Falleció a los 95 años el ingeniero químico Manuel Puebla Peralta, quien fue uno de los fundadores de dos secretarías de gobierno, cuatro carreras de la Universidad de Sonora, dos centros de investigación científica y tecnológica, una fundación académica y su propia empresa.
En 2006, cuando don Manuel cumplió 80 años, la reportera Orietta Fupen, del periódico Expreso, hizo una excelente semblanza de él:
A SUS 80 AÑOS, DON MANUEL PUEBLA PERALTA TIENE UNA VIDA COMPLETA
CON UNA VIDA PLENA
Este sonorense de pura cepa ha dado mucho al Estado y al país
Por Orietta Fupen
HERMOSILLO.-
Manuel Puebla Peralta intentó seguir el proverbio chino que dice: planta un árbol, ten un hijo y escribe un libro. Sólo que él tuvo 6 hijos, publicó sus memorias este año y además de muchas plantas, sembró su semilla en cada institución en la que laboró.
A sus 80 años, el ingeniero químico se complace en haber sido uno de los fundadores de dos secretarías de gobierno, cuatro carreras de la Universidad de Sonora, dos centros de investigación científica y tecnológica, una fundación académica y su propia empresa.
En la comodidad del comedor de su casa, don Manuel recuerda un poco de su infancia en la ciudad del sol, donde nació un 13 de julio de 1926, siendo el segundo hijo de sus padres: don Manuel Puebla Quintanar y doña María Dolores Peralta, de Magdalena de Kino.
Cuando terminó la educación preparatoria, en la primera generación de la Unison, tenía 19 años y sus aspiraciones de estudiar Química en la ‘gran capital’ se pospusieron ante la negativa de su padre por dejarlo partir solo y a tan corta edad al centro del país.
Su familia
Tomando el consejo de don Manuel, el joven Puebla se inscribió en la Escuela Normal, donde se recibió como profesor, profesión que después lo guiaría a encontrar el amor en una joven de secundaria a quien le dio clases recién egresado: era María de los Ángeles.
Con Angelita, como ahora llama amorosamente a quien después de 3 años de noviazgo se convirtió en su esposa, procreó a sus hijos: Manuel Ignacio, Luis Fernando, Mario, Alejandro, Juan Carlos y Angelita, quienes hasta ahora le han dado 22 nietos.
Tras su sueño
Pero el gis y el pizarrón no fueron suficientes para el joven que desde pequeño pasaba las tardes en su laboratorio de juguete, por lo que partió a la Ciudad de México, donde se convertiría en ingeniero químico de la Universidad Nacional Autónoma de México. Estando en el Distrito Federal lo invitaron a preparar su tesis en el Instituto Mexicano de Investigaciones Tecnológicas, donde trabajó hasta en 1952, pues se casó en 1953 y después consiguió una beca para estudiar en Estados Unidos en Colorado y Pittsburg.
Regreso a sus raíces
En el 59, don Manuel trabajaba como químico en Cuernavaca y hasta allá fue a buscarlo el ex gobernador de Sonora Luis Encinas para invitarlo a participar en su gobierno a principios de la década de los sesenta, en el que se encargaría de reformar la estructura.
“Ahí propuse crear la Dirección de Planeación y Fomento Industrial, porque no existía atención a la industria”, recuerda el ingeniero sobre los inicios de la dependencia que después evolucionaría a Secretaría de Desarrollo, proyecto que también llevó a Sinaloa.
En esa misma época dirigió el proyecto de la Escuela de Ciencias Químicas en la Unison y el Instituto de Investigaciones Económicas y Sociales, y todo por la mitad del sueldo que recibía como químico, pues de 18 mil pesos, Encinas sólo le pagaba 9 mil.
“Pero nunca me he arrepentido de eso, yo tenía uno de los mejores sueldos ejecutivos del país y en Sonora ganaba la mitad, pero fue una época muy productiva”, comenta esbozando una sonrisa, pues en ese periodo también fundó el Dictus.
Puebla Peralta fue uno de los maestros que participó en la creación de lo que ahora es el Departamento de Investigación Científica y Tecnológica de la Unison, que en sus tiempos recibía el nombre de Cictus, a mediados de la década de los sesenta.
Además, fue promotor del desarrollo de recursos humanos que requería una capital más industrializada al colaborar con la fundación de cuatro nuevas carreras en la Unison: Ingeniería Industrial, Ingeniería Química, Químico y Químico Biólogo.
Sigue el ascenso
En el 67, año en que estalló el movimiento estudiantil de la Unison y en el cual no tomó partido alguno, Puebla renunció a sus cargos con la entrada del gobernador Faustino Félix y recibió la invitación del gobernador de Sinaloa para colaborar en su proyecto. En una visita a las oficinas de Nacional Financiera en el que el mandatario sinaloense tendría una cita con el director de dicha institución, Puebla recibió un llamado para incorporarse a Nafinsa, donde sus proyectos económicos tendrían mayor impacto.
Como gerente regional de Nafinsa sólo duró un año porque Gerardo Bueno le ofreció la dirección técnica adjunta del Consejo Nacional de Ciencia y Tecnología (Conacyt) en el D.F., hasta el término del sexenio del presidente López Portillo, de quien era amigo.
El ingeniero asumió la dirección general de Productos Químicos y Vegetales Mexicanos (Proquivemex), empresa que dio gran empuje a la explotación del barbasco, planta de la cual se extrae la diosgenina, sustancia utilizada en la industria farmacéutica.
Por poquito…
En Proquivemex estuvo durante 5 años, lustro después del cual en Sonora volvían los tiempos de elecciones y entre los posibles candidato a gobernador se barajaban los nombres de 34 aspirantes, uno de ellos Manuel Puebla, entre los del grupo de confianza del Presidente. Don Lauro Ortega, asesor presidencial, había colocado bien el nombre de Puebla entre los sucesores al gobierno sonorense, pero finalmente el destape se dio en Villahermosa, Tabasco, favoreciendo a Samuel Ocaña, quien a la postre incluyó a Puebla en sus planes.
Del 79 al 85 fundó el Centro de Investigación y Desarrollo de los Recursos Naturales (Cideson), pero al entrar el gobernador Manlio Fabio Beltrones, el proyecto promotor de nuevos conocimientos científicos se desvirtuó y fusionó con el Centro Ecológico.
Los cargos políticos entonces quedaron atrás y la Universidad de Sonora le abrió las puertas, donde en 1996 le presentó al rector Jorge Luis Ibarra un proyecto en el que hasta la fecha es el director ejecutivo: la Fundación Unison, promotora Talento 21.
También se dio tiempo para explotar sus habilidades como empresario y creó Natura del Desierto, distribuidora de cosméticos de origen natural, mientras que a nivel familiar sus hijos se encargaron de colocar el ya famoso restaurant Palominos aquí y en el D.F.
En 2000 don Manuel fue consejero propietario del Consejo Estatal Electoral y la plática con los amigos lo animaron a escribir un recuento de sus memorias. Este año publicó su autobiografía: Retos y Obstáculos al Desarrollo.
Entre los momentos más significativos de su vida, don Manuel cuenta el día de su boda, la asignación presidencial para dirigir Proquivemex y el develamiento de la placa de uno de los edificios de la Universidad de Sonora, que desde 1995 lleva su nombre.
A sus 80, el funcionario, maestro, ingeniero y empresario ha tenido otros muchos proyectos e investigaciones que escapan de estas líneas, pero no así de su memoria en la que atesora cada uno de los detalles que hacen de su historia una vida extraordinaria.
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