24 de noviembre de 2024

LA POLÍTICA HOY

Columnas de Opinión del domingo 1 de agosto de 2021

Inseguro e impopular: el programa de salud de la 4T

La semana pasada se hicieron públicos los resultados para 2020 de la Encuesta Nacional de Ingresos y Gastos de los Hogares (ENIGH) que coordina el INEGI. Ahí se revela una situación grave: el gasto en salud de las familias mexicanas aumentó 40 por ciento entre 2018 y 2020. Este resultado, literalmente catastrófico para millones de personas, es un ejemplo más de la destrucción regresiva que, disfrazada de transformación progresista, ha derivado del uso de criterios ideológicos para guiar las políticas públicas. El caso más notable en materia de salud ha sido la desaparición irreflexiva del Seguro Popular, la cual ha sido agravada por las deficiencias del Insabi y las medidas de austeridad adoptadas por la actual administración federal, que han incluido, entre otras cosas, la reducción del presupuesto de la Secretaría de Salud en medio de la contingencia sanitaria más importante de los últimos cien años.

Desde principios de 2019, diversos analistas advertimos del impacto que tendría, en el gasto de los hogares más pobres, la reducción del presupuesto de la Secretaría de Salud iniciada durante los últimos tres años de gobierno anterior. El presupuesto de dicha secretaría pasó de 153,839 a 122,245 millones de pesos constantes entre 2015 y 2018. Señalamos que estos recortes debilitarían inevitablemente la oferta de servicios de salud para la población sin seguridad social, que se vería obligada a recurrir a los servicios privados para satisfacer sus necesidades de salud.

La llegada al poder de Andrés Manuel López Obrador hizo pensar que esta tendencia se revertiría. Durante su campaña y en el periodo de transición, el actual presidente prometió incrementar en un punto porcentual del PIB el gasto público en salud. Esta promesa, sin embargo, no se ha cumplido. Por el contrario, en los primeros dos años de su administración se volvió a recortar el presupuesto de la Secretaría de Salud, hasta caer a 102,446 millones de pesos constantes en 2020. Se acumularon así cinco años consecutivos de recortes que redujeron en una alarmante tercera parte el presupuesto real de esta secretaría.

A la falta de recursos financieros se suma la fallida compra consolidada de medicamentos. A tres años de iniciada esta administración, el gobierno federal no ha podido abastecer de suficientes medicamentos y otros insumos a las unidades de salud de las instituciones públicas. Una nota publicada recientemente en la prestigiosa revista The Lancet indica que hay desabasto de medicinas tan variadas como insulina, vacunas y quimioterápicos, entre muchas otras.

La falta de medicinas para el tratamiento del cáncer en niños ha llevado a las familias de estos pacientes a manifestarse en la vía pública. La promesa presidencial de resolver este gravísimo problema sigue sin cumplirse ya que estos medicamentos están llegando a las unidades de salud a cuentagotas.

A los hospitales dedicados a atender a la población sin seguridad social -incluidos los institutos nacionales de salud- se les ha ordenado ofrecer “atención gratuita de todas las enfermedades con todos los medicamentos”, pero la falta de presupuesto y medicamentos simplemente no lo permite. Hace unos días se supo que en el Instituto Nacional de Perinatología los médicos y enfermeras decidieron trabajar bajo protesta por la falta de medicamentos y otros insumos tan básicos como el jabón para el lavado de manos.

La escasez de recursos en las instituciones públicas de salud está obligando a los usuarios a pagar por los insumos que no están disponibles en las unidades de salud o a recurrir a los servicios privados de salud. Ahí radica buena parte de la explicación del reciente incremento del gasto trimestral promedio en salud de las familias mexicanas documentado por la ENIGH 2020: de 901 pesos constantes en 2018 a 1,266 en 2020, un escandaloso aumento, como señalamos antes, de 40 por ciento. Esto contrasta con el comportamiento del gasto trimestral promedio en salud de los hogares durante el periodo reciente de operación del Seguro Popular, que disminuyó de 867 pesos constantes en 2008 a 654 en 2014, una reducción de 25 por ciento. Justamente el propósito del Seguro Popular fue sustituir el gasto privado de bolsillo, injusto y regresivo, por el sustancial incremento de la inversión pública en salud registrado entre 2004 y 2015. No sólo mejoró la salud, sino que también se protegieron las finanzas de las familias más pobres.

En una trágica ironía, el gobierno que acusó a las administraciones previas de ser “neoliberales” y que prometió el acceso “gratuito” a los servicios de salud está promoviendo, con sus malas decisiones, la privatización de facto de la atención a la salud.

Las consecuencias de este lamentable proceso no serán menores. Muchos de los hogares que están recurriendo al gasto de bolsillo para atender sus necesidades de salud incurrirán irremediablemente en gastos catastróficos y empobrecedores, los cuales habían disminuido a la mitad entre 2000 y 2018 gracias al Seguro Popular. Este es el caso, por ejemplo, de las familias sin seguridad social que tienen niños con leucemia o mujeres con cáncer de mama, quienes tendrán que movilizar sus escasos ahorros, vender sus pocos activos o pedir prestado para evitar el sufrimiento de los suyos. Todo ello agravará la crisis financiera desencadenada por la pandemia de Covid-19, reforzando el círculo vicioso entre el mal desempeño del sistema de salud y el retroceso económico.

A menos que rectifique el rumbo, la 4T dejará un legado destructivo en materia de salud. En sólo tres años de gobierno, ese legado incluye hasta ahora la sustitución de un seguro público que ofrecía protección financiera a la población pobre de México por un impopular instituto que ha generado altos niveles de inseguridad en la población no asalariada; un recorte suicida del presupuesto de la Secretaría de Salud en medio de una emergencia sanitaria sin precedentes, y el manejo irresponsable de una pandemia que ha producido no menos de 300 mil muertes evitables.

Por eso puede afirmarse que el programa de salud de la 4T es exactamente lo opuesto del Seguro Popular: inseguro e impopular. (Julio Frenk y Octavio Gómez Dantés, Reforma, Opinión, p. 10)

Templo Mayor

¿EN QUÉ se podrían usar 528 millones de pesos? Por ejemplo, en comprar un millón 353 mil 846 vacunas Pfizer contra el Covid-19. También habrían servido para pagar la pensión de 207 mil 058 adultos mayores. Pero, no, en lugar de aprovechar ese dinero en algo que valiera la pena, se va a desperdiciar en la consulta patito de hoy.

ES UNA LÁSTIMA que este instrumento democrático finalmente se estrene con una consulta innecesaria, intrascendente e inoperante. Que hoy el INE tenga que movilizar a miles de personas para instalar las 57 mil casillas y contar los votos que lleguen, es por puro capricho presidencial.

TAN ES ASÍ que ya los propios dirigentes de Morena saben que no lograrán acarrear, perdón, entusiasmar a los 37 millones de electores que se requieren para que la consulta tenga consecuencias legales. Tan es así, que ya desde la semana anunciaron que, sea cual sea el resultado, de todas formas van a crear en el Congreso una supuesta “comisión de la verdad” para que investigue a los ex presidentes.

¿NO HABRÍA sido más fácil hacerlo desde el inicio de sexenio y ahorrarse esos 528 millones? Es pregunta que ya se sabe la respuesta.

A PRINCIPIOS de año, el gobierno de Nuevo León anunció con bombo y platillo la integración de un Comité Mixto para la Adquisición de Vacunas… que sigue brillando por su ausencia. Y es una lástima, porque la idea era buena, ya que estaba integrado por autoridades, alcaldes y empresarios que entrarían al quite ante la tardanza de la Federación.

A VER si antes de dejar el cargo, Jaime “El Bronco” Rodríguez retoma el proyecto -y de una vez algunos otros gobernadores- y se cruzan la frontera para pedirle a Texas que les done las vacunas.

