Lunes 6 de diciembre de 2021
Universidades: el caos como método
Salvador Camarena/La Feria/ El Financiero
Al arrancar el sexenio –diciembre de 2018– surgió el primer indicio de lo que sería la relación de López Obrador con las instituciones de educación superior. En la contrarreforma educativa la bancada oficial en el Congreso jugueteó con la idea de suprimir la autonomía universitaria. El amago fue conjurado, pero la intención quedó clara: el gobierno de AMLO buscaría meterse en ese terreno.
Tras el primer amago siguieron otros: coqueteos con la idea de reducir el presupuesto universitario; morenistas que se pronunciaban a favor de modificar leyes orgánicas de algunas universidades estatales; la manifestación en la ley de que los programas de esos centros de estudio deberán ajustarse con los planes educativos de los gobiernos estatales o federal; el embate verbal del Presidente contra la UNAM y, por supuesto, la desaseada renovación del titular del CIDE. Y sólo va la primera mitad del sexenio.
Habrá quien diga que salvo lo ocurrido en el Centro de Investigación y Docencia Económicas, donde el Conacyt optó por nombrar como director a un personaje menor, atrabiliario y cuestionado, hasta ahora el gobierno ha fracasado en cada uno de esos intentos por incidir en la educación superior. Creo que ese balance constituiría no sólo un corte de caja prematuro, sino escaso de miras, uno que no advierte la verdadera intención del Presidente.
López Obrador recurre a dos métodos para hacer las cosas. En donde puede, echa a andar por sí mismo la maquinaria que hará que sus propósitos se concreten, ya sea a través de una “consulta” popular (aeropuerto de Texcoco, revocación), de una decisión administrativa que no repara en consecuencias (cancelación de compra consolidada de medicamentos, cancelación de contratos de ductos, decretos y ahora ley sobre mercado eléctrico, extinción de fideicomisos…) o de una reforma legal que incluso concita apoyo de otros partidos (creación de la Guardia Nacional).
Pero con respecto a otros campos su estrategia es provocar una turbulencia que haga que sean los propios actores quienes terminen inmersos en una dinámica que les hará enfrentarse internamente. Lo hace, por ejemplo, con el PRI, al que intenta poner contra la pared y contra sí mismo en razón a la reforma eléctrica, pero también con las universidades.
Andrés Manuel es temerario. Es decir, no muestra temor por sus actos, pero tampoco asume responsabilidad por las consecuencias de los mismos. Ejemplo: hay que tronar la corrupción del sector farmacéutico, y mantenerse en esa ruta aunque un “daño colateral” (Patricia Armendáriz dixit) sea el desabasto de medicamentos oncológicos para niños.
Con las universidades opera igual. Pretende renovar esos centros de estudios sin dotar a éstos de los recursos y apoyos que requerirían para ampliar sus matrículas, por ejemplo.
Lo que importa no es conducir un cambio, sino ser visto como el factor del cambio. Por eso no estima conveniente razonar si sus emplazamientos a que la Universidad Nacional Autónoma de México se sacuda traerán o no indeseables consecuencias. Porque lo que es crucial para López Obrador es que haya un A.L.O. y un D.L.O. Su más genuino impulso es que la República experimente en este sexenio un parteaguas, que todo mundo sepa que hay un antes y un después de su presidencia.
Así que irá sembrando crisis, o caos, donde pueda porque además esto le acarrea otros beneficios.
Al desatar vientos en centros como la UNAM o el CIDE divide a esas comunidades, las obliga a abocarse a resolver sus tensiones internas, y al ocuparse en ello les quita filo como instancias críticas que podrían dedicarse a analizar su administración.
Es el caos como método. Y en él gana AMLO.
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La batalla de la pulga
/Jesús Silva-Herzog Márquez en REFORMA
Es, en efecto, una institución muy pequeña. Jean Meyer la comparó con una pulga. Pequeña por su planta docente, por el número de sus estudiantes, por el reducido número de programas académicos que se imparten ahí. Ha sido, sin embargo, una institución ejemplar y valiosísima para México. Una referencia indispensable en la conversación nacional. Un espacio de formación académica que ha nutrido la administración pública, la diplomacia, la academia, la prensa. Un centro de investigación de altísimo nivel que ha dado luz al país en muchos ámbitos. Sin los estudios que se han hecho en el CIDE en los últimos años estaríamos más a oscuras. No tendríamos las radiografías de nuestra condición que, desde hace décadas, se han tomado ahí. Tendríamos un recuento más pobre de nuestro pasado. Ignoraríamos tramos cruciales de nuestra historia intelectual. Tendríamos menos pistas para la profesionalización periodística. Desconoceríamos la extensión de nuestra intemperie legal, los trucos de la corrupción. Habrían permanecido en la penumbra muchos abusos militares. El CIDE nos ha dado datos, nos ha aclarado ideas, nos ha ofrecido propuestas. Una pequeña y valiosísima institución académica a la que es necesario defender.
Hay que defenderla, en primer lugar, de la calumnia. No puedo agregar nada a la contundencia con la que se expresó Mauricio Merino hace unos días. Invito a que se escuchen las palabras que pronunció en la Feria del Libro, nombrando las cosas por su nombre. No puede trivializarse lo que dice el jefe del Estado Mexicano, como si fueran tonterías sin importancia. Sí, dice estupideces todo el tiempo, conceden sus defensores, pero eso no es relevante. Se equivocan. No es obsesión el detenerse en su política de difamación porque tiene consecuencias. El mensaje de Merino es un documento memorable porque confronta directamente esa arbitrariedad que comienza con el desprecio a la verdad, que pretende destruir reputaciones y que, en el fondo, aspira al sometimiento de toda voz crítica. El CIDE no es ni ha sido nunca una capilla. Ha sido un foro, un espacio abierto a la investigación y a la crítica. Es inaceptable también que se diga del CIDE (como se ha dicho también de intelectuales y de medios) que fue cómplice de la corrupción, que calló ante las corruptelas del pasado, que guardó silencio mientras el país se deshacía. Uno de los problemas del autócrata que nos gobierna es que no siente el mínimo interés por examinar sus prejuicios. Encerrado en la certeza de su maniqueísmo, no encuentra razones para abrir los ojos. Eso es, a la mitad de su administración el presidente López Obrador: un ciego que tiene prisa.
Hay que defender también al CIDE de la intervención ideológica. Esa es la misión declarada del director que se ha designado violando abiertamente la normativa de la institución. Imponiendo su imperio con desplantes autoritarios, despreciando todo canal de diálogo, insultando alumnos anuncia una purga ideológica. No camina por impulso propio. Si algo ha caracterizado la política de ciencia y tecnología de este gobierno ha sido la rabia persecutoria. Combatir a la ciencia neoliberal es limpiar a las universidades de quienes fueron infectados con ideas perversas. Todos podrían haber sido contaminados: quienes estudiaron en universidades extranjeras, quienes exploran asuntos indebidos, quienes han colaborado con empresas privadas, quienes han recibido fondos de fuera. Lo sabemos: quien no rinda homenaje permanente a las seis frases del Presidente comete pecado de neoliberalismo.
No me parece una casualidad que el gran aliado de la directora del Conacyt sea el fiscal de la República. Para limpiar a la ciencia de la contaminación neoliberal, para hacer la ciencia de la «Cuarta Transformación», hay que cortejar al policía e intimidar a los académicos. Recuerdo en un paréntesis que, hasta el momento, no se ha convocado aún al comité que debe sancionar la deshonestidad intelectual del perseguidor que forzó su ingreso al Sistema Nacional de Investigadores.
Lo que se intenta en la pulga puede intentarse pronto en el elefante, advertía Jean Meyer. Los ataques a la Universidad Nacional ya han empezado bajo la misma acusación. Por eso la batalla del CIDE no es del CIDE solamente. Su resistencia es vital para la sobrevivencia de una educación libre del adoctrinamiento oficial.
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Carrusel de efectivo
JAQUE MATE / Sergio Sarmiento en REFORMA
«Hay mal humor de los que antes mandaban y de sus voceros,
y de toda la llamada clase política, porque ya no hay corrupción». Andrés Manuel López Obrador
El 28 de diciembre de 2017 Alejandro Esquer Verdugo, secretario de Finanzas de Morena, participó en un carrusel de depósitos en efectivo en una sucursal bancaria de la Ciudad de México. Tanto él como Denis Zaharula Vasto Dobarganes, «apoyo administrativo» del partido, se formaron una y otra vez frente a un cajero de la sucursal de Banco Afirme en San Ángel para hacer depósitos en efectivo de 50 mil pesos. En tan solo 21 minutos, de las 16:26 a las 16:47, depositaron 1.4 millones de pesos para el fideicomiso Por los Demás, cuyo supuesto objetivo era apoyar a damnificados de los sismos de 2017. No fueron los únicos depósitos en efectivo para ese fideicomiso: en total se registraron 44 millones de pesos en distintas sucursales.
Los depósitos violaban la legislación de lavado de dinero, la ley electoral que impide a los partidos recibir aportaciones en efectivo y las normas financieras, ya que el fideicomiso debía usarse solo para ayudar a los damnificados. Este, sin embargo, repartió cuando menos 22.7 millones de pesos a operadores políticos, entre ellos Rodrigo Abdala DArtigues, sobrino de la «no concubina» de Manuel Bartlett, Julia Abdala. Los videos originales los divulgó Reforma en julio de 2018; este 1o. de diciembre Mexicanos Contra la Corrupción y la Impunidad identificó a Esquer y Vasto Dobarganes.
