24 de noviembre de 2024

Jorge Valdez Muñoz, pionero del México plural

Con carisma popular, forjado en la Asociación Católica, Jorge Valdez, primer panista en la historia nacional en ganar una capital del estado, “fue uno de los políticos más completos que haya habido en Sonora, del partido que fuera”.

por Juan Luis Duarte G.

En septiembre de 1970, al finalizar el régimen municipal que presidió Jorge Valdez Muñoz en Hermosillo, el periodista Abelardo Casanova escribió que se trataba, «en rigor, del primer Ayuntamiento de la oposición que opera en Hermosillo. Ha habido Ayuntamientos que arribaron luchando independientes en las elecciones, pero todos ellos se han aglutinado a la maquinaria del poder con mayor o menor facilidad, diluyendo su carácter oposicionista. El de Valdez es un Ayuntamiento que luchó desde la oposición; arribó con la oposición, gobernó siendo de la oposición y terminó su período en el mismo carácter. Y esto, con todas las consecuencias, algunas naturales, otras increíbles, de este hecho consistente».

El momento estelar de Valdez Muñoz se da a fines de los 60, en el movimiento de 1967, cuyo impacto en el avance de la oposición política en Sonora es tema pendiente para la historia.

Ha predominado la interpretación que lo califica como el efecto de una inconformidad dentro del PRI que al final benefició al PAN. Sin embargo, es una interpretación insuficiente, porque no alude a lo que hizo el PAN para colocarse en la mira ciudadana, desde 1939 cuando entró a la entidad, con gente honesta y en pro de causas populares como el periodista Israel González y el impresor Jorge Valdez Muñoz…

El movimiento estudiantil y popular de 1967 que cimbró a Sonora comenzó a partir de pugnas internas del partido oficial por la sucesión a gobernador; creció sorpresivamente en pocos meses y dio cauce momentáneo al malestar popular, que tenía antecedentes y pendientes acumulados. Al concluir la parte crítica del conflicto con la toma de la universidad por el ejército, la inconformidad encontró cauce en los triunfos de la oposición, representada por el PAN, que por primera vez en su historia ganó ocho municipios en un solo estado, incluida la capital.

JORGE VALDEZ ENTRÓ DE RELEVO COMO CANDIDATO A LA ALCALDÍA DE HERMOSILLO

A raíz del movimiento estudiantil, se dio un giro en Acción Nacional a la toma de decisiones durante la campaña electoral: el cambio del candidato del PAN a la alcaldía de Hermosillo, la decisión de participar con candidato a gobernador (originalmente no considerada) y el lanzamiento de planillas para competir en las elecciones municipales. El arquitecto Alberto Genda López del Castillo fue elegido en la convención del 26 de febrero como candidato a la alcaldía. Pero renunció tras regresar de una breve estancia en Estados Unidos y se eligió en nueva convención al impresor Jorge Valdez Muñoz, un hombre con carisma popular, forjado en la ACJS, quien en las elecciones constitucionales logró el triunfo sobre el candidato del PRI, Manuel Torres.

Abelardo Casanova, amigo desde la adolescencia de Jorge Valdés, lo describe como un líder modesto, pero popular. “Valdés era un hombre que, sin arrastrar masas, sabía identificarse con la gente del pueblo, y ciertamente, fue uno de los políticos más completos que haya habido en Sonora, del partido que fuera. Apoyado en el descontento general contra el PRI, ganó con tal contundencia que éste no puso ni siquiera las objeciones que en política se acostumbran como rutina ante el triunfo de los contrarios”. (Casanova, 2007, 120)

La extensión del movimiento antiimposicionista a otras partes del estado, se sumó a la inconformidad de la sociedad con el partido oficial y a la capacidad de la oposición para aglutinar a los ciudadanos. Estas circunstancias, facilitaron que el PAN presentara candidatos en los 9 distritos locales y conformara planillas en 22 municipios, logrando ganar ocho de ellos. Además del triunfo en Hermosillo, capital del estado, se ganaron Santa Ana, Opodepe, Cucurpe, Bacoachi, San Pedro de la Cueva, San Miguel de Horcasitas y Cumpas.

Hermosillo, primera capital de estado que ganó el PAN

“Seguimos la transmisión de los poderes municipales en el radio, y por el entusiasmo y la algarabía del auditorio nos parecía que estábamos escuchando un partido de la Copa del Mundo o una pelea Saldívar-Winstone”. Así describió José Alberto Healy, en su columna “Intrascendencias”, el acontecimiento histórico de la toma de protesta de Jorge Valdés Muñoz, realizada el sábado 17 de septiembre de 1967 en el Congreso del estado.

