El empresario Arcadio Valenzuela Valenzuela, quien murió hoy a los 86 años, si bien fue cuestionado como banquero (no obstante haber sido dirigente de los banqueros de México en 1980-81) su aporte al deporte sonorense es incuestionable, sobre todo en su paso por los Naranjeros de Hermosillo:
Fue jugador de beisbol y softbol de la Universidad de Sonora y luego del Tec de Monterrey, aparte de otros deportes donde destacó como basquetbol y volibol, pero su gran aporte fue como directivo de los Naranjeros de Hermosillo, al que convirtió en el más ganador en el beisbol profesional de México
En 2008, cuando fue elevado al Salón de la Fama del Beisbol, concedió la siguiente enrevista para MEDIOTIEMPO (26 de mayo de 2008)
Arcadio Valenzuela, presidente de los Naranjeros de Hermosillo durante muchos años, será uno de los nuevos inmortales del Salón de la Fama. El directivo, nativo de Sahuaripa, Sonora, fue entrevistado hace algunas semanas en el estadio Héctor Espino de Hermosillo, Sonora, a donde tuvo que trasladarse desde la ciudad de México, acudiendo al lugar donde viviera sus momentos de gloria como presidente del equipo con más títulos ganados en el beisbol profesional de México.
El sonorense, ganador de tres banderines con el equipo naranja recordó su labor al frente del club, reconociendo el apoyo que le diera un grupo de amigos en ese tiempo.
«Con Naranjeros fui un poco el director, el líder de ese grupo, el cual estaba integrado por 10 amigos. Mantuvimos el beisbol en Hermosillo hasta que se vendió al grupo Mazón en 1978. Desde 1962 hasta 1978.
“Era un grupo de amigos que me apoyaron siempre. Siempre estuvieron conmigo, Tadeo Iruretagoyena, Luis Acosta, Agustín Hurtado, Germán Tapia, Ernesto Cadena, Nacho Cadena, Roberto Encinas, que fue un elemento muy importante.
«Nosotros siempre tuvimos un Director Deportivo dentro de nuestra organización y Roberto fue por muchos años presidente o pirector de esa comisión deportiva que posteriormente tomó el Ingeniero Luis Acosta Mazón.
«Siempre he dicho que los directivos de cualquier club de beisbol y de todos los deportes en general, requieren de un líder, pero requieren también de un grupo de gente que trabaje con el líder. Yo creo que mi gran contribución al club Hermosillo fue esa precisamente. Constituir un grupo de amigos que se responsabilizaran conmigo del manejo del club».
-¿Qué le hizo dejar el beisbol?
– «Mi lejanía, yo vivo en México desde 1980 y el beisbol es difícil manejarlo desde lejos, amén de que hubo ciertos problemas económicos que tuve y por lo cual, ya no me permitieron seguir sosteniendo sanas las finanzas del club Hermosillo. Los clubes de beisbol en general pierden dinero, aunque se piense lo contrario».
«Por muchos años sostuve esa situación económica. Yo, en forma personal, ayudado por mis amigos, pero fundamentalmente yo, que en aquel momento era el «riquillo» del grupo, dejé de serlo y ya no pude, entonces les dije a mis amigos; vamos a vender el club, y lo vendimos al grupo Mazón. Lo vendimos, obviamente, después las cosas se compusieron, pero ya era demasiado tarde, pero si Enrique lo vendiera, yo se lo compro», dice sonriendo.
-¿Cómo se integra a los Naranjeros?
– «Yo entré a formar parte de la directiva en 1962 cuando don Matías Cázares era el presidente del club y Pedro «Pichelito» Ortiz, el famoso «Pichelito» Ortiz, que era un gran deportista, era el Director Deportivo y prácticamente, gerente del club. En aquel tiempo había una gran experiencia deportiva».
-¿Le gustaban los deportes?
– «Sí, yo comencé a conocer el beisbol l profesional, siempre fui aficionado, fui jugador de beisbol y softbol de la Universidad de Sonora y posteriormente del Tecnológico de Monterrey, aparte de otros deportes donde destaqué como basquetbol y volibol.
