23 de noviembre de 2024

Columnas Políticas

Lunes 6 de junio de 2022

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Marea guinda

JAQUE MATE / Sergio Sarmiento en REFORMA

«A esta marea guinda ya nadie la para». John Ackerman

Sigue creciendo la marea guinda. Un partido que recibió su registro apenas en 2014 se ha convertido no solo en gobernante sino en dominante. Podría estar incluso en camino de ser un nuevo partido hegemónico, como el PRI durante décadas.

Si bien escribo antes de que se conozcan los conteos rápidos o los resultados oficiales preliminares de ayer, las encuestas de salida sugieren que la marea guinda sigue tomando fuerza. Se esperan cuando menos cuatro triunfos de Morena, quizá cinco, aunque el PAN afirmaba ayer que estaba ganando tres. Las victorias de Morena están teniendo lugar en estados gobernados por otros partidos. Hasta ahora Morena y sus aliados controlan 18 entidades de 32. Con los nuevos gobernadores serán quizá 22 o 23. El PRI, tras perder dos estados, está en riesgo de extinción; le quedarían dos, el Estado de México y Coahuila, que enfrentarán comicios en 2023. Los gobiernos estatales se suman a la Presidencia de la República y a las dos Cámaras del Congreso de la Unión.

El que Morena haya podido convertirse en partido dominante en tan poco tiempo se debe al talento político de Andrés Manuel López Obrador. Dos veces derrotado en contiendas por la Presidencia, supo unir su obstinación a una enorme capacidad de comunicación. Su popularidad personal, a pesar de los males que su gobierno ha generado, es producto de estas dos características. El «pueblo», para usar el término que prefieren los populistas, se siente atraído por un líder que dice diariamente «Vamos muy bien» y que atribuye todos los problemas a una conspiración de conservadores, (neo)liberales, fifís y corruptos. López Obrador ha sabido también utilizar los recursos públicos para repartir ayudas que presenta como un acto de generosidad personal y que compran votos.

México no es el único país que ha sucumbido al populismo, la corriente política que dice «defender los intereses del pueblo». Ya en el siglo I antes de Cristo el aristócrata Julio César enarboló en la antigua república romana las causas populistas de los populares ante los nobiles y los optimates. Sus armas en la lucha por el poder fueron sus victorias militares, especialmente en las Galias, y el reparto de tierras a soldados y de dinero y alimentos al pueblo. César, sin embargo, se convirtió en dictador y fue asesinado en el Senado, lo que no impidió que se convirtiera en una leyenda para el pueblo.

Los gobernantes populistas se han multiplicado recientemente en el mundo, desde Hugo Chávez y Nicolás Maduro en Venezuela a Narendra Modi en la India, de Recep Tayyip Erdogan en Turquía a Viktor Orbán en Hungría, de Jair Bolsonaro en Brasil a Donald Trump en Estados Unidos. Un hartazgo con los gobiernos liberales democráticos ha generado esta tendencia. que en México se ha reflejado en el gobierno de López Obrador.

¿Cuánto tiempo durará la marea guinda? Es difícil saberlo. El Presidente ha prometido retirarse a su rancho, que dice que no es suyo, al terminar su mandato. Aunque Morena es favorito para las elecciones de 2024, ninguno de sus presuntos sucesores parece tener las características que han hecho tan popular a López Obrador. Por otra parte, el estancamiento económico y la inseguridad siguen afectando a millones. AMLO ha logrado convencer a los votantes que toda la culpa es de sus predecesores, pero la explicación se agotará tarde o temprano.

Ayer Morena se apuntó victorias importantes. Si la medida del triunfo son las «seis de seis» que pronosticaba Mario Delgado podríamos hablar de un fracaso, pero en realidad Morena contendió por seis entidades gobernadas por la oposición y se llevó cuatro o cinco. No está nada mal.

· CONFUNDIR

Siguen nuestros políticos saliendo a declarar victorias cuando no hay resultados de ningún tipo. Con esto buscan confundir o preparar el camino para las protestas. No son verdaderos demócratas.

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La complicidad de Peña Nieto

HÉCTOR AGUILAR CAMÍN / DÍA CON DÍA

Va asentándose en la opinión pública la evidencia de que el ex presidente Peña Nieto y el presidente López Obrador tuvieron un pacto en las elecciones de 2018 mediante el cual Peña ayudó a López Obrador a tener más votos y López Obrador le garantizó a Peña impunidad durante su gobierno.

Los efectos prueban las causas: Peña Nieto goza de cabal impunidad y López Obrador ha ejercido un poder que la complicidad de Peña multiplicó.

Los hechos son claros y han sido confirmados en público por priistas connotados, como Francisco Labastida Ochoa.

En 2018, Peña Nieto y el PRI se dedicaron a inventarle y luego a acusar a Ricardo Anaya por un delito que luego la procuraduría de Peña reconoció como falso. 

Detuvieron con ello el ascenso de Anaya en la contienda, y le dieron a López Obrador una ventaja mayor de la que hubiera obtenido por sí solo.

Luego, Peña indujo el voto del PRI hacia López Obrador, y luego dejó que la coalición electoral de éste se quedara con la mayoría calificada en la Cámara de Diputados, con una sobrerrepresentación inconstitucional de 18%. (La Constitución permite un máximo de 8% de sobrerrepresentación).

Luego, al terminar la elección de julio, Peña desapareció del escenario y le regaló a López Obrador seis meses plenos de gobierno como presidente en funciones, meses en los que López Obrador hizo lo que quiso con el presupuesto y canceló el nuevo aeropuerto de la Ciudad de México, que ahora extrañamos.

La ganancia personal de este pacto para Peña está a la vista. Es la impunidad total de que ha gozado, desde su salida del cargo hasta su refugio dorado en Madrid. 

La ventaja del pacto para el Presidente también es clara. Ha tenido más poder que el que le dieron los votantes.

La complicidad de Peña tuvo costos para el PRI. Indujo el trasvase de sus votos y sus cuadros a Morena y está hoy en trance de volverse un partido testimonial.

Pero aquella complicidad tuvo también altos costos para el país, pues facilitó la creación artificial de una mayoría abrumadora, puesta en manos de un presidente de por sí abrumador.

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Narcogeografía postelectoral

Jorge Fernández Menéndez. Excelsior

Ya veremos las consecuencias políticas que tendrán en el escenario nacional y local los comicios de ayer. Mientras tenemos resultados finales, vamos a poner el acento en algo que será decisivo para esos nuevos gobiernos, pero también para muchos equilibrios nacionales en el ámbito de la seguridad, la reorganización del crimen organizado que influye e influirá en esos estados, seis estados que eran gobernados por el PRI y el PAN y que ahora, en su mayoría, quedarán bajo administraciones de Morena. 

En este ámbito, ninguno es más importante que Tamaulipas. Por Nuevo Laredo y Reynosa transita buena parte del comercio internacional de México y siempre han sido claves para el crimen organizado, no sólo por el narcotráfico. En esos ámbitos, además, es donde mayor relación, de todo tipo, se ha dado entre la política, la administración pública, sectores empresariales y grupos criminales. Desde los tiempos de Juan Nepomuceno Guerra y luego Juan García Ábrego, hasta Osiel Cárdenas y los Zetas, incluyendo la ruptura de éstos con el cártel del Golfo y luego de la pulverización de esos grupos con los remanentes del Golfo y la presencia, como sucesores de los Zetas, del cártel del Noreste y su Tropa del Infierno, durante más de 40 años esa región fronteriza, incluso en las guerras intestinas, fue controlada por grupos locales. 

Pasada esta elección puede haber un cambio sustancial que tendrá todo tipo de repercusiones. Se dice en ámbitos de inteligencia que el cártel de Sinaloa, con aliados locales, estaría listo para terminar de desplazar en la estratégica frontera de Nuevo Laredo y Reynosa al cártel del Noreste, desarticulado, luego de la detención, en marzo pasado, de su líder Gerardo Treviño, apodado El Huevo, sucesor en la entidad de los Zetas y que fue entregado inmediatamente a Estados Unidos. 

Sinaloa ha tenido, consecuencia de contar con un enemigo común, los Zetas, acuerdos con el cártel del Golfo, una organización debilitada, pero muy presente. La cercanía de algunos de sus líderes con dirigentes de Morena locales ha sido evidente. Muchos de los negocios y de los acuerdos políticos del asesinado empresario Sergio Carmona iban en ese sentido. El último encargo político del seguro candidato ganador, Américo Villarreal, independientemente de una larga carrera política local, fue como delegado de Morena en Sinaloa, en las controvertidas elecciones del año pasado. La presencia de Sinaloa en el noreste del país es cada vez más marcada y todo indica que su avance hacia el control de esa estratégica frontera, con sus aliados locales, puede ser, a corto plazo, un hecho. Nada de eso será, por otra parte, gratuito, y sus rivales, como en su momento lo hicieron todos, no se resignarán simplemente a perder una de las joyas de la corona. 

 En Quintana Roo, llegará Mara Lezama, una buena y destacada política, que fue una eficiente y apreciada presidenta municipal en Benito Juárez, Cancún, tiene peso y apoyo. Pero debe cambiar la perspectiva del estado. Más allá de buenas intenciones o no, lo cierto es que en la administración de Carlos Joaquín, la seguridad en el principal centro turístico del país, se fue deteriorando en forma constante hasta poner en riesgo el destino. 