Y el periodista agregó, para completar su comentario: “Y no era para menos, los espectadores de este acto del sábado en el Congreso eran panistas en su gran mayoría y no pudieron ocultar su gusto y su satisfacción por el hecho histórico de que un miembro del PAN ascendía por primera vez en la historia de México a la presidencia de una capital de estado”.

La elección del 2 de julio de 1967 en Sonora le abrió la oportunidad al PAN de presentar candidaturas a la alcaldía en varios municipios, a las diputaciones locales, a las diputaciones federales y a gobernador. En Hermosillo, Acción Nacional compitió por primera vez en su historia con la fórmula completa. Para la presidencia municipal contendieron Jorge Valdez Muñoz (PAN) contra Manuel Torres (PRI); en la diputación local, Delia de Sotomayor (PAN) contra Enriqueta de Parodi (PRI); en la diputación federal, Enrique Fuentes Martínez (PAN) contra Guillermo Núñez Keith (PRI), y en la gubernatura, Gilberto Suárez Arvizu (PAN), contra Faustino Félix Serna (PRI).

En la capital del estado la ciudadanía votó mayoritariamente por el PAN, aunque después el gobierno dio vuelta a los números en el conteo de sufragios de las diputaciones. El periódico El Pueblo publicó un cuadro de resultados preliminares con un encabezado histórico: “El PAN destrozó al PRI”.

Según los datos, en Hermosillo el triunfo se vislumbraba contundente: Presidencia municipal: PAN: 11,808; PRI: 8,269. Diputación local: PAN: 13,120; PRI: 6,795. Diputación federal: PAN: 10,563; PRI: 5,664. Gubernatura: PAN: 15,500; PRI: 6,200.

La información se tomó de documentación firmada que había recibido el Partido Acción Nacional y se aclaró que “todavía no se habían recibido los documentos correspondientes a 12 casillas locales y 21 federales”. La única victoria que se reconoció en Hermosillo fue la de Jorge Valdés. Fue un triunfo que el gobierno no pudo revertir, aunque inicialmente lo intentó y quizá pudo haberlo hecho.

El amplio margen no permite sostener la tesis de que el PRI “concedió” la victoria a la oposición para evitar que se reactivara el movimiento popular. No hay duda de que en un escenario de votación más cerrada le hubiera sido fácil al PRI cambiar los números, pues desde el gobierno estatal se controlaba el cómputo final. El secretario de Gobierno presidía la Comisión de Vigilancia Electoral y en el Congreso el PRI no tenía oposición alguna a la cual rendir cuentas.

En su discurso de toma de protesta, Jorge Valdés manifestó que lo sucedido en Hermosillo era un acontecimiento histórico para el PAN: “Veintiocho años ha esperado el Partido Acción Nacional para que una capital importante como lo es Hermosillo, la recibamos para gobernarla, y mayor es la satisfacción cuando sabemos que a esta misma hora en siete municipios más de nuestro estado se está efectuando la misma ceremonia”. El alcalde consideró que el respeto a las victorias obtenidas era un signo de avance de la democracia: “porque cuando el libre juego de partidos empieza a funcionar, respetando los triunfos electorales a quienes los hayan obtenido, ahí empieza la vida democrática”; pero también denunció que hubo casos donde no se atendió la voluntad popular: “En Sonora no se respetaron todos los triunfos electorales”.

Jorge Valdez, pionero del México plural

“Hermosillo está en deuda con él”, escribió el investigador de El Colegio de Sonora Nicolás Pineda, en el suplemento “Perfiles” de El Imparcial el 9 de septiembre de 2001.

En un artículo previo, Pineda destacó las dificultades que tuvo Jorge Valdez como titular del primer gobierno opositor, no solamente con el Gobierno del estado sino con su propio partido:

“Ser oposición hoy es un pan dulce comparado con la hiel y el vinagre que le tocó a Jorge Valdez Muñoz. Don Jorge tuvo que tragar gordo y cargar sobre sus espaldas no sólo la hostilidad del gobierno estatal, sino también el rechazo de panistas acelerados y la indiferencia de los hermosillenses pudientes. Jorge Valdés Muñoz fue pionero del México plural y competitivo que actualmente tenemos”.

El liderazgo de Jorge Valdez se forjó en la Asociación Católica de la Juventud Sonorense (ACJS). Esta agrupación religiosa concentró a los adolescentes y jóvenes católicos de los 40 y 50, gracias al carisma del fundador, el padre Hermenegildo Rangel Lugo, quien, siguiendo los principios de la Acción Católica, orientaba hacia el compromiso y la acción social.