“A los 16 años fui integrante del equipo de beisbol y volibol de Sonora en un Campeonato Nacional en Monterrey, Nuevo León. Fui invitado por José Alberto Healy, antiguo dueño del periódico el Imparcial, que era el mejor jugador de volibol de Sonora y sin temor a ninguna duda, en mi opinión, el mejor jugador de México».
«Él era amigo mío. Me vio jugar cuando yo era chamaco, cuando estaba en la secundaria y luego en la Universidad de Sonora. Me invitó como novato a que participara en el club y fui con ellos en 1952 representando a Sonora en Monterrey, N. L., donde Sonora quedó Subcampeón. Nos ganó el Distrito Federal, donde su principal jugador era el «Yaqui» Bernal, un señor de aquí de Hermosillo, ingeniero del Poli, un gran jugador, de esa manera creció mi afición por el Rey de los deportes y cuando llegué al Tec, en ese mismo año del 52, de inmediato mis compañeros sonorenses me invitaron a que fuera parte del equipo de Sonora, tanto en volibol como en basquetbol y softbol, como a mí me gustaban mucho los deportes, estuve con ellos hasta 1956, en que terminé mi carrera, siempre tomando parte del equipo de Sonora en los torneos interiores y representando al Tecnológico en softbol, volibol y basquetbol.
“Jugué volibol y basquetbol en el Círculo Mercantil Mutualista de Monterrey y en el campo de la Vidriera jugué softbol en la Liga de Primera Fuerza de Monterrey, donde no hicimos mucho, ya que era muy joven, estaba muy chamaco y jugamos contra una bola de gorilas de mucha experiencia, muy buenos, nos ponchaban como niños chiquitos, pero jugué, estuve presente».
-¿Cómo se da la construcción del estadio?
– «En 1970 nos dimos cuenta que ya no era suficiente la capacidad del estadio de los Naranjeros. El Gobierno del Estado amplió el parque Fernando M. Ortiz, pero vimos que ya no era suficiente, ya nos habíamos hecho amigos del señor Gobernador Faustino Félix y de su Secretario Tomás Oroz Gaytán, cuyo nombre lleva el estadio de Cd. Obregón. Un gran aficionado al Rey de los deportes, que nos apoyó muy bien, amigo nuestro y él convenció al Gobernador para que se hicieran los estadios de Hermosillo, Cd. Obregón, Navojoa y Guaymas, cuatro estadios a la vez».
«En 1971 ganamos nuestro primer campeonato, algo que no sucedía desde 1962. Nos costó 10 años conseguir el primer campeonato de la Liga del Pacífico, que en un principio había sido Sonora-Sinaloa. Nosotros teníamos un convenio de trabajo con los Dodgers de Los Ángeles y nuestro manager fue Maury Wills, muy apreciado por cierto.
“Hermosillo fue el primer equipo mexicano que jugó una Serie del Caribe. Jugamos en San Juan, Puerto Rico, aunque nos fue muy mal. Al año siguiente jugamos en el estadio Héctor Espino».
-¿Por qué le pusieron el nombre de Héctor Espino?
– «Bueno, se nos ocurrió a mí y a mis amigos. A mis compañeros de equipo, a la afición de Hermosillo en general y a las autoridades, pues era un nombre obligado, así como Babe Ruth era el nombre obligado para el Yanqui Stadium, nunca se le puso el nombre al estadio de los Yanquis, pero él fue el que construyó el Yanqui Stadium y Héctor Espino construyó este parque».
-¿Qué considera lo mejor de su trayectoria?
– «Lo que yo considero mejor en mi paso por el beisbol fue la oportunidad que me dio el deporte de conocer a tanta gente, de conocer a los jugadores, simple y llanamente, de hacerme amigo de ellos, de sentirnos seres humanos, lo mismo con mis compañeros directivos, formamos un grupo muy estructurado, muy amistoso, hicimos grandes amigos. Siento que el beisbol me dio la oportunidad de conocer a la gente, de apreciarla, de creer en ella y respetarla como se merece. Creo que es una gran lección que todos los deportes de conjunto ofrecen, como oportunidad de vida».
-¿Qué significó ganar la primera Serie del Caribe para México?