Los responsables no solo permanecen impunes, sino que han sido premiados con cargos públicos. Esquer es secretario particular del propio presidente de la República, Vasto Dobarganes titular de la Unidad de Administración y Finanzas de la Oficina de la Presidencia, y Abdala DArtigues titular de la Unidad de Planeación y Evaluación de Programas para el Desarrollo de la Secretaría del Bienestar.
El Instituto Nacional Electoral encontró a Morena responsable de financiamiento ilegal por este esquema y multó al partido con 197 millones de pesos, pero el Tribunal Electoral desechó la sanción porque consideró que «la investigación del INE no fue exhaustiva, porque no se agotó la línea de investigación». El INE notificó de las operaciones a otras autoridades, pero ni la Fepade, ni la FGR, ni el SAT, ni la Comisión Nacional Bancaria y de Valores han anunciado ninguna sanción.
No son Esquer y Vasto los únicos miembros de la 4T evidenciados manejando dinero en efectivo para pagos aparentemente ilegales. David León, exdirector de Protección Civil, ha aparecido en videos en los que entrega dinero en efectivo a dos hermanos del Presidente: 150 mil pesos a Martín López Obrador y cerca de 2 millones a Pío López Obrador. No ha habido sanción a ninguno de los tres. León ha afirmado que el dinero que le dio a Martín era un préstamo personal y el de Pío «aportaciones de ciudadanos» a la causa de Morena.
El trato es distinto para quienes no son miembros de la 4T. El exsenador panista Jorge Luis Lavalle está siendo procesado por supuestamente haber recibido dinero en efectivo del entonces director general de Pemex, Emilio Lozoya, para que los senadores panistas aprobaran la reforma energética de diciembre de 2013. Los videos de la entrega de 97 millones de pesos, empero, no lo muestran a él sino a dos funcionarios del Senado. Los panistas, por otra parte, siempre habían impulsado la reforma energética, por lo que no necesitaban sobornos para votar por ella. Pese a eso, Lavalle está en la cárcel.
No, el actual gobierno no ha erradicado la corrupción; simplemente castiga con cárcel a los sospechosos en la oposición, mientras que exonera a amigos y parientes.
·IMPOSICIÓN
Estudiantes y maestros del CIDE rechazan la imposición de José Romero Tellaeche como director por María Elena Álvarez-Buylla del Conacyt. Quienes se decían progresistas, hoy se revelan como autoritarios.
@SergioSarmiento
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Templo Mayor
EN Palacio Nacional están preocupados porque la recolección de firmas para la revocación de mandato avanza más lento que el tráfico en el Viaducto un viernes de quincena a las 6 de la tarde.
LOS ESFUERZOS de las huestes lopezobradoristas no han dado los resultados que el gran líder esperaba ya para estas alturas. Tan es así, que en el mitin de la semana pasada en el Zócalo, se instalaron vaaarias mesas recolectoras, para ver si llevándole la montaña a Mahoma finalmente daba copia de su credencial del INE.
PARA que la consulta de revocación se lleve a cabo, se requiere presentar al menos 2.8 millones de firmas de apoyo, que equivalen al 3 por ciento de la lista nominal de electores a nivel nacional. Y aunque la cifra parece fácilmente conseguible para la 4T, la realidad es que por las buenas no parece que puedan llegar.
TAL VEZ por eso los morenistas están recurriendo a tácticas no muy limpias, como la publicidad engañosa que habla de una “ratificación” o, de plano, el obligar a burócratas federales y estatales a firmar “voluntariamente”. En la Ciudad de México, por ejemplo, los trabajadores de la Secretaría de Educación tuvieron que sumarse a la petición, so pena de ser restados de la nómina.
CUENTAN que el ex senador panista Roberto Gil Zuarth nuevamente tuvo que presentarse ante la ley. El otro día lo vieron en las oficinas de la Fiscalía Especializada en Combate a la Corrupción, donde hay una denuncia en su contra.
LA AUDIENCIA fue por una investigación que lleva el área que encabeza María de la Luz Mijangos, debido a una denuncia que fue presentada en su contra por presuntos delitos cometidos durante su tiempo como funcionario público. A ver en qué acaba.
SI EL PROYECTO del magistrado electoral Indalfer Infante es broma, a nadie le hizo gracia. Y es que nomás no se entiende cómo es posible que proponga devolverle el registro al partido Fuerza por México, con el argumento de que… ¡le afectó la pandemia! Y que por eso no logró la votación necesaria.
EL ASUNTO se pone más tenebroso al ver que el dueño de FxM, el sindicalista Pedro Haces, presume ya tener de su lado el voto del depuesto José Luis Vargas, popularmente conocido como “el magistrado billetes”. Por algo será.
EL VIDEO que ayer subió Andrés Manuel López Obrador a sus redes es un buen retrato de la 4T. Se ve al Presidente y a algunos de sus colaboradores felices en un trenecito dando vueltas alrededor del Aeropuerto de Santa Lucía. El mandatario vuelve a prometer algo que no tiene cómo cumplir: un trayecto de sólo 45 minutos al AIFA. De paso promueve a Claudia Sheinbaum. Y en el asiento trasero, un complacido secretario de la Defensa Nacional. ¡Chu-chúuu! (F. Bartolomé, Reforma, p. 10)
Bajo Reserva
¿Ahora sí acusará la FGR a Lozoya?
El 3 de diciembre, Emilio Lozoya, exdirector de Petróleos Mexicanos (Pemex), cumplió un mes en prisión preventiva justificada dentro del Reclusorio Norte. Hasta el momento no hay señales de que los casos Odebrecht y Agronitrogenados, en los que Lozoya está acusado de cohecho, lavado de dinero y asociación delictuosa, se vayan a retrasar más. En consecuencia, comenzará el conteo regresivo de 15 días para que la Fiscalía General de la República (FGR) presente formal acusación contra el exfuncionario y solicite la pena que considere pertinente en su contra, que puede rebasar los 20 años de prisión.
Gertz en el Senado, pero no en el pleno
Nos recuerdan que, a las 11 horas de este lunes, el fiscal general de la República, Alejandro Gertz Manero, pisará la Cámara de Diputados, pero no para comparecer ante el pleno, ni siquiera ante comisiones, sino para reunirse con los coordinadores parlamentarios. Nos hacen ver que durante el acuerdo para que compareciera ante el pleno el titular del Instituto Nacional Electoral, los coordinadores de las bancadas de oposición exigieron que Gertz hiciera lo propio, pero hubo una negativa tajante de Morena y sus aliados. Lo que lograron negociar, nos dicen, fue el encuentro privado con el fiscal. Ya se verá si al interior de las oficinas de la Junta de Coordinación Política hacen al fiscal todas las críticas que la oposición quería hacerle en el pleno.
AMLO, con las mujeres y hombres del dinero
El jueves el presidente Andrés Manuel López Obrador asistirá, como lo hizo el año pasado, a una comida con el Consejo Mexicano de Negocios, que preside Antonio Del Valle Perochena y que agrupa a las 60 empresas de capital nacional más importantes del país. El año pasado, en ese mismo foro, el titular del Ejecutivo les compartió a las mujeres y hombres más ricos del país las tres reformas que impulsará en la segunda mitad de su mandato entre ellas las dos más polémicas, la del sector eléctrico y la de la incorporación de la Guardia Nacional, como un brazo armado de la Secretaría de la Defensa Nacional en 2023. Nos dicen que hay que estar pendientes de los anuncios que el mandatario haga en su encuentro con los empresarios, pues podrían ser importantes.
Regatean cariño a senadores de Morena
Inmediatamente después de que la Cámara de Diputados aprobó el presupuesto de egresos 2022, el presidente Andrés Manuel López Obrador recibió en Palacio Nacional a los grupos parlamentarios de Morena y a sus aliados para agradecerles su trabajo. En cambio, nos hacen ver, no se ha reunido con la bancada morenista en el Senado, a pesar de que ha sacado adelante muchos asuntos que le interesan al gobierno federal, el más reciente, el de la aprobación de la nueva integrante de la Junta de Gobierno del Banco de México, Victoria Rodríguez Ceja. ¿Será que el mandatario no quiere regalarle la foto al senador Ricardo Monreal, quien busca la candidatura de Morena a la Presidencia de la República? ¿Acaso no se presume que hay piso parejo para todos los suspirantes al 2024? (Bajo Reserva, El Universal, p. 2)
Trascendió
Que el titular de la Fiscalía General de la República, Alejandro Gertz, comparecerá este lunes a las 11 de la mañana ante la Junta de Coordinación Política de la Cámara de Diputados con motivo de la glosa del tercer Informe de gobierno, pero a diferencia de los secretarios de Estado y otros funcionarios como el presidente del Consejo General del INE, Lorenzo Córdova, el responsable del Ministerio Público federal tendrá el privilegio de hacer una presentación VIP, en privado y solo ante los líderes parlamentarios.
Que ayer el gobernador de Jalisco, Enrique Alfaro, se sumó a la lista de los que ya levantaron la mano rumbo a una posible candidatura presidencial en 2024; en entrevista con El País señaló que, si le toca jugar el rol de candidato, está “más que listo” para hacerlo.
Por cierto, el presidente Andrés Manuel López Obrador viaja hoy a Jalisco, donde el martes encabezará su conferencia matutina.
