Columnas del sábado 10 de diciembre de 2022
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AMLO en política exterior: injerencismo e incongruencia
Salvador García Soto
Si en la política interna el presidente López Obrador aparece como vengativo, rencoroso y autoritario, en la política exterior el Presidente de México ha resultado ser un auténtico chivo en cristalería. Como ningún presidente en la historia reciente de México –quizá solo comparable con el protagonismo de Luis Echeverría–, Andrés Manuel ha vuelto a poner en boga la expresión popular de “candil de la calle y oscuridad de la casa”, al convertirse en un mandatario que pretende ejercer un supuesto liderazgo internacional, con injerencia en la política interna de otras naciones, sobre todo en Latinoamérica, cuando en su propio país cunde el desorden, la anarquía y la ingobernabilidad.
La política externa de la 4T ha resultado ser una de las más conflictivas y problemáticas que se recuerden en el país. Con Estados Unidos, nuestro principal socio comercial y vecino, la relación bilateral ha estado supeditada siempre al tema de la migración, en donde México aceptó ser –primero con Peña Nieto y luego con López Obrador– un tercer país seguro de facto para los solicitantes de asilo estadounidense, al mismo tiempo que nos convertimos en la policía migratoria para frenar militarmente en la frontera sur, y cuando no se pueda también en la frontera norte, a los miles de migrantes centroamericanos, venezolanos y de otras partes del mundo que intentan llegar al territorio de los Estados Unidos en busca del ya casi inexistente “sueño americano”.
Sin sacar beneficio alguno de haber cedido nuestro territorio para ser el depósito de los migrantes que no quiere el gobierno de Washington, el gobierno de López Obrador se convirtió, al mismo tiempo que servil y dócil en el tema migratorio, en rebelde y desafiante en otros asuntos de la relación bilateral. Su política energética nacionalista y estatista se volvió un tema de incertidumbre y afectación a las millonarias inversiones de empresas estadounidenses en territorio mexicano y a pesar de las advertencias, llamados y peticiones de enviados de Washington, como John Kerry y del embajador Ken Salazar, el Presidente mexicano se aferró a una reforma legal que modificó las reglas de competencia en el sector eléctrico y petrolero, y terminó siendo impugnada y controvertida por Washington en el marco del TMEC.
Y por si no fuera poco con la guerra en materia energética, que está a punto de llevar a México a unos paneles que avizoran sanciones comerciales para nuestro país, el presidente López Obrador abrió otro frente de confrontación al cuestionar la política hacia Latinoamérica, acusando injerencia y hegemonía de la Casa Blanca sobre las naciones de la región. Primero fue su ausencia y fallido boicot contra la Cumbre de las Américas, el pasado mes de junio en Los Angeles, y luego los intentos del mandatario mexicano de conformar un nuevo bloque de izquierda entre los gobiernos de América Latina para oponerse a la hegemonía estadounidense.
Todas esas actitudes le costaron a López Obrador perder la confianza de la administración de Joe Biden, que hoy lo ve con recelo y lo consideran poco fiable para los temas de cooperación e inversión bilateral.
Y si la política con Estados Unidos, que es la más importante y estratégica para México, ha resultado cuestionable y dudosa, la política del gobierno lopezobradorista hacia Latinoamérica ha resultado desastrosa porque está marcada por el interés personal e ideológico del Presidente. Con un canciller como Marcelo Ebrard que, para no meterse en conflictos con el Presidente, le dejó hacer y deshacer lo mismo en nombramientos de embajadas y consulados, que en posicionamientos de política exterior en los que se ignoraron los principios y la tradición del Servicio Exterior Mexicano, para dar paso a una política exterior definida por las filias y fobias ideológicas de López Obrador, el resultado es lo que estamos viendo ahora con las posiciones mexicanas ante lo ocurrido esta semana en Perú y Argentina.
La defensa irracional e ideológica que ha emprendido López Obrador del depuesto presidente peruano Pedro Castillo, así como su cuestionable posicionamiento en la sentencia de la vicepresidenta de Argentina, Cristina Fernández de Kirchner, representan uno de los peores momentos en la historia diplomática y del Servicio Exterior Mexicano. Defender a un personaje como Castillo, acusado de delitos graves de corrupción y narcotráfico por la Fiscalía Peruana y considerado “incapaz moralmente” por el Congreso de su país, con base en el artículo 133 de la Constitución del Perú, es una de las expresiones más lamentables del presidente mexicano, que no sólo ha cuestionado a los congresistas y a la Constitución peruana, sino que ha acusado la existencia de “conspiraciones y acosos” para justificar un golpe de Estado como el que intentó Castillo contra la democracia peruana.
Junto a eso, está la injerencia en un proceso penal y judicial de Argentina, al que descalifica el presidente de México al calificar de “venganza de la derecha y vileza de conservadurismo”, cuando existen investigaciones sustentadas en pruebas y testimonios que documentan los desvíos millonarios de Cristina Fernández y su difunto esposo, el expresidente Néstor Kirchner, en los negocios que hicieron en la Patagonia y las operaciones de desvío y lavado de dinero público con el contratista Lázaro Báez. Todo con la complacencia y la inacción de un canciller como Ebrard que, lejos de moderar y frenar al Presidente en sus excesos y desbarres en la política exterior, se convierte en su vocero y aplaudidor, con tal de no contradecirlo y afectar así sus posibilidades de resultar el candidato ungido a la Presidencia de la República.
Lo más grave de la política exterior de la 4T no son sólo las afectaciones que causa a los intereses y la imagen del país, al confrontarse lo mismo con Estados Unidos, nuestro principal socio comercial y vecino, sino también con naciones hermanas de Latinoamérica o con España, con las que genera tensiones artificiales e innecesarias que dejan mal parada la imagen de México con un Presidente alocado y hostil; lo que resulta incomprensible y dibuja de cuerpo entero el estilo autoritario y personalista de gobernar de Andrés Manuel López Obrador, es su incongruencia e injerencismo, al predicar una doctrina de “respeto a la libre determinación de los pueblos”, mientras ataca y cuestiona procesos constitucionales y judiciales de otros países, y su egocentrismo al creer que él puede manejar la política exterior de todo un país con base en sus filias y fobias personales e ideológicas, dañando con ello a la imagen de todos los mexicanos.
NOTAS INDISCRETAS…
Desde los altos niveles del gabinete lopezobradorista nos llega una información sobre un cambio de señales en la definición de la candidatura de Morena al gobierno de Coahuila. Cuando ya se daba por hecho que el presidente López Obrador apoyaba la postulación del subsecretario de Seguridad, Ricardo Mejía Berdeja, a quien el Presidente llevó y cuidó desde las mañaneras para mandarlo a competir a Saltillo, ahora se dice que el candidato morenista ya no será el subsecretario, sino el senador Armando Guadiana, que siempre fue el primer lugar en todas las encuestas sobre el proceso electoral de Coahuila. Sin dar mayores razones sobre la razón del cambio de caballo antes de cruzar el río, lo que nos dicen fuentes de muy buen nivel es que el Presidente entendió que Mejía Berdeja no tenía posibilidades de competir, frente a la fuerza que trae el candidato del PRI-PAN-PRD, el saltillense Manolo Jiménez, y decidió no mandar a su subsecretario a una batalla que considera perdida. En ese sentido, nos dicen las fuentes de Palacio Nacional, la candidatura de Morena se le daría a Guadiana, no necesariamente para buscar un triunfo en Coahuila, sino para mandar al empresario, al que el Presidente le retiró su apoyo, prácticamente al sacrificio, a sabiendas de que la 4T perderá en Coahuila…Los artificios políticos y la verborrea con la que la secretaria de Energía, Rocío Nahle, intentó defenderse en su comparecencia de esta semana ante el Senado, son un fiel reflejo de lo que ha sido su papel como encargada de la obra de la refinería de Dos Bocas. Con más palabras y retórica que con datos y cifras contundentes, Nahle trató de defender la viabilidad de la refinería, cuyo costo y retraso son ya una carga multimillonaria para los mexicanos y una obra cuya rentabilidad y terminación aún están en duda para todos los especialistas del sector energético. Lo que sí se notó en la presentación de la secretaria Nahle en el Senado es que, en su aspecto y vestimenta, se nota un cambio muy notorio que confirma que detrás de Dos Bocas ha habido un negocio millonario para muchos funcionarios responsables y para sus amigos contratistas…Los dados mandan Serpiente. Semana de altibajos.
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Templo Mayor
SI EL diputado Ignacio Mier ya había tenido un jueves tormentoso tras la aprobación en fast track del Plan B para la reforma electoral y la vergüenza de haber querido comprar el favor de periodistas con unas tortas, el viernes fue un día negro para el coordinador de Morena.
LA PIFIA de haber promovido y logrado la aprobación de una ley que viola la Constitución, al pretender blindar a los partidos satélites de la 4T, le costó una dura exhibida en la mañanera presidencial.
MUY MAL que los “dipuborregos” morenistas, petistas y pevemistas votaran en favor de una iniciativa que ni siquiera habían leído, pero es peor aún que el supuesto pastor de la grey cuatroteísta los condujera directo al precipicio de la inconstitucionalidad.
¿O SERÁ que ni siquiera el propio Mier sabía lo que estaba votando él y ordenándoles a los suyos que aprobaran? Es el colmo que un “Rey Mago” ¡no sepa en dónde está el pesebre!
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VAYA que el 2022 ha sido un “annus horribilis” para las relaciones entre México y Sudamérica.
TRAS los pleitos diplomáticos con España y el Parlamento Europeo que marcaron sus primeros años en la Presidencia, ahora parece que Andrés Manuel López Obrador está empeñado en pelearse con el Cono Sur.
EN JUNIO, por hacer declaraciones sobre el entonces candidato presidencial Gustavo Petro, el gobierno de Colombia hizo un extrañamiento formal por lo que calificaron como injerencismo del mexicano en su proceso electoral.
EL MES PASADO, el propio AMLO dio a conocer el diferendo que tuvo con el presidente Alberto Fernández por el voto de Argentina en la elección del presidente del BID.
Y AHORA, es el gobierno de Perú el que le reclama a México por meterse de lleno en el tema de la destitución del presidente golpista Pedro Castillo. Puras fallas, pues.
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YA LOS TRIBUNALES dirán si la orden de captura del ex delegado de Benito Juárez y actual diputado local Christian Von Roehrich está justificada o no, pero vaya que hace ruido el distinto rasero que aplica la Fiscalía de la CDMX a cargo de Ernestina Godoy.
CUENTAN que en el caso del coordinador panista en el Congreso local, se hizo una indagatoria exhaustiva y en tiempo récord para encontrarle algo, lo que fuera, con tal de echarle el guante.
EN TANTO, la administración de la también albiazul Lía Limón en Álvaro Obregón ha presentado 150 actas y 4 denuncias penales por presuntas irregularidades cometidas por su antecesora y hoy gobernadora de Campeche, Layda Sansores… y con esos casos no ha pasado nada. Bien raro, de verdad. (Fray Bartolomé, Reforma, Opinión, p.8)
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Bajo Reserva
Resistencia de las ratas en Palacio Nacional
En este espacio le informamos que la Presidencia de la República licitó en mayo pasado un contrato para combatir fauna nociva en Palacio Nacional, que incluía roedores, piojos, termitas y otras alimañas. Nos comentan que ahora fue la Secretaría de Hacienda y Crédito Público, que encabeza Rogelio Ramírez de la O, la que lanzó una nueva licitación (ITN/2022-50) para contratar un servicio de fumigación de los diversos inmuebles que ocupa la dependencia federal, entre ellos, Palacio Nacional, recinto donde vive el presidente Andrés Manuel López Obrador. Nos indican que el contrato será anual y ya se han anotado tres empresas para cumplir con la tarea específica de acabar con las dañinas ratas. A ver si esta vez sí lo logran. Queda la duda: ¿las de dos patas las consideran ya erradicadas?
Adán Augusto, corcholateando y operando la reforma al mismo tiempo
Casi nadie se dio cuenta de que el secretario de Gobernación, Adán Augusto López, sí llegó a la 126 Asamblea General Ordinaria del Infonavit, a la que estaba programado como invitado junto con la jefa de Gobierno de la Ciudad de México, Claudia Sheinbaum. El punto es, nos detallan, que don Adán no entró al auditorio y minutos después se retiró del lugar. Ninguno de los oradores, ni siquiera el anfitrión y director del instituto, Carlos Martínez, hizo alusión a la ausencia. Nos dicen que el inquilino de Bucareli andaba muy activo cabildeando y recomponiendo la redacción de los errores del plan B de su jefe en el tema de la reforma electoral. No por mucho corcholatear, descuida don Adán los encargos que más le importan al presidente López Obrador.
¿Cambio de giro en la mañanera?
Llamó la atención el aparente cambio de giro de la conferencia mañanera del presidente López Obrador, porque el mandatario abrió su tribuna para dar a conocer “un reportaje”, “El cártel del gol”, sobre supuestos actos de corrupción en el futbol mexicano. La pieza fue elaborada por Amir Ibrahim, director del portal “El Quintana Roo MX” y youtuber afín a la llamada 4T, claro está. Nos cuentan que más de uno en el mundo del futbol se preguntó de parte de quién venía esa jugada inédita, que incluyó la presentación de grabaciones de comunicaciones privadas de un par de directivos del balompié nacional. Nos cuentan que hay la idea de que se usó la fachada de trabajo periodístico para disfrazar el uso de esas conversaciones. ¿Será que en Palacio Nacional sintieron que los Martes del Jaguar, de la campechana Layda Sansores, les estaba ganando en rating y decidieron incursionar en el tipo de contenido que lanzó a la fama al programa de variedades de la gobernadora?
Mapacheó… ¿pero poquito?
Nos cuentan que quien recibirá una sanción muy leve será el diputado morenista Emmanuel Reyes Carmona por haber usado una camioneta marca Toyota para transportar propaganda electoral del ahora gobernador de Tamaulipas, Américo Villarreal. Nos recuerdan que fue denunciado por el PAN en mayo pero el Instituto Electoral de Tamaulipas acaba de dar a conocer el castigo que recibirá: una amonestación pública y la inscripción de su nombre en el catálogo de sujetos sancionados por el Instituto. Como diría Chico Che: “Uy, qué miedo…”. Nos hacen ver que esta idea de dejar pasar a los que mapachean pero poquito –como dijo el célebre “Layín” Hilario Ramírez, exalcalde de San Blas, Nayarit- que admitió haber robado pero poquito, es bastante popular en estos días, pues el Plan B que impulsa Morena para cambiar las reglas electorales a nivel federal incluye casi prohibir la pérdida de candidaturas, sin importar qué tan sucias hayan sido las maniobras que hubiesen realizado. ¿Será la tendencia otoño-invierno? (El Universal, A2, p.2)
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Rozones
Ayotzis: Entorpecer la justicia
Llama la atención, nos comentan, que lo primero que hizo un grupo de alumnos de la Normal Raúl Isidro Burgos, ayer, al llegar a la Fiscalía General de Justicia de Guerrero, fue inhabilitar las cámaras que registran lo que ocurre en el exterior del inmueble. Acto seguido empezaron a romper vidrios y a destrozar equipo de cómputo. Sin embargo, lo que no sólo llamó la atención, sino que alertó y también indignó a la autoridad, fue que quemaran expedientes de investigaciones relevantes como lo son todas, que la institución lleva a cabo. El reclamo de los normalistas es que haya justicia en el caso de dos jóvenes asesinados durante una protesta en el 2011. Pero el de la autoridad es que, con esta acción, que se verá si fue deliberada, enfocada en destruir y dañar, se entorpezca la justicia.
Ticketmaster al banquillo
Nos cuentan que una de las palabras más mencionadas ayer, no sólo afuera del estadio Azteca sino en los espacios de conversación pública, fue Ticketmaster. Y todo por la denuncia de clonación de boletos que se dio en el primer concierto del reguetonero puertorriqueño Bad Bunny. El hecho generó una fuerte inconformidad que obligó la intervención de la Procuraduría Federal del Consumidor. Por lo pronto, la dependencia informó que requirió a la empresa boletera un informe de lo sucedido e hizo un llamado a los consumidores afectados a que presenten sus quejas para, en su caso, orientarlos a que acudan a las instancias que corresponde por tratarse de la comisión de un delito. Nos dicen que por el arrastre del artista y la cantidad de personas que se quejó, en una de ésas el caso alimenta una acción colectiva que ya se promueve contra Ticketmaster. Ya se verá.
Giro en el magisterio de Coahuila
Noticias importantes del mundo sindical y político se dieron ayer en Coahuila, pues resulta que se llevaron a cabo elecciones en las dirigencias sindicales de las secciones 5, 35 y 38 del Sindicato Nacional de Trabajadores de la Educación, y entre quienes obtuvieron el triunfo están Icela Licerio Luévano y Arturo Díaz González, que son afines al aspirante morenista a la gubernatura, Ricardo Mejía Berdeja. Es decir, no son afines a los hermanos Moreira que han encabezado el gobierno estatal o tenido ascendencia sobre el mismo en los últimos tres sexenios. “Esto es sin duda el principio del fin del moreirato”, declaró Mejía, quien consideró que los maestros “se han sacudido un cacicazgo corruptor de más de 18 años”. Ahí el dato.
La advertencia de Córdova
Y fue el presidente del INE, Lorenzo Córdova, quien encendió focos rojos y prendió todas las alertas, al referirse ayer, por primera vez, a la Reforma Electoral aprobada por la mayoría morenista y sus aliados hasta ahora en la Cámara de Diputados. “Parece ser la menos racional y responsables”, dijo. Pero no fue lo único, pues también advirtió que “se puede poner en riesgo la calidad técnica de las elecciones de nuestro país y con ello la gobernabilidad democrática que hemos conseguido”. Lo anterior porque “se lastima la base de profesionalismo, certeza y calidad técnica que caracteriza la organización de los comicios. Esto es, que atentan contra certeza y calidad de procesos electorales”. El funcionario electoral llamó al Senado a corregir el rumbo porque “se está gestando un problema donde no lo hay”.
Los argumentos de Creel
Y es el diputado Santiago Creel quien empezó a documentar la inconstitucionalidad no sólo del llamado Plan B de la Reforma Electoral, aprobado por la mayoría morenista y sus aliados en San Lázaro, sino también la inconstitucionalidad implícita en la forma en que se aprobó. De acuerdo con el legislador hay varios puntos que la perfilan hacia allá: Primero, porque se violó el proceso legislativo, pues era materialmente imposible leer, analizar, discutir y votar seis iniciativas electorales en cuestión de minutos. Otro punto, que algunas propuestas del Plan B forman parte de la iniciativa de reforma constitucional que ya había sido rechazada, lo cual está prohibido en el artículo 72 de la Carta Magna. A reserva de que se amplíen los alegatos hay que dar por hecho, nos comentan, que el asunto se controvertirá en la Corte.
Fallos relevantes en DH
Hoy que se conmemora el Día de los Derechos Humanos, vale la pena echar un vistazo a algunos fallos relevantes que, en esa materia, se han dado en la Primera Sala de la Suprema Corte de Justicia de la Nación. Entre ellos, que la limitación temporal para la interrupción legal del embarazo producto de una violación, constituye una barrera injustificada para que las mujeres accedan a sus derechos. O que se puede revisar la prisión preventiva cuando su duración ha rebasado el plazo de dos años establecido en la Constitución. Y un tercero: que frente al grave fenómeno de la desaparición forzada, son imperativas la cooperación, la colaboración y la sensibilidad de todas las instituciones del Estado mexicano. Por cierto que la Primera Sala la encabeza la ministra Margarita Ríos-Farjat. (La Razón, La 2, p.2)
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Arsenal /
#SiguesTuAMLO, dice el hashtag. “¡Uyyy, qué miedo!”, se burla el Presidente
Burlona la respuesta estilo Chico Che que dio el presidente López Obrador al referirse al hashtag #SiguesTuAMLO, que se hizo tendencia en Twitter después de la destitución y arresto “por rebelión” del presidente del Perú, Pedro Castillo: “¡Uyyy qué miedo, mira cómo estoy temblando!”, dijo, entre risas. Reacción normal en un Presidente que vive fuera de la realidad. Sin presentar pruebas dijo que los que dieron retuit al hashtag –54.4 mil a las 19 horas de ayer– ¡son bots! No le bastó ver el tamaño de la manifestación en defensa del INE el pasado 13 de noviembre para admitir que crecen los mexicanos de todas las clases sociales que no están con él.