 Quintana Roo tuvo algún buen gobernador y otros muy malos, pero a ninguno se le había ido la seguridad de las manos. Eso ha sucedido en los últimos seis años. La construcción del Tren Maya y del aeropuerto de Tulum aumentaron los apetitos y diversificaron a los grupos criminales. Y nada puede arruinar un centro turístico internacional más que la inseguridad. Ése es el desafío de Mara: necesitará ayuda y de la buena, porque tiene voluntad de hacerlo, pero la sola voluntad para este tipo de desafíos no alcanza. 

 Oaxaca será otro estado que tendrá muchos problemas, sobre todo en el Istmo. Se han establecido en el estado organizaciones y grupos criminales que antes eran muy marginales. El asesinato de uno de los principales operadores electorales de Salomón Jara en Juchitán, el sábado, puede ser un signo de los nuevos tiempos. El transístmico es muy tentador y muchos operadores políticos se han terminado asociando a grupos criminales para trabajar la zona. Y hay y habrá enfrentamientos. Oaxaca, esperemos que no, puede terminar siendo un escenario de disputa territorial muy dura como hemos visto en otros estados de la República. 

Aunque fue una de las elecciones más disputadas del día de ayer, no creo que cambien muchas cosas en Durango. Allí la capital es tradicionalmente panista, la disputa se da en La Laguna y todo el territorio rural es del cártel de Sinaloa, a partir, por supuesto, del Triángulo Dorado, donde estuvo el fin de semana pasado el presidente López Obrador. Lo era antes, lo es ahora, lo será en el futuro. La diferencia es que desde allí, Sinaloa puede terminar de imponerse en Zacatecas y unir sus corredores con los nuevos en Tamaulipas. 

 Tampoco habrá cambios notables en Aguascalientes, una entidad que ha logrado, quizás por su tamaño, quizás por el peso empresarial, quizás porque ha sido elegida como lugar de residencia, mantenerse alejada de muchas de las vicisitudes criminales que azotan al país. Hidalgo está bastante distante de eso, y la seguridad no es su fuerte. Sin complicidades no podría haber, por ejemplo, una industria tan pujante del huachicol en todas sus variantes y versiones en la entidad. Eso no cambiará con la llegada del morenista Julio Menchaca. De política hablaremos mañana. 

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Mayoría o hegemonía

Jesús Silva-Herzog Márquez en REFORMA

La pregunta de nuestro tiempo es si la mayoría se transformará en hegemonía. Morena se ha convertido en el mayor partido de México. De eso no cabe la menor duda. Su crecimiento ha sido extraordinario. Nacido apenas hace unos años, ocupa la Presidencia y controla el Congreso. No tiene capacidad de modificar por sí mismo la Constitución, pero coloca sus piezas en todos los espacios de la vida pública. No es claro todavía el resultado de la elección de ayer, pero el guinda se extiende en el mapa. El partido del Presidente tiene hoy una ancha plataforma territorial y, sobre todo, una imagen pública que le da una clara ventaja sobre sus competidores. Morena es visto como un partido cercano a la gente, mientras los partidos tradicionales son percibidos como organizaciones distantes, corruptas y dañinas.

Pero una cosa es ser mayoría y algo distinto es convertirse en fuerza hegemónica. Entiendo aquí por hegemonía a un predominio político que cancela la competencia. En esa clave lo entendió el politólogo italiano Giovanni Sartori al identificar la peculiaridad del régimen priista en su época dorada. Se alejaba de la dimensión cultural que resaltaba Gramsci para subrayar la ausencia de democracia en el espacio electoral.

El estudioso de los partidos veía en el caso mexicano una dinámica extraña. Un sistema que no embonaba del todo con las categorías tradicionales. Aquí las elecciones se celebraban regularmente, competían siempre distintos partidos, pero siempre ganaba el mismo. Había, en efecto, un multipartidismo, pero era un multipartidismo distorsionado. Un partido tenía tal cantidad de ventajas económicas e institucionales que anulaba la posibilidad misma de su derrota. El partido hegemónico contaba con todo el apoyo del Estado, controlaba los órganos electorales, dominaba los espacios de la prensa, tenía de su lado a los sindicatos y a la gran empresa. Había otros partidos que hacían campaña y presentaban candidatos, pero no tenían ninguna probabilidad de ganar. En las elecciones no había, pues, incertidumbre alguna. Se trataba, en suma, de un sistema no democrático de partidos.

La popularidad de un personaje no basta para fundar hegemonía. No es suficiente una elección para consolidarla. En las elecciones del día de ayer se manifiestan la propensión hegemónica del nuevo régimen y también la fuerza de las resistencias. En los estados donde el viejo partido oficial ejerció históricamente un mayor control vimos simplemente una mudanza de lealtades. Las estructuras del viejo partido hegemónico se mantuvieron intactas para ponerse al servicio del nuevo orden. Hidalgo y Oaxaca son expresiones claras de que Morena pretende ser la cuarta transformación del PRI. Del PNR de los muchos caudillos, al PRM de las corporaciones, al PRI del Presidente, a Morena del caudillo único.

Escribo con un cuadro borroso de la elección de ayer. Las oposiciones parecen haber conseguido dos estados. Seguramente veremos que algunos procesos terminarán resolviéndose en tribunales. El primer dato de la elección es el avance del nuevo partido oficial. No creo impropio el adjetivo «oficial» cuando el gabinete hace abiertamente campaña por un partido, cuando se amenaza con el retiro de programas sociales a quien no vote por el partido del Presidente. En todo caso, el avance de Morena es extraordinario. Hace cinco años no tenía un solo gobierno local. A partir de la elección de ayer tendrá veinte. También es cierto que la jornada no fue el día de campo que imaginaban los voceros del régimen. Con enorme soberbia presumían que ganarían todo. 6 de 6, repetían. La elección muestra que, a pesar del avance del guinda, hay otros colores en el país. El futuro está abierto.

La conquista de la hegemonía es la transformación de una victoria electoral en una ventaja institucional irremontable. Por eso no se define solamente en las urnas sino también en las plazas del arbitraje institucional. De ahí que haya que regresar a lo básico: el baluarte institucional. La reforma electoral del Presidente estará muerta, pero no su ambición de someter al INE o de colonizarlo. Ahí también se juega la batalla contra la hegemonía.

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¿Y los 25 millones?

TOLVANERA / Roberto Zamarripa en REFORMA

«Oye, a ver, te voy a poner un ejemplo: ¿Sabes cuántas salas de cine tiene Cinépolis? Seis mil, tiene en Asia, tiene en China, tiene en África, tiene todo. Imagínate, güey. Y que dé 25 millones de pesos, o sea, lo valoramos, eso dio, 25 millones de pesos.

«Él me dijo ‘hay 12 diputados de Michoacán, que es mi estado ¿Cuánto quieres que les dé? Queda un mes de campaña ¿1 o 2 millones?’ ¡Me dio 2 millones, son 24! Eso sí, los llamó a todos, se los dio en chinga, eso hay que reconocerlo. Pero ese hijo de su reputa madre es para que dé 300, cabrón».

Eso se escucha en uno de los audios que corresponde a una conversación de Alejandro Moreno, dirigente nacional del PRI, y que fueron difundidos por Layda Sansores, su rival, gobernadora de Campeche.

El empresario al que alude Moreno es Alejandro Ramírez, dueño de Cinépolis, la exitosa cadena de cines y próspero empresario michoacano que no ha ocultado su animadversión con Andrés Manuel López Obrador y su movimiento político hoy en el gobierno. Aunque el priista lo tacha de avaro.

Cuando el audio fue difundido distintos políticos michoacanos intercambiaron en chats telefónicos su sorpresa y, algunos, su enojo.

Ese dinero, según pudo confirmarse con algunos de los políticos michoacanos enterados del asunto, fue para la operación electoral del domingo 6 de junio de 2021, justo hace un año donde fueron electos además del gobernador los 12 diputados federales de mayoría en la entidad.

Entre los priistas recuerdan que Daniela de los Santos Torres, una política allegada a Ramírez, estableció los contactos para facilitar la entrega del dinero. Y resulta que no solo Alejandro Moreno se quejó de lo poco que le entregaron -según consta en los audios que el líder priista alega fueron alterados- sino los mismos candidatos a quienes inicialmente les prometieron dos millones de pesos y recibieron menos.

Hubo algunos que solo vieron 400 mil o 500 mil pesos y otros acaso un millón. En los chats recientes, los políticos michoacanos preguntaban «¿y dónde quedó el dinero?».

Los audios campechanos sin duda tuvieron un efecto en las campañas electorales concluidas ayer con las votaciones en seis estados del país. El impacto principal fue para el dirigente nacional del PRI y para las aspiraciones de su partido. No quiere decir que por esos audios perdieron estrepitosamente en Quintana Roo, Hidalgo y Oaxaca, pero sí puede entenderse como un dato relevante de la debacle tricolor. El desgaste del PRI es un dato que revisan sus aliados y que advierten sus contrincantes. Ahí es donde duele y seguirá por ese flanco la golpiza.

El saldo preliminar de los comicios de este domingo arroja una definitiva instalación de Morena como el mandón del sur. La retención de Durango por parte de la coalición opositora no es poca cosa. La sólida candidatura de Esteban Villegas y la división interna de los morenistas cobró los resultados. Tamaulipas se cuece aparte. El gobernador Francisco Javier García Cabeza de Vaca caminó con el amparo en la bolsa y el amago de ser encarcelado en medio de una disputa anticipada, de un forcejeo desaseado y de una impresentable defensa de los panistas tamaulipecos.