Que la televisiva no es la única “industria” colgada del tema del narco y ahora en Tijuana, cerca del cruce fronterizo, se venden por 50 dólares cuadros de Tony Montana, Pablo Escobar y Joaquín El Chapo Guzmán.
En una de las pinturas se observa al ex líder del cártel de Sinaloa con la icónica camisa que vestía al reunirse con la actriz Kate del Castillo, además de armas, droga, fajos de dólares y botellas de alcohol.
Que hoy en el Senado recibirán a la secretaria de Energía, Rocío Nahle, quien comparecerá ante la comisión del ramo; de nueva cuenta le espera un debate intenso, sobre todo por el tema de los precios de los energéticos.
Que poco a poco más países comienzan a aceptar la Sputnik, luego de que Arabia Saudita autorizó la entrada de personas vacunadas con esta fórmula a partir de enero, con lo que ya suman 101 países que aprobaron su efectividad ante el covid-19, incluyendo México. (Trascendió, Milenio, Al Frente, p.2)
Sacapuntas
Castigo ejemplar
Todo el peso de la ley se le aplicará al conductor que, en estado de ebriedad, arrolló a una docena de ciclistas peregrinos, en Tlalpan, declaró Claudia Sheinbaum. La jefa de gobierno acudió al lugar del accidente, minutos después de ocurrido, lo que deja ver que todos los días está muy al pendiente de lo que ocurre en la CDMX.
Reconocimiento
La secretaria de Seguridad y Protección Ciudadana, Rosa Icela Rodríguez, inauguró la Octava Edición de los Juegos Latinoamericanos de Policías y Bomberos México 2021, en San Luis Potosí, y reconoció a más de mil mujeres y hombres que se prepararon para competir en 30 disciplinas deportivas. Con orgullo de pertenecer a la dependencia.
Al cierre de año
El presidente de la Jucopo del Senado, Ricardo Monreal, comentó que para irse en diciembre los legisladores deben desahogar el asunto de la cannabis, la Ley de Salud y Comunicaciones, así como la modificación para prohibir los matrimonios de niñas. Aunque Monreal no da por muerta la Reforma Eléctrica, el Senado no ha recibido nada de Diputados.
Disidencia
Aunque la tendencia de la 4T es impulsar la democracia sindical, nos dicen que Alfonso Cepeda busca eternizarse en la dirigencia del Sindicato Nacional de Trabajadores de la Educación. Con lo que no cuenta es con la fuerza que está tomando la disidencia, encabezada por Ricardo Gordillo.
Freno de mano
Semana complicada le espera a Alejandro Moreno en la dirigencia nacional del PRI, debido a que el próximo fin se lleva a cabo la Asamblea Nacional del tricolor para modificar estatutos; sin embargo nos dicen que existen varios gobernadores en activo que no le dejarán manga ancha, sobre todo de cara al 2022 y, sobre todo, rumbo al 2024. (El Heraldo de México, Al Frente, p. 2)
Estrictamente Personal / El fiscal, en entredicho
El nombre de Alejandro Gertz Manero ha estado en la más alta preocupación del presidente Andrés Manuel López Obrador en la última semana. Lo sacudió y molestó sobremanera que corriera la versión de que iba a renunciar al cargo, porque, en efecto, fue algo de lo que se estaba hablando en Palacio Nacional. Se desconoce cuáles podrían haber sido las razones de la eventual renuncia del fiscal, pero generaron un cisma en la Presidencia e instrucciones para que se buscara la fuente original de lo que no era en el fondo un rumor, sino una posibilidad real. Las versiones comenzaron a circular entre la clase política el miércoles por la noche, en coincidencia con que, la víspera, la Unidad de Inteligencia Financiera solicitó información a la Comisión Nacional Bancaria y de Valores para investigar un posible lavado de dinero.
El nombre de Gertz Manero figuraba como el número nueve de una lista que envió Pablo Gómez, el nuevo jefe de la Unidad de Inteligencia Financiera, a la CNBV para localizar las cuentas bancarias de varios funcionarios y exfuncionarios, así como miembros del gobierno de López Obrador vinculados al exconsejero jurídico de la Presidencia, políticos y empresarios, mediante las cuales presuntamente hubieran realizado operaciones financieras irregulares o ilegales. La lista fue primeramente reportada el sábado por la columnista de Reforma, Peniley Ramírez, que dijo que se trataba de 79 personas.
La columnista mencionó algunos de los nombres, los más atractivos para la opinión pública o que representen algo en la coyuntura actual. Este domingo, Roberto Rock añadió en El Universal algunos nombres más de los que figuran en el listado. Una buena parte de quienes fueron incluidos, como precisó Ramírez, surgieron a la opinión pública como dueños o socios de empresas off-shore en la investigación multinacional conocida como Pandora Papers, publicada en octubre. Sin embargo, el nombre del fiscal no emergió en esa filtración masiva de millones de documentos, lo que no significa que Gertz Manero sea ajeno a movimientos financieros en paraísos fiscales.
En noviembre de 2017, su nombre surgió en una investigación llamada Paradise Papers, al revelarse que el hoy fiscal era vicepresidente de Jano Ltd., una compañía de inversiones personales en las Islas Caimán con fines fiscales. La compañía, de la cual su finado hermano Federico era presidente y el beneficiario propietario, fue cerrada en 2009. Gertz Manero siempre negó conocimiento de Jano Ltd., o que hubiera administrado la firma. Sin embargo, la sombra y la sospecha de que estuvo más que directamente involucrado en operaciones financieras para evadir impuestos, lo ha perseguido desde entonces.
La solicitud de información de la UIF a la CNBV deberá proveer información sobre todos los movimientos financieros de Gertz Manero dentro y fuera de México desde 2012. Probablemente la cuenta revelada en los Paradise Papers ya no se incluya en la investigación, pero no así otra cuenta a través de una consultora de inversiones con sede en Panamá, llamada Operadora Invictus, que se encuentra en el corazón de una agresiva ofensiva judicial de Gertz Manero en contra de la familia de su hermano, que tiene en la cárcel desde octubre de 2020 a Alejandra Cuevas, a quien acusó de homicidio por omisión de cuidados de su hermano Federico, quien murió en 2015. La señora Cuevas es hija de Laura Morán, a quien también buscó Gertz Manero meter en la cárcel. Los jueces determinaron que no había delito, pero el fiscal ha seguido litigando asuntos privados aprovechando su cargo público, y logró que la Suprema Corte de Justicia atrajera el caso.
Este conflicto ha generado múltiples choques dentro del círculo interno del presidente Andrés Manuel López Obrador, y roto alianzas que se pensaban infranqueables, con amenazas directas incluso del fiscal en contra de cercanos a Palacio Nacional que se abstuvieron de incurrir en ilegalidades para satisfacer su ira. La furia de Gertz Manero se avivó luego de que, a finales de septiembre pasado, los familiares de la señora Cuevas lo denunciaron en la UIF de haber sido directamente él quien realizó presuntos malos manejos de 7.8 millones de dólares en cuentas bancarias en paraísos fiscales.
Quien dio entrada a esa denuncia e inició la investigación fue el exjefe de la UIF, Santiago Nieto, con quien Gertz Manero mantuvo una hostilidad abierta casi desde el principio del sexenio, hasta que fue cesado por un escándalo político relacionado con su boda. El relevo de Nieto, Pablo Gómez, se encontró con las denuncias e investigaciones abiertas, donde la petición a la CNBV, se puede plantear, responde a la responsabilidad que le fue asignada. Las cosas, sin embargo, no son tan simples.
Gómez, quien todavía no ha cambiado al equipo que tenía Nieto, estuvo solicitando audiencia con el presidente López Obrador la semana pasada para pedir orientación sobre los primeros pasos que debía tomar, a fin de que siga dentro de las líneas políticas marcadas en Palacio Nacional a Nieto en contra de quienes llama sus “adversarios”. El Presidente no lo había recibido, cuando menos hasta el momento en que envió la solicitud de información a la CNBV. Tampoco hay todavía reacciones a la difusión de la lista este fin de semana, que generará fuertes marejadas por el peso de varias de las personas incluidas que han estado cercanas al Presidente, al grupo de poder, o con quienes se han venido forjando alianzas en las últimas semanas.
La crisis en Palacio comenzó el miércoles al circular la versión de la renuncia del fiscal, que inquietó y molestó al Presidente. López Obrador ordenó una investigación interna para determinar quién filtró una discusión no concluida y que se mantenía en secreto, y desató una cacería de brujas dentro de la Presidencia, para encontrar a los o las responsables de la indiscreción. El Presidente atajó el jueves las versiones de la salida del fiscal y ganó tiempo, mientras Gertz Manero, hasta ahora, no ha concretado la amenaza. Todo sigue igual, pero todo está muy diferente. (Raymundo Riva Palacio, El Financiero, p. 52)
Contra las Cuerdas / Las reservas de MC
Nunca ha dejado los hilos, ni descuidado al partido un solo día, pero Dante Delgado retomó la dirigencia nacional de Movimiento Ciudadano dejando claro que no habrá alianza con ningún partido para 2024. Va a enfrentar a Morena con sus propias reservas, como se dice en el argot futbolístico.
De esto modo, Delgado, político de la vieja guardia y de los sobrevivientes al tsunami de 2018, que desapareció del mapa electoral a los de su generación, se fue vitalizando y rodeando de nuevos cuadros que él mismo se ha dedicado a formar, y los ha acompañado a que avancen sin escándalos.