EN LAS últimas semanas, autoridades locales texanas, como el condado de Hidalgo, donde está McAllen, y el de Cameron, donde está Brownsville, han donado decenas de miles de vacunas a sus ciudades fronterizas vecinas para acelerar la inmunización en trabajadores de maquiladoras e impulsar la reapertura. Esos sí son buenos vecinos y mejores amigous.

HASTA HOY han pasado 381 días desde que Emilio Lozoya llegó a México extraditado de España… y sigue sin haber avances en lo que iba a ser el gran juicio contra la corrupción del sexenio de Enrique Peña Nieto. Y por lo que se ha visto hasta ahora, nomás no va a haber novedades. Ya hasta Jennifer López y Ben Affleck regresaron, y Lozoya sigue sin soltar la sopa. (F. Bartolomé, Reforma, Opinión, p. 8)

Semper Fi

En México, no hay funcionarios honestos, pero afortunadamente contamos con marinos claridosos. El Almirante Secretario José Rafael Ojeda, de manera inusual para el alto mando naval, además de engalanar las conferencias mañaneras con sus participaciones ha desvelado la función de utilidad de las instituciones castrenses.

En mayo pasado, declaró: “parece ser que el enemigo lo tenemos en el Poder Judicial”. Es sabido que las fuerzas armadas se han opuesto al nuevo Sistema de Justicia Penal Acusatorio ya que los criminales que presentan en su calidad de primeros respondientes salen como entran en una especie de puerta giratoria. Esto se debe en su mayoría a investigaciones deficientes, a la falta de pruebas contundentes y a la preparación de expedientes de baja calidad.

 En esta ocasión, el Almirante Ojeda inició la semana con la aseveración lapidaria de que no hay -en el país del obradorismo- burócratas honestos. La hibris que denotan sus declaraciones generaron alarma por inusuales no por inverosímiles. El papel del ejército ha cambiado. A pesar de que AMLO candidato reiteró en numerosas ocasiones que regresaría a sus cuarteles al personal castrense, como Presidente les ha asignado un rol preponderante en la administración estatal.

A la Marina y al ejército le han encomendado labores que históricamente habían sido gestionadas por agencias burocráticas conformadas por civiles y que van desde la construcción y administración aeroportuaria hasta la construcción de un sistema ferroviario, pasando por la vacunación, la rehabilitación de hospitales COVID y la gerencia portuaria y de la marina mercante. El obradorismo les ha abierto una gama inconcebible de negocios.

En dos años la SEDENA suscribió contratos por más de 25,000 millones de pesos para construir desde aeropuertos hasta sucursales bancarias. Además de su nuevo papel como el desarrollador principal de infraestructura, continúa cumpliendo con labores de seguridad pública y de seguridad nacional.

Esta lucha se enmarca en la peor crisis del ejército frente a Estados Unidos, originada por la detención del General Cienfuegos y la ola de violencia incontenible derivada de la estrategia obradorista que intenta administrar en lugar de combatir al crimen organizado. La estrategia de repartir abrazos, evitar balazos y administrar los bienes nacionales vulnera al ejército frente a los cárteles y pone en riesgo su viabilidad.

La estrategia de laissez faire frente a los grupos criminales ha generado una disminución en el aseguramiento de estupefacientes, en especial de la cocaína, en aproximadamente 40 por ciento.

La violencia no cede y evidencia el fracaso de las fuerzas armadas en la tarea de conservar para el Estado el monopolio de la violencia legítima. En su capacidad de administradores es imposible que salgan avante y bien librados de su encomienda como administradores del patrimonio nacional. El que mucho abarca poco aprieta.

La desconfianza de López Obrador frente al ejército se ha desvanecido, pero no así su intención de convertir al ejército en una entelequia desconocida desde que el General Joaquín Amaro lo refundó en aras de su profesionalización.  (Alejandro Echegaray, El Heraldo de México, País, p. 6)

Bajo Reserva

Ni siquiera Morena hizo mucho por la consulta

A lo largo de la semana, diversos dirigentes de Morena estuvieron cocinando el pretexto que esgrimirán si la consulta de hoy resulta con una participación ciudadana baja. Desde la secretaria general del partido,  Citlalli Hernández, hasta el propio presidente Andrés Manuel López Obrador, dirán que la culpa es del INE por no haber inundado al país con un gasto millonario en publicidad para dar a conocer una consulta que solamente tenían la obligación de organizar. Pues resulta que ni al Canal del Congreso, ni a la mayoría de Morena en el Senado les interesó mucho la difusión de la Consulta Popular contra los expresidentes. El senador morenista, Salomón Jara, presentó desde el pasado 13 de julio un exhorto para pedir a la televisora legislativa difundir o fortalecer dicho ejercicio que promueve el presidente López Obrador. ¿Qué pasó? Ni siquiera se le dio el estatus de urgente a la resolución para aprobarlo y se quedó en el archivo de los temas sin interés para senadores y diputados.

Burócratas estresados

Nos comentan que debido a que en el gobierno federal se han registrado varios casos de estrés, las dependencias han comenzado a destinar presupuesto público para atender estos casos. Ayer mismo en este espacio le contamos de este tema en la Cancillería. Hace poco Banobras lanzó una licitación para identificar “cómo aumentar la capacidad individual para manejar y controlar el estrés, el sentimiento de frustración o situaciones de presión”. Nos indican que la Lotería Nacional también lanzó hace unos días su concurso para la contratación de un servicio para, entre otros temas, saber cómo tolerar y manejar el estrés y por el cual pagará más de 454 mil pesos. ¿En los próximos días se sumarán más oficinas a esta atención del problema?

El costo del extraordinario

Salió muy caro, en términos sanitarios, el periodo extraordinario destinado a aprobar la prórroga a la ley del outsourcing, ya que en los últimos días al menos cuatro senadores dieron positivo a Covid-19, sumado a varios trabajadores de la Cámara Alta. La lista inició con Nestora Salgado, quien incluso el pasado miércoles 28 de julio dio una conferencia de prensa en la sede senatorial acompañada de invitados y obviamente ante reporteros. A la lista se suman el senador michoacano Antonio García Conejo, la morenista Cecilia Sánchez y su correligionario Daniel Gutiérrez.

Fuerzas Armadas buscan administrar la abundancia

Nos comentan que a partir del primero de agosto habrá cambios en el Sistema Educativo Militar, derivado de las tareas que tiene encomendadas el Ejército mexicano. El próximo lunes, nos aseguran, la Escuela Superior de Guerra incorporará la maestría en Administración Militar, con Especialidad en Estado Mayor, con el propósito de que los jefes y oficiales se capaciten para asesorar a los mandos superiores y para el manejo de los recursos humanos y materiales para los asuntos relacionados con la Administración Pública Federal. Hace días, nos recuerdan, el secretario de Marina, el almirante José Rafael Ojeda Durán, dijo que México carece de servidores públicos honestos y por ello persiste el problema de la corrupción. ¿Será también respuesta a que cada vez tienen más negocios públicos en sus manos? (Bajo Reserva, El Universal, p. A2)

El Cristalazo Semanal/ La farsa fracasada

A lo largo del día de hoy muchas personas serán “acarreadas” a manifestarse afirmativamente en torno de la consulta sin materia. Esa impresentable vaguedad jurídica planteada por la Suprema Corte de Justicia, cuya supremacía queda apenas en el nombre.

Nunca habíamos tenido una corte de tan escasos méritos jurídicos y sumisión ante el Ejecutivo, o mejor dicho, la habíamos padecido en los tiempos cuya corrupción política se nos prometió erradicar, sólo para ahondarla hasta grados de espantoso cinismo.

La orden presidencial para ampliar el lapso de responsabilidad del “indispensable” Arturo Záldivar en el tribunal constitucional, por ejemplo, es una afrenta ante la cual nadie ha elevado siquiera –internamente–una protesta contundente.

