimos de reflectores para trabajar por Mexico… Les aviso que el país está cambiando”.

¿No será otra la confundida? Es pregunta.

*Vale la pena rescatar el desmesurado elogio que Gerardo Férnández Noroña le hizo a López Obrador en la tribuna de la Comisión Permanente. De sus palabras desprendemos que

Ni Juárez ni Madero ni Lázaro Cárdenas están a la altura del tabasqueño. Va textual lo que dijo: “López Obrador es el político más excepcional que ha tenido este país, muy grande, muy grande. Patriota, honesto, comprometido, ama al pueblo, se juega la vida todos los días, nos sirve con pasión, con entrega. ¿Cómo regatearle nada al compañero Presidente…?”, preguntó. Sin comentarios.

*La purga que el Presidente intenta hacer en el INE y en el TEPJF sólo tiene una explicación. Tiene miedo que consejeros y magistrados antepongan la ley a sus caprichos.

No hay un sólo elemento que avale las acusaciones generalizadas de AMLO de que “no son demócratas”. Mucho menos para destituirlos. Por fortuna, Morena perdió fuerza en la Cámara de Diputados y ni con sus rémoras tendrá la mayoría calificada requerida —dos tercios de los presentes— para un capricho de esa magnitud.

Ya que estamos en ésas, el senador Ricardo Monreal le dijo ayer a Lorenzo Cordova que el INE no puede ni debe emitir los lineamientos para la revocación de mandato.

“Por ningún motivo un órgano autónomo, por importante que sea, puede sustituir al Poder Legislativo”, narró el senador en rueda de prensa. Falso debate, a juzgar por lo que le respondió el consejero presidente: “Me dijo que los lineamientos eran para el cálculo en el presupuesto, dado que hoy es el último día  para enviar el presupuesto y la revocación de mandato debe estar dentro de ese presupuesto”. Monreal aprovechó para anunciar que el primer asunto que discutirá la siguiente legislatura, que arranca el primero de septiembre, será la ley secundaria para la revocación de mandato.

*¿Hasta qué punto la educación debe fluctuar entre los rasgos sicológicos del ser humano y los dictados de una religión católica conservadora? El dilema que se desprende de esta pregunta es tratado en la película Feral, del director mexicano Andrés Kaiser, quien hace su debut en el cine comercial.

Feral se estrenó hace dos días en 22 salas de cine de toda la República. Los que la han visto nos la recomiendan ampliamente. Lamentable que se proyecte en las pantallas en el pico de la tercera ola de covid.   (Francisco Garfias, Excélsior, Opinión, p.4)

Retrovisor / ¿Se irán todos los que quiere el Presidente?

El presidente López Obrador quiere liquidar a los 11 consejeros del INE y a los siete magistrados del Tribunal Electoral.

Hay quienes le atribuyen poderes especiales al Ejecutivo federal, como sucedió cuando se pretendía ampliar el mandato del ministro Arturo Zaldívar al frente del Poder Legislativo y la Suprema Corte de Justicia (SCJN), una aspiración que ya se estrelló contra la Constitución.

Quienes consideran que el Presidente de la República todo lo puede, piensan, y con razón, que teniendo una clase política con tantos usos y abusos que lindan en la corrupción, es predecible que la Fiscalía de la República (FGR) y la Unidad de Inteligencia Financiera (UIF) activen los expedientes necesarios para ablandar a los votantes que se necesitarían en el Congreso para concretar la pretendida remoción.

Y es que hay dos principios de realidad irrebatibles:

Uno: quitar a los actuales consejeros y magistrados antes de que concluyan los plazos para los que fueron designados requiere de una reforma a la Constitución.

Y dos: para concretar una reforma constitucional se necesitan mayorías calificadas, es decir, las dos terceras partes de ambas cámaras.

En la actual legislatura, a la que le restan nueve días, Morena y sus aliados del PT, PVEM y PES tampoco contaron con los números requeridos. Por eso nunca prosperó la idea presidencial de quitarle la mitad de los recursos a los partidos ni las propuestas del futuro presidente de la Mesa Directiva, el diputado Sergio Gutiérrez Luna, representante de Morena ante el INE, para reducir el número de consejeros.

Y si en este primer trienio del gobierno siempre fue una tarea complicada para el senador Ricardo Monreal y los diputados Mario Delgado primero, e Ignacio Mier después, sacar adelante los cambios que requerían el acuerdo con algún segmento de la oposición, para el segundo trienio los coordinadores de Morena estarán obligados a la negociación porque los márgenes del mayoriteo se estrecharon, como resultado del 6 de junio. Nos referimos al caso de los diputados, donde, en esta primera parte del sexenio, Morena armó una mayoría calificada sumando al PVEM a la coalición original de Juntos Haremos Historia (JHH) y a un pedazo de la bancada del PRD que se adhirió a los verdes: Mauricio Toledo, Héctor Serrano y Ricardo Gallardo.

Pero en la 65 legislatura, que inicia el próximo primero de septiembre, para sacar una reforma constitucional, el bloque de JHH necesitará de 56 votos de la oposición, es decir, de más de la cuarta parte de los 200 integrantes de la coalición PAN, PRI y PRD.