Vendrán las impugnaciones, las fiscalizaciones y los criterios últimos de la autoridad electoral y los tribunales. Pero ya hablamos de otro tipo de contiendas donde regresan formas y métodos abandonados y castigados y donde, también, se expresa una distinta participación política y cívica con electorados mayormente informados y politizados.

El mapa del país es diferente. El PRI, otrora poderoso, solo tiene 3 gubernaturas; el PAN queda en 5 y MC les compite con 2 de las principales entidades por su peso económico y político. El bloque de Morena, Verde y PES gobierna 22 estados; 6 de cada diez mexicanos tienen gobiernos de ejecutivos morenistas. Una expansión acelerada que puede ser determinante rumbo a las elecciones presidenciales de 2024. Así estamos con viejas prácticas y nuevos gobernantes. Y con millones de pesos que se pierden en medio de la irresponsabilidad política y empresarial. Se esfumó el dinero de Cinépolis para los priistas como se esfumó su voto este domingo.

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Marea guinda

JAQUE MATE / Sergio Sarmiento en REFORMA

«A esta marea guinda ya nadie la para». John Ackerman

Sigue creciendo la marea guinda. Un partido que recibió su registro apenas en 2014 se ha convertido no solo en gobernante sino en dominante. Podría estar incluso en camino de ser un nuevo partido hegemónico, como el PRI durante décadas.

Si bien escribo antes de que se conozcan los conteos rápidos o los resultados oficiales preliminares de ayer, las encuestas de salida sugieren que la marea guinda sigue tomando fuerza. Se esperan cuando menos cuatro triunfos de Morena, quizá cinco, aunque el PAN afirmaba ayer que estaba ganando tres. Las victorias de Morena están teniendo lugar en estados gobernados por otros partidos. Hasta ahora Morena y sus aliados controlan 18 entidades de 32. Con los nuevos gobernadores serán quizá 22 o 23. El PRI, tras perder dos estados, está en riesgo de extinción; le quedarían dos, el Estado de México y Coahuila, que enfrentarán comicios en 2023. Los gobiernos estatales se suman a la Presidencia de la República y a las dos Cámaras del Congreso de la Unión.

El que Morena haya podido convertirse en partido dominante en tan poco tiempo se debe al talento político de Andrés Manuel López Obrador. Dos veces derrotado en contiendas por la Presidencia, supo unir su obstinación a una enorme capacidad de comunicación. Su popularidad personal, a pesar de los males que su gobierno ha generado, es producto de estas dos características. El «pueblo», para usar el término que prefieren los populistas, se siente atraído por un líder que dice diariamente «Vamos muy bien» y que atribuye todos los problemas a una conspiración de conservadores, (neo)liberales, fifís y corruptos. López Obrador ha sabido también utilizar los recursos públicos para repartir ayudas que presenta como un acto de generosidad personal y que compran votos.

México no es el único país que ha sucumbido al populismo, la corriente política que dice «defender los intereses del pueblo». Ya en el siglo I antes de Cristo el aristócrata Julio César enarboló en la antigua república romana las causas populistas de los populares ante los nobiles y los optimates. Sus armas en la lucha por el poder fueron sus victorias militares, especialmente en las Galias, y el reparto de tierras a soldados y de dinero y alimentos al pueblo. César, sin embargo, se convirtió en dictador y fue asesinado en el Senado, lo que no impidió que se convirtiera en una leyenda para el pueblo.

Los gobernantes populistas se han multiplicado recientemente en el mundo, desde Hugo Chávez y Nicolás Maduro en Venezuela a Narendra Modi en la India, de Recep Tayyip Erdogan en Turquía a Viktor Orbán en Hungría, de Jair Bolsonaro en Brasil a Donald Trump en Estados Unidos. Un hartazgo con los gobiernos liberales democráticos ha generado esta tendencia. que en México se ha reflejado en el gobierno de López Obrador.

¿Cuánto tiempo durará la marea guinda? Es difícil saberlo. El Presidente ha prometido retirarse a su rancho, que dice que no es suyo, al terminar su mandato. Aunque Morena es favorito para las elecciones de 2024, ninguno de sus presuntos sucesores parece tener las características que han hecho tan popular a López Obrador. Por otra parte, el estancamiento económico y la inseguridad siguen afectando a millones. AMLO ha logrado convencer a los votantes que toda la culpa es de sus predecesores, pero la explicación se agotará tarde o temprano.

Ayer Morena se apuntó victorias importantes. Si la medida del triunfo son las «seis de seis» que pronosticaba Mario Delgado podríamos hablar de un fracaso, pero en realidad Morena contendió por seis entidades gobernadas por la oposición y se llevó cuatro o cinco. No está nada mal.

· CONFUNDIR

Siguen nuestros políticos saliendo a declarar victorias cuando no hay resultados de ningún tipo. Con esto buscan confundir o preparar el camino para las protestas. No son verdaderos demócratas.

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Templo Mayor

¿QUIÉN GANÓ ayer en las elecciones? Eso es lo de menos. Lo grave es que volvió a perder México. Y es que el Presidente sigue polarizando en lugar de gobernar, Morena no tiene pudor en utilizar recursos públicos, la oposición sigue sin ofrecer una alternativa y el desánimo social es cada vez más evidente en la baja participación en las urnas.

QUIZÁS uno de los pocos ganadores de la jornada electoral sea la autoridad electoral. A pesar de la campaña encarnizada en su contra, tanto la organización de los comicios a cargo de los OPLE’s como los conteos rápidos del INE difícilmente podrían ser impugnados.

BUEEENO… en realidad a los morenistas no les preocupa mucho la contradicción de descalificar a las autoridades electorales cuando el resultado les es adverso y, al mismo tiempo, celebrar cuando ganan en comicios que organizaron ¡esas mismas autoridades! La congruencia les parece un lujo pequeño burgués.

EL HECHO de que las elecciones se hayan realizado de manera más o menos correcta, no significa que no haya habido irregularidades. Sin embargo, éstas tienen que ver más con la inmoralidad de los contendientes que con la eficiencia de los organizadores.

DE ENTRADA, por supuesto, Andrés Manuel López Obrador siguió violando la veda electoral incluso ayer mismo, al promover obras en su estado natal. De igual forma, Morena no tuvo empacho en echar mano de gobernadores, vehículos y programas sociales para promover sus candidaturas.

Y, CLARO, del lado opositor las cosas no fueron mucho mejores, especialmente en Tamaulipas. Ahí el gobernador panista Francisco García Cabeza de Vaca hasta órdenes de aprehensión lanzó contra sus opositores, en un intento por apuntalar a su propio candidato. Eso sin mencionar la presencia e influencia del crimen organizado.

TANTO Américo Villarreal como César “Truko” Verástegui se declararon ganadores, pero el conteo rápido le da una clara ventaja al morenista. Habrá que ver si la elección no termina como el sexenio de García Cabeza de Vaca… ¡en los tribunales!

COMO SIEMPRE, lo que se vio ayer fue una elección de Estado en la que el PRI volvió a usar para su beneficio todo el aparato gubernamental. ¡No, esperen un momento! El que denunció eso fue el dirigente del PRIAlejandro “Alito” Moreno, refiriéndose a Morena. Diría Newton que el priismo no se crea ni se destruye, sólo se cuatrotransforma.

SEGÚN el gobierno de Claudia Sheinbaum, el ahuehuete que plantó en Paseo de la Reforma, vivirá ¡2 mil años! Lo dicen los mismos que no pudieron cuidar una palmera y se les murió en tres años. Así que, si el ahuehuete llega a Navidad será un auténtico milagro. (F. Bartolomé, Reforma, Opinión, p. 12)

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Bajo Reserva

Al final no fueron seis de seis

Desde hace un año, ayer incluso, Morena presumía que las elecciones del 5 de junio para elegir gobernador o gobernadora en seis estados sería un día de campo, un mero trámite, carro completo, 6 de 6. En el PAN aseguran que, aunque desde el inicio la única posición segura era Aguascalientes, se tuvo que reforzar el trabajo en esa entidad para evitar cualquier riesgo y fortalecer el trabajo en otros estados. Comentan que, encabezados por el líder nacional panista Marko Cortés, se metieron a trabajar más de un mes en las campañas, tanto en esa entidad como en Durango y Tamaulipas. Al final, todo indica que junto con sus aliados PRI y PRD lograron impedir el carro completo a Morena que, al final del día, no hizo realidad su seis de seis, pero le arrebató al PAN Tamaulipas, y al PRI Hidalgo y Oaxaca.

Transparencia no fue el fuerte de los candidatos

La transparencia no fue el fuerte de algunos candidatos en este proceso electoral. De acuerdo con datos del INE, al menos 109 prefirieron no responder sobre sus ingresos mensuales. Entre estos candidatos destacan los de Movimiento Ciudadano a las gubernaturas de Aguascalientes, Durango, Hidalgo y Quintana Roo, que optaron por no revelar esta información en el cuestionario de identidad, para que la ciudadanía los conozca mejor. El resto se distribuye entre los aspirantes a diputaciones en Quintana Roo y presidencias municipales en Durango. Será que los aspirantes de MC sabían que no tenían oportunidad de ganar y no valía la pena dar a conocer la información de sus finanzas.