La ACJS publicó durante varios años su propia revista, Sursum, que fue escuela de periodismo para algunos jóvenes. En este grupo se iniciaron Abelardo Casanova Labrada, fundador del periódico Información y pionero en la transmisión de noticieros por televisión en Sonora; José Luis Duarte, director del periódico El Católico; Ramón Astorga Coronado, periodista y militante del PAN durante muchos años. También Antonio Óscar Burrola, Alberto Palma Núñez, Rubén Valdés Muñoz, Jesús Armando Partida, Ramón Burrola García, Manuel Muñoz Corral, Manuel Octavio Palafox, entre otros.

La huella de la ACJS marcó a Jorge Valdés al grado de integrar su lema a la acción y discurso políticos.

Jorge Valdez nació en abril de 1926 en Hermosillo, Sonora. En sus orígenes, trabajó en “Impresora de Artes Gráficas”, de Juan de Dios Bojórquez y Manuel Puebla. Después logró establecer en el mismo segmento comercial su propio negocio, la “Imprenta Regional”, ubicada por la calle Américas, en la popular colonia San Benito. Aunque no se desempeñó como periodista, aparece como editor de algunos ejemplares del semanario “Prensa libre”, en 1977.

Ingresó al PAN en 1945, a los 19 años. Es posible que debido a su juventud no esté incluido en el libro de cuotas del Comité Municipal de Hermosillo de 1946-47, que registró en ese tiempo a los simpatizantes que aportaban periódicamente cuotas al Partido.

En 1958 aparece por primera vez como integrante del Comité Regional del PAN, en actividades de apoyo al presidente en turno, Enrique Fuentes Martínez. Su nombre y firma como “prosecretario” aparecen en documentos que notifican el nombramiento a los candidatos que habían sido elegidos en la convención regional del 23 de marzo y participarían en la elección del 6 de julio.

En 1960 envió un escrito personal al presidente nacional, José González Torres, para proponerle una estrategia de mejoramiento financiero para la revista La Nación, que incluía la adquisición de un taller propio para imprimir “hasta 30,000 ejemplares semanarios”. Y le describió a detalle, con base en su experiencia como impresor, la maquinaria recomendada para equipar el taller, anexando el precio aproximado de cada parte del equipo. González Torres le agradeció su propuesta y le prometió que se iba a analizar.

En 1961 su nombre apareció por primera vez en la lista de candidatos a un puesto de elección popular. Fue registrado como suplente de Fuentes Martínez, por el distrito II federal,

El año de 1967 no solamente fue crucial para el crecimiento de la oposición en Sonora; también marcó el inicio de la vida política de Jorge Valdés en puestos de toma de decisiones. De esa forma inició su consolidación como uno de los pilares del Partido durante casi veinte años.

En pocos meses pasó de ser un reconocido militante a ser nombrado dirigente del Comité Regional y después candidato a la alcaldía. En julio de ese año se convirtió en el primer alcalde de oposición en Hermosillo.

El rápido ascenso de Jorge Valdés parece obra de la casualidad, pero fue resultado de su decisión de actuar en momentos en que parecía que nadie quería hacerse cargo del liderazgo en el PAN.

En enero de 1967, motivos circunstanciales dieron pie a que llegara a la presidencia del Partido, cuando Fernando de Saracho, uno de sus compañeros que había ganado la dirigencia, no aceptó hacerse cargo de ella. Posteriormente, la renuncia del arquitecto Alberto Genda a la candidatura a la alcaldía (había sido nominado en febrero) le abrió la oportunidad de competir y de ganar la candidatura en la convención realizada en marzo. Compitió en la interna contra Ignacio Bustillo.

Tras haber ganado la elección contra Manuel Torres Jr., del PRI, con una votación contundente a su favor, el 7 de julio Gilberto Escobosa Gámez, presidente del Comité Municipal Electoral, le entregó la constancia de mayoría.

El día 12, el alcalde saliente, Dr. Alfonso Durán Vásquez, le hizo entrega de la credencial que lo acreditó como candidato ganador: “Certificamos que el ciudadano Jorge Valdés Muñoz resultó electo presidente municipal de Hermosillo para el período 1967-1970 en las elecciones efectuadas el domingo 2 del actual… Y para que así sea reconocido se le extiende la presente credencial en Hermosillo, Sonora, a los doce días del mes de julio de 1967”.

Rodeado del pueblo, Jorge Valdés celebró el triunfo histórico. Fue la primera vez en la historia de México que Acción Nacional ganó una capital de estado. La invitación a la ciudadanía para la toma de protesta, que se realizó el 16 de septiembre en el Congreso del estado, fue abierta al público y apareció en un encuadre en la prensa con esta aclaración: “No se giraron invitaciones personales”.