– «Pues todo», se ríe, «definitivamente todo. Nunca pensé que pudiera ocurrir. Al principio fue muy angustioso por que los peloteros no querían jugar y tuve que negociar con ellos. Estaban pidiendo más dinero para sus gastos diarios y al final negocié con ellos, no únicamente un incremento en gastos, sino una prima, si ganábamos el campeonato. A mí me parecía imposible, pero lo ganamos y les tuve que dar de mi bolsa mil dólares a cada jugador, que fue con lo que me comprometí antes del primer juego. Antes de cantarse el pleybol en República Dominicana me jalaron al dugout y me dijeron: ‘Cayo, si no nos ayudas no jugamos’.
“Grandes amigos míos, como don Héctor Espino, Celerino, Eddie León, las grandes figuras del beisbol se me pusieron enfrente y me exigieron apoyo. Señores, a mí no me gusta que me presionen, les dije, pero creo que su petición es justa y les voy a dar esto (mil dólares), yo les suplico que me apoyen. Ustedes saben que yo soy hombre de palabra y les voy a cumplir, quiero que jueguen. Salieron a jugar y ganaron el campeonato».
-¿Había alguna prohibición para dar dinero a los jugadores?
– «No, fue mío, el dinero fue de mi bolsa».
-¿Qué representó tener a Espino como parte de su novena?-
«Pues hombre, todo. Creo que la gran experiencia de haber contratado a Héctor Espino como jugador, como amigo mío, porque fue amigo mío, ya que él siempre quería negociar su contrato conmigo, siempre lo hacía, a veces me ganaba, a veces le ganaba yo. La relación con Héctor fue muy amistosa, fue muy cercana. Prueba de ello es que cuando se iba a casar con Carmelita, él nos pidió, a Tadeo Iruretagoyena y a mí, que fuéramos los testigos de su boda religiosa, yo y mi esposa fuimos padrinos de lazo en la capilla del Carmen. Lo hicimos con mucho cariño y con mucho gusto. Hice una gran relación con Héctor, la tengo con Carmelita. Héctor fue un gran amigo. Tenía la confianza para platicarme de sus problemas, para platicarme sus inquietudes y sus ambiciones y siempre lo consideré como algo de la familia».
-¿Su mejor contratación extranjera?
– «Como manejador Maury Wills, fue inolvidable. Como pelotero Dennis O’toole, pitcher de relevo que trajimos».
-¿Aún sobre Bob Darwin?
– «Pues hubo muchos, pero creo que O’toole nos dio a ganar muchos juegos cuando se convirtió en cerrador. En aquel entonces se comenzaba a utilizar el cerrador. En aquel tiempo el pitcher se echaba las nueve entradas, pero en ese entonces, nosotros, por razones de nuestra Liga con el beisbol organizado, tuvimos una relación de trabajo con los Medias Blancas de Chicago, cuyo director era don Roland Hemond, quien va a estar en Monterrey el día 7 de julio, porque es gran amigo mío. En los setentas íbamos cada año a Chicago a contratar peloteros de los Medias Blancas e hicimos una gran amistad con Roland Hemond y él nos enseñó el béisbol moderno».
«Trajimos entrenadores de los Medias Blancas y aprendimos un poco de beisbol, pero lo más importante fue que nosotros, con alguna sensatez, pensamos que lo ideal sería tener a un especialista deportivo para que el beisbol se manejara bien y contratamos a don Guillermo Garibay, él era nuestro manager de campo y lo contratamos como Gerente Deportivo, en ese momento nos cambió la vida».
«Así fue como ganamos el primer título y fue como vinieron los demás campeonatos, porque tuvimos, yo no lo quisiera decir por soberbia, sino con una humildad razonable, tuvimos la visión de tener a una persona que manejara lo deportivo con espíritu profesional, yo creo que ese fue un gran logro. Ese fue parte del aprendizaje que tuvimos del beisbol organizado. Nosotros como directivos hacíamos de todo, hacíamos promociones, contratábamos a los jugadores, nos metíamos a veces dentro del campo y eso estaba muy mal, nos dimos cuenta a tiempo y contratamos a don Guillermo como gerente y resultó ser un magnífico gerente.
“Guillermo Garibay, gran personaje del beisbol mexicano. Nos hicimos muy amigos de él también y tuvimos varias satisfacciones con don Guillermo, vale la pena decirlo».
-¿Qué opina del beisbol actual?