Todos calladitos, como silenciosos estuvieron al momento de aprobar esta cantinflada sin humor; un verdadero galimatías cuya naturaleza oscila entre la cobardía y la falsedad. Estas líneas serán para mucho tiempo por venir, la prueba de la rusticidad de esta corte digna de un país bananero.

“¿Estás de acuerdo o no en que se lleven a cabo las acciones pertinentes (1) con apego al marco constitucional y legal (2), para emprender un proceso de esclarecimiento (3) de las decisiones (4) políticas tomadas en los años pasados por los actores políticos (5), encaminado a garantizar la justicia y los derechos de las posibles (6) víctimas?”.

He querido enumerar la estulticia para hacer evidentes las inconsistencias:

1.- ¿Cuáles son las acciones pertinentes? ¿A cual pertinencia se refiere? Hasta donde se sabe las leyes y su aplicación no son pertinentes o impertinentes. En todo caso son normas vigentes o derogadas.

2.-¿Con apego al marco constitucional y legal? ¿El marco? Primero en cuáles materias, y segundo, ¿es posible escoger? No tiene sentido este parvulario de incompetentes.

3.- “De las decisiones políricas”¿Ahora se juzgan las decisiones; no las acciones a las cuales esas opciones llevaron? ¿Queda la decisión por encima de la consecuencia?

4.-“…tomadas en los años pasados por los actores políticos? No puede admitirse tal vaguedad. ¿Cuales son los años pasados y quienes los actores políticos?

5.- “…Derecho de las posibles víctimas…”. ¿Si no se precisan las acciones (delitos) cómo se puede definir a las “posibles” víctimas. Esto significa una ambigüedad. Si hay posibles víctimas, posiblemente no hay víctimas.

No puede haber peor matrimonio. La unión  perversa entre la demagogia y la incompetencia.

El doble juego presidencial entre el disimulo y la venganza no tiene siquiera el componente real de todo este juego de espejos: el fomento de una popularidad basada en ficciones.

¿De veras el presidente busca la justicia, pues entonces procure justicia. Estimule a la Fiscalía senil, con denuncias concretas, sobre hechos reales, no con vaguedades, las obras de sus antecesores. Y si es necesario llenarse de sangre las manos, pues adelante. En sentido figurado.

Nadie le pide pasar a la historia como Robespierre, pero menos como “Cepillín”.

Pero el colmo de toda esta carnestolenda es la anticipada condena al papel del Instituto Nacional Electoral. Pareciera, en verdad,un intento de enjuiciar no a los expresidentes (cuyo nombre ni siquiera se atrevieron a mencionar los cobardones (as) y obsecuentes (as) ministros (as) de la Ínfima Corte de Justicia, sino el órgano constitucional encargado del sistema electoral.

La embestida del presidente y sus troles y caricaturistas orgánicos (para intelectuales orgánicos no les alcanza; se conforman con moneros), no es casual: es la preparación para el carnaval del año próximo: la revocación del mandato, recurso absurdo disfrazado de participación democrática, cuyo resultado favorable (un ensayo de la contienda electoral del 24), ya preparan desde ahora los “morenos” y sus acarreados de la gratitud gástrica.

El secreto de este gobierno entre consultas, encuestas, informes trimestrales y conferencias “mañaneras”, es simple: aturdir, declamar, sermonear, confundir, distraer, en un ejercicio de gobierno palabrero e ineficiente, mientras las verdaderas plagas nacionales (enfermedad, violencia, pobreza, cesantía,etc), avanzan sin valladar alguno.

Pura demagogia a la cual –por fortuna– hoy pocos harán caso. (Rafael Cardona, La Crónica, LaDos, p. 2)

Después de la debacle

En Estados Unidos la debacle tendría un solo responsable si Donald Trump hubiera sido un aspirante a dictador que acabó aislado y solitario antes de ser derrotado en las urnas. El problema no es sólo que insiste en que fue derrotado a través de un fraude imaginario y se niega a retirarse del escenario político, sino que su discurso racista encontró eco en casi la mitad del electorado. La guerra cultural que alimentó durante cuatro largos años sigue viva en las filas de los que creen en la superioridad de la raza blanca, y exigen una libertad que no toma en cuenta los derechos de los demás. Entre ellos, los anti-vaxxers convencidos de que la vacuna contiene un microchip que alterará su ADN y se niegan a vacunarse, y los conservadores republicanos que insisten en comprar armas de alto poder sin restricciones. Ambos son responsables de la muerte de cientos de miles de sus conciudadanos.

La respuesta de muchos que habitan el mismo territorio que los trumpianos pero viven en otro universo político -liberal y democrático- ha sido pensar. Tratar de entresacar de la historia norteamericana las narrativas que han polarizado al país y entender las razones y las sinrazones que están en la base de la cultura política del electorado de derecha republicano que llevaron a Trump al poder. George Packer es uno de esos pensadores. Agudo y lúcido, advierte desde el inicio del artículo que acaba de publicar en The Atlantic* que las naciones, como cada uno de nosotros, se cuentan historias para entender quiénes somos y qué queremos ser. Estas narrativas nacionales padecen sentimentalismo, agravios y ceguera porque se han construido, por encima de la razón y hasta de la ciencia, para satisfacer necesidades y deseos irracionales.

Una nación puede construir y mantenerse unida cuando en medio de versiones históricas encontradas hay un consenso, al menos, sobre qué sistema debe gobernarla. Estados Unidos es un país dividido en dos con cuatro versiones diferentes de qué es y adónde va que han fracturado la democracia.

Ellos tienen su historia y nosotros la nuestra, pero los dos elegimos a presidentes populistas, iliberales y antidemocráticos. La base electoral de ambos es intolerante y anárquica. Como López Obrador, Trump pasó por encima de todas las instituciones de su país y tenía sus propios “hechos alternativos”.

Ni sus costosas decisiones políticas han alterado la fe ciega de sus feligreses. En México, ni cientos de miles de muertos por una epidemia mal atendida. Es un asunto de identidad tribal. La ideología política que defienden los partidarios de LO no expresa lo que saben sino lo que son: creyentes serviles dispuestos a digerir y justificar hasta el desabasto de medicamentos para niños con cáncer.

Para recuperar la identidad y el rumbo del país, el resto, la sociedad civil, tendría que organizarse como lo hicieron los polacos para mandar a retiro al régimen comunista o los chilenos para sacar a Pinochet del poder.

No hay otro camino que abrir foros de debate que les den voz colectiva y resonancia a las demandas de los muchos sectores, grupos y organizaciones que este gobierno ni oye, ni ve. Foros que develen qué futuro de nación quiere la mayoría; midan la atmósfera y las convicciones de la gente a través de encuestas; discutan caminos alternativos de desarrollo y diseñen instrumentos para resolver los aplastantes problemas del país. Desde la violencia y la pobreza hasta el fortalecimiento de la democracia.

Si doctores y especialistas hubieran discutido en un foro abierto y plural la estrategia del gobierno frente al coronavirus, López Obrador hubiera perdido el monopolio de la información y la manipulación. Si historiadores, intelectuales y especialistas hubieran debatido sobre la caída de Tenochtitlán, nos hubiéramos ahorrado cursilerías demagógicas y falsas y podríamos decidir qué debemos guardar del legado de los mexica. El calentamiento global, el medio ambiente y el desastre educativo de este gobierno necesitan también un altavoz plural y colectivo.

Es una tarea titánica porque se necesita una sombrilla que proteja el debate (como sucedió con la iglesia católica en Polonia y Chile) y el acuerdo entre los participantes. Eso y más tendríamos que hacer para convocar una nueva identidad como nación y voluntad de cambio. Pero vale la pena: es nuestro futuro.

* The Four Americas… (Isabel Turrent, Reforma, Opinión, p. 8)

Razones para votar en la Consulta Popular

Los procesos electivos y de participación ciudadana poseen la significativa virtud de abonar a la paz social cuando se llevan a cabo bajo un estricto respeto a la voluntad de los electores. Esa única razón debiera bastar para acudir a las casillas a votar este domingo primero de agosto en la primera Consulta Popular. Hay más razones.

De manera interesada se ha cuestionado la legalidad de la Consulta Popular de este domingo, por ello es importante hacer un breve repaso de las etapas que se recorrieron para su realización. El 9 de agosto de 2012, fue publicado el decreto por el que se incluyen en nuestra constitución diversas figuras de participación ciudadana; entre ellas, la Consulta Popular. El 14 de marzo de 2014, se publicó su ley reglamentaria: la Ley Federal de Consulta Popular. El 22 de diciembre de 2019, se publicó el Decreto por el que se declaran reformadas y adicionadas diversas disposiciones de la constitución en materia de Consulta Popular y Revocación de Mandato. El 15 de septiembre de 2020, el Presidente de los Estados Unidos Mexicanos presentó ante el Senado de la República la solicitud de una Consulta Popular. En paralelo, una petición para su realización fue suscrita por más de dos millones y medio de persona, cuyas firmas que fueron validadas por la autoridad electoral. El 15 de septiembre de 2020, el Senado remitió la solicitud de Consulta Popular a la Suprema Corte de Justicia de la Nación. El 1º de octubre de 2020, el Pleno de la SCJN declaró constitucional la materia de la Consulta Popular y determinó reformular la pregunta presentada por el Presidente para quedar como sigue: ¿Estás de acuerdo o no en que se lleven a cabo las acciones pertinentes, con apego al marco constitucional y legal, para emprender un proceso de esclarecimiento de las decisiones políticas tomadas en los años pasados por los actores políticos encaminado a garantizar la justicia y los derechos de las posibles víctimas? El 7 de octubre de 2020, el Senado aprobó el decreto por el que se resuelve sobre la procedencia y trascendencia de la petición de Consulta Popular presentada por el Presidente y se expide la convocatoria de Consulta Popular. El 22 de octubre de 2020, la Cámara de Diputados aprobó el decreto por el que se resuelve sobre la procedencia y trascendencia de la petición de Consulta Popular presentada por el Presidente y se expide la convocatoria a Consulta Popular. En suma: la Consulta Popular es plenamente legal.

Quienes se oponen a la consulta argumentan que ésta es inútil pues no conduce a ningún fin práctico. Para entender a cabalidad la finalidad de esta consulta popular debe tenerse presente que, en su origen, dicha consulta se planteó como objetivo coadyuvar a marcar un punto y aparte en la vida política y social de México. Ese objetivo es plausible a la luz de los múltiples y profundos agravios que lastran a la sociedad mexicana debido a las acciones nocivas, para el interés general y muchas de ellas violatorias de los derechos fundamentales de los mexicanos, que se realizaron por sucesivos gobiernos y desde el conjunto de las esferas del Estado. También, desde un inicio, se planteó que no era el propósito de la consulta erigirse en una persecución política. Su finalidad última era fortalecer una ruta para alcanzar el perdón a través de la justicia. Esa es otra razón importante para salir a votar.

El proceso de Consulta Popular no ha estado exento de equívocos. En primer lugar, el poder legislativo optó por establecer en la constitución la fecha para su realización el primer domingo de agosto, en contraste con la propuesta original de que se realizara a la par de la jornada electoral. Esta decisión disminuye la participación y encarece los costos de su organización. En segundo lugar, el Instituto Nacional Electoral decidió reducir drásticamente el número de casillas; en consecuencia, los votantes estarán más distantes de las urnas y ello redundará en una menor participación ciudadana.

Algunos, para pretextar su ausencia de las urnas, señalan que de haber una baja participación los resultados de la votación no serían obligatorios para las autoridades. Si bien es cierto que la ley establece que los resultados de la consulta sólo serán vinculatorios si participa al menos un 40 por ciento de las personas inscritas en la lista nominal de electores, nada impide a los poderes ejecutivo y legislativo, y al conjunto del Estado, actuar en el sentido en el que se exprese la mayoría de los participantes.

Nadie puede poner en duda la seriedad de los agravios que aquejan a nuestra sociedad y que han sido provocados desde todas las esferas del Estado, es por ello que son bienvenidas todas las acciones que coadyuven a paliarlos para abonar a la paz y a la regeneración de nuestra sociedad. El ejercer nuestro derecho al voto, acudiendo a las casillas, es un ejercicio de militancia ciudadana que debe forjarse en todas las ocasiones posibles, hoy tenemos la invaluable oportunidad de hacerlo. (Rodolfo Torres, La Crónica, Columnistas, p. 4)

Gatopardismo

Las consultas populares son un sello del gobierno de la autollamada cuarta transformación. Las más significativas parecen ejercicios de simulación donde las decisiones están tomadas con anterioridad y, lejos de obedecer criterios técnicos, han estado supeditadas a sesgos políticos e ideológicos del primer mandatario.

Ahí está, por ejemplo, la consulta en donde se confirmó lo que al Presidente convenía: cancelar el Nuevo Aeropuerto Internacional de la Ciudad de México, que le permitió dar un golpe de autoridad a un costo cuestionable económicamente, aunque rentable para fines políticos. Lo que en el argot de la política se llama “quinazo”, a raíz del golpe que la administración de Carlos Salinas propinó al entonces todopoderoso líder del sindicato petrolero, Joaquín Hernández Galicia, alias La Quina. Un acto con gran simbolismo para legitimar el poder y allanar el camino a decisiones subsecuentes. Por cierto, sigo sin saber qué actos de corrupción se han castigado por el NAIM.

O qué decir de la cancelación de la obra de la planta cervecera de Constellation Brands, en Mexicali, que nos demuestra además otro rasgo de las consultas de este tipo: abundan quienes votan para hacer el caldo gordo al gobernante y votan sin leer, no les interesa el trasfondo (al menos eso muestra la evidencia de aquel evento). Influenciados con la narrativa de que la empresa cervecera quitaría el agua a la ciudad, miles de personas aún piensan que la decisión de suspender la obra fue correcta en aras de una noble causa donde, para decirlo en forma por demás simple, un salvador del pueblo los defendió de un atraco. Si uno analiza la boleta oficial de aquel proceso, verá que dice en el anverso (en la opción del “Sí”): “Estoy de acuerdo en que se termine de construir en Mexicali la planta de cerveza de Constellation Brands porque ya han invertido y se crearán empleos, sin afectar el abasto de agua para la población”. Como vemos, claramente especifica que no habrá afectación al pueblo. La opción de “No”, dice: “…porque no quiero que se use el agua para este tipo de industrias”. En ningún momento habla de una potencial carencia.

Por si fuera poco, en el reverso de la boleta se consigna que las autoridades federales y estatales que regulan el agua “coinciden en que la operación de la planta no significa un riesgo presente ni futuro” para el abastecimiento del agua ni para el campo ni para la ciudad. Además, menciona que la empresa se compromete a invertir para no sólo recuperar el agua que usara, sino multiplicarla por cuatro, en beneficio de la ciudad. ¿Cómo interpretaron la consulta quienes votaron por el “No” y buena parte de los seguidores del presidente López Obrador? Que estaban impidiendo un robo del agua al pueblo, cuando no había tal.

El plebiscito que se realiza hoy es un ejercicio inútil en términos de la idea original de “enjuiciar a expresidentes”, pues la pregunta reformulada es de una ambigüedad extraordinaria. La utilidad del ejercicio de hoy radica en su simbolismo. Es un ejercicio exploratorio para observar de qué forma se comporta el tigre (alusión al poder del pueblo). La jornada suma sin duda a la política populista, pretende crear un aura de poder del pueblo: “ustedes decidan”, al mejor estilo de Poncio Pilatos.

La consulta popular puede verse también, si así se quiere, como una válvula de escape, un efectivo mecanismo para disipar el descontento popular. Vista desde este ángulo, tampoco es un ejercicio inútil. Estimo improbable alcanzar el porcentaje de participación requerido para hacerla una consulta vinculante, lo cual quiere decir que pasará algo, para que no pase nada.

Es un hecho que López Obrador ha tenido gran habilidad para encarnar (el verbo no puede ser más preciso) el rencor (justificado) que tiene buena parte de la sociedad mexicana por sus anteriores gobiernos. El mejor acto de justicia sería, no una jornada costosa y teatral como la de hoy, sino crear prosperidad y justicia con estrategias de Estado que inyecten confianza a los diversos actores económicos, decisiones que hoy por hoy no se ven.

Un día para evocar la paradoja planteada por Giuseppe Tomasi di Lampedusa en su novela El Gatopardo: “Si queremos que todo siga como está, es necesario que todo cambie”. En México le llamamos “atole con el dedo”. (Eduardo Caccia, Reforma, Opinión, p. 8)

Sacapuntas

Sheinbaum sí votará

Lista se declaró la jefa de Gobierno, Claudia Sheinbaum, para participar en la consulta popular de este domingo, al igual que la plana mayor de Morena. Sin embargo, el dirigente de ese partido, Mario Delgado, adelantó que, independientemente de los resultados del ejercicio, van a crear una “comisión de la verdad” para enjuiciar a ex presidentes.

Postura de viva voz

Se ve difícil que el presidente López Obrador vote en la consulta de hoy: anda de gira en Nayarit y no hay casillas especiales; para hacerlo le tocaría ir las urnas ubicadas en la calle de Moneda, a un costado de Palacio Nacional. Aunque también es cierto que ya hizo pública su postura sobre los ex presidentes, pues dijo que “votaré en contra” de llevarlos a juicio.

Sergio tiene ventaja

Nos adelantan que el morenista Sergio Gutiérrez Luna trae ventaja sobre el panista Santiago Creel para presidir la Cámara de Diputados en el primer año de la LXV Legislatura, a iniciar el próximo 1 de septiembre. La cuestión es: si Morena logra esa posición tendría que ceder la Junta de Coordinación Política. Están evaluando qué les conviene más.

Regresó El Toro

Reapareció Félix Salgado Macedonio en su cargo de senador. Fue durante la sesión extraordinaria en la que se ratificó a Roberto Salcedo como nuevo titular de la Función Pública. El guerrerense se conectó vía remota para participar en la votación, y luego felicitó al nuevo funcionario por su nombramiento; además, confío en que cumplirá bien con el encargo.

Invitación a Margarita

Formalizó el panismo la invitación a Margarita Zavala para regresar al partido, al cual renunció en 2017 para buscar la candidatura presidencial. El exhorto fue a través de Jorge Romero, quien la tendrá en la bancada que va a liderar en la próxima Legislatura de San Lázaro. De hecho, nos dicen, le dieron a entender que también Felipe Calderón sería bienvenido en el PAN.  (Sacapuntas, El Heraldo de México, LA2, p. 2)

Sobre la agudización de la pandemia

La continuidad, mutación y agresividad del virus, que ahora ha extendido sus letales efectos a sectores demográficos como la niñez, adolecentes y jóvenes, va a exigir a la brevedad, respuestas coordinadas y continuadas de los países en todo el mundo. La globalización de la respuesta, es en sí misma, una derrota al aislacionismo, construcción de muros o medidas restrictivas en las de por sí, conflictivas fronteras. La situación de no atenderse de forma multilateral, amenaza extenderse en el tiempo y en sus imprevisibles efectos.

El prestigiado y reconocido filósofo y politólogo canadiense, Daniel Innerarity, publicó el libro Pandemocracia. Una filosofía de la crisis del coronavirus (ed. Galaxia Gutenberg) que en tan sólo cuatro meses, lleva tres ediciones en español, con aportaciones y reflexiones, que en medio de la creciente expansión de los contagios en la mayor parte del mundo, vale considerar respecto de las consecuencias permanentes que tendrá y tiene ya, la pandemia. Más aún, cuando en días recientes, ciudades en Francia o Estados Unidos, han vuelto al semáforo rojo, así como la aplicación de medidas de confinamiento obligatorias.

Una de las primeras aportaciones, en apariencia obvia, pero que no lo es, se refiere, a que los instrumentos y recursos de los gobiernos y los sectores de salud (públicos o privados), está diseñados para hacerle frente a una epidemia, pero de ninguna forma a una pandemia, que involucra a una muy larga serie de medidas que deben aplicarse bajo convenciones de organismos multilaterales y gobiernos, para estar en condiciones mínimas o básicas, para procesar los efectos de covid 19. Es una realidad, que hasta el momento, se persiste en la natural competencia por la efectividad de la vacuna, también respecto del cierre o control estricto de las fronteras, tal como sucede con la de México y la de Estados Unidos, que no hay fecha para su gradual reapertura.

Por lo que hace a los sistemas sociales y sus integrantes, una lección que afectará en definitiva, es suponer que pueden construirse caminos o rutas de desarrollo personal, sin a penas tomar en cuanta las colectividades que nos rodean en todas, sin excepción, todas nuestras actividades. Compartir las emociones o las expectativas, en las condiciones del confinamiento, condujo a que se crearan de manera espontánea redes familiares y vecinales de apoyo. Los servicios de atención psicológica, son parte ahora de un recursos sustancial para reducir la violencia intrafamiliar y la de género.

Otras lección, desde mi punto de vista, es impedir que la improvisación guíe las decisiones en los siguientes meses, sobre todo en lo que concierne a la cooperación internacional y regional. Este punto, también es una evidencia de que la política exterior y las Relaciones Internacionales, han adquirido un relevante papel en materia de salud pública. Debemos aprender de los errores del pasado inmediato. (Javier Oliva, El Sol de México, Análisis, p. 17)

Coacción

“La obsesión por silenciar a otros es tan vieja como la necesidad de expresarse”, afirma Eric Berkowitz* en un extraordinario estudio sobre la censura. El gobierno mexicano postrevolucionario se pasó casi un siglo suprimiendo la libertad de expresión, haciendo toda clase de esfuerzos por censurar a los medios, controlar la conversación e impedir que entraran al país “ideas peligrosas” que pudiesen poner en entredicho la legitimidad de los gobiernos emanados de la revolución. Como bien apunta este autor, la censura no anula la expresión que molesta al gobernante, sino que la transfiere a otros medios, creando “mercados negros” saturados de discusión, información, desinformación, teorías conspirativas y una infinidad de chistes y memes. Sintomático de nuestro tiempo es el hecho de que los chistes sobre el presidente han renacido, justo como ocurría en los setenta.

El asunto de la libertad de expresión polariza a la sociedad mexicana. Para algunos, comenzando por el presidente, hoy se respira un ambiente de libertad sin igual. Y, claro, no hay duda alguna de que el presidente López Obrador emplea y explota su púlpito con plena libertad. Para otros, sin embargo, la forma de conducirse del presidente no es otra cosa que una permanente intimidación hacia quienes él denomina “adversarios”.

La polarización en esta discusión es algo extraño porque vivimos en la era de la ubicuidad de la expresión. Las redes sociales permiten que cada ciudadano se exprese tal y como guste, con sentido común o sentido raro, con respeto o irreverencia, con buena o mala ortografía. Más al punto, la derrota del PRI en 2000 vino acompañada de un cambio radical en la naturaleza del Estado mexicano, abriendo las comparsas de la censura de par en par: tirios y troyanos súbitamente tuvieron acceso a todos los medios, escritos y electrónicos, en tanto que el gobierno no sólo perdió la capacidad de control, sino que optó por no emplearla. Ciertamente, no faltaron presidentes y sus personeros que intentaron acotar la libertad de expresión aún después del 2000, pero el advenimiento de las redes sociales hizo imposible retornar a la era anterior. Muchos de quienes afirman que esa libertad súbitamente apareció en 2018 son los mismos que habitan el mundo de las redes donde predominan expresiones, insultos y conversaciones fuera de toda posibilidad de control. Quien lo dude pregúntele a Peña Nieto.

En contraste con otros gobiernos, el mexicano se distinguió (casi siempre…) por la sutileza de sus métodos, pero nunca fue tímido en recurrir a otros, más directos, cuando, en su estimación, las circunstancias lo justificaban: 1968 es testimonio vívido de aquellos momentos. El gobierno se empeñaba en controlar el flujo de la información porque el objetivo era la preservación de la legitimidad postrevolucionaria y para ello se abocaba a la construcción de hegemonía (televisión, libros de texto), así como la censura en los periódicos.

El presidente López Obrador no es un paladín de la libertad de expresión, pero su verdadero objetivo es el control de la narrativa. Sus mañaneras buscan intimidar, pero sobre todo procuran conducir la conversación, informar a sus seguidores, establecer la legitimidad (e ilegitimidad) de los asuntos que le importan y construir una hegemonía ideológica. Muy en el espíritu de los setenta, pretende que es posible abstraer la discusión nacional de lo que ocurre en otras latitudes o que la información que él produce y manipula es la única posible. El problema no es que pueda lograrlo, sino que tiene a su alcance (y emplea) instrumentos de coerción y extorsión que fácilmente pueden convertirse en frenos efectivos a la libertad de expresión.

La pregunta es si, más allá del interminable flujo de insultos y contra insultos que esto genera en las mañaneras y las redes sociales, todo esto hace alguna diferencia. La libertad de expresión es parte inherente a la cultura nacional, como ilustran Posada y el Ahuizote en la era porfiriana: medios indirectos para esquivar la censura que ahora se pretende reinstalar a través de la intimidación y descalificación. Desde luego, hay naciones, especialmente China, que han logrado un enorme éxito económico sin contar con libertad de expresión, pero eso les fue posible, al menos en la era de Deng Xiaoping, con mecanismos que generaban certidumbre y confianza en el proceder gubernamental, como de alguna manera ocurría en el México postrevolucionario.

Sin embargo, México no es China, ni comparte su historia y cultura. En ese contexto, sin libertad de expresión y sin fuentes de confianza, el país no puede prosperar. Tampoco es evidente que las tácticas de Xi Jinping de controlarlo todo, centralizar el poder y perpetuarse, vayan a lograr mejores resultados que los que tuvo Mao en su tiempo.

En un intercambio al inicio de la revolución rusa, Lenin preguntaba: “¿Por qué habríamos de molestarnos en responderle a Kautsky?… Él debería respondernos a nosotros y luego tendríamos que responderle a su respuesta. No habría fin a eso. Sería suficiente anunciar que Kautsky es un traidor a la clase obrera y todo mundo entendería de inmediato”. Esa es la manera del gobierno: intimidar. Quizá efectiva para el control, pero ciertamente no para el progreso.

* Dangerous Ideas. (Luis Rubio, Reforma, Opinión, p. 9)

Dialogar

Dialogar es una obligación de cualquier Estado. Lo impiden las dictaduras, los populismos, las tiranías, los regímenes sordos. Ejemplos viejos y vivos sobran. Unos peores que otros. Unos asesinan sin reparo como sucedió con armenios a manos de los turcos, camboyanos bajo la égida de Pol Pot, rusos por los dictados del maligno Stalin, judíos, Testigos de Jehová, personas con anomalías físicas y homosexuales durante el nazismo.

Otros sepultan palabras e impiden el disenso. Ejemplos vivos sobran: Trump, Bolsonaro, Orban (Hungría) y, entre otros, Duda (Polonia). Los exabruptos del último grupo entierran el diálogo y a seres humanos; a Bolsonaro se le ha acusado de genocida por el mal manejo de la actual pandemia. Enterrar la conversación e impedir el disenso no es una suerte de enfermedad, es un pathos grave, cuyo efecto nocivo se vive cada día, y, con el paso del tiempo, al reproducirse, producirá daños irreversibles.

El 30 de junio, Andrés Manuel López Obrador inauguró un nuevo espacio en sus mañaneras, en esta ocasión dedicado a los medios de comunicación llamándolos corruptos, rastreros e integristas. La suma de los calificativos utilizados por el Presidente reafirma la visión omnímoda de su realidad. Cinco semanas después de la confección de “las mentiras de la semana”, espacio dedicado a denostar el trabajo periodístico de medios de comunicación, mexicanos y extranjeros, las agresiones han aumentado. El País, The Economist y The New York Times, publicaciones señeras, respetadas en el mundo, enemigas de Fake News, son algunas de las víctimas; me sorprende la omisión de Le Monde, cuyo texto Mexique: Une mafiocratie tentaculaire (“México. Una mafiocracia tentacular”- 18 y 19 de julio), escapó a los voceros del Presidente.

Reforma, EL UNIVERSAL y El Financiero son los cánceres cuyos reporteros y columnistas dirigen sus textos contra el gobierno. De acuerdo a AMLO y a los miembros de su gabinete, cuya mudez aprueba los dictados presidenciales, quienes ahí escriben “…son personas que se entregan por entero a la mentira y pierden la imaginación y el talento. Son corruptos, rastreros, integristas y menos inteligentes”.

El sesgo tiene límites. Lo tiene en la ciencia, en la economía, en la literatura y en la vida en general. El gobierno actual desconoce las implicaciones del término sesgo. Sus decires son siempre veraces. No merecen corroboración. No admiten diálogos. No se nutren de los expertos. No cambian suceda lo que suceda: ejemplo vivo es la apertura de clases a pesar del incremento en el número de muertos y contagios por Covid-19. La falta de autocrítica in crescendo de AMLO y la aprobación ilimitada de su gestión por parte de los miembros de su gabinete, muchos con sendas formaciones académicas en México y en el extranjero, alarma. Sin contrapesos y sin censores, amén del poder ilimitado de incontables horas en los medios, y ante la nueva agresión contra la libre expresión, el sesgo continuará reproduciéndose.

Debido al asalto implícito en “las mentiras de la semana”, medios como la Sociedad Interamericana de Prensa expresaron “…su preocupación por el continuo ataque de López Obrador para desautorizar a los medios de comunicación”. Entre otras voces destaca el reporte Digital News Report 2021, del Instituto Reuters de la Universidad de Oxford, “…los medios de comunicación en México enfrentan problemas como una sociedad polarizada, la contracción económica y la pandemia de Covid-19; aunado a ello, se suman las constantes agresiones de un presidente populista que acusa a los medios de cobertura injusta y corrupción”.

Dialogar es imprescindible. En México han sido asesinados 45 periodistas durante el gobierno de AMLO, quizás la totalidad por narcotraficantes. Acallar la libre expresión y sepultar la conversación son aves de mal agüero. (Arnoldo Kraus, El Universal, Opinión, p. A11)

Sin política exterior

En el aniversario del natalicio de Simón Bolívar, el presidente López Obrador dio un discurso memorable. Tanto por el hecho en sí (celebrar con justicia la memoria del Libertador), como por su carácter inocuo. La narrativa de política exterior de este gobierno carece de contenidos y de visión estratégica. Todo se reduce al simplismo trasnochado de una política que si bien tuvo cierta vigencia decadente en los años setenta y ochenta, fue inefectiva e inútil para permitir que México avanzara en la consecución de sus objetivos de desarrollo sostenible. Fue y es, la de hoy, una política exterior sostenida en el pasado y por impulsos normativos fuera de época; tal es el caso de la retórica de no intervención basada en el 89 constitucional. Generalmente la narrativa internacionalista o hemisférica de México ha funcionado como relleno de la agenda doméstica y como sustituto de ésta cuando no funciona la mecánica de los consensos. Y ahora no es la excepción. El gobierno se asoma al ámbito internacional y desde éste al continental para encubrir su incapacidad para construir una política interna de consensos y equilibrios eficazmente balanceados. Y de esto tampoco se salva la política exterior de AMLO, que se ha caracterizado, precisamente, por no ser una política eficaz y eficiente.

Tal es el caso del conjunto de propuestas que el Presidente hizo. Ante el hecho objetivo del deterioro al que la OEA ha estado sometida por años, el gobierno responde con simplismo y sugiere su desaparición, no su reforma y restructuración, al tiempo que hace una apología del régimen cubano y de su valiente combate por la sobrevivencia, ignorando que es un régimen represivo y dictatorial. El decadente principismo de la política exterior mexicana sigue en la línea de la nostalgia por sistemas políticos decadentes como el cubano, el ruso, el venezolano o el nicaragüense, demostrando con esto que nuestro país no se encuentra preparado para ascender de nivel en el escenario internacional, hoy triplemente complejo. En el nombre del antiintervencionismo chovinista y ramplón, México se olvida de preservar sus intereses centrales. Y todo en el nombre de una política que en algún momento tuvo trascendencia durante la Guerra Fría. Hoy en día el mundo ha cambiado drásticamente y las condiciones objetivas de la confrontación bipolar (en donde aún naufragan Cancillería y Palacio Nacional) han cambiado radicalmente, siendo otros los ingredientes del conflicto internacional. Hoy, el gobierno de México, como nunca en su historia, tiene un actuar regresivo e irresponsable al no atender como se merecen las nuevas realidades del entorno global.

AMLO arenga ante el demonio imperial: “es ya inaceptable la política de los últimos dos siglos, caracterizada por invasiones para poner o quitar gobernantes al antojo de la superpotencia; digamos adiós a las imposiciones, las injerencias, las sanciones, las exclusiones y los bloqueos”. Y antes afirma, “nos conviene que Estados Unidos sea fuerte en lo económico y no sólo en lo militar”. Se reivindica y se celebra la hegemonía económica de EU, pero se incurre en la contradicción de disociarla de su hegemonía política tanto a nivel global como regional. Y al mismo tiempo se propone que paremos el ascenso hegemónico de China. ¿A quién le habla el Presidente con esta mescolanza de dichos? Ante esto, AMLO dice algunas cosas interesantes, pero irrealizables en el contexto de su política doméstico-global: “no podemos cerrar nuestras economías… lo mejor es ser eficientes, construir algo semejante a la Unión Europea, pero apegado a nuestra historia, a nuestra realidad y a nuestras identidades. No debe descartarse la sustitución de la OEA por un organismo no lacayo de nadie, sino mediador, a petición de las partes, en asuntos de derechos humanos y de democracia”. Suena bonito, pero es contradictorio y ahistórico. Si se quiere fundar un nuevo orden como el europeo en AL, se debería atender la problemática en casa. Por ejemplo, en el ámbito de la economía abierta, garantizar la certeza jurídica a los inversionistas en energías sostenibles y modernizar o eliminar a dos costosos elefantes como la CFE y Pemex; y en el ámbito regional, a propósito de los derechos humanos y la democracia a la europea, se le podría plantar cara a los tiranuelos bananeros de Nicaragua, Cuba y Venezuela. No hacerlo equivale a exponernos a la clásica tomadura de pelo que en materia de política exterior nos ha hecho el gobierno mexicano. O sea, el cuento de nunca acabar. (José Luis Valdés Ugalde, Excélsior, Nacional, p. 13)

¿Habemus presidente?

Mientras usted está leyendo estas líneas, estimado amigo, un número indefinido de mexicanos volcarán sus fobias y sus filias ante una papeleta que la mayoría no entiende ni en su texto ni en su significado, pero que les permite sentirse parte de un juego siniestro que mira al pasado sin entender el presente.

Por supuesto, me refiero a la llamada consulta, que nació de la mente de un hombre rencoroso, envidioso y perpetuamente insatisfecho, que lucha con sus fantasmas del pasado y no atina a enfrentar con coherencia su presente; la Constitución mexicana lo reconoce como presidente desde diciembre de 2018, pero él no ha sabido estar a la altura de tal designación, por eso me pregunto: ¿habemus presidente?

Porque el sueño de muchos mexicanos desde la infancia es llegar a las más altas encomiendas, en la escuela los maestros afirmaban: “cualquiera de ustedes, si estudia y se prepara, puede llegar a presidente”; y es triste que, después de casi tres años, no haya en Palacio un presidente, sino un individuo que no sabe gobernar, que no sabe orientar a la nación, y no sabe coordinar esfuerzos para que el país tenga crecimiento y desarrollo y que los ciudadanos vivamos en armonía.

El inquilino de Palacio cuenta con un gabinete que él escogió, y al revisarlo nos damos cuenta que hay elementos buenos, malos y peores, algunos incluso corruptos, pero que sólo sirven de adorno, porque ni los consulta ni les hace caso, y ellos, como monjes cartujos, callan.

Y como vive presa de los rencores que acumuló desde su infancia, Andrés Manuel toma decisiones no son las de un político o un estadista, son viscerales, equívocas, perversas, que tienen ya consecuencias que nadie imaginó hace unos años.

México necesita una economía fuerte y vigorosa, pero él no sabe, no entiende y no acepta opiniones, por eso su secretario de Hacienda renunció ante su cerrazón que presagiaba una catástrofe económica; México necesita mejorar sus comunicaciones, pero él canceló un proyecto exitoso que habría incrementado el turismo y el comercio.

México necesita ver hacia adelante y crear un programa para enfrentar el cambio climático y abandonar las energías sucias y contaminantes, pero él cree que los aerogeneradores son “ventiladores que afean el paisaje”, y se empeña en apoyar a un Pemex que está endeudado hasta la coronilla y a una Comisión Federal de Electricidad que enferma y mata a muchos mexicanos.

México necesita salud, y él destruyó el sistema de salud, miles de enfermos y muertos evidencian su ignorancia, tozudez y desprecio a la vida; los expertos locales y de todo el mundo critican el manejo sanitario del país, y él, insensible, sigue en sus trece.

Por eso, y por muchas razones más, incluido su desprecio y falta de empatía hacia los miles de seres humanos víctimas de homicidios, feminicidios, desapariciones y defunciones vuelvo a preguntar: ¿habemus presidente?, porque en Palacio cada mañana aparece un hombre huraño, de ceño fruncido y sonrisa sardónica, verbo tambaleante con pausas inexplicables, que ve con desconfianza a quien se acerca a él, acusa de traidores a quienes señalan sus errores, que no gobierna ni sabe gobernar y miente, miente sin descanso inventando un mundo de fantasía que no existe, creyendo que por arte de magia lo que afirma será verdad.

Tiene razón Voltaire cuando pide que se juzgue a un hombre por lo que pregunta, no por lo que responde; ése es Andrés Manuel, que, como el hampón que lanza la piedra y esconde la mano, espera el resultado de la consulta que, sea cual sea, le permitirá seguir atacando al pasado y perder el tiempo mientras el país se desmorona cada día.

Reitero mi pregunta, ¿habemus presidente?, es triste vivir en un país en donde no existe el líder que se necesita para lograr la salud y el bienestar de todos sus ciudadanos. (Rafael Álvarez Cordero, Excélsior, Nacional, p. 12)

Silvano Aureoles, el desgobernador apatrida

Después de la magnífica creatividad de infinidad de imágenes que caricaturiza- D ron al gobernador Silvano Aureoles en el banquillo verde esperando ser atendido por el Presidente y por la SCJN, debemos volver a la sobriedad del análisis político: no está buscando convencer que su candidato y ex secretario de Gobierno ganó las elecciones en la entidad, quiere posicionarse como la personificación que simbolice la oposición al régimen de la Cuarta Transformación, capaz de todo, hasta de solicitar la intervención antipatriótica de las fuerzas extranjeras para resolver lo que corresponde a la soberanía nacional.

Con la ayuda de los medios masivos de comunicación al servicio de la derecha, se está adelantando para autofabricarse la figura de perseguido político, evitar la cárcel y desvirtuar las posibles acciones legales en su contra, por no tener un manejo transparente y justificado de las finanzas públicas y del endeudamiento que deja a Michoacán embargado por las próximas dos décadas.

El primero de octubre, el último de los gobernadores perredistas, tendría que hacer la entrega de Michoacán a su sucesor de extracción morenista, Alfredo Ramírez Bedolla; sin embargo, y de facto, tres meses antes, el actual titular del Ejecutivo abandonó sus funciones constitucionales, de manera que, ante la ausencia no casual, sino premeditada de los poderes formales en la entidad, se vive la disputa territorial de la delincuencia organizada más allá de la ubicación histórica de focos rojos de control, que cada vez más se extienden hasta amenazar la ciudad capital, lo que forma parte de la misma estrategia mediática del gobernador, cuya denuncia nacional e internacional debe coincidir con un ambiente donde parezca acercarse el arribo de un narcogobierno.

Silvano se va de Michoacán y de México para dedicarse de lleno a una campaña política personal, haciendo uso indebido del dinero de los ciudadanos porque se le paga para gobernar y no lo hace.

Días antes de ausentarse, inició el remate de varios bienes inmuebles del Estado que fueron desincorporados a solicitud de él, cuya venta sumaría una cantidad superior a mil millones de pesos; en el año de Hidalgo, también contempla recaudar lo más posible antes de que inicie la próxima administración a través de un programa de cero multas y recargos; todo sin intención objetiva de resolver los boquetes económicos que dificultan el funcionamiento actual de las instituciones públicas que dependen del presupuesto estatal.

Se va para no enfrentar la crisis financiera y de gobernabilidad que debió estallar en septiembre, según lo previsto en el presupuesto deficitario que envió el año pasado para ser aprobado por el Congreso local, de mayoría partidista y filial a la derecha, pero que se adelantó a mediados de julio cuando dejó de pagar las quincenas regulares en el sector salud y educativo de todos los niveles, a los trabajadores del Poder Ejecutivo y hasta a la policía michoacana, que de manera atípica, con varios días de bloqueos a las arterias principales de Morelia, se sumó a la oleada de protestas y movilizaciones que los sindicatos organizaron con el cierre de carreteras, vías de comunicación comerciales, oficinas recaudadoras de rentas, presidencias municipales y del Palacio Legislativo.

La dimensión del problema que deja el aún gobernador se puede observar en el sector educativo, correspondiente al grupo mayoritario de los afectados: el déficit reconocido de manera oficial ronda un monto de 6 mil millones de pesos; para educación básica, esto se traduce en dejar sin salario a 28 mil 500 trabajadores estatales, por todo lo que resta del ciclo fiscal que culmina a finales del año.

La negativa prolongada al pago salarial dañaría de inmediato a igual número de familias de los trabajadores, pero también a las economías que dependen del gasto que genera la nómina educativa.

La falta de recursos económicos para la sobrevivencia de los maestros, incluso, pone en riesgo el inicio del siguiente ciclo escolar, ya sea de manera presencial o por medios remotos.

Sin duda, Silvano Aureoles es el peor gobernador que Michoacán ha tenido en las últimas décadas, pero no es su calidad moral lo que puede llamar la atención de la derecha para encabezar la oposición, las experiencias latinoamericanas de tiempos recientes han demostrado que no buscan perfiles inteligentes con capacidad de pensamiento estratégico; es precisamente su disposición a mentir, su falta de escrúpulos y su actitud antipatriótica lo que sirve a los movimientos golpistas, no perdamos eso de vista.

De nada serviría a los michoacanos exigir que regrese a ocupar el Solio de Ocampo; ¡que se vaya!, pero que lo haga lo antes posible y de manera formal, porque quizá sea la única manera de empezar a resolver de fondo el problema.

PD: vamos a la consulta popular, por supuesto queremos ver en la cárcel a ex presidentes, ex gobernadores, militares y políticos responsables de las atrocidades cometidas contra el pueblo de México; pero, la verdadera justicia consiste en que se reparen los daños de las víctimas, en que se aclaren los agravios, asesinatos y desapariciones forzadas de los luchadores sociales y se reviertan los procesos de despojo a la nación. (Lev M. Velázquez Barriga, La Jornada, Política, p. 13)

Frentes Políticos

  1. Oprobio: deshonra o vergüenza públicas. Zacatecas vive en ese nivel luego de que José Nicanor Araiza, quien buscaba a su hijo, desaparecido el 30 de septiembre de 2018 en la entidad, fuera encontrado muerto en ese estado, luego de ocho días de haber sido “levantado” por un grupo de hombres en su domicilio. Araiza Dávila llevaba dos años y medio buscando a su hijo. Por esta búsqueda, el 22 de julio pasado un comando irrumpió en la casa del activista, quien, según testigos, fue sacado por la fuerza para subirlo a una de las dos camionetas negras usadas en el secuestro. A pesar de que se exigió al gobierno de Alejandro Tello su inmediata localización, éste no pudo hacerlo. Falla tras falla. Y ésta, muy grave.
  2. Día para la historia. La consulta ciudadana para juzgar a los actores políticos del pasado, que se realizará hoy en todo el país, aunque es la primera en concretarse, no es la única que ha sido propuesta por la ciudadanía o por los partidos. La tentación de que la mayoría vote por el camino que deben tomar ciertos temas ha sido una ambición histórica. Entre las consultas que fueron rechazadas desde 2015, cuando se creó esta figura en la Constitución, están la del expresidente del PAN, Gustavo Madero, para preguntar a la gente si estaba a favor de un Salario Mínimo Digno, y una del PRD para revertir la Reforma Energética. Por fin llegó el día de estrenar herramienta democrática. ¿Estamos listos?
  3. ¿Y se queja? Horas antes de realizarse la consulta popular para juzgar a los expresidentes, Mario Delgado, el dirigente nacional de Morena, volvió a rafaguear verbalmente a los consejeros electorales. Acusó al INE de no haber permitido a los morenistas hacer publicidad de este ejercicio ciudadano. Delgado, quien estuvo de visita en Colima para promocionar la consulta de este primero de agosto, dijo que el INE trató de callar a los diputados federales al no permitir inserciones pagadas en medios de comunicación para invitar a la gente a ejercer este derecho. Reprochó al INE que en lugar de promover la participación ciudadana, se dedica a perseguir a los diputados. Tapizaron todos los espacios con su intención, ¿querían más, señor Delgado?
  4. La buena vida. El gobernador de Baja California, Jaime Bonilla, refirió que todavía no son tiempos para pensar en aspiraciones presidenciales, por lo que no entrará en el “juego” de las encuestas, aun cuando, según algunos despistados, lo ponen en el cuarto lugar de preferencias. “Todo tiene su tiempo, yo soy una persona que está en el Estado, voy a estar hasta el último día y no pienso darle jugada a ese tipo de cosas. Tengo mucho respeto por el Presidente, tenemos un Presidente por tres años, no son tiempos para que se anden calentando los ánimos”, manifestó. Mientras tanto, se la pasa bien, dilapidando y viajando en las aeronaves oficiales a la menor provocación. Y eso de subirlo a la lista… es broma, ¿verdad?
  5. Suavecitos. El Tribunal Electoral de Nuevo León desestimó los argumentos del INE para sancionar a Samuel García, gobernador electo de la entidad, por las stories de su esposa Mariana Rodríguez y las supuestas aportaciones indebidas a su campaña. La autoridad jurisdiccional rechazó los conceptos en los que el INE establecía que las publicaciones de la influencer en su cuenta de Instagram debían considerarse como gastos de campaña del emecista y, por lo tanto, deberían ser contabilizadas como aportaciones ilegales. El Tribunal resolvió el juicio de inconformidad promovido por el PRD que buscaba la nulidad de la elección a gobernador. Va como en caballo de hacienda. Nomás no se nos vaya a caer. (Frentes Políticos, Excélsior, Nacional, p. 13)

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