Jorge Valdez fue un personaje poco común en la política. Tenía fama de ser un hombre honesto y de convicciones políticas firmes. Al concluir su período de gobierno esa percepción se mantuvo inalterada. Se desempeñó como un político incorruptible y un panista de tiempo completo.

Denunció a funcionarios de su administración

Su amigo de la juventud, el periodista Abelardo Casanova, describió su personalidad política:

“Hay pocos militantes políticos en nuestro medio que tengan la firmeza de convicciones, la elevación moral, la capacidad de trabajo y la profundidad de pensamiento que tiene Jorge Valdez. Y una abnegación que lo ha hecho sostener durante lustros el peso de un partido que no tiene para pagar sus boletas electorales, y que le ha permitido conservar un grupo constante, sin ser un líder ‘prefabricado’ y por lo tanto sin prebendas ni igualas que ofrecer a nadie”.

Durante su administración municipal promovió auditorías en las áreas de gobierno y presentó denuncias contra funcionarios (algunos de ellos “de confianza”) que se aprovecharon de sus puestos. En Tesorería Municipal se descubrió un desfalco en agosto de 1969, perpetrado por dos empleados con más de diez años en la administración: Ernesto Teasisteco y Ernesto Salcido Ruelas. Se les denunció ante la Procuraduría y tuvieron que regresar los cien mil pesos que se habían apropiado.

Suárez Arvizu, jefe regional del PAN, celebró la decisión del alcalde y la recuperación del dinero. De esa auditoría se derivó la denuncia por peculado contra Juan Ángel Cossío Lara, por sustraer 390 mil pesos de las cuotas recaudadas de las etapas de pavimentación.

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Jorge Valdez Muñoz (izq), entregando el Ayuntamiento de Hermosillo a Eugenio «El Queno» Hernández Bernal

Una característica que distinguió a Valdés fue su confianza en las personas, que puede incluir el riesgo de equivocarse. De acuerdo con un informe de Eugenio Ortiz Walls, Jorge Valdés y Gilberto Suárez Arvizu avalaron las aspiraciones de Víctor Valencia Núñez como precandidato a la alcaldía en 1970. Valencia, que había sido propuesto por Fernando de Saracho, generó polémica en el Partido por sus supuestas ligas con el PRI y con grupos comunistas. El tiempo confirmó lo primero y el PRI se encargó de expandir como rumor lo segundo. El joven Valencia ganó la candidatura a Ignacio Bustillos pero perdió estrepitosamente la elección constitucional frente al priísta Eugenio Hernández.

Esa confianza en las personas le generó a Jorge Valdez otros sinsabores. En 1972, una vez concluido su período como alcalde, le tocó desempeñarse como dirigente del Partido en un momento en que había pugnas e intereses en juego. Quedó en medio de dos aguas al iniciar el conflicto interno entre quienes pedían la expulsión de Francisco Navarro Bracamontes y los que exigían su absolución.

Como dirigente optó por no tomar decisiones “fuertes” que hubieran resuelto el problema, pero hubiera sido con cargo a la renuncia de algunos integrantes del Comité Regional.

En 1979, al llegar a la presidencia estatal Prisciliano Meléndrez Barrios (a quien él había recomendado ante Héctor Terán Terán), un grupo de disidentes hicieron escándalo en la prensa y se escudaron en el liderazgo moral de don Jorge para atacar públicamente al Partido. Fueron gajes del oficio y experiencias que no desmerecen ni un ápice su calidad moral.

Por otra parte, le tocó en suerte participar en los cambios que le trajeron gente nueva y aire fresco al Partido desde otras regiones del estado. Él recibió en el Partido Acción Nacional, como dirigente regional, al grupo de empresarios recién llegado de Cajeme que invitó el panista Espiridión Robles Díaz de León. Jorge Valdez celebró con Adalberto Rosas López, Carlos Amaya Rivera, Claudio Dabdoub Sicre y José Antonio Gándara Terrazas, entre otros, los triunfos de 1979 que le dieron oxígeno al PAN.

Desde 1967 hasta 1985, año de su muerte, Jorge Valdez fue referente obligado del PAN. Volvió a ser presidente del Comité Directivo Regional de Sonora en los períodos de 1971-1972 y 1978-1979. Fue candidato a diputado federal en 1973, candidato a la alcaldía en 1976, candidato a gobernador del estado en 1979 y candidato a senador en 1982. Su trayectoria política la concluyó como diputado local plurinominal en el Congreso del estado de Sonora, en la legislatura correspondiente al período 1982-1985.

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