Fue el único que pudo convencer a Luis Donaldo Colosio Jr. de que se involucrara en la política, a pesar de que amigos de su padre le rogaron u ofrecieron cargos y candidaturas plurinominales en los gobiernos priistas y panistas; pero el hijo del excandidato presidencial se negó, hasta que Dante lo enamoró, políticamente hablando, y así, sin aspavientos, hoy es alcalde de Monterrey. Y sin hacer nada ostentoso ni volcar estrategias publicitarias, suena entre los presidenciables.
En el Consejo Político Nacional del llamado movimiento naranja se coreó su nombre al unísono. A diferencia del resto de los partidos tradicionales, en la lista de nuevas caras, están otros nombres que no se deben perder de vista, porque son los que van a tomar decisiones importantes del partido de cara a los siguientes procesos electorales.
Se eligió a Verónica Delgadillo como presidenta del Consejo Ciudadano Nacional, lo que la convierte en la primera mujer que, junto con Dante Delgado, va a conducir las estrategias políticas del partido. Juan Zavala, apenas entrado en los 30, fue nombrado secretario de Acuerdos de MC. Es el puesto que ocupaba Jorge Álvarez Máynez, quien ni siquiera llega a los 35 y cuya misión es atender al 100 por ciento las tareas legislativas, como jefe de la bancada en la Cámara de Diputados.
Tendrá como refuerzo a Agustín Basave Alanís, nombrado vicecoordinador nacional del grupo parlamentario del partido Movimiento Ciudadano en San Lázaro. No son los únicos, detrás de ellos hay un ejército juvenil, la mayoría recién egresados de las universidades, con estudios de maestrías y doctorados, que hacen trabajos de asesoría o estrategia políticas.
No fue en balde la visita de Porfirio Muñoz Ledo a la intimidad de MC, con motivo de un reconocimiento por su trayectoria política. Las reservas del movimiento naranja pudieron oír a un viejo lobo de mar que les dijo lo que Dante quería para sus reservas, al augurar que pese a la popularidad y el poder de convocatoria que tiene el presidente Andrés Manuel López Obrador, el actual gobierno “tenderá a desgajarse en los próximos dos años”, y muestra del “temor al vacío de poder que comienza a sentirse”, fue el acto masivo que realizó en el Zócalo capitalino.
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Uppercut: Buena noticia. El paciente cero con Ómicron evoluciona favorablemente. La variante puede ser un regalo a la inmunidad. (Alejandro Sánchez, El Heraldo de México, País, p. 10)
En México, perdimos dos ejércitos/Héctor De Mauleón
El Ejército está compuesto por 319, 080 elementos. Es decir, desde que llegó la pandemia hemos perdido el equivalente a dos ejércitos mexicanos completos
El Universal
“El control de la pandemia nos está permitiendo regresar a nuestro plan original”, dijo el presidente López Obrador el miércoles pasado ante un Zócalo lleno.
¿El control de la pandemia? López Obrador había dicho algo muy parecido en abril de 2020, cuando se avecinaba sobre México una catástrofe no vivida en más de un siglo: “Se ha podido domar la pandemia”.
Está registrado lo que ocurrió.
Ocho meses más tarde, a finales de ese año, las calles estaban llenas de caravanas fantasmales de enfermos que buscaban una cama y un ventilador, y de familias desesperadas que intentaban hallar un tanque de oxígeno.
A fines del año en que se domó la pandemia había 20 mil contagios cada 24 horas y el propio gobierno de López Obrador admitía 140 mil muertes de mexicanos por Covid-19.
Ahora, el mismo día en que el presidente aludía al “control de la pandemia”, a la Secretaría de Salud llegaban datos preocupantes sobre el aumento en el número de contagios. En solo 14 días, 21 mil 415 personas habían presentado síntomas de Covid.
Mientras el presidente celebraba en el Zócalo, llegaban a los hospitales 2 mil 842 nuevos pacientes y en la última semana morían más de 250 personas a causa de la pandemia.
Esos eran los datos ofrecidos por su gobierno.
Seis estados del norte de México presentaban altas tasas de ocupación y saturación hospitalaria, tanto en camas generales como en camas con ventilador y en unidades de cuidado intensivo.
En aquellos estados 74 unidades médicas reportaron, en camas generales, hallarse al 100% de su capacidad; 27 más notificaron encontrarse “al límite”.
Conviene repetir las cifras que contrastan con el optimismo presidencial que tantas muertes arrojó en 2020. Cifras, digamos, “para documentar” su desconcertante optimismo:
En Coahuila las unidades de cuidado intensivo están hoy al 75%. En Chihuahua al 54%, y las camas con ventilador al 40.4%.
En Baja California hay una saturación de camas generales de 49.9%; en Sonora de 43% y en Aguascalientes de 43.3% (con 53.1% de ocupación en unidades de cuidado intensivo).
Unos días antes de la concentración multitudinaria en el Zócalo, el mismo gobierno del presidente López Obrador había entregado la cifra de exceso de mortalidad en México, entre febrero de 2020 y el 8 de noviembre de 2021.
En esos meses, con relación a mediciones anteriores a la pandemia, se esperaba la muerte de 1 millón 338 mil 773 personas.
Pero no fue así.
En ese periodo se observaron 1 millón 967 mil 319 fallecimientos. El exceso de defunciones fue de 628 mil 546: 46.9% más de las esperadas. El porcentaje de exceso asociado a Covid-19 fue de 70.4%.
Hasta hace tal vez mes y medio, el promedio de muertes diarias era de 450.
Un militar de alto rango del Ejército me señaló hace unos días que un batallón está formado por 400 elementos. Digamos que en esta guerra que ya “está controlada”, perdimos dos batallones y medio diariamente en enero de 2021 y prácticamente un batallón diario a lo largo del año que siguió (365 defunciones entre junio y noviembre).
En los peores meses de 2020 perdimos de hecho el equivalente a cuatro batallones diarios. Es la guerra que el gobierno lleva meses diciendo que ha ganado.
Se dijo, desde el Zócalo, que “el control de la pandemia nos está permitiendo volver a nuestro plan original”. Pero las cifras muestran que nos están mintiendo de nuevo. No hay control alguno y para colmo se ha caído la vacunación en los días en que una nueva ola comienza a saturar los hospitales en seis estados.
Hay 628 mil 546 muertes más de las esperadas. El militar con el que hablé hace unos días dijo algo que me estremeció: en 2021, el Ejército mexicano está compuesto por 319, 080 elementos.
Es decir, desde que llegó la pandemia hemos perdido el equivalente a dos ejércitos mexicanos completos.
Llenemos el Zócalo. Hemos ganado la guerra.
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Morena en Tamaulipas: relaciones peligrosas/Salvador García Soto
El Universal
-Entre asesinatos violentos, financiamientos turbios a sus campañas y asociaciones con personajes vinculados al crimen organizado, el partido Morena y varios de sus precandidatos a la gubernatura de Tamaulipas se están moviendo “en el filo de la navaja” en un estado permeado completamente por la narcopolítica y los cárteles de la droga que en su momento se aliaron con el PRI, luego con el PAN y ahora parecen favorecer y acercarse a Morena como la opción que, según las encuestas y también las narcoencuestas, puede ganar el estado en los próximos comicios de 2022.
Si ya la ejecución del empresario Sergio Carmona Angulo —a plena luz del día y en San Pedro Garza, el pasado 22 de noviembre— había puesto al descubierto las “relaciones peligrosas” con mafias criminales y empresariales que el partido Morena ha venido construyendo en Tamaulipas, ahora aparecen nuevos “operadores políticos” que trabajan, o al menos eso dicen, para las cúpulas morenistas tanto a nivel nacional como en ese estado fronterizo, donde todavía no arrancan las próximas campañas para gobernador y sus elecciones locales ya aparecen salpicadas de violencia, financiamientos ilícitos e indicios burdos de narcopolítica.
Y es que el brutal asesinato de Carmona Angulo sacudió lo mismo a precandidatos morenistas como Américo Villarreal y Maki Ortiz, que a diputados como Erasmo González y al dirigente nacional del partido, Mario Delgado, quienes se habían acercado al empresario que financió las campañas morenistas que ganaron en Tamaulipas en los comicios de junio pasado y se aprestaba a financiar también a los candidatos del oficialismo en las próximas elecciones de 2022.
Por eso no parece casual que el mismo día y casi a la misma hora que mataban de dos tiros a Sergio Carmona, sentado en una peluquería de la Colonia del Valle, un comando armado ingresara a la residencia del polémico empresario ahí mismo San Pedro y extrajera computadoras, archivos y documentos confidenciales. Ni tampoco es casualidad que, apenas supo de la ejecución, su hermano Julio César Carmona Angulo se cruzó a los Estados Unidos donde ya se acogió, dicen fuentes cercanas, a la protección de la justicia estadunidense como testigo protegido.
Pero ahora, en el mismo Tamaulipas, surgen nuevos indicios de que la narcopolítica que domina ese estado desde hace varias décadas, también ya penetró a Morena hasta sus cúpulas no solo locales sino nacionales. En las redes sociales circula un video donde Gastón Arriaga, quien es conocido por ser el principal operador político del alcalde de Ciudad Madero, Adrián Oseguera, uno de los aspirantes también a la gubernatura y que participa en la encuesta para elegir al candidato, se le ve gritando en una fiesta donde toca un mariachi de fondo: “Y ¡arriba el Cártel del Golfo, putos!”.