Su inexperiencia en los temas internacionales ya nos ha metido en problemas con España, Panamá y ahora con Perú. Su ideología seudoizquierdista lo llevó, incluso, a boicotear la Cumbre de las Américas en Estados Unidos, porque se aferró a que invitaran a los dictadores de Cuba, Nicaragua y Venezuela y no le hicieron caso. ¿Qué podemos esperar de un Presidente que dice que la mejor política exterior es la interior? La Cancillería peruana dio a conocer un comunicado en el que informa que convocó al embajador mexicano, Pablo Monroy, para transmitirle la extrañeza que generaron en Perú las expresiones de López Obrador y del canciller Ebrard sobre la destitución y detención de Castillo. “Constituyen una injerencia en los asuntos internos de este país”, asegura el comunicado.
* La chiquillada oficialista quiso hacer trampa con la ayuda de Morena para blindarse en el 24. PVEM y PT intentaron bajar el umbral de votos requeridos para que los partidos políticos conserven su registro y prerrogativas. En la maratónica sesión de San Lázaro, que terminó la madrugada del miércoles, lograron que se aprobaran cambios a la reforma electoral de López Obrador. Ya no sería necesario que obtuvieran un mínimo de tres por ciento de la votación nacional para conservar su registro. Basta con que alcancen ese porcentaje en 17 entidades. La bronca es que el cambio, admitido por Morena para asegurar el voto de la chiquillada, viola la Constitución, que establece como mínimo el tres por ciento de la votación nacional señalado.
Lo detectaron en el Senado y en Palacio Nacional. Vino la orden del Presidente a sus súbditos del Congreso: va para atrás. La oposición ya había avisado que no admitiría dispensa de trámites y que iría hasta el bloqueo del Senado si intentaran aprobarla sin analizarla. Ricardo Monreal, coordinador de la bancada de Morena en el Senado, reiteró que no habrá fast track. El mismísimo López Obrador avisó que la modificación va para atrás. “Los mismos legisladores se han comprometido a quitar esos añadidos, como le llaman en el periodismo, el duende, que hizo sus travesuras, pero se va a corregir”, dijo en la mañanera. Las circunstancias nos obligan a preguntar: ¿Cómo van a votar PVEM y PT esa ley corregida? Es un suicidio, sobre todo para los petistas.
Otro gran problema es el tiempo. El 15 de diciembre se cierra el periodo. Quedan dos sesiones. El Ejecutivo la quiere aprobada en ese periodo. Imposible analizar una minuta que modifica seis leyes, revisarla en comisiones, regresarla a San Lázaro para que corrijan lo de la chiquillada y reenviarla al Senado para su aprobación en las dos sesiones que quedan. Integrantes de los partidos de oposición ya advirtieron que bloquearán el Senado si se intenta el fast track. Monreal se comprometió a no dispensar trámites y analizarla con detenimiento.
El Presidente tendrá que esperar a que se convoque un periodo extraordinario en enero o al ordinario de febrero para reiniciar su ataque vs. el INE. Escuchamos al senador Germán Martínez hablar con dureza de Ricardo Monreal en el programa de Ciro Gómez Leyva en Radio Fórmula. Le pedimos vía WhatsApp que nos explicara por qué: “Monreal, como es católico, sabe que la Biblia dice que a los tibios Dios los expulsa. Llegó el plan B y está construyendo con PT y PVEM”, escribió.
* Llamó la atención de observadores internacionales la postura anunciada de MC de competir de forma independiente en las elecciones del 2023 y el 2024. El último reporte sobre México que publicó el Grupo Eurasia, especializado en detectar riesgos para los inversionistas en todo el mundo, aborda el tema. Luego de recordar que el pasado 5 de diciembre, en su convención nacional, el partido naranja optó por no aliarse a la coalición Va por México, sacó conclusiones: “MC no busca ganar la Presidencia, pero sí posicionarse como la alternativa más creíble a Morena en el mediano y largo plazos. Esta estrategia beneficiará marginalmente a Morena, ya que fragmentará aún más el voto de la oposición”, advirtió el GEA, cuya sede central es Nueva York.
Añadió: “Dante Delgado cree que los partidos que forman la alianza Va por México están desacreditados y han perdido el apoyo de los votantes, especialmente el PRI. La estrategia es convertirse en la principal oposición contra Morena, tras la salida de López Obrador, y una vez que el PRI y el PRD hayan perdido casi todas sus fuentes de poder”, puntualizó. (Francisco Garfias, Excélsior, Nacional, p.4)
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Doble Fondo /
¿Sí #EsClaudia en 2024?
La oposición formada por PAN-PRD-PRI, que igual abandera a la derecha (a una parte de ésta), a la izquierda (a una porción de ésta), y a cualquier cosa que represente el priismo, debería estar seriamente preocupada: a tan solo diecisiete meses y veintidós días de que se lleve a cabo la siguiente elección presidencial (2 de junio de 2024) no tiene una candidata fuerte ni un candidato relevante, así que se circunscribe a nombrar a varios suspirantes que no despuntan.
Tampoco dispone de un proyecto de nación que ofrezca una alternativa convincente al movimiento que encabeza Andrés Manuel López Obrador, de acuerdo a las intenciones de voto para el 2024 que se han dado a conocer en días recientes.
Hasta este día, el cimiento electoral opositor es fangoso porque parte de una simpleza plebiscitaria: AMLO, no. Eso es todo lo que propone la oposición: la 4T, no. O al menos eso es lo que sus mujeres y hombres divulgan hacia los medios de comunicación: nosotros bloqueamos al Presidente. Nosotros impedimos al Presidente. Nosotros no permitimos que el Presidente. Nosotros obstruimos a Morena. Tantán.
Está bien ser coherente con el término “opositor (persona que se opone a otra)”; está bien representar cabalmente el concepto “oposición (acción y efecto de oponer u oponerse)”; sí, es muy loable que hayan contenido algunos de los excesos y arrebatos presidenciales que los legisladores morenistas pretendieron constitucionalizar, pero eso no basta para convencer a la mayoría de los mexicanos.
Cuando la gente sacó al PRI de Los Pinos (dos veces) fue porque la sociedad estuvo dispuesta a echar mano de lo que fuera necesario (Vicente Fox, o el propio AMLO) con tal de expulsar del poder a esa gente insolente y ostentosa (los Peña Nieto, los Duarte, los Borge y adláteres). Lo mismo, me parece, va a suceder con Morena, porque gobierna igual que el PRI, de una manera soberbia, grosera, prepotente, con desplantes antidemocráticos y arbitrarios, pero todavía no hemos llegado a ese momento en el que la mayoría de la gente, harta de sus excesos, lo expulse del poder a punta de votos.
Hasta este día, a juzgar por las encuestas serias, si hoy fueran las elecciones presidenciales, la actual Jefa de Gobierno sería presidenta de México.
Y por mucho.
Pero vamos por partes: primero, para poder entender, veamos cómo evalúan los capitalinos a Sheinbaum, de acuerdo a la medición publicada en EL UNIVERSAL: agárrese, porque la aprobación de ella en Chilangolandia está por encima de la que ostenta el mismísimo Presidente: el mandatario registró una aprobación de 57% y un saldo de opinión favorable de +25, mientras que Sheinbaum es aprobada por ¡65%!, ocho puntos más que AMLO, y obtuvo un saldo de opinión favorable de +37, doce puntos por encima de su líder.
Claudia subió dos puntos respecto a la medición previa, efectuada en agosto. Y, mejor noticia para ella, el porcentaje de quienes la desaprueban cayó seis puntos, para colocarse en 30%. Contra lo que se percibe en redes sociales, donde pareciera que todo lo que ella hace está mal, y que gobierna pésimo (inclusive de forma despectiva le llaman “regenta”, como si fuera una marioneta de AMLO), en realidad solo tres de cada diez capitalinos desaprueban su “trabajo”, según la encuesta de Enkoll para este diario.
Otra medición, publicada esta semana, hecha por De las Heras Demotecnia, señala que el 68% aprueba su trabajo, seis puntos arriba de la aprobación presidencial (62%) y únicamente dos de cada diez (20%) la desaprueban. Hay razones para esos niveles tan altos: 53% piensa que en Ciudad de México la seguridad está mejor hoy o igual de bien que hace un año, contra el 43% que opina lo contrario. Lo mismo sucede con la economía: 54% percibe que está mejor y 46% que está peor.
Muy fuerte dato, el 63% cree que Claudia Sheinbaum “sí ha dado resultados”, contra el 20% que niega tal cosa.
Pareciera que la Jefa de Gobierno ha sido perdonada por el electorado, porque recuerde usted que en los comicios de 2021 su partido perdió la mitad de la ciudad y el Congreso local. ¿Cómo se reafirma esto? Con los números de EL UNIVERSAL: si hoy hubiera comicios para la Jefatura de Gobierno en Ciudad de México, Morena y sus aliados le darían un buen manotazo a la alianza opositora: 50% contra 40%, y 9% se iría con Movimiento Ciudadano (https://www.eluniversal.com.mx/metropoli/morena-lidera-intencion-de-voto-por-jefatura-de-gobierno-garcia-harfuch-el-mejor-perfilado-encuesta).
Más relevante, porque se trata de todo el país, rumbo a la elección presidencial Claudia es la preferida para ser candidata de Morena (36% contra el 26% de Marcelo Ebrard, 12% de Ricardo Monreal y 7% de Adán Augusto López), pero sobre todo… le da una soberana paliza a cualquier candidato de la oposición que le pongan enfrente: 52% contra 22% de Luis Donaldo Colosio (MC) y 18% de Santiago Creel; 52% contra 21% de Colosio y 18% de Beatriz Paredes. A los demás posibles candidatos opositores, como Lilly Téllez y Enrique de la Madrid, les va peor (https://www.eluniversal.com.mx/nacion/sheinbaum-paredes-lilly-tellez-y-colosio-lideran-en-sus-partidos-rumbo-2024-encuesta).
Una medición nacional más, de Enkoll para El País, da resultados similares: de 23 aspirantes presidenciales pertenecientes a todos los partidos, Sheinbaum es la que tiene, por mucho, el mejor balance de opiniones positivas/negativas con un saldo de +51, seguida de Luis Donaldo Colosio con +44, Marcelo Ebrard +39, y muy lejos está la priista Claudia Ruiz Massieu, que tiene +16. Ella, en ese sentido, es la mejor opción, la mejor valorada en la coalición opositora (PAN, PRD, PRI), seguida de Beatriz Paredes con +15.
Ya en los careos de preferencias electorales efectivas, Claudia (55%) tunde a Colosio (25%) y a Ricardo Anaya (20%, como candidato de la coalición opositora). Dos puntos más de ventaja que en agosto ante su inmediato contrincante. Lo mismo ocurre (54%) contra Colosio (29%) y Lilly Téllez (17%).
En fin, pareciera que la oposición, postrada en negación, yace ausente de esta realidad que esbozan las preferencias electorales de nuestros días. Es como si confiara en que el austero “nosotros contra AMLO” llenará las urnas dentro de 17 meses y 22 días. Lo dudo, se me hace que ya se les hizo tarde, pero allá ustedes, Damas y Caballeros anti Claudia.
BAJO FONDO
Marcelo Ebrard, la otra opción más viable de Morena, también zarandea a cualquier opositor que usted le ponga enfrente, con al menos 14 y hasta 25 puntos de ventaja. Digo, por si en la oposición le andan rezando a ese santito para que sea el ungido por el dedo encuestador del Presidente. (Juan Pablo Becerra-Acosta, El Universal, Nación, p.5)
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La sombra del Perú
Desde hace décadas, Perú ha sido una de las economías que más han crecido en América Latina y un caos político: en muy poco tiempo se han sucedido numerosos presidentes y un alud de ministros -en constante conflicto con el Congreso-, en una sociedad fracturada entre la izquierda y la derecha. El caso más reciente ha sido la elección, por un margen mínimo, de Pedro Castillo -un maestro rural de Cajamarca- frente a Keiko Fujimori, la hija del antiguo Presidente que todavía hoy se halla en la cárcel tras disolver el Congreso e instaurar un régimen dictatorial. Hace unos días, Castillo, que mantenía un ríspido pulso con los legisladores, intentó una maniobra equivalente, aunque el inmediato rechazo de su propio gabinete y de las Fuerzas Armadas culminó con su arresto.
En la era de la polarización y de las burdas simplificaciones de la mentalidad-Twitter -la proliferación, a diestra y siniestra, de drásticas opiniones de 240 caracteres que jamás atienden ni al contexto ni a las sutilezas-, lo ocurrido en la nación andina apenas ha tardado en convertirse en otra agria disputa mexicana, donde la tosca frontera pro-AMLO y anti-AMLO se ha revertido en llamar golpistas, bien a los congresistas que destituyeron a Castillo, bien al propio Castillo que disolvió el Congreso y decretó el estado de excepción. En los casos más extremos, hay quien ha deseado que López Obrador también logre deshacerse de los legisladores de oposición que se oponen a sus reformas y quien, en el lado contrario, ha expresado su deseo de que termine en la cárcel como Castillo.
Si en algo se parecen México y Perú, además de su pasado de capitales coloniales, es en una marca de fábrica de toda América Latina: sus sociedades fueron construidas por élites -por lo general blancas o criollas- decididas a conservar sus privilegios frente a millones de ciudadanos relegados a la marginación. No por nada somos una de las regiones más desiguales del planeta, con Estados de derecho débiles o de plano inexistentes, diseñados para garantizar la impunidad de los poderosos. En este ambiente, no cabe duda de que desde hace décadas en Perú -igual que aquí- se han batido fuerzas antagónicas, en teoría ideológicamente opuestas, que en ningún caso han logrado revertir la corrupción y la falta de justicia.
El triunfo in extremis de Castillo, proveniente de las capas más desfavorecidas del país, provino de un rechazo a quien representaba el pasado fujimorista, pero desde el principio se hizo evidente su falta de experiencia y carácter. Justo lo que él vendió como ventaja -no haber medrado en el sistema-, lo convirtió en un político torpe e ineficaz: tras romper con Vladimir Cerrón, el oscuro personaje que lo arropó para llegar a la Presidencia, Castillo cometió una torpeza tras otra y, pese a apoyos externos como el de López Obrador -uno de los pocos mandatarios que ha seguido defendiéndolo-, acabó inmerso en un laberinto sin salida, incapaz de cumplir ni una sola de sus promesas de justicia social.
Si la derecha fujimorista intentó bloquearlo desde el principio, sus propios yerros lo llevaron a quedar contra la pared en su pugna con el Congreso, empeñado en destituirlo por “incapacidad moral”: buena parte de la culpa en este doloroso sainete la tiene un sistema semipresidencial pésimamente diseñado. El Congreso no había llegado a arrebatarle el poder cuando él decidió, sin el concurso de casi ningún miembro de su gobierno, liquidar la vía democrática. Castillo, autor de un acto claramente dictatorial, ni siquiera llegó a convertirse en dictador: sin ningún apoyo de peso, su propia escolta lo entregó a la justicia.
Aunque tanto los enfebrecidos pro-AMLO como anti-AMLO querrían sacar provecho interno de la crisis andina, lo único que refleja es la dramática incapacidad moral de nuestras sociedades -y de nuestros políticos de todas las corrientes- para transformar los aviesos sistemas institucionales que siguen beneficiando solo a los poderosos -de izquierda o de derecha, según estén en el gobierno o en la oposición- y que impiden instaurar auténticos Estados de derecho y disminuir nuestras aberrantes desigualdades. (Jorge Volpi, Reforma, Opinión, p.9)
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Cómo sacar al tirano
Por fin, después de tantos años de la brutal y criminal dictadura de Nicolás Maduro, hay una posible salida para la democracia en Venezuela. ¿Cuál es? Elecciones libres y supervisadas internacionalmente en el 2024. Pero es un camino minado.
Desde que Maduro llegó al poder por dedazo, tras la muerte del golpista, autoritario y todopoderoso Hugo Chávez en marzo del 2013, miles de opositores han sido asesinados, torturados y encarcelados. Se trata de “crímenes contra la humanidad”, según un reporte del año pasado de Naciones Unidas. “Maduro, apoyado por otras autoridades, es el principal arquitecto de una maquinaria con el propósito de reprimir a sus opositores”.
La oposición ha hecho todo lo posible para acabar con la dictadura de Maduro -desde marchas multitudinarias y protestas durante años hasta buscar sanciones internacionales y la creación de un gobierno alternativo- pero nada ha funcionado. La razón es sencilla: el régimen ha reprimido con inusual violencia cualquier intento de rebelión.
Al final, fue la valiente presión de la oposición política dentro de Venezuela y las sanciones internacionales las que doblaron a Maduro y lo obligaron a enviar a sus representantes a una mesa de negociaciones en la Ciudad de México. Ahí, hace unos días, negociadores de la dictadura y de la oposición -bajo la llamada Plataforma Unitaria Democrática- se pusieron de acuerdo para liberar 3 mil millones de dólares del Estado venezolano que estaban bloqueados en los mercados internacionales. Ese dinero será usado para programas sociales en Venezuela.
Poco después, Estados Unidos autorizó a la empresa petrolera Chevron a volver a operar en Venezuela. Además de esto, Estados Unidos intercambió en octubre a dos sobrinos de la esposa de Maduro, Cilia Flores -acusados de narcotráfico-, por siete estadounidenses encarcelados en Venezuela.
Todo esto tuvo que pasar para que se abriera la posibilidad de sacar a Maduro a través de unas elecciones en el 2024. “Esa es nuestra exigencia”, me dijo en una entrevista el Presidente encargado de Venezuela, Juan Guaidó, quien asegura ser reconocido como el líder legítimo de la nación por “decenas” de países (incluyendo Estados Unidos). “No estamos mendigando. Estamos luchando por unos derechos”.
El modelo a seguir en Venezuela es el que ocurrió en 1990 en Nicaragua -cuando los sandinistas perdieron las elecciones frente a una coalición liderada por Violeta Barrios de Chamorro- o en Chile en 1988 -con un plebiscito que sacó del poder al dictador Augusto Pinochet.
Los venezolanos podrían sacar con votos a Maduro del Palacio de Miraflores. Pero no se le puede permitir a su gobierno organizar las elecciones ni contar los votos. Eso ya pasó en los fraudes electorales del 2013 y el 2018. Por lo tanto, es necesario que las elecciones presidenciales del 2024 sean supervisadas por organismos internacionales. Aun así sería muy difícil ganarle el juego a la dictadura.
Maduro, quien está muy vulnerable, dijo hace poco que sí aceptaría realizar elecciones, pero con condiciones. “¿Elecciones libres quieren? ¿Justas y transparentes?”, se preguntó hace poco el dictador. Y esta fue su respuesta: “Elecciones libres de sanciones, libres de medidas coercitivas unilaterales; que las quiten todas”.
Es obvio que las sanciones han calado y que este es el momento que la oposición ha esperado por casi dos décadas. Pero todas las facciones tienen que unirse y lanzar a un candidato presidencial único.
Posdata peruana. Se equivoca el presidente López Obrador al defender a líderes antidemocráticos y corruptos. Es un grave error proteger a un golpista como Pedro Castillo, quien intentó disolver el Congreso de Perú, imponer toque de queda y gobernar por decreto. De la misma manera, AMLO salió en defensa de la vicepresidenta argentina, Cristina Fernández de Kirchner, quien fue encontrada culpable de defraudar al Estado y de corrupción. Confunde y preocupa que el Presidente mexicano salga a defender a Castillo y a Fernández solo porque son izquierdistas, como él. Qué parámetro tan pobre. Lo que hicieron Castillo y Fernández es ilegal y jamás debería ocurrir en México. Hacerles el juego es un camino muy peligroso. (Jorge Ramos Ávalos, Reforma, Opinión, p.8)
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Política Irremediable /
Ebrard: futuro dolor de cabeza
Hasta ahora, los más conspicuos candidatos para encabezar a la oposición en la magna contienda electoral de 2024 militan en… las filas del oficialismo. Aspiran a ser bendecidos por el dedo del supremo elector, desde luego, pero es ahí donde comienzan a dibujarse los problemas en el horizonte del aparato gubernativo: don Ricardo Monreal está prácticamente fuera de la contienda en su condición de oveja negra del rebaño morenista y pudiere, por ello, terminar por ofrecer sus servicios a la causa de la coalición PRI–PAN–PRD. No está cantado, sin embargo, que los aviesos conservadores estuvieren tan alegremente dispuestos a sacrificar a sus gallos de pelea —digamos, Enrique de la Madrid, Lilly Téllez, Claudia Ruiz Massieu, Alejandro Moreno y quienes puedan sumarse por ahí— para abrirle sus puertas al que menos favores está recibiendo en la muy anticipada contienda interna de Morena.
El verdadero dolor de la cabeza para el gran decididor de las cosas pudiere ser el otro concursante, a saber, Marcelo Ebrard. Ya se había sacrificado el hombre, luego de estar arriba en las encuestas del perredismo, al cederle graciosamente el puesto de primer seleccionado a López Obrador para disputarle el trono a Felipe Calderón en 2006. En toda lógica, tendría que poderle cobrar ahora el favor al beneficiario. Pero, miren, las cosas no son así en los retorcidos senderos de la política: en el horizonte se ha aparecido una fidelísima, incondicional y fervientísima Claudia Sheinbaum para garantizarle al actual primer mandatario de Estados Unidos Mexicanos una copia al carbón de la transformación que pretende estar implementando en la vida nacional. Ebrard ha besado sapos, ciertamente, y tragado muy amargos brebajes medicinales sin chistar. No ha dicho ni pío al serle exigida ejemplar obediencia para seguir el guion impuesto. Pero, qué caray, ya cuando se encuentre bien apoltronado en la silla presidencial no sabemos si le van a brotar a la superficie sus antiguas cualidades, a saber, un consustancial pragmatismo y una muy apreciable apuesta personal por la modernidad en oposición al oscuro primitivismo de sus circunstanciales correligionarios.
De tal manera, al altísimo responsable de designar a su directo sucesor no le resulta un personaje enteramente confiable y se dibuja, desde ya, su exclusión como competidor, más allá de que él se haya lanzado al ruedo para proponer encuestas, para organizar a legiones de seguidores y para intentar transparentar el proceso. Sabemos que no va por ahí el tema, que no es asunto de implementar estrategias para validar mediciones sino que todo va a resultar de lo que decida el jefe máximo y llegará entonces el momento en que Ebrard se va a encontrar como agente libre —hablando en términos futbolísticos—, o sea, a las órdenes de un equipo llamado Oposición. (Román Revueltas Retes, Milenio, Política, p.8)
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Política zoom /
Amarren al duende de San Lázaro
Cuenta la leyenda que hay un duende dedicado a hacer travesuras con las leyes. Sin que nadie lo haya visto, se mete durante la madrugada entre las curules para sembrar sus trampas. (Los niños nos creemos esas historias, pero uno que otro adulto duda de su existencia).
Afirma el señor presidente de México, Andrés Manuel López Obrador, que un duende hizo fechorías con el plan B de su reforma electoral y es que, durante la madrugada del miércoles pasado, la iniciativa enviada a la Cámara de Diputados sufrió una trasfiguración inesperada. Tres modificaciones supuestamente huerfanitas fueron votadas por la mayoría en el palacio de San Lázaro.
Las tres tienen beneficiarios inocultables y solo por eso cabría especular sobre la verdadera autoría de “la travesura.”
Morena y sus aliados del Partido del Trabajo (PT) y el Partido Verde Ecologista de México (PVEM) obtendrían una gran ventaja si pudiesen guardar en un cochinito los ahorros realizados en un año no electoral para utilizarlos durante los años electorales. El problema es que tal cosa está prohibida por la Constitución y, sin embargo, se regalaron el privilegio.
Otra modificación sospechosa es la que permitiría conservar el registro como partido político nacional a una fuerza electoral que lograra al menos 3 por ciento de la votación en la mitad de las entidades federativas, en vez de conseguir –como dice actualmente la legislación– ese mismo umbral considerando la votación emitida a nivel nacional. Aquí también la trampa radica en que este asunto contradice lo establecido por la Carta Magna.
Podría suponerse que el PT es el verdadero duende ya que en varias ocasiones ha estado a punto de perder el registro porque, por sí mismo, no es capaz de conseguir el requisito de sobrevivencia.
Cabe también especular con que el tercer añadido sospechoso se le debe a este instituto político ya que, en el pasado, el PT habría insistido con resucitar la figura de las candidaturas comunes, las cuales tienen como defecto que impiden asignar –por separado– los votos obtenidos por un partido que concurrió en alianza electoral.
Una vez más, este tema es del ámbito constitucional y, sin embargo, las y los diputados de la mayoría le dieron el visto bueno sin reparar en el detalle.
Ciertamente el episodio del duende dejó muy mal parado al secretario de Gobernación, Adán Augusto López, quien presumió antes y después de aprobarse el Plan B, que nada de su contenido afectaría a la Constitución.
¿Cómo fue que al responsable de la política interior se le escapó el duende?
La respuesta es sencilla: el procedimiento legislativo que su partido impuso para aprobar estas reformas fue tan arbitrario que la mayoría oficialista abrió de par en par la puerta para que San Lázaro se llenara de espectros desgraciados.
En la vida normal de esa Cámara, toda iniciativa presentada se turna a las comisiones responsables de analizarla, dictaminarla, votarla y, después de eso, enviarla al pleno parlamentario.
El artículo 40 de la ley del Congreso, entre otras normas, precisa el papel que las comisiones realizan para asegurarse de que la Cámara cumpla con sus atribuciones constitucionales y legales.
Ese mismo ordenamiento ordena la existencia de una comisión ordinaria que lleva por nombre Reforma Política–Electoral. Era del más elemental sentido común haber permitido que, al menos esta comisión, integrada por tres decenas de representantes, analizara la iniciativa presidencial.
Sin embargo, la mayoría decidió reventar el trámite legislativo y procedió a saltarse a las comisiones para coronar sin aduanas al plan B.
El oficialismo utilizó como pretexto un concepto que hace tiempo introdujo, también el PT, a las prácticas legislativas y que se conoce como afirmativa ficta parlamentaria.
Se trata de una medida extrema contra las comisiones que tardan en dictaminar. Si estas no atienden una iniciativa en un plazo razonable –por ejemplo, 30 días– entonces puede subirse directamente al pleno.
Sin embargo, en el caso del plan B, no trascurrieron ni 15 horas entre el momento en que la iniciativa presidencial arribó a San Lázaro y el momento de la votación en el pleno.
Ya encaminado en el abuso, el oficialismo se siguió de largo cuando, durante la misma madrugada, eludió otro requisito importante: la lectura del texto legislativo que habría de aprobarse. (Prácticamente se votó sin leerse).
La culpa no es del duende sino del que hace al duende. Con tanta burla a los procedimientos parlamentarios no podía esperarse que las cosas salieran bien.
Un día después del desaguisado un periodista preguntó al presidente López Obrador si lo aquí narrado se debió a que las y los diputados no le obedecieron. El mandatario respondió airado que esas personas no tienen por qué obedecerlo. Afirmó que México ya no vive la época “en que el presidente era omnímodo y que era el que manejaba todo”.
O los duendes existen, o bien la mayoría morenista y sus aliados recibieron la instrucción de violar el trámite legislativo ordinario para evitar la aduana de las comisiones y la lectura de la iniciativa con el propósito de aprobar a ciegas el plan B.
Es derecho constitucional la libertad de culto y por tanto la libertad de cada uno para creer en la existencia de los duendes. Pero también es prerrogativa legítima pedirle a quien manda que amarre a sus espectros antes de que se pongan a hacer barrabasadas. (Ricardo Raphael, Milenio, Política, p. 14)
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México SA
Deuda pública baja 2.5 % // Brutal herencia neoliberal // Negocio futbolero, cochinero
Para nadie es un secreto que el régimen neoliberal –especialmente en sus tres últimas administraciones– endeudó al país a extremos nunca vistos, con el agravante de que la contratación del débito no se reflejó en la mejoría de las condiciones económicas del país ni en las sociales de los mexicanos. De hecho, la política que en la materia siguieron los seis gobiernos de esa calaña violó el artículo 73 constitucional, el cual ordena que ningún empréstito podrá celebrarse sino para la ejecución de obras que directamente produzcan un incremento en los ingresos públicos o, en términos de la ley de la materia, los que se realicen con propósitos de regulación monetaria, las operaciones de refinanciamiento o restructura de deuda que deberán realizarse bajo las mejores condiciones de mercado; así como los que se contraten durante alguna emergencia declarada por el Presidente de la República en los términos del artículo 29.
En las últimas tres administraciones neoliberales (Fox, Calderón y Peña Nieto) la deuda pública se incrementó 500 por ciento, y por decisión de ellas, con el aval o el silencio de la Cámara de Diputados, endeudaron a varias generaciones de mexicanos, mientras ellos y sus respectivas pandillas cómodamente se retiraron a la vida privada sin consecuencia alguna. La herencia fue brutal y el nuevo gobierno recibió una carga financiera de proporciones aterradoras, que se agravó con la pandemia, la guerra en Ucrania y el consecuente cuan brutal incremento de tasas de interés.
Sirva lo anterior para dimensionar el análisis del Centro de Estudios de las Finanzas Públicas (CEFP) de la Cámara de Diputados: al 31 de octubre de 2022, la deuda bruta del sector público federal sumó 14 billones 191 mil 834 millones de pesos, lo que representó un decrecimiento de 2.5 por ciento real en comparación con el mismo mes de 2021 y una disminución de 1.9 por ciento, en relación con el cierre de 2021. En su desglose por fuente de origen, 69.6 por ciento se encuentra contratada en el mercado interno y 30.4 por ciento en el exterior.
De acuerdo con el CEFP, la evolución del saldo actual ha sido resultado, en parte, de la estrategia de programación financiera implantada por la Secretaría de Hacienda y Crédito Público, de la cual forman parte las operaciones de refinanciamiento en el mercado interno, como la compra y venta simultánea de instrumentos de deuda del gobierno federal. De hecho, ayer dicha dependencia del Ejecutivo federal anunció que el gobierno mexicano intercambió deuda por 39 mil millones de pesos a plazo de 10 años, lo que se suma a la subasta sindicada del día 6 de diciembre por 12 mil 500 millones. Esto permitió que el nuevo Bono-M naciera con un monto inicial de 51 mil 500 millones, logro sin precedente en el mercado local de deuda.
Tal anuncio, detalló Hacienda, “tuvo una demanda de 70 mil millones de pesos, lo que refleja la confianza que mantienen los inversionistas nacionales y extranjeros en la administración de deuda y los fundamentales macroeconómicos de México.
Por su parte, el CEFP señala que en cuanto al mercado externo, no se ha tenido que recurrir a operaciones de colocación de instrumentos de deuda del gobierno federal en los mercados financieros internacionales. Lo anterior, acorde con la política de mantener un perfil de deuda sólido y utilizar el endeudamiento externo de manera estratégica y como una fuente complementaria de financiamiento, en condiciones favorables de costo, monto y plazo.
Al cierre de octubre pasado la deuda externa bruta del sector público federal se situó en poco más de 4 billones 308 mil millones de pesos (217 mil 176.4 millones de dólares). Si se analiza en pesos y en términos reales, significó una reducción de 12.7 por ciento comparado con el saldo del mismo mes del año previo, y una disminución de 11.9 por ciento con relación a diciembre de 2021.
Lo que no se reduce ni a golpes es el saldo del Fobaproa-IPAB, que al cierre de septiembre pasado sumó un billón 27 mil millones de pesos, mientras los bancos rescatados se hinchan de utilidades.
Las rebanadas del pastel
Tremenda encuerada en la mañanera de ayer para los capos del futbol mexicano: los gobiernos de Felipe Calderón y de Enrique Peña Nieto condonaron a 12 clubes de la Liga Mx 2 mil 620 millones de pesos entre 2007 y 2018. Sin embargo, esa dinámica de negocios también fue norma en las administraciones anteriores. Como bien dice el presidente López Obrador, mucha afición para tan poco profesionalismo en ese deporte. (Carlos Fernández-Vega, La Jornada, Economía, p.16)
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