Mario Delgado víctima del aeropuerto de la CDMX

Una vez más, la saturación aérea en la Ciudad de México le jugó una mala pasada al dirigente de Morena, Mario Delgado. Después de pasar la mañana de la jornada electoral en Durango para apoyar a la candidata Marina Vitela, el líder guinda tenía programado un viaje a la capital para dar una serie de conferencias de prensa. Sin embargo, la saturación impidió su aterrizaje, por lo que su vuelo fue regresado a Querétaro donde tuvo que esperar un par de horas. Esta es la segunda vez en menos de una semana que Delgado no puede llegar a la terminal capitalina procedente de Durango. Así, don Mario no tuvo un día redondo, pues, aunque Morena se quedó con la mayor parte de las gubernaturas en juego, perdió en Durango, y perdió el tiempo a causa de la saturación del Aeropuerto de la CDMX.

Martí: ¿error, mala leche o premonición?

El secretario de Gobierno de la Ciudad de México, Martí Batres, en sus habituales mensajes contra el expresidente Felipe Calderón, el fin de semana cometió una pifia. En una publicación en redes sociales, incluyó dentro de lo que llama “cartel” del exmandatario, la fotografía del excomisionado general de la Policía Federal, Manelich Castilla Cravioto, con la leyenda “preso”. Casi de inmediato, el aludido solicitó al funcionario capitalino que retirara esa publicación calumniosa, pero fue casi 20 horas después que fue retirada, y hasta anoche Batres no había ofrecido una disculpa pública al exmando policiaco. Habrá sido un error, mala leche, o don Martí tiene información privilegiada sobre alguna investigación a Manelich Castilla. (Bajo Reserva, El Universal, p. 2)

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Coordenadas

¿Quién ganó y quién perdió en las elecciones de ayer?/Enrique Quintana

El Financiero, 

No hay duda de que el partido que logró el mayor avance en las elecciones fue Morena, al conquistar cuatro entidades en las que era oposición: Tamaulipas, Quintana Roo, Oaxaca e Hidalgo.

La alianza opositora refrendó en Aguascalientes y Durango.

El reto por parte de los opositores deriva del hecho de que la expectativa que tenían los morenistas era lograr ganar en al menos cinco.

¿Qué significa para el entorno político nacional este avance de Morena en el poder regional?

Implica que el partido que tiene el control del poder federal ya también tiene bajo su control las gubernaturas en más de 20 estados del país, más de dos terceras partes del territorio nacional.

El avance de Morena, además, ha sido a partir del desplazamiento del poder regional del PRI.

Hace seis años el PRI tenía 14 gobernadores y era el partido que controlaba más estados. Con el resultado del día de ayer, se habrá quedado exclusivamente con tres gubernaturas, Coahuila, México y Durango en alianza con PAN y PRD.

El porcentaje de votos que el PRI obtuvo en las elecciones de 2021, y que ascendió a cerca de 18 por ciento, le permitió mantener una presencia relevante en la Cámara de Diputados, en la cual constituye la tercera fuerza partidista.

Sin embargo, en términos de la presencia regional, ese porcentaje no se refleja y se percibe en un virtual declive.

Morena se va a enfrentar ahora al hecho de que tendrá que administrar un conjunto de poderes regionales con gobernadores con perfiles muy diferentes y en donde es probable que tenga un mayor proceso de desgaste.

Sin embargo, sobre la base de la escasa participación ciudadana en la consulta por la revocación de mandato realizada en abril, algunos pensaban que estas elecciones serían fatídicas para el partido en el poder.

La realidad es que la maquinaria política de Morena en el poder funcionó en diversas entidades.

El PAN, aunque también habrá perdido posiciones, tiene todavía una presencia mayor que la del PRI con cinco a seis gubernaturas.

Y sobre esa base, se puede perfilar como el partido que tendrá mano en caso de que se concrete una alianza opositora en la perspectiva de 2024.

Algo que se volverá relevante también será observar las consecuencias del resultado para Movimiento Ciudadano para ver si, aunque en este caso no gane ninguna gubernatura, insiste en su estrategia de ir solo en el resto de las elecciones.

Las próximas elecciones estatales que tendrán lugar en un año serán cruciales para definir el proceso de sucesión presidencial.

Si Morena lograra ganar el Estado de México, que es la entidad con el mayor número de electores y una de las pocas en las cuales no se ha dado alternancia, estaría en la antesala de retener la presidencia de la República.

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Sin sorpresas, los estados; ¿el fin de Cabeza de Vaca?/Salvador Garcia Soto.

El Universal, 

Las elecciones de ayer domingo resultaron totalmente predecibles de acuerdo con las encuestas: cuatro en poder de Morena (Oaxaca, Quintana Roo, Hidalgo y Tamaulipas) y dos para la Alianza Va Por México (Aguascalientes y Durango). El estado que pudo haber hecho la diferencia y haber empatado 3-3 en los resultados de las seis entidades en disputa fue Tamaulipas, pero al final no sucedió. Y aunque aún vendrán las inconformidades y denuncias poselectorales, lo que quedó claro en estos comicios es que, a la oposición, por más alianzas y esfuerzos que hacen, no les alcanza todavía para derrotar a Andrés Manuel López Obrador.

Porque, más que Morena, quien sigue ganando elecciones es el presidente, su imagen y sus apoyos sociales y económicos —con el uso del aparato y los recursos del Estado como programas de voto clientelar—, que está demostrando ser una maquinaria electoral efectiva, capaz de garantizar el triunfo aún a candidatos anodinos y sin carisma por el puro efecto de la aprobación presidencial. La alianza opositora funciona y prueba de ello es que logró rescatar dos gubernaturas, una para el PAN y otra para el PRI, pero el entramado político-electoral que está construyendo López Obrador, cada vez se parece más al viejo aparato de la era priista.

Y aun cuando en algunos estados en los que arrasó Morena también haya que considerar el papel de al menos tres gobernadores que no metieron las manos y si las metieron lo hicieron para ayudar al partido de López Obrador (y algunos para asegurar su embajada o consulado) es innegable que el actual partido gobernante se consolida como la fuerza política dominante, que gobernará ya 20 estados de 32 de manera directa y otros dos a través de aliados, es decir el 70% de la República. Tan sólo ayer domingo, el morenismo le arrebató al PRI Oaxaca e Hidalgo, esta última una entidad histórica en las que nunca había perdido el poder en 85 años, mientras que al PAN logró arrebatarle otros dos estados que gobernaba: Quintana Roo y Tamaulipas.

Tres de sus cuatro triunfos de ayer fueron de calle para Morena, pero el que se le complicó sobremanera y todavía anoche no lo reconocía el PAN, fue Tamaulipas. De haber arrancado con más de 20 puntos de diferencia, su candidato Américo Villarreal se vio impactado por el escándalo de los financiamientos millonarios que recibió su hijo de parte del empresario huachicolero asesinado, Sergio Carmona, además de la operación de Estado que emprendió el gobernador panista Francisco García Cabeza de Vaca, con todo y el uso político de la fiscalía para perseguir a alcaldes y diputados morenistas, para tratar de empatar y rebasar al candidato guinda. 

Cabeza de Vaca se jugó su resto, a sabiendas de que del resultado de esta elección de ayer dependía completamente su futuro político: si ganaba y derrotaba a la 4T de López Obrador se convertía automáticamente en el aspirante mejor posicionado en el PAN para la sucesión presidencial del 2024; y si perdía quedaría a merced de lo que decida el próximo miércoles la mayoría de ministros de la Primera Sala de la Corte, cuando discutan y voten si el fuero constitucional del gobernador de Tamaulipas sigue vigente o si ya fue eliminado por la mayoría de la Cámara de Diputados, y así se decida si Cabeza termina su gubernatura en septiembre de este año, o si antes de terminarla pueden detenerlo por la orden de aprehensión en su contra de la Fiscalía General de la República.

Los casi 9 puntos que separan al candidato de Morena, Villarreal, del segundo lugar del panista César “El Truco” Vérastegui, harán muy difícil las impugnaciones que pueda hacer la Alianza Va Por México, que anoche todavía no reconocía  su derrota en Tamaulipas e incluso hablaban de una victoria. Pero más allá de la guerra de cifras, lo que empieza a quedar claro es que se acerca la hora de las definiciones para el gobernador Cabeza de Vaca. Su derrota electoral no sólo lo aleja del sueño presidencial del 2024, sino que lo acerca cada vez más a un final incierto, que puede llegar hasta septiembre o antes, pero definitivamente termina en este año.