En el video se ve al asesor cercanísimo de Oseguera portando una gorra con la bandera de México, lentes de diseñador y visiblemente contento grita porras al CDG mientras levanta el brazo para enfatizar su apoyo. El padre de Gastón Arriaga, también llamado Gastón Arriaga Barragán, se encuentra actualmente preso y procesado por narcotráfico en Estados Unidos, luego de que fuera detenido en agosto de 2013 en la garita de Nogales, Arizona, al intentar cruzar con un cargamento de casi 65 libras de cocaína hacia Estados Unidos. Su detención fue reportada en su momento por el CBP estadunidense que encontró 27 paquetes de cocaína ocultos detrás del faro de su auto sedan Chevrolet; en el momento de su detención Gastón Arriaga padre tenía 61 años.
Lo más delicado del video en el que este asesor morenista le grita vivas a la principal organización de narcotráfico en Tamaulipas es que el protagonista Gastón Arriaga presume por todo Tampico que él es “el coordinador de la campaña de Claudia Sheinbaum en Tamaulipas”, a donde dice haber llegado recomendado por Bertha Luján, la presidenta del Consejo Nacional de Morena, y con quien Gastón presume varias fotografías y encuentros con la señora Luján en sus redes sociales.
Por si fuera poco, en el Congreso local a Gastón Arriaga lo conocen como el “diputado 37” porque siempre le opera todos sus asuntos al coordinador de Morena en la cámara local, Armando Zertuche. Es decir, lo reconozcan o no, al partido de López se le han colado personajes no sólo impresentables por sus actitudes sino también con vínculos muy peligrosos con la delincuencia organizada. El fenómeno no es exclusivo de Tamaulipas y se presentó también en las pasadas elecciones de junio de este año en los estados del Pacífico, desde Guerrero, Michoacán, Jalisco, Nayarit, Sinaloa y Sonora, sin dejar de mencionar a las dos Baja California, en donde hay denuncias públicas, denuncias legales presentadas y evidencias de cómo los grupos del narcotráfico apoyaron a los candidatos de Morena. Eso se ve venir de nuevo en Tamaulipas, donde la violencia y el dinero ilícito ya se asomaron en las próximas elecciones.
NOTAS INDISCRETAS… Rumbo a las elecciones locales de 2022 y 2023, pero sobre todo pensando ya en la sucesión presidencial del 2024, el fin de semana Movimiento Ciudadano tomó definiciones importantes para esta fuerza política emergente que ratifica su condición de oposición, pero rechaza competir en bloque con la Alianza va Por México. El movimiento más importante fue devolverle, al menos formalmente, a Dante Delgado la Coordinación Nacional del partido, mientras que a Clemente Castañeda lo ratificaron como líder de MC en el Senado, y a Verónica Delgadillo, presidenta del Consejo Nacional. El nombramiento que también llamó la atención fue el de Juan Ignacio Zavala Gutiérrez, como secretario General de Acuerdos del partido, con lo que un descendiente de panistas de prosapia, como su padre Juan Ignacio Zavala y su tía, Margarita Zavala, toma relevancia en un partido distinto al PAN. Y muy activa y movida, convertida ya en una de las principales asesoras de Dante Delgado, se vio a la exgobernadora de Yucatán, Ivonne Ortega, quien ha encontrado en MC no sólo una nueva militancia sino una forma de reinventarse políticamente y ahora juega un papel fundamental en las estrategias políticas de su nuevo partido. Pero detrás de los nombramientos y de la pasarela de presidenciables de MC —como Enrique Alfaro, Samuel García y el gran ausente que no apareció fue Luis Donaldo Colosio Riojas— que se vio el sábado y domingo en la Cuarta Convención Nacional del partido naranja, lo que no se vio es el segundo aire que está tomando el fundador Dante Delgado que, después de haberse visto seriamente comprometido por el Covid19, regresó fortalecido y ahora dispuesto a llevar a su partido a pelear los primeros lugares de la votación nacional. Para ello, dicen, Dante que ya no aspira a nada personalmente, se ha propuesto elaborar un “Plan Nacional” para 2024 en el que está convocando a sumarse a grandes figuras de toda la geografía política, desde la izquierda a la derecha pasando por el antiguo priismo, en busca de un programa de gobierno de consenso que pueda ser abanderado lo mismo por un candidato externo de MC, por uno de su partido o incluso por un candidato unido de la oposición. Veremos si Dante logra su cometido, pero por lo pronto queda claro que regresó con todo…
El conflicto del CIDE sigue escalando y mientras el Conacyt se niega a ver y oír los reclamos de la comunidad académica y estudiantil, que piden revisar la imposición de Jorge Romero Tellaeche, las manifestaciones son cada vez más grandes y empiezan a generar cada vez más simpatías de otras universidades públicas y privadas que se solidarizan con las protestas y paros estudiantiles en el CIDE. Ayer la doctora María Elena Álvarez-Buylla, a quien se dirigen todos los reclamos, por la imposición de Tellaeche, insistió en que es “prioritario y necesario que el grupo que tomó las instalaciones del Centro de Investigación y Docencia Económicas, tanto en Aguascalientes como en la Ciudad de México, proceda a liberarlas a la brevedad”. El Conacyt se dice “dispuesto al diálogo respetuoso” pero no pone ninguna propuesta concreta sobre la mesa e insiste en validar el nombramiento del repudiado director del CIDE. Así que, conforme pasen los días y el movimiento de los alumnos y maestros del CIDE cobre fuerza, y se sumen más instituciones universitarias y académicas, más difícil y tenso se pone el ambiente… Se baten los dados. Escalera doble. Bien inicia la semana.
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El cuento del sexenio/Mauricio Merino
La gente no juzga al presidente por el éxito de su gestión sino por las emociones que despierta
El Universal
Al cumplirse la mitad de su mandato, no hay duda del amplísimo respaldo popular que mantiene el presidente López Obrador. No coincido con quienes aseguran que su popularidad es falsa o frágil ni, tampoco, con quienes sostienen que decaerá en picada cuando la gente empiece a cobrar conciencia sobre los exiguos resultados que está entregando. Por el contrario, creo que la mejor prueba de la solidez de ese respaldo es que se sostiene —y aún crece— a pesar de la evidencia sobre los múltiples fracasos de su gobierno.
La gente no está juzgando al presidente López Obrador por el éxito de su gestión sino por las emociones que despierta. Su cimiento no está en las buenas cuentas ni en la implementación de soluciones, cuanto en el abismo de la profunda asimetría social de México. Lo que potencia al presidente no son las buenas sino las malas razones: el resentimiento, la venganza y la marginación. Tiene razón cuando insiste en que no debe abandonar el discurso más extremo y radical posible, porque ahí reside el corazón de la fuerza política que le da vida.
Cada vez que anuncia la destrucción o la sumisión de otro órgano del Estado mexicano o cada vez que rompe una nueva regla constitucional y acumula más poder, la multitud aplaude porque el presidente presenta esas decisiones como una revancha histórica. Lo dijo con nitidez el 1 de diciembre: “Decían que si llovía arriba, goteaba abajo, como si la riqueza fuese permeable o contagiosa. ¡Que se vayan al carajo con ese cuento!”. El mensaje corre como el agua porque toca la emoción de quienes perciben el liderazgo del jefe del Estado como una reivindicación de clase largamente demorada. No necesitan pruebas de sus dichos: bastan las palabras, porque la huella de dolor es gigantesca.
La evidencia lo contradice, pero no importa, porque la única que necesita para persuadir a la mayor parte de la población —población, subrayo, no ciudadanos— es la que le ofrece la realidad tangible e indiscutible de la pobreza y la desigualdad. Por eso el presidente puede darse el lujo de tener siempre otros datos, pues para quienes nunca han tenido nada o casi nada —que no es lo mismo, pero es igual, diría mi clásico— lo que importa es derrotar a las élites que produjeron y se beneficiaron de esa herida que rompe a la nación. Y al mismo tiempo, su discurso justiciero (con tintes cristianos innegables) está obligado a destruir reputaciones y trayectorias personales o institucionales con el propósito de situar con claridad a los enemigos directos o indirectos de los pobres.
Algunos sabemos que el presidente miente y difama impunemente y que el respaldo popular que lo acompaña está basado en una trampa. Sabemos que su política social no está modificando las causas de la desigualdad y la pobreza sino ahondándolas, pues repartir migajas del erario mientras se desmantelan los derechos es la ruta exactamente opuesta a la construcción de una sociedad igualitaria; sabemos que las decisiones que ha venido tomando para sufragar esos programas paliativos han minado la administración pública de toda la república, en la misma medida en que se han incrementado las tareas y las facultades de las fuerzas armadas del país; sabemos que esa estrategia ya está dejando secuelas graves para la seguridad pública, social y laboral de México. Pero eso lo sabemos pocos y quienes lo sabemos, somos estigmatizados y atacados si nos atrevemos a decirlo. La mayoría, en cambio, sólo advierte la potencia retórica y política de un líder que habla por ella.
Recuerdo que durante la crisis de los 80, alguien escribió en una barda: “Señor presidente: ya no queremos realidades; queremos promesas”. Esa es la fórmula del gobierno de López Obrador: hacer promesas, sacudir las emociones y soñar despierto.