Y si bien el poder de seducción o ablandamiento del gobierno podría sorprendernos con operaciones tronantes, como la salida del ministro Eduardo Medina Mora de la SCJN, no hay que minimizar el consenso que hoy confirmarán los futuros diputados de la mega bancada de Va por México: defender la división de poderes y las autonomías de los órganos constitucionales autónomos, con el INE por delante.

Por eso, el gobierno quería aprovechar las últimas dos semanas de la actual composición legislativa y aprobar la ley de revocación de mandato a modo, con una pregunta de ratificación de popularidad presidencial; y una ley de juicio político que podría llevar al matadero a fiscales estatales, consejeros y magistrados electorales.

Pero ni siquiera las gestiones de la secretaria de Gobernación, Olga Sánchez Cordero, a favor de un periodo extraordinario pudieron con el veto en la Comisión Permanente, donde resultó evidente que no se puede revertir en una mañana el descuidado y despreciado diálogo con la oposición.

De manera que Palacio Nacional no podrá prescindir de los oficios del coordinador Monreal, quien en el Senado podría armar una reforma electoral alternativa con el respaldo de su homólogo de Movimiento Ciudadano, Dante Delgado, quien esta semana se corrió al discurso crítico de un supuesto protagonismo del presidente del INE, Lorenzo Córdova.

Pero eso no implica que MC vaya a sumarse a la purga presidencial de consejeros y magistrados. Además, sus 23 votos en San Lázaro son insuficientes para una mayoría calificada que, sí o sí, necesitará de los diputados de Va por México.

Más allá de las vicisitudes de las matemáticas parlamentarias que vienen, el verano de 2021 ha sido escenario de fortalecimiento interno para las instituciones que el presidente López Obrador quería cooptar.

El INE salió altamente calificado de sus encargos. Y, para colmo de sus detractores, la remoción de José Luis Vargas en la presidencia del Tribunal Electoral fortaleció al bloque de magistrados, que este miércoles confirmó sus márgenes de independencia resolviendo un recuento de votos en la elección de gobernador en Campeche y el castigo al PVEM.

El verano de 2021 obliga a preguntarnos: ¿es viable el amago presidencial de “¡Que se vayan todos!”? ¿O se trata de una inquisición política que se quedará en la hoguera mañanera? (Ivonne Melgar, Excélsior, Opinión, p.12)

Frentes Políticos

Del plato a la boca, se cae la sopa. Muy movida anda Nora Ruvalcaba autopromoviéndose en Aguascalientes. En el Conversatorio estatal de Morena ¿Qué pasó en la consulta?, colaboró en la jornada histórica para la democracia y, en ese afán de convertir las palabras en inversión, dijo que carga proyectos para transformar la entidad y lograr “una mejor calidad de vida”. Será para ella. La señora anda feliz presumiendo que será superdelegada, primero, y candidata a gobernadora más tarde. El 2022 será su gran negocio si los mandos morenistas así lo determinan. Pero no es sólo que se oponga a su líder Mario Delgado; es imposible borrar su pasado de vende elecciones. ¿Será que doña Nora marcó sus propios límites y no llegará a más? Vuela muy alto.

¿Quién los entiende? Ante la imposibilidad de que haya un periodo extraordinario de sesiones en la Comisión Permanente del Congreso de la Unión para deliberar acerca de la consulta de revocación de mandato, el presidente López Obrador señaló que es “el mundo al revés”. Los mismos diputados y senadores que antes pedían su salida del cargo ahora impiden que se apruebe la consulta de revocación de mandato el año próximo. “Se opusieron a que se aprobara un periodo extraordinario para llevar a cabo un ejercicio democrático de revocación de mandato”, sentenció el primer mandatario. ¿A qué le temen?, ¿a que el músculo gubernamental se haya fortalecido?

Jubilosos. Todo se reduce a una demostración de poder. Xóchitl Gálvez, senadora del PAN, afirmó que la sesión en donde se frenó el periodo extraordinario para analizar la Ley Reglamentaria de la Revocación de Mandato fue dura, pero se demostró que el bloque opositor puede contener las ideas del presidente López Obrador. Afirmó que para querer desaparecer al Tribunal Electoral y cambiar a todos los consejeros del INE se requiere de mayoría calificada “y lo que demostramos es que esta mayoría calificada está unida y, por lo tanto, el Presidente va a tener que convencernos de las buenas propuestas para poder sacarlas adelante”, afirmó. O sea, ¿están con la transformación, pero todo tiene un precio?, ¿va por ahí?

Con seguridad. El presidente nacional de Morena, Mario Delgado, aseguró que el próximo gobernador de Tamaulipas será morenista, al considerar que la alianza del PRI y el PAN no puede ganarles. “Ni juntos nos ganan. Está muy fuerte Morena en el estado y va a ser, a partir del año que entra, territorio Morena Tamaulipas”, afirmó el dirigente nacional en Tampico. Declaró que la Cuarta Transformación llegará al estado, pues existe confianza de la población debido a que se tuvieron buenos resultados a favor de los candidatos de Morena. Hacia noviembre se sabrán los nombres para la encuesta de candidatos. Así, allanando el camino, sembrando, es como se cosechan los triunfos. (Excélsior, Opinión,p.15)