NOTAS INDISCRETAS…Si la primera respuesta de López Obrador a Porfirio Muñoz Ledo y sus acusaciones de un pacto entre el presidente y el narcotráfico fue ruda por parte del mandatario, cuando acusó la avanzada edad de Porfirio para descalificarlo, ayer domingo la contrarréplica de Muñoz Ledo dejó muy claro que, aún en la dividida izquierda mexicana hay niveles. “El presidente López Obrador me descalifica por mi edad. ¿En dónde quedó su respeto por los adultos mayores? Se afirma en cambio que él padece envejecimiento cerebral. Que pruebe lo contrario”. Se ve que a sus casi 89 años (los cumple en Julio) Porfirio no sólo conserva la lucidez política, sino el valor que tuvo a partir de 1988 para enfrentarse a los presidentes en turno. ¿Habrá otra respuesta de Palacio?… Hoy lunes arranca en Los Ángeles la Cumbre de las Américas en donde la ausencia del presidente de México podría ser de lo que más llame la atención en este foro continental. Y aunque México estuviera representado por el canciller Marcelo Ebrard, la decisión final que tome el presidente López Obrador tendrá un impacto innegable en la relación entre la Casa Blanca y Palacio Nacional y sus actuales administraciones. Si bien la presencia de Brasil y Argentina, junto con la participación honoraria de España, le daría solidez a la reunión convocada por el presidente Biden, la no presencia del mandatario mexicano será como la mosca en el arroz para el gobierno de los Estados Unidos que sentirán el doble desaire, primero por una cancelación de la confirmación oficial que ya les había dado el gobierno de México y segundo por el fracaso de todas las negociaciones y “opciones” que le presentaron al presidente mexicano para tratar de convencerlo. Veremos lo que resulta de todo este juego de alianzas, amenazas y boicots…Los dados abren con la Serpiente Doble. Dura se viene la semana. 

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Narcogeografía postelectoral

Jorge Fernández Menéndez. Excelsior

Ya veremos las consecuencias políticas que tendrán en el escenario nacional y local los comicios de ayer. Mientras tenemos resultados finales, vamos a poner el acento en algo que será decisivo para esos nuevos gobiernos, pero también para muchos equilibrios nacionales en el ámbito de la seguridad, la reorganización del crimen organizado que influye e influirá en esos estados, seis estados que eran gobernados por el PRI y el PAN y que ahora, en su mayoría, quedarán bajo administraciones de Morena. 

En este ámbito, ninguno es más importante que Tamaulipas. Por Nuevo Laredo y Reynosa transita buena parte del comercio internacional de México y siempre han sido claves para el crimen organizado, no sólo por el narcotráfico. En esos ámbitos, además, es donde mayor relación, de todo tipo, se ha dado entre la política, la administración pública, sectores empresariales y grupos criminales. Desde los tiempos de Juan Nepomuceno Guerra y luego Juan García Ábrego, hasta Osiel Cárdenas y los Zetas, incluyendo la ruptura de éstos con el cártel del Golfo y luego de la pulverización de esos grupos con los remanentes del Golfo y la presencia, como sucesores de los Zetas, del cártel del Noreste y su Tropa del Infierno, durante más de 40 años esa región fronteriza, incluso en las guerras intestinas, fue controlada por grupos locales. 

Pasada esta elección puede haber un cambio sustancial que tendrá todo tipo de repercusiones. Se dice en ámbitos de inteligencia que el cártel de Sinaloa, con aliados locales, estaría listo para terminar de desplazar en la estratégica frontera de Nuevo Laredo y Reynosa al cártel del Noreste, desarticulado, luego de la detención, en marzo pasado, de su líder Gerardo Treviño, apodado El Huevo, sucesor en la entidad de los Zetas y que fue entregado inmediatamente a Estados Unidos. 

Sinaloa ha tenido, consecuencia de contar con un enemigo común, los Zetas, acuerdos con el cártel del Golfo, una organización debilitada, pero muy presente. La cercanía de algunos de sus líderes con dirigentes de Morena locales ha sido evidente. Muchos de los negocios y de los acuerdos políticos del asesinado empresario Sergio Carmona iban en ese sentido. El último encargo político del seguro candidato ganador, Américo Villarreal, independientemente de una larga carrera política local, fue como delegado de Morena en Sinaloa, en las controvertidas elecciones del año pasado. La presencia de Sinaloa en el noreste del país es cada vez más marcada y todo indica que su avance hacia el control de esa estratégica frontera, con sus aliados locales, puede ser, a corto plazo, un hecho. Nada de eso será, por otra parte, gratuito, y sus rivales, como en su momento lo hicieron todos, no se resignarán simplemente a perder una de las joyas de la corona. 

 En Quintana Roo, llegará Mara Lezama, una buena y destacada política, que fue una eficiente y apreciada presidenta municipal en Benito Juárez, Cancún, tiene peso y apoyo. Pero debe cambiar la perspectiva del estado. Más allá de buenas intenciones o no, lo cierto es que en la administración de Carlos Joaquín, la seguridad en el principal centro turístico del país, se fue deteriorando en forma constante hasta poner en riesgo el destino. 

 Quintana Roo tuvo algún buen gobernador y otros muy malos, pero a ninguno se le había ido la seguridad de las manos. Eso ha sucedido en los últimos seis años. La construcción del Tren Maya y del aeropuerto de Tulum aumentaron los apetitos y diversificaron a los grupos criminales. Y nada puede arruinar un centro turístico internacional más que la inseguridad. Ése es el desafío de Mara: necesitará ayuda y de la buena, porque tiene voluntad de hacerlo, pero la sola voluntad para este tipo de desafíos no alcanza. 

 Oaxaca será otro estado que tendrá muchos problemas, sobre todo en el Istmo. Se han establecido en el estado organizaciones y grupos criminales que antes eran muy marginales. El asesinato de uno de los principales operadores electorales de Salomón Jara en Juchitán, el sábado, puede ser un signo de los nuevos tiempos. El transístmico es muy tentador y muchos operadores políticos se han terminado asociando a grupos criminales para trabajar la zona. Y hay y habrá enfrentamientos. Oaxaca, esperemos que no, puede terminar siendo un escenario de disputa territorial muy dura como hemos visto en otros estados de la República. 

Aunque fue una de las elecciones más disputadas del día de ayer, no creo que cambien muchas cosas en Durango. Allí la capital es tradicionalmente panista, la disputa se da en La Laguna y todo el territorio rural es del cártel de Sinaloa, a partir, por supuesto, del Triángulo Dorado, donde estuvo el fin de semana pasado el presidente López Obrador. Lo era antes, lo es ahora, lo será en el futuro. La diferencia es que desde allí, Sinaloa puede terminar de imponerse en Zacatecas y unir sus corredores con los nuevos en Tamaulipas. 

 Tampoco habrá cambios notables en Aguascalientes, una entidad que ha logrado, quizás por su tamaño, quizás por el peso empresarial, quizás porque ha sido elegida como lugar de residencia, mantenerse alejada de muchas de las vicisitudes criminales que azotan al país. Hidalgo está bastante distante de eso, y la seguridad no es su fuerte. Sin complicidades no podría haber, por ejemplo, una industria tan pujante del huachicol en todas sus variantes y versiones en la entidad. Eso no cambiará con la llegada del morenista Julio Menchaca. De política hablaremos mañana. 

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Va por México exige tres; Morena, cinco…

Enrique Aranda. Excelsior,

Se llevan fuerte: (Él) tiene ¡envejecimiento cerebral!… 

De consolidarse en las próximas horas, como es previsible que ocurra por las tendencias de votación dadas a conocer apenas cerradas las casillas ayer domingo, la alianza Va por México se habrá alzado con el triunfo en la puja por la gubernatura, igual en Aguascalientes con la panista María Teresa Jiménez Esquivel que en Durango, con el priista Esteban Villegas Villarreal, en tanto que el oficialismo, encabezado por Morena, lo habría hecho en Quintana Roo, con Mara Lezama Espinosa; Hidalgo, con Julio Menchaca Salazar, y Oaxaca, con Salomón Jara Cruz. 

En Tamaulipas, en contrate, se antoja riesgoso hacer apuestas por uno u otro de los contendientes dada la estrecha diferencia y la información encontrada que hasta el cierre de esta edición se mostraba sobre la votación emitida en favor del cuestionado moreno Américo Villarreal Anaya y el panista César El Truko Verástegui, lo que augura la inmediata judicialización del proceso como, de hecho, argumentando toda suerte de irregularidades e ilícitos, anunciaron ya tanto la cúpula del lopezobradorismo como la de la alianza opositora integrada por PAN, PRI y PRD. 

 Un resultado previsible éste, pues, en una jornada electoral si bien no exenta de incidentes e intentonas por manipular el voto de la población, es posible calificar como tranquila y con “saldo (electoral) blanco”, cuando, al margen de las prácticas habituales de acarreo o compra del sufragio, por ejemplo, más de uno daba por sentado la abierta y descarada, violenta intromisión del crimen organizado en apoyo a los candidatos del partido del gobierno y sus aliados como, sin duda, se pudo constatar sí ocurrió en las elecciones estatales de junio de 2021. 

A la vista, pues, los resultados preliminares de la jornada dominical, nada parece más obvio que si bien es cierto que Andrés Manuel López Obrador continúa “jalando” un buen número de votantes en favor del partido que él mismo fundó y dirige desde Palacio, también lo es que buena parte de la popularidad y de los sufragios que en 2018 catapultaron al tabasqueño hasta la encumbrada posición que ahora ocupa es ya ahora cosa del pasado o, al menos, que aun existiendo, no mantiene las características de incondicionalidad ni es lo acrítica que fue en otro momento…

ASTERISCOS 

* Crecientes versiones, por cierto, en el sentido de que, de confirmarse el triunfo de los candidatos de Morena en Oaxaca e Hidalgo, el futuro de Alejandro Murat y de Omar Fayad al interior del Revolucionario Institucional (PRI) no será todo lo prometedor que, como auguran fuentes partidistas, lo será en las inmediaciones de Palacio, dado que —haiga sido como haiga sido— ambos “entregaron la plaza” sin pelear. Ufff… 

 * Importante esfuerzo en busca de consensos el que realiza el PAN y que, este sábado, reunió a Marko Cortés con Juan Carlos Romero, Ignacio Loyola, Carlos Medina, Marcelo de los Santos, Francisco Ramírez, Marco Adame, Miguel Márquez y Fernando Canales para, entre otras cosas, hablar sobre la Asamblea General Extraordinaria del 12 y 13 de noviembre que, entre otras cosas, renovará su dirigencia… 

Veámonos el miércoles, con otro asunto De naturaleza política. 

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¿Qué pasa si grupos armados compran la retórica presidencial?

 De pactos y percepciones/Alejandro Hope. El Universal

Primero lo primero: no creo que exista ningún tipo de pacto, arreglo o componenda que conecte al liderazgo de un grupo criminal con el presidente Andrés Manuel López Obrador. 

Y no lo creo, en primera instancia, porque así nunca han funcionado las relaciones entre el Estado y el crimen organizado. La imagen de un narco entrando a Palacio Nacional o a Gobernación a tejer acuerdos con el gobierno en turno es algo que solo existe en las series de Netflix. Los arreglos de “pax narca” siempre fueron una red compleja de complicidades múltiples, dependiente de relaciones circunstanciales entre traficantes específicos y funcionarios con presencia e influencia local (gobernadores, jefes de policía, comandantes de la PJF, jefes militares, etc.). 

No lo creo tampoco porque el presidente podrá tener muchos defectos, pero no es ingenuo y menos suicida. Ha visto lo que está pasando con Genaro García Luna. Vio lo que sucedió con el general Salvador Cienfuegos. No puede ser ajeno a la reciente extradición a EU del expresidente de Honduras, Juan Orlando Hernández. Dudo que el presidente quisiera ponerse en la mira de la DEA, una agencia que tiene muchos ojos y memoria larga. 

También dudo que exista una política explícita, coordinada y de alcance nacional de tolerancia a grupos o actividades ilícitas. Por razones que he expresado en columnas anteriores: las prisiones están más que llenas, las Fuerzas Armadas están involucradas como nunca antes en tareas de seguridad pública, los enfrentamientos entre militares y civiles armados no han cesado, los decomisos de drogas no se han frenado y varias figuras importantes de las bandas criminales han sido detenidas en el transcurso de la actual administración. 

Si a los datos nos remitimos, no es una política particularmente blanda o abrazadora. 

Sin embargo, el presidente parece decidido a convencer a la opinión pública (o a una parte de ella) de que hay algo extraño o tenebroso en su relación con algunos grupos criminales. 

Asumió la responsabilidad directa por la liberación de Ovidio Guzmán (cambiando la versión inicial de que solo había avalado la decisión del gabinete de seguridad). 

Saludó frente a las cámaras y los micrófonos de los medios a la madre de Joaquín El Chapo Guzmán. 

Alabó la decisión de un grupo de soldados de no enfrentar a una banda de pistoleros en Nueva Italia, Michoacán, alegando que estos últimos también “son seres humanos”. 

Justificó la presencia de un retén de civiles armados en Sinaloa, argumentando que eso también pasa en otros estados. 

Nada de eso es evidencia concluyente de nada. Y como ya lo expresé arriba, no creo que haya algún tipo de connivencia. Pero el presidente no es ingenuo. Claramente sabía cómo podían ser interpretadas esas palabras. 

Y lo hizo de todos modos, probablemente porque considera que vale la pena pagar el costo de la sospecha si eso le permite marcar distancia frente a los gobiernos del pasado. 

Siento que en esta ocasión le está fallando el instinto político. En una encuesta reciente, 82% de los entrevistados se declaró en contra de la afirmación del presidente de que el gobierno debe cuidar a los miembros de bandas porque también son humanos. 

Pero más importante, ¿qué pasa si los integrantes de tales o cuales grupos armados compran la retórica presidencial y actúan en consecuencia? ¿No podrían intensificar las agresiones en contra de personal militar con la expectativa de que no habría respuesta? ¿No podrían algunos funcionarios públicos volverse blanco de algunas bandas porque se sembró la sospecha de una complicidad (aunque no exista)? 

En este asunto, las percepciones cuentan casi tanto como la realidad. 

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La baraja de Dante Delgado

/ Héctor De Mauleón. El Universal, 

A las nueve de la noche de ayer, según el PREP, Movimiento Ciudadano, el partido que dirige Dante Delgado, había obtenido el 7.4% de los votos en Aguascalientes, en donde Tere Jiménez, de la alianza PAN-PRI-PRD se llevó 52.6% de los votos contra 34.17% que obtuvo Nora Ruvalcaba. 

En Durango, el partido naranja obtuvo solamente 4.7% de las preferencias. En ese estado, la alianza conquistó en cambio 58.1% de los votos, mientras la coalición encabezada por Morena se llevó 37.2%. 

En Hidalgo, la votación de MC cayó a 3.2% frente a los votos obtenidos por Morena-PT (58%), y PAN-PRI-PRD, (36.9%). 

En Oaxaca, el partido de Delgado alcanzó 3.8% de los votos. Ahí arrasó el morenista Salomón Jara con más de 60%, frente al 23.8% que obtuvo el candidato del PRI y alrededor del 4% que se llevó el del PAN. 

En Quintana Roo, Movimiento Ciudadano alcanzó su votación más alta durante la jornada: el 16% de las preferencias. 

Pero en aquella entidad, Mara Lezama, de Morena-PVEM-PT, se llevó 48.2% de los votos, contra el 24.1% obtenido por el PAN-PRD-CQ, y el 3.9% con que se vio favorecido el PRI. 

Por último, en Tamaulipas, MC cerró la votación con 3.6% de las preferencias. Fue el único estado en el que su voto pudo haber sido decisivo o cerrado incluso más la elección. 

Se diría que Movimiento Ciudadano jugó un papel meramente testimonial en las elecciones que se llevaron a cabo en esos estados este domingo. No fue el fiel de la balanza que muchos analistas veían en este instituto político. 

Se entiende sin embargo que es el partido que más ha crecido en los últimos años y que en unas elecciones más complejas y con mayor participación ciudadana, como serán las presidenciales de 2024, podría desempeñar un rol crucial. 

Al margen del triunfo de uno u otro partido, las elecciones de ayer dejaron claro que las coaliciones resultan exitosas, que los partidos que se unieron alcanzaron rangos mayores de votación que los que decidieron marchar solos. 

Dante Delgado sabe que tiene cuatro caminos de cara a las próximas elecciones presidenciales. 

El primero es seguir construyendo una opción política ajena a la de los viejos partidos tradicionales: marchar solo en 2023, marchar solo en 2024 y apostar a que sus cuadros más relevantes —Colosio, el más visible— adquieran un peso y una madurez que hoy no tienen, en los comicios de 2030. 

Hay un segundo camino, un segundo cálculo, que Delgado ha esbozado entre algunos de sus cercanos: aliarse con Morena en 2024, en caso de que el actual canciller Marcelo Ebrard —candidato de Movimiento Ciudadano en 2006— sea el gran elegido del presidente. 

Delgado ha vislumbrado que MC muy pronto puede convertirse en la segunda fuerza política de México. Con ese capital, sumado al de Morena, —según cree el dirigente—, la candidatura de Ebrard sería prácticamente invencible. 

La tercera vía es que Ebrard no resulte el candidato oficial. 

En esa ruta, la apuesta de Delgado sería dividir a Morena. Ofrecer al canciller la candidatura presidencial y crear, con un político conocido y experimentado, que en los últimos años ha sido el gran apagafuegos de la administración de López Obrador, el contrapeso político que, desde la izquierda, pueda vencer, incluso enterrar el lopezobradorismo. 

La última carta en la baraja de Dante Delgado consiste en llevar a MC a la alianza opositora integrada por el PAN, el PRI y el PRD, que a pesar de todos sus descalabros logró reunir en 2021 un mayor número de votos que el partido oficial. La condición de Delgado sería que se le deje elegir al candidato presidencial de la coalición. 

Estas son las cartas que hoy tiene en las manos Dante Delgado. El dirigente tiene tiempo y margen de maniobra. Tiene también una lección: las coaliciones dan votos. 

Eso se demostró ayer en Aguascalientes, Durango, Tamaulipas, Quintana Roo, Hidalgo y Oaxaca. 

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Trascendió

Que tras el triunfo a Américo Villarreal en Tamaulipas, Morena no tiene duda de que el gobernador Francisco García Cabeza de Vaca tendrá que hacer frente a la justicia en poco tiempo. Por lo pronto, la Suprema Corte de Justicia de Nación resolverá el próximo miércoles si el mandatario puede ser desaforado por el Congreso federal o solo por el local, aunque ese aspecto pasará a segundo término, pues aseguran que la FGR tiene un expediente muy amplio para ejercer orden de aprehensión contra el panista.

Que en los primeros días de abril, Mara Lezama, candidata de la coalición Juntos Haremos Historia a la gubernatura de Quintana Roo, arrancó campaña en Chetumal con la promesa de voltear al sur del estado para llevar empleo, desarrollo y seguridad; ayer, cuando los votos la favorecieron, viajó a esa misma ciudad y, en un acto simbólico frente al palacio de gobierno que ocupará, cerró este ciclo electoral y logró llevar de nuevo los reflectores a esa región de la entidad que históricamente ha sido relegada, en contraparte con la cosmopolita Cancún.

