23 de noviembre de 2024

Historia de amor del Popocatépetl y el Iztaccíhuatl

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La segunda y tercera montaña más altas de México, que son en realidad volcanes, Popocatépetl e Iztaccíhuatl, esconden una historia de amor que ha sido transmitida de generación en generación a modo de leyenda.

Los protagonistas de esta historia son un guerrero conocido como Popocatépetl y una princesa llamada Iztaccíhuatl, ambos de origen Tlaxcalteca. Esta, al igual que otras parejas famosas en la literatura, representan el amor que supera inclusive a la muerte. 

Las leyendas antiguas son un legado cultural del México Prehispánico, a lo largo de los años hemos escuchado un sinfín de historias en donde se nos platica acerca de la creación del universo, el origen del hombre, anécdotas sobre los dioses antiguos y sobre cómo se formaron algunos de los elementos que nos acompañan hoy en día.

volcán Popocatépetl e Iztaccíhuatl

Una de esas leyendas es sobre el origen de dos de los volcanes más importantes de nuestro país, nos referimos al Popocatépetl y al Iztaccíhuatl, los cuales están ubicados en los límites entre los estados de Puebla y el Estado de México, esta leyenda tiene un origen de hace más de 100 años y es una de las más conocidas entre la población mexicana.

De entrada, debemos hablar sobre lo que significa cada uno de los nombres, ambos provienen del náhuatl, Popocatépetl viene del náhuatl “Popokani” y “Tepetl” el cual significa “Montaña que humea” o “El Humeador”, por otro lado, Iztaccíhuatl significa “Mujer Blanca”, esto haciendo referencia a la belleza de la mujer, con estos dos personajes comienza una antigua historia de amor.

El amor crea montañas: la leyenda de Popocatépetl e Iztaccíhuatl -  DifusionAr

La historia de amor entre estos dos comienza con la princesa Iztaccíhuatl, la cual era considerada una de las mujeres más bellas del reino, algunas versiones afirman que pertenecía a los Tlaxcaltecas, otras fuentes aseguran que pertenecía a los aztecas, sea cual sea, esta princesa se había enamorado perdidamente de Popocatépetl, un hombre noble y uno de los mejores guerreros de su tierra.

La joven pareja enamorada vivía una enorme felicidad, un día se le notificó al joven guerrero que tenía que partir a la guerra, antes de ello, Popocatépetl fue con el cacique de su región para pedir la mano de su amada Iztaccíhuatl en sagrado matrimonio, el padre de la princesa aceptó con la condición de que volviera sano y salvo para proteger por siempre a su hija.

Una vez aceptado el futuro matrimonio de la feliz pareja, Popocatépetl partió a la guerra para defender a su pueblo, los meses pasaban y no había información sobre el paradero de su amado, un día a los oídos del cacique llegó el rumor de que el joven guerrero había muerto en batalla, tras enterarse de esto fue a comunicárselo a su hija, la cual cayó en una profunda depresión.

Tras pasar varios meses en la misma situación, la joven princesa murió a causa de lo que hoy conocemos como “Síndrome de corazón roto”, esto debido al dolor de pensar que su amado había muerto en combates, tiempo después se sabría que esto fue mentira y el guerrero regresaría para reclamar la mano de su amada y consumar el matrimonio.

retrato de la princesa Iztaccíhuatl
Foto: Todo Texcoco

Como se lo había prometido al cacique, el guerrero volvió sano y salvo, lamentablemente al momento de llegar le harían llegar la noticia del desafortunado desenlace que había tenido su prometida, fue a ver el cuerpo de su amada Iztaccíhuatl y le lloró, el pensar que su historia de amor había terminado lo estaba destrozando por dentro.

Resignado por la mala jugada que le había planeado el destino, Popocatépetl subió hacía lo más alto de un monte, cargando sobre sus manos a su amada princesa, la recostó y encendió una antorcha, prometiendo que nunca la apagaría para honrar a la memoria de su amor, como recompensa los dioses los unieron por la eternidad en los volcanes que conocemos hoy en día.

Considerada por muchos como la versión mexicana de “Romeo y Julieta”, esta leyenda ha trascendido de generación en generación cada vez que vemos humear al Popocatépetl, en el Iztaccíhuatl podemos ver la figura de una mujer acostada, a lado de ella está la antorcha de su amor, la cual está representada con la actividad volcánica del Popocatépetl.

A pesar de ser una de las historias más antiguas del México prehispánico, la leyenda cuenta con un par de variaciones en la trama de la misma, una de ellas nos dice que el cacique del pueblo era el gobernador Tezozómoc, el cual estaba en contra de la relación y que en la búsqueda de acabar con la vida de Popocatépetl lo mandó a la guerra.

En aquella versión el fin sería el mismo, solo que también los dioses los cubrirán en nieve para que estuvieran juntos en un sueño eterno, otra versión apunta que existía otro guerrero de nombre desconocido el cual estaba celoso de la relación que tenía la joven pareja y engaño a Iztaccíhuatl sobre la muerte de su amado, haciendo que cayera en depresión y muriera.

Por último, otra de las versiones afirma que tras el regreso de Popocatépetl y tras enterarse de la noticia, subió a la montaña más alta y ordenó construir dos pirámides, una funcionaría como la tumba de su amada y la otra como guardia para protegerla de curiosos y ladrones, se dice que con el paso de tiempo fueron cubiertas y se formaron los dos volcanes.

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