– Se ríe. «Yo acabo de estar en Tucsón, en un juego de Tucsón contra Cardenales de San Luis, no dio jonrón Pujols (Albert), pero la retachó contra la barda, al día siguiente que no fui dio dos cuadrangulares. Veo la liga grande, como decía nuestro amigo Horacio López Díaz, es otro boleto, nosotros estamos muy lejos de ellos. Yo he visto bastantes juegos de Grandes Ligas y considero que es un espectáculo deportivo de orden superior, muy lejos para alcanzarlos».
-¿Cómo ve el beisbol mexicano?
– «Indudablemente ha mejorado, se está superando, creo que la inclusión de jugadores mexicanos al beisbol organizado le está dando a México una proyección que no tenía antes. Yo creo que en el futuro y en la medida que sigamos poniendo atención en la perfecta labor de escuteo de muchachos mexicanos, de prospectos que vayan a la Liga Instruccional de Monterrey, yo creo que en esa medida los muchachos se van a ir formando bien, con enseñanza de una escuela de beisbol profesional, con mucha mejor oportunidad de llegar al mejor beisbol del mundo, que es el béisbol de los Estados Unidos». –
¿Fernando Valenzuela?
– «A Fernando Valenzuela lo conocí poco. En sus últimos años estuvo por aquí, jugando con Hermosillo, pero en sus años mozos tuvo una gran actuación. En 1981 jugó un partido con Hermosillo para el licenciado De la Madrid, que era el candidato del PRI, cuando era el único partido que había en México. En ese momento lo invitamos. Yo invité a Fernando y él nos hizo el favor de pitchear un juego para Miguel de la Madrid, después lo he conocido por sus logros, por la televisión, por la prensa, por los periódicos, pero no tengo el honor de ser su amigo». –
¿Qué representa para usted ingresar al Salón de la Fama?
– «Hay Dios mío, esa es una pregunta difícil de contestar, por qué, voy a tener que contestar con mucha emotividad. Significa el mayor logro en mi vida. Yo he tenido algunos logros en el campo profesional, algunos logros en el campo humano, he sido un hombre de amigos, pero como gran aficionado a los deportes y practicante de los deportes, siempre como directivo del club, como presidente de Hermosillo, me dio la ilusión, no falsa, sino, haciendo el mejor trabajo posible. Yo nunca pensé que pudiera ingresar al Salón y ahora que se me ha concedido el gran honor, lo acepto con mucho gusto, con mucha emoción, con mucho respeto. Yo creo que el trabajo no fue más que, como dije al principio, coordinar a un grupo de amigos, con quienes hicimos crecer esta franquicia que actualmente maneja Enrique Mazón y que está haciendo una magnífica labor, un hombre totalmente dedicado a la tarea del beisbol en Hermosillo, creo que es una herencia muy buena que dejamos, en todo ese contexto, entrar al Salón de la Fama es algo para mí, muy grande, inexplicable, me llena de gusto, de regocijo, y un orgullo bien entendido, sin soberbia y sin decir yo he sido el mejor directivo, para nada, yo hice mi trabajo, conduje un grupo de amigos que hicimos un trabajo bueno a través del tiempo, gracias a lo cual, Hermosillo se constituyó en un gran club y seguirá siendo un gran club en los años futuros».
Su deceso este 24 de junio:
El empresario Arcadio Valenzuela Valenzuela murió hoy a los 86 años de edad, por causas naturales, las 11:00 horas, en la Ciudad de México.
El emprendedor sonorense se unió en matrimonio con la señora María Elisa Cadena con quien procreó a sus ocho hijos: Arcadio, Carlos Federico, Luis Ignacio, Bernardo, Beatriz, María Elisa, Diego y Ana María, quienes siguieron su carrera visionaria como empresarios en la Ciudad de México y Guadalajara
AMOR POR LOS DEPORTES
Su pasión y apoyo por los deportes, principalmente el beisbol, llevó a al originario de Sahuaripa, Sonora, a ganarse un lugar en el salón de la fama de México.
Al lado de sus siete hermanos: logró construir la cadena comercial VH, considerada la más grande del Noroeste, además fue director de bancos como: Banpacífico, Ganadero y Agricultor y El Sol.
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