Que donde no cayó nada bien la derrota del partido guinda fue en Aguascalientes, pues 10 minutos antes de que comenzara la conferencia de prensa en la que sus voceros la declararon ganadora, la morenista Nora Ruvalcaba desistió de realizar un pronunciamiento y prefirió un mensaje virtual en redes sociales desde su casa de campaña. En tanto, la segunda comparecencia ante los medios programada por su equipo tuvo que cancelarse de plano luego de conocerse la importante ventaja de la panista  Tere Jiménez.

Que a partir de hoy los tribunales federales deberán acatar el criterio emitido por la Suprema Corte de Justicia de la Nación sobre la obligatoriedad de llevar a cabo consultas antes de otorgar concesiones mineras en regiones habitadas por comunidades indígenas. El máximo tribunal publicó seis jurisprudencias en el Semanario Judicial, es decir, criterios que deberán seguir los juzgadores en temas que involucren a comunidades originarias y empresas de este ramo. (Trascendió, Milenio, Al Frente, p. 2)

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Sacapuntas

Saldo blanco

Más allá del resultado final, lo relevante de la jornada electoral de ayer es que sólo se presentaron incidentes menores. El monitoreo por parte del gobierno federal estuvo a cargo de los secretarios de Seguridad Ciudadana y Gobernación, Rosa Icela Rodríguez y Adán Augusto López, quienes, minuto a minuto, siguieron los comicios en seis estados.

Reflexión

Análisis profundo preparan los dirigentes de PRI, PAN y PRD, Alejandro MorenoMarko Cortés y Jesús Zambrano, tras los resultados de la elección de este domingo. La reflexión pasa por determinar dónde hacer ajustes para las elecciones de 2023, pero, sobre todo, de cara a la sucesión presidencial de 2024.

Problemas aéreos

Los problemas en el Aeropuerto Benito Juárez no respetan jerarquías ni colores. Ayer, Mario Delgado fue víctima de los inconvenientes: procedente de Durango, el avión en el que viajaba no pudo aterrizar en la CDMX, por las inclemencias del tiempo, así que la aeronave se dirigió al aeropuerto de Querétaro, donde ocurrió lo mismo, hasta que llegó a la capital del país.

Mala puntería

Qué casualidad: en pleno proceso electoral, la cuenta de Twitter del INE, que encabeza Lorenzo Córdova, fue bloqueada por más de una hora. Y de acuerdo con autoridades electorales, se debió a la configuración en la fecha de creación del perfil, pero nunca estuvo en riesgo la integridad de la cuenta, y tampoco fue vulnerada, como en otras redes sociales.

Reactivan programas sociales

Desde la Secretaría del Bienestar, que encabeza Ariadna Montiel, nos hacen saber que, una vez transcurridas las elecciones, este lunes inicia el registro para los solicitantes de la Pensión por Discapacidad entre personas de los cero a los 64 años, y que, en el caso de la Ciudad de México, será universal. (El Heraldo de México, La 2, p. 2)

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Estrictamente Personal / Elecciones: la mano del narco

Las elecciones en seis estados terminarán dentro de los parámetros que señalaron de manera consistente las casas encuestadoras: cuatro victorias para Morena y dos para la alianza PAN-PRI-PRD. Nada realmente sorprendente, salvo, una vez más, la notoria mano del narco y la forma como fue actuando en el proceso. La magnitud de su participación no podrá ser analizada hasta que se conozcan los resultados municipales, pero en dos estados, Tamaulipas y Oaxaca, el crimen organizado actuó de manera abierta horas antes de que cerraran las casillas. Los resultados en esas dos entidades medirán su peso y trascendencia en función de cómo se acomoden los grupos con los nuevos gobiernos.

La forma como intervino el crimen organizado en esas entidades fue completamente diferente. En Tamaulipas, la elección más complicada de todas –incluso hasta antes de que el INE diera a conocer el conteo rápido, la alianza sostenía que estaba muy reñida–, el accionar de grupos vinculados al Cártel de Sinaloa se dio el sábado, pero bajó su intensidad el domingo. Por lo contrario, en Oaxaca se incendiaron varios municipios en el sur del estado por conflictos internos entre los grupos delincuenciales. En Tamaulipas las acciones estaban encaminadas a minar la alianza; en Oaxaca, a repartirse la victoria morena.

Los reportes de violencia comenzaron temprano. Representantes de Morena denunciaron la quema de boletas en varios municipios de la costa y de la sierra sur, que la prensa ubicó dentro de quejas por falta de apoyos tras la destrucción de Agatha. Sin embargo, de acuerdo con reportes de inteligencia, en el fondo de esos conflictos se encuentra una lucha interna entre grupos delincuenciales. Videos de esa zona a los que se tuvo acceso muestran a grupos armados aterrorizando a las comunidades y desestabilizando el proceso.

De acuerdo con la información de inteligencia recabada, desde el sábado chocaron los grupos delincuenciales en varios municipios del istmo de Tehuantepec, principalmente Ixtepec, Juchitán, Salina Cruz y Tehuantepec, al igual que en Miahuatlán, en la sierra sur, donde por la tarde algunas comunidades mixes también enfrentaron violencia. Los informes atribuyen como detonante de los enfrentamientos a Antonino Morales Toledo, exalcalde de San Blas, Atempa, dentro del municipio Tehuantepec, y que estaba fungiendo como el articulador de diferentes sectores del narcotráfico a favor de la campaña de Salomón Jara, el candidato de Morena que se perfilaba para ungirse como gobernador una vez que se realice el cómputo oficial esta semana.

Morales Toledo ha sido operador financiero de Jara durante, cuando menos, seis años, de acuerdo con antecedentes publicados por la prensa oaxaqueña, y el año pasado le bloquearon sus cuentas, al igual que a otros ediles del istmo de Tehuantepec, como parte de la Operación Agave Azul, encabezada por la DEA, para romper las redes financieras del Cártel Jalisco Nueva Generación (CJNG). Esta organización ha estado tratando de ganar terreno en el istmo y en la costa sur del estado, controlada por el Cártel de Sinaloa y sus filiales regionales.

Los dos grandes cárteles mexicanos llevan meses luchando en esa región, que adquirió un valor estratégico con la construcción del canal interoceánico, que correrá de Salina Cruz, Oaxaca, a Coatzacoalcos, Veracruz, que se convertirá en un paso muy lucrativo de drogas, principalmente al recortar el tráfico de fentanilo y precursores químicos para las metanfetaminas de la costa del Pacífico a la costa este de Norteamérica. El Cártel de Sinaloa había contenido al CJNG en el norte, obligándolo a correrse hacia la sierra y hacia el sur de Juchitán, que también controlan los sinaloenses. La idea que algunos dirigentes morenistas manejaban, de acuerdo con los reportes de inteligencia, de que podrían convivir las dos organizaciones criminales y repartirse las rutas de influencia y tráfico de drogas, chocó este fin de semana con la realidad. Operadores de Morena, dijeron fuentes de alto nivel, estaban tratando durante el domingo de restablecer la estabilidad en la región.

La participación del narcotráfico en Oaxaca fue abierta, disputándose cotos de poder a sabiendas de que la victoria electoral sería para Jara. En Tamaulipas no se registró un problema entre el crimen organizado, sino fue de confrontación con el gobierno el sábado. Observadores con amplia experiencia en procesos electorales dijeron que la intervención del gobernador Francisco Javier García Cabeza de Vaca había sido la mayor en las últimas elecciones para gobernador, pero el antídoto lo encontró en la Columna Armada Pedro J. Méndez, que nació como un grupo de autodefensa y evolucionó, como otros en distintas partes del país, en una organización criminal.

La Columna se vinculó con el Cártel del Golfo que, a su vez, estableció una alianza con la facción del Cártel de Sinaloa que controlan los hijos de Joaquín el Chapo Guzmán, para enfrentar a sus rivales, vinculados a Los Zetas y a quienes han establecido nexos con el CJNG. Inicialmente su líder, Octavio Leal Moncada, respaldó a García Cabeza de Vaca, pero en los tres últimos años se fue alejando, mientras se acercaba al gobierno federal de la mano del exsubsecretario de Gobernación Ricardo Peralta, muy cercano a su exjefa en Bucareli y actual senadora, Olga Sánchez Cordero. Leal Moncada se sumó recientemente a la campaña del candidato de Morena, Américo Villarreal.

La jornada en Tamaulipas arrancó en paz, luego de que, la víspera, los aliados al Cártel de Sinaloa amedrentaron a funcionarios panistas de casilla. Pero el domingo, al acercarse la hora del cierre de casillas, hubo violencia en los enclaves fronterizos de los cárteles, algunos de ellos incluso enfrentados. En Reynosa hubo reportes de privación de la libertad de un encuestador, luego de que lo golpearan, y robo de urnas por parte de comandos armados. Y en Matamoros, de amenazas directas contra casillas específicas, que suspendieron la votación, y camionetas repletas de hombres se apostaron amenazantes en varias secciones.

Como lo vimos en Sinaloa el año pasado, el narcotráfico se ha vuelto una variable en los procesos electorales en México. No debe ser visto como una novedad, sino como una desgracia. (Raymundo Riva Palacio, El Financiero, Nacional, Política y Sociedad, p. 13)

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Confidencial

El Financiero

Porfirio, en la ‘danza de los viejitos’

Porfirio Muñoz Ledo no se dejó de las descalificaciones en su contra por haber dicho que López Obrador tiene una alianza con el narcotráfico. Pero no le incomodó tanto que le hayan dicho “irresponsable” y “temerario”. Lo que más le molestó fue que el Presidente dijera que sus afirmaciones son producto “de su edad”. Y Porfirio reaccionó así: “El presidente López Obrador me descalifica políticamente por mi edad. ¿Dónde quedó su respeto a los adultos mayores? Se afirma en cambio que él padece envejecimiento cerebral. Que pruebe lo contrario”. Se llevan duro entre viejos compañeros de batallas.

Mundos paralelos

No cabe duda que cada proceso electoral da cuenta de la existencia de “realidades paralelas”. Por una parte, la de quienes, tan pronto cierran las casillas, corren a cantar victoria en los estados que ya tenían afianzados; donde van cerrados, también, y donde seguro perderán salen con el bonito eufemismo de “no tenemos aún información suficiente”. Y por otra parte está la “realidad real”, la que recuerda el consejero Ciro Murayama, al advertir que “nadie, absolutamente nadie puede decir con certeza a las 18:30 que ya ganó una gubernatura. Los votos apenas se están contando”. Y remata diciendo que “los actores políticos deberían tener altura, responsabilidad”.

En San Lázaro, calladitos y en campaña

Calladitos, sin hacer ruido, acusando a los demás, pero todos activos y en campaña. PRI, PAN, PRD y MC hicieron uso de los recursos humanos de sus respectivas oficinas de Comunicación Social en la Cámara de Diputados, para transmitir sus actos de campaña en los diversos estados. Su activismo fue notorio en la transmisión de videos, discursos, versiones, entrevistas en las últimas semanas, tanto en los cierres de campaña en días hábiles y hasta en la jornada final del domingo. ¡Y todo por el mismo boleto, sin horas extra!, se quejaron algunos.

Marko, de lejitos

Extraña esta alianza que decide tomar posicionamientos por separado. Aun cuando los presidentes del PRI y PRD, Alejandro Moreno y Jesús Zambrano, sí dieron un mensaje juntos en Durango, el presidente del PAN, Marko Cortés, prefirió mantenerse separado, quedarse en la CDMX y mandar a Durango en su representación a Maru Campos, góber de Chihuahua. Flaco el mensaje de unidad en la oposición. ¿O será que le dio “penita” presentarse en público junto a Alito luego de los escándalos del campechano?

Naranja solitaria

La plana mayor de Movimiento Ciudadano se reunió en el CEN del partido. Nada se movió desde las 17:30 horas, antes de que se dieran a conocer las encuestas de salida, hasta horas después, cuando el presidente del partido, Dante Delgado, salió a dar su posicionamiento. Día triste para el partido, que se reflejó en el vacío de sus oficinas centrales. Y en los estados, los candidatos naranjas a gobernador no pudieron más que presumir sus votos. El único que salió a agradecer y a decir que esperarán los resultados oficiales fue José Luis Pech, de Quintana Roo. Ni modo que salieran a cantar triunfos, ¿verdad?

‘Con la cola entre las patas’

El líder de Morena, Mario Delgado, ayer fue motivo de sorna en Durango. Según miembros de Va por México, el morenista, quien permaneció en esta entidad durante la jornada electoral, se fue antes, tan pronto se difundieron las encuestas de salida, que le daban ventaja al priista Esteban Villegas. Incluso el líder del PRD, Jesús Zambrano, dijo que Delgado “se fue como bandido, con la cola entre las patas”. ¿Será?

Insisten en desquiciar la CDMX

Los transportistas de la CDMX no quitan el dedo del renglón e insistirán en desquiciar la capital como presión para que les autoricen un incremento a la tarifa del pasaje, y que pase de 5 a 8 pesos. Integrantes de Fuerza Amplia de Transportistas harán hoy una conferencia para “desmentir” las cifras de Claudia Sheinbaum sobre apoyos que les dan y para poner fecha a su nuevo intento de desquiciar a la metrópoli.

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Contra las Cuerdas / ¿Qué celebra Alito?, ¿Su tumba política?

Desde el momento en que Mario Delgado dejó Durango para regresar a Ciudad de México y a su vez Alito salía de Hidalgo con rumbo a Durango, fue previsible que las victorias serían pírricas y las derrotas triunfantes.

Como gesto político Alito no abandonó a su candidata en Hidalgo, pero fue un consuelo en lo que ya se veía venir, no solo perdería, sino que le enviarían un mensaje, no más PRI en Hidalgo y tampoco imposiciones, las bases de los partidos también hablan y Fayad, gobernador del PRI en la entidad; también: no se dejó, solo cumplió con la tarea de no meterse.

En el PRI la práctica era imponer, pero le decían disciplina y las bases asentaban la instrucción, desde el 2018, algunas de esas bases vieron la oportunidad de ya no tener que ceder la dignidad y se fueron a Morena. El ejercicio electoral de ayer demostró un avance imparable de Morena, para un partido que se considera nuevo, no se ve cómo vayan a revertir eso para el 2024.

La pregunta es ¿Qué celebra Alito cuando va a entregar su dirigencia al paso que va con solo dos estados gobernando? Coahuila y Estado de México.

Morena ganó cuatro estados de seis y no gobernaba ninguna de las disputadas ayer. Una desgracia como organización política y una pena en su propia historia para el PRI. En ocasiones uno llega a coincidir con el Presidente: ternuritas, están extraviados, miren que celebrar así es para el recuerdo histórico.

En Morena desde el 2018 ya es costumbre que celebren victorias, pero ahí hay un error de cálculo, no es por Morena, es por el mismo Presidente que sigue teniendo un innegable efecto de convencimiento, por eso la derrota triunfante, sin ese efecto, es posible que existiera el mismo resultado, pero me detengo un momento, gana donde gobierna el PRI, eso para mí sería lo más valioso para el análisis y estudio Tamaulipas lo dejaré aparte porque fue un estado que cubrí y pude observar la caída del PAN frente a Morena, donde el tsunami guinda no había llegado en 2018.

Como tal, la tarea de los dirigentes de los partidos para el 2024 es que dejen la oficina de Polanco refrigerada, por decir, y se bajen a los estados a recorrer los municipios para que observen que las decisiones tomadas desde la mesa con café ya no funciona y que la foto y el video en redes solo les sirve a ellos para su almanaque de ego biográfico.

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UPPERCUT: Marina Vitela, candidata de Morena a la gubernatura de Durango, fue captada solicitando ayuda a la Marina para liberar a presuntos operadores electorales suyos detenidos en posesión de listas electores y dinero en efectivo en la ciudad de Lerdo previo al proceso electoral.

Los mapaches electorales son diputados de CDMX. Se trata de Octavio Rivero, de Milpa Alta, y Ricardo Janecarlo Lozano Reynoso, de la Gustavo A. Madero. Fueron pillados en la presunta compra de votos en favor de la candidata de Morena. Aún así no les alcanzó para ganar. (Alejandro Sánchez, El Heraldo de México, País, p. 9)

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Escalofriante poder de fuego

En su Constitución, Estados Unidos establece el derecho a poseer y portar armas. Ese derecho se estableció hace más de dos siglos cuando el país tenía condiciones sociales y demográficas muy distintas a lo que prevalece en el siglo XXI. Hoy, con mínimas restricciones, cualquier ciudadano puede adquirir un rifle de asalto semiautomático en un supermercado, con capacidad de disparar varias veces en un segundo.

Las consecuencias de ello se han traducido en las últimas décadas en frecuentes tragedias. En escuelas, supermercados, conciertos o en la calle, desequilibrados mentales han arrebatado la vida mujeres, niños y hombres.

El derecho constitucional a poseer armas, sumado a los índices de violencia, a los tiroteos y a una poderosa industria armamentista, ha sumido a Estados Unidos en un círculo el cual amplios sectores claman romper. Esta situación tiene a esa nación actualmente situada en un escenario trágicamente absurdo: hay más armas de fuego que habitantes.

Según datos oficiales, en 2021 la población estadounidense fue de 332 millones de personas. La Agencia de Alcohol, Tabaco, Armas de Fuego y Explosivos y la Universidad de Ginebra, Suiza, apoyada con el Small Arms Survey (Encuesta de Armas) calculan, en contraste, que existen alrededor de 390 millones de armas de fuego de todos los tipos en ese país.

Pero hay un dato que torna más estremecedora esa cifra: solo 41% de la población estadounidense posee el grueso total de las armas.

La muerte de 19 alumnos de primaria a finales del mes pasado volvió a poner el tema del control de armas en el debate nacional, pero la cruzada no es fácil debido a que la Asociación Nacional del Rifle (NRA), el mayor impulsor de las armas logra que no se realice ningún cambio a la Constitución e incluso obtiene de varios gobernadores leyes más flexibles para el uso de armamento, a fuerza de millonarios apoyos para las carreras políticas de legisladores y gobernantes.

Si se continúa poniendo al centro un derecho obsoleto, defendido a capa y espada por fuertes intereses monetarios, vinculados al poder político, Estados Unidos seguirá viendo derramar la sangre de gente inocente. (Editorial, El Universal, Opinión, p. A22)

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