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Quédate en México/ Paola Rojas
El Universal
A partir de este lunes se va a reanudar el programa “Quédate en México”. Se trata de una política que obliga a los solicitantes de asilo en los Estados Unidos a esperar su proceso legal en territorio mexicano. Esta medida empezó a aplicarse en 2019 durante la administración de Donald Trump y generó una importante crisis en muchas de las ciudades fronterizas de nuestro país. Si bien se dio por terminada con la llegada de Biden, una decisión judicial hará que sea reinstalada.
Esta política es reprobada por la Organización Internacional de las Migraciones. Su vocero, Alberto Cabezas, me dijo contundente en entrevista que “se trata de un programa inhumano que va en contra del derecho internacional”. En la OIM trabajaron en su finalización desde febrero hasta agosto de este año. Su planteamiento es que “Quédate en México” tendría que desaparecer pronto y de manera definitiva. Ven con frustración que, luego de todo el esfuerzo, los atropellos empezarán de nuevo, y ya se preparan para apoyar a las personas que serán expulsadas desde Estados Unidos en los próximos meses.
Albergar a los solicitantes de asilo es apenas una de las muchas aristas que tiene este fenómeno. El informe sobre migraciones 2022 muestra que los dos países del mundo que más personas expulsan son India y México. Las dificultades para nuestro país son enormes. El mismo Alberto Cabezas explica que “es lugar de origen, tránsito, destino y retorno. Está en la ruta migratoria muy importante, la del corredor Mesoamérica-Norteamérica.”
Muchos de los migrantes en nuestro territorio no son extranjeros. Hay cada vez más mexicanos que se van a otros estados huyendo de la violencia o de la pobreza en sus entidades de origen. Eso también se destaca en el mencionado informe. En términos globales ha habido un importante aumento del desplazamiento interno. Hemos pasado de tener 84 millones de personas a 89 millones en esa situación. Es una cifra récord que, de acuerdo a la Organización Internacional para las Migraciones, necesita de atención humanitaria urgente.
Otro de los focos rojos está en la frontera sur. Hay en ella una creciente concentración de personas y no existen las condiciones para albergarlas. Eso genera que la tensión con las autoridades y con la población local vaya en aumento. El Instituto Nacional de Migración está adoptando medidas temporales que no representan una solución de fondo. Una de ellas consiste en trasladar a los migrantes desde Tapachula a otras ciudades. Con ello reducen la presión en esa frontera que lleva meses saturada. El problema es que solamente los dispersan. Hay ahora haitianos y centroamericanos en varios estados del país pidiendo dinero en las calles. Viven en campamentos improvisados sin trabajo y sin ningún tipo de seguridad social. Al parecer la apuesta es que las autoridades municipales se encarguen. Por lo pronto, lo que ha ocurrido es que es la gente quien los ayuda. Hay entre los migrantes niños y mujeres embarazadas. Quienes pueden, les dan unos pesos conmovidos por su vulnerabilidad. En otros casos, ha sido la sociedad civil organizada la que les ha brindado albergue y alimentación.
El pronóstico es que la migración aumentará más y más. Si ya hoy la autoridad parece rebasada, asusta pensar lo que podría ocurrir en el futuro. Es importante que se adopten medidas más eficaces con el apoyo de organizaciones internacionales. Es un tema prioritario y que requiere de atención urgente.
@PaolaRojas
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Acusan casineros extorsión de la Segob…/Enrique Aranda
De naturaleza política/Excelsior
A Jorge Herrera Caldera. Abrazo fraterno…
No acaba de tomar posesión aún de las oficinas de Juegos y Sorteos de Gobernación a las que, presume, fue llamado por su paisano Adán Augusto López Hernández, y Sergio García Pedrero comenzó ya a dar de qué hablar por la promoción de supuestos actos de extorsión en contra de propietarios de casinos a quienes, de manera directa o a través de terceros, les estarían exigiendo cantidades millonarias a cambio de “protección” de sus negocios.
Investigado por la Auditoría Superior de la Federación (ASF) por el desvío de cerca de 35 millones de pesos durante su gestión como subsecretario de Egresos del gobierno de Tabasco, en 2015, el funcionario enfrenta ahora dos procesos: uno, el procedimiento para el fincamiento de responsabilidades resarcitorias DGRRFEM/D/04/2020/14/313 por un total de 32.9 millones y otro, el DGR/B/11/2020/15/222, iniciado apenas el año pasado, por casi 200 mil pesos adicionales.
Apenas cumplir 60 días al frente de la posición en la que, inclusive, no faltan quienes afirman “no ha sido ratificado”, el tabasqueño es acusado ahora de avalar la apertura de nuevas casas de juego, contrariando con ello el ofrecimiento que en sentido contrario hiciera Andrés Manuel López Obrador y, se insiste, de extorsionar a negocios ya instalados con el ofrecimiento de garantizarles una operación sin problemas. Esta semana incluso, algunos de los presuntos afectados podrían intentar llegar a alguna de las cotidianas mañaneras para denunciarlo…
García Pedrero es el cuarto titular de la estratégica oficina en el gobierno de la 4T que asegura asumir la lucha contra la corrupción como su principal bandera. Sus antecesores, Juan Gabriel Coutiño, Luis Calvo y Alma Itzel de Lira Castillo, como él ahora, fueron implicados en diversos escándalos e incluso han sido investigados, como la última, quien fue señalada por concurrir al Hándicap de las Américas junto con todos sus colaboradores en las oficinas del exPalacio de Covián.
Habrá, pues, que estar atentos a este caso que, presumiblemente, podría involucrar no sólo a funcionarios de la (reactivada) secretaría política del régimen, sino también a personajes vinculados familiarmente al titular de la misma e, inclusive, al experredista Rutilio Escandón, gobernador actual en Chiapas.
El asunto, apueste usted, apunta a captar la atención del primer nivel del gobierno central y, seguro, a dar no poco de qué hablar…
ASTERISCOS
* Cuestión de días para que, vía la publicación de la lista de supuestos opositores bajo investigación hoy de la Unidad de Inteligencia Financiera (UIF), se evidencie el porqué del cambio de un profesional como Santiago Nieto por un “fajador rudo”, cual es Pablo Gómez, al frente de aquélla. Aparecen empresarios, políticos, artistas, deportistas y hasta líderes religiosos. Ufff…
* Ahora sí que más que revelador el que la propuesta de Presupuesto 2022 capitalino contemple gastar hasta 400 millones de pesos en promover logros e imagen del gobierno y de la cuestionada regenta Claudia Sheinbaum, mientras que para combatir la violencia contra las mujeres prevea sólo ¡120,000 pesos y 69,000 para prevenirla! Un poco de vergüenza y ma…
Veámonos el miércoles, con otro asunto De naturaleza política.
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UIF: la política o la seguridad/Jorge Fernández Menéndez
Razones/Excelsior
Mi puesto es político, no técnico, y trabajo para el Presidente, dijo una y otra vez a sus compañeros de Morena en la Cámara de Diputados el propuesto jefe de la Unidad de Inteligencia Financiera, Pablo Gómez, cada vez que se le cuestionaba respecto a su evidente falta de experiencia en el manejo de una unidad especializada como la UIF. Incluso con el protagonismo de Santiago Nieto, que conjuntaba especialización con capacidad política, ninguno de los anteriores jefes de la Unidad había dejado tan en claro cuál sería su responsabilidad al frente de la misma.
Nadie puede dudar de que Pablo Gómez es un político que, con aciertos y errores, está presente en el escenario nacional desde 1968, asumiendo en ocasiones posiciones dialoguistas y en otras bastante intolerantes, dentro y fuera de los distintos estamentos en los que se fue constituyendo la actual izquierda, desde el Partido Comunista y el PSUM, hasta el PRD y Morena. Incluso Pablo fue uno de los pocos dentro del PRD, si no me equivoco el otro fue Demetrio Sodi, que reclamó en el año 2000 la candidatura de López Obrador a la Ciudad de México, considerando que no cumplía con los requisitos legales para serlo (lo que estrictamente era verdad, aunque un acuerdo con el gobierno del presidente Zedillo le permitió entrar en una competencia donde le ganó por muy poco a Santiago Creel, en medio de la ola foxista que recorría el país, la operadora de esa elección fue Rosario Robles, pero ésa es otra historia).
También es verdad que ninguna de sus capacidades, muchas, está relacionada con el manejo de una institución financiera tan sofisticada como la UIF, salvo que se le entienda como un instrumento político y no financiero, y de seguridad.
La solicitud de información de 79 personajes de la política, la empresa, el medio artístico, incluyendo miembros del gabinete, de amigos y enemigos del presidente López Obrador, no deja de llamar la atención, primero, porque se sometió esa solicitud a todas las instituciones financieras casi inmediatamente después de que Pablo Gómez fuera ratificado en la UIF; segundo, por lo obvio, porque implica que la propia Unidad ha abierto una investigación sobre esos hombres y mujeres. Se dijo que ello tendría relación con los Papeles de Panamá y de Pandora, pero resulta que entre esos 79 que se pide que sean investigados, hay varios casos que no figuran en ninguna de esas dos grandes filtraciones, incluyendo el hecho de que aparecer en esas listas no constituye en sí mismo delito alguno, sólo que se hicieron operaciones financieras en algunos paraísos fiscales o se constituyeron fideicomisos para la compra de ciertos bienes. De ahí a solicitar todos los manejos financieros de estas personas físicas desde 10 años atrás parece haber una distancia bastante notable.
La pregunta es si constituye una decisión política (de eso no cabe duda) ordenada desde Palacio Nacional o directamente desde la UIF. No me imagino que Pablo Gómez se lanzara a una investigación de estas características sin la autorización presidencial. Tampoco llego a comprender la maniobra en curso, demasiado arriesgada para cualquier administración en su cuarto año. Pero el progresivo endurecimiento y, por ende, polarización que vive el país deviene en buena medida del que propicia el gobierno federal. La simple comparación del discurso del primero de diciembre pasado comparado con el que pronunció el propio López Obrador, también en el Zócalo, el primero de diciembre de 2018, al asumir el gobierno, es una demostración transparente de ello.
En la UIF, en este sexenio, durante la gestión de Santiago Nieto, se cayó en ocasiones en el manejo político, pero incluso en eso se fue muy cuidadoso. Y lo importante en realidad fue la forma en cómo se trabajó en temas de crimen organizado, en la mayoría de las ocasiones, en coordinación con las oficinas especializadas del Tesoro estadunidense. Si se le da a la UIF un manejo estrictamente político, nadie gana, porque lo que se pondrá en juego es la credibilidad de una institución clave en la seguridad del país.
Ómicron
Sobre la variante ómicron de covid se pueden decir muchas cosas, menos lo que dijo el subsecretario López-Gatell, de que la misma puede “ayudar a agilizar la inmunidad de rebaño”, un objetivo que planteó el ahora subsecretario desde el inicio de esta pandemia que lo llevó a cometer innumerables errores, incluyendo subestimar las medidas preventivas, el uso de cubrebocas, de pruebas masivas y hasta de las vacunas.
Ómicron no parece tan grave como algunos supusieron. Ayer el doctor Anthony Fauci, el epidemiólogo en jefe de Estados Unidos, dijo que, aunque es demasiado pronto para hacer declaraciones definitivas al respecto, “no parece que haya mucha gravedad” y que “hasta ahora las señales son alentadoras sobre la gravedad” de la variante. Pero independientemente de ello, el gobierno de Biden ha ordenado universalizar la vacunación, incluyendo la tercera dosis; ha impuesto la vacunación obligatoria en buena parte del sector público; ha autorizado las nuevas medicinas que ya se han puesto a disposición del sector sanitario; ha insistido en el uso de mascarillas y, sobre todo, en las pruebas, haciéndolas obligatorias para el ingreso a la Unión Americana. Ya hemos tenido desencuentros por el manejo de la pandemia con EU, sería absurdo volver a repetirlos.
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Jugamos a la ruleta rusa con el COVID-19/Enrique Quintana
Coordenadas/El Financiero,
Nadie sabe con certeza cuáles serán las implicaciones en México y en el mundo de la aparición de ómicron, la más reciente variante de preocupación del COVID-19.
Me equivoco. El que sí sabe perfectamente es el presidente López Obrador, que anticipándose a todos los estudios señaló que se había demostrado que las vacunas aplicadas son efectivas en contra de esta nueva variante.
El presidente va a dar por buena cualquier afirmación tranquilizadora y va a calificar de amarillista cualquier otra que levante las alarmas.
A diferencia de lo que están haciendo muchos países, aquí no pondremos ninguna restricción a los viajeros internacionales, sin importar de dónde vengan, tampoco limitaremos en absoluto la movilidad ni se impondrán restricciones adicionales a la economía.
La razón es que el presidente no quiere que se vaya a trastornar su plan económico y político, que implica que la economía y la sociedad regresen plenamente a la normalidad. Ya lo vimos al realizar sin chistar una concentración de más de 200 mil personas en el Zócalo. Un virus no iba a echar a perder la fiesta.
Personajes como López-Gatell van a llevar a los oídos del presidente todas las justificaciones a esa actitud.
Para eso ha estado allí el subsecretario y para eso sigue en su puesto, pese a la cauda de muerte que ha provocado su manejo de la pandemia.
Están prendidas todas las veladoras para que realmente la nueva variante, pese a ser más contagiosa, no genere más hospitalizaciones ni letalidad.
Ese es uno de los escenarios posibles. Pero no es el único.
Sea por ómicron o por delta, la cuarta ola está desatada a nivel internacional. El número de nuevos casos diarios (ajustado por promedios de los últimos siete días) sigue para arriba de manera persistente. El crecimiento a nivel global en la última semana fue de 8 por ciento.
Si se mantuviera ese ritmo durante diciembre, al término del mes estaríamos en niveles máximos de la pandemia hasta ahora, que se registraron en abril de este año.
En Europa ya lo están, 25 por ciento por arriba del nivel más elevado registrado previamente, el cual se había alcanzado en septiembre pasado.
En México, hasta ahora, no hemos observado un rebote. Sin embargo, resultaría sorpresivo que no ocurriera.
El número de fallecidos, lamentablemente, también ha empezado a subir a nivel global.
No hay evidencia de que la nueva variante tenga más letalidad, pero es un hecho que, si hay más contagios, afectará a los no vacunados o a los vulnerables, los cuales podrían ser más susceptibles de enfermarse seriamente y fallecer.
Los gobiernos que mejor han manejado la pandemia saben que no pueden apostar a que la nueva variante no vaya a traer más hospitalizados y fallecidos, por lo que han adoptado medidas restrictivas que proseguirán mientras no haya evidencia científica de que ómicron pueda contenerse con las vacunas que se han aplicado y que no tiene consecuencias más serias.
La diferencia entre un buen y un mal manejo de la pandemia deriva básicamente de la decisión de reducir el riesgo cuando los datos no son suficientes para tomar una decisión plenamente informada. Más aún cuando, como en el pasado, hay evidencia de que debe actuarse y no se hace por interés político.
Equivale a un médico que decide suponer el peor de los escenarios y actuar en consecuencia con su paciente, lo que contrasta con otro que piensa que tal vez la afección sea menos grave de lo que parece. Y con ello corre el riesgo de que el paciente se le enferme seriamente o muera.
Ojalá me equivoque, ojalá nos equivoquemos muchos, y que López-Gatell esta vez tenga la razón.
Es un deseo genuino que ómicron sea una falsa alarma y que, como dice el subsecretario, ayude más bien a inmunizar a la población.
Lamentablemente, los más de 600 mil muertos en exceso que llevamos hasta ahora desde que comenzó la pandemia, son un mentís dramático al juicio de López-Gatell. Se ha equivocado sistemáticamente y sus errores han costado miles de vidas.
Ha jugado con la ruleta rusa y varias veces ha perdido, pero no su vida sino la de otros.
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Uso de Razón / Futurismo en EU golpea a Kamala Harris
MIAMI, FL.- Por lo visto no sólo en México el verbo más socorrido en política es “madrugar”. Aquí también.
Y hay malas noticias para la vicepresidenta: al primer aguacero, mostró que tiene la piel muy delgada.
Kamala Harris y Donald Trump van en primer lugar de las preferencias en sus partidos para obtener la candidatura presidencial en 2024.
Antes de que se den las cruciales elecciones legislativas (en noviembre), en los medios ya comienzan a aparecer encuestas y artículos sobre las candidaturas a la presidencia, las posibilidades de cada quien, e invariablemente arrancan con la muletilla: “es demasiado pronto para hablar del 2024, pero…”.
La candidatura a la reelección de Joseph Biden está en duda, pues el día de los comicios tendría 81 años, y poco después de tomar posesión cumpliría 82.
Se ha tomado con cierto escepticismo la versión de la vocera de la Casa Blanca, Jen Psaki, en el sentido de que Biden “tiene la intención de postularse en 2024″.
En una encuesta de The Hill/Harris X, Kamala Harris encabeza las preferencias de los demócratas con el 13 por ciento, seguida de la exprimera dama Michelle Obama, con 10 por ciento.
Tiempo atrás Michelle Obama dijo que no pretendía una candidatura, por lo que las miradas se dirigen hacia la vicepresidenta. También los ataques.
Donald Trump anunciará su decisión una vez que se efectúen las elecciones intermedias, aunque ya es casi un hecho.
El Día de Acción de Gracias envió un mensaje: “Un momento muy interesante en nuestro país, pero no se preocupen, volveremos a ser geniales”.
Sería un error afirmar desde ahora que Trump volvería sin despeinarse a la Casa Blanca, pues las elecciones las van a decidir la economía y la pandemia.
Además, Trump es el rey en el voto republicano, pero no le alcanza: necesita a la mayoría de los independientes, y no los tiene.
Fox News, la cadena trumpista por excelencia, insiste en que Kamala Harris es un fracaso, y por momentos se ocupa más de ella que de Biden.
Señala en un reportaje de la semana pasada que “una lista creciente de empleados de Harris está renunciando en medio del caos interno y las cifras desastrosas de las encuestas… las salidas son fuego bajo la jefa de personal de la vicepresidenta (que lucha para) mantener a flote el barco que se hunde”.
En efecto, una alta funcionaria de la Vicepresidencia, Ashley Etienne, renunció el jueves a su cargo. Ella fue en dos ocasiones jefa de staff de Nancy Pelosi, y funcionaria con Barack Obama en la Casa Blanca.
Kamala tiene malos índices de aprobación, más bajos que los de Biden, pues la sitúan en un 28 por ciento de aceptación.
CNN, a quien nadie podrá señalar de trumpista, publicó hace una semana un artículo demoledor: Exasperación y disfunción: el frustrante comienzo de Kamala Harris.
George Sthepanopoulos, de ABC News, le preguntó a bocajarro si se sentía relegada o desperdiciada por Biden. Ella se rio:
-No, no lo creo-, dijo la vicepresidenta.
Su vocera y asesora Symone Sanders respondió que “algunos en los medios se centran en los chismes, no en los resultados que el presidente y la vicepresidenta han entregado”.
Pero el fin de semana surgió otra novedad: Sanders también renunció y se va en enero.
La portavoz de la Casa Blanca, Jen Psaki, salió al quite con un mensaje en redes sociales que sin duda le pidieron difundir:
“Para cualquiera que necesite escucharlo, la @VP no sólo es socia vital para @Potus, sino una líder audaz que ha asumido los desafíos clave que enfrenta el país, desde el derecho al voto hasta causas fundamentales como migración y la expansión de la banda ancha”.
Al primer aguacero, Kamala Harris mostró tener la piel demasiado sensible, y poca capacidad para controlar daños. (Pablo Hiriart, El Financiero, p. 40)
Máscaras desgastadas
Desdén. Eso es lo que hay detrás de muchas decisiones de este gobierno. Se trata de una constante negación a la apertura de ideas, al diálogo, pero, sobre todo, a los datos duros. Aquel Presidente que por años buscó el poder con obsesión, sin importar las fisuras y divisiones al interior de los partidos que abanderó, nunca concibió maneras democráticas y transparentes una vez llegado al cargo.
Para el Presidente, la mejor manera de ejercer el poder es con base en dedazos y decretos. Sus informes de gobierno no son una rendición de cuentas a la ciudadanía, sino un discurso político vacío que se comienza a desgastar.
De esta manera, López Obrador no habla de datos ni metas alcanzadas (porque no hay), tampoco se habla de presupuestos o contratos amañados. Desvía la atención de la corrupción y los conflictos de interés que manchan a funcionarios de su gobierno en todos los niveles y dependencias.
Es un viejo autoritarismo ya conocido y practicado también en su momento por todos los partidos. El fantasma que en casi un cuarto de este siglo no nos hemos podido sacudir, a pesar de tres cambios de gobierno y una democracia más sólida.
Por tanto, la opacidad es a la corrupción lo que el autoritarismo a la ineficiencia: el Presidente tiene mucho qué esconder y poco qué presumir. Le incomoda que los ciudadanos tengan acceso a los contratos adjudicados directamente a miembros del Ejército y familiares. Su primera reacción es encubrir y no perseguir.
Preocupado por la erosión de sus “máscaras”. Los llamados decretazos ya no se perciben como una muestra de la fuerza del Presidente, sino como un signo de su desesperación creciente y su poca tolerancia al escrutinio público. Ningún programa federal insignia de Andrés Manuel pasaría el filtro anti-corrupción con la más sencilla auditoría.
El síntoma más fehaciente de su desgaste se refleja en su necedad por realizar su reciente evento multitudinario en el Zócalo capitalino, en plena alerta sanitaria por el descubrimiento de la cepa hiper-mutada de COVID-19, Ómicron. Eso importó muy poco. Era necesario demostrar fuerza, alimentar el ego de López Obrador y dar la imagen de que sigue siendo cercano a las personas.
En realidad produce el efecto contrario: la movilización artificial de personas que todos sabemos que ocurrió, no sólo daña la investidura presidencial, sino que, además, denota a un Andrés Manuel cada vez más aislado en sus propias ideas y en un diálogo es esquizofrénico.
¿Cómo se puede ser cercano en el discurso si con las acciones demuestra lo contrario? El Presidente no se ha solidarizado con ningún sector de la sociedad civil que le dio su voto de confianza en 2018.
Dejó a merced a las víctimas de la violencia, a las mujeres desaparecidas, a los médicos que luchan contra el COVID-19 sin equipamiento, a los niños con cáncer, a los 10 millones más de pobres que hay en su sexenio. A los pueblos originarios, a los migrantes. La lista sigue creciendo de manera dramática.
¿En qué momento la sociedad mexicana dejará de caer en la trampa de las constantes polarizaciones del Presidente y comenzará a exigir resultados claros? Los ciudadanos votaron por un cambio, uno que se planteó desde la izquierda que dice abanderar el Presidente.
La clase media, la que dio la victoria electoral a Andrés Manuel —y no su base de seguidores más radicalizada— quiere políticas públicas más efectivas y menos polémicas infructuosas cada mañana. Menos decretos y más transparencia. Menos encubrimientos y más justicia. (Georgina Trujillo, El Heraldo de México, Editorial, p. 16)
No eran ‘borregos’ los que llenaron el Zócalo
Enrique Quintana/El Financiero
El 1 de diciembre, como en los tiempos de López Obrador, el candidato, el presidente de la República convocó a más de 200 mil personas al Zócalo de la Ciudad de México.
El motivo formal fue un presunto informe de los primeros tres años de su gestión. El motivo real fue probar su capacidad para seguir movilizando a sus seguidores a tres años de estar en el gobierno.
Tras este mitin, muchos críticos señalaron que se pudo concentrar a tal cantidad de personas básicamente por el acarreo y por las dádivas que se han ofrecido a través de los programas sociales.
Incluso, los más radicales de los críticos señalaron que los que acudieron son una bola de ignorantes y manipulados cuando no les endilgan incluso insultos.
La realidad es que López Obrador sigue siendo el político con mayor capacidad para movilizar a la gente que existe hoy en el país así como el que tiene mayor ascendencia sobre la gente
.Con motivo de los tres años de gobierno se publicaron diversas encuestas que dan cuenta de el nivel de aprobación o de aceptación del presidente. La mayor parte de ellas registraron un avance.
El sitio agregador de encuestas, Oraculus, promedió en 65 por ciento la aprobación y en 31 por ciento el rechazo.
La crisis económica más profunda en 90 años y la crisis sanitaria más grave de que se tenga memoria, además de los graves problemas de seguridad en el país, no significaron una pérdida en el respaldo de López Obrador.
Pretender que movilizaciones como la que se realizó esta semana en el Zócalo son solo obra de la coerción o de las dádivas, es no entender la dinámica política que se vive en México.
Por mucho tiempo se ha discutido y analizado el motivo por el cual a pesar de los malos indicadores de desempeño, el presidente López Obrador sigue manteniendo este nivel de aceptación.
No hay una razón única sino una conjunción de ellas: por un lado está la identificación de la mayoría de la gente con López Obrador y su estilo personal; además de la creación de una muy exitosa narrativa que logra convencer a una gran cantidad de personas a través de la comunicación política articulada sobre todo, en las conferencias mañaneras.
Y también cuenta en su éxito la falta de voces opositoras que puedan ser atractivas a la ciudadanía.
Quizás pueda usted sumar algunos otros ingredientes pero me parece que los anteriores resumen la razón de la popularidad presidencial.
No hay la certeza, sin embargo, de que estos factores que han permitido la aceptación del presidente puedan continuar de manera indefinida.
Hay dos elementos que pueden alterar ese respaldo.
Por un lado, es de esperarse que en la medida que avance el sexenio se acentúen las diferencias entre los aspirantes a suceder a AMLO. Eso generará fisuras, o incluso pudieran aparecer fracturas, en el grupo en el poder que podrían erosionar el nivel de apoyo.
También es factible que al paso de los meses surjan voces que aspiren a competir por la Presidencia de la República desde fuera del grupo en el poder y fragmenten la atención pública, lo que seguramente va a traducirse en una caída del apoyo a AMLO, dueño de todo el terreno en este momento.
Quizás perdure la identificación de la ciudadanía con el Presidente a partir de una comunicación política que se extenderá por todo el sexenio.
Pero, eso podría ya no ser suficiente.
Si la oposición, como lo hemos escrito en este espacio desde hace ya muchos meses, no produce pronto uno o un conjunto de personajes que se posicionen como competidores en la agenda pública, entonces le dará una ventaja prácticamente inalcanzable a Morena y a su movimiento.
El temor de no aparecer para no exponerse a ataques desde el gobierno puede acabar con las posibilidades de tener candidatos verdaderamente competitivos.
Y del otro lado, si el proceso sucesorio se resolviera sin fracturas al interior del grupo en el poder, AMLO podría cerrar su sexenio sin merma en su popularidad.
El escenario opuesto, el de voces opositoras potentes y la aparición de litigios internos que resquebrajan la unidad de Morena y sus aliados, pueden dar lugar a una competencia política más intensa en el camino a 2024.
En pocos meses veremos hacia dónde sopla el viento.
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Zurdos
TOLVANERA / Roberto Zamarripa en REFORMA
El mitin del Zócalo, encabezado por el presidente de la República, resultó en un punto de quiebre y de definición. Andrés Manuel López Obrador les dijo a los suyos que es un pecado correrse al centro, quedar bien con todos.
Y pidió definirse como políticos de izquierda. «Ser de izquierda es anclarnos en nuestros ideales y principios, no desdibujarnos, no zigzaguear. Si somos auténticos, si hablamos con la verdad y nos pronunciamos por los pobres y por la justicia, mantendremos identidad y ello puede significar simpatía, no solo de los de abajo, sino también de la gente lúcida y humana de clase media y alta, y con eso basta para enfrentar a las fuerzas conservadoras, a los reaccionarios», expresó.
El implante de la diada. Izquierda y derecha. Una cosa es hacerlo desde la oposición y otra trazarlo desde el gobierno. El empuje de López Obrador apunta hacia la sucesión presidencial, hacia la definición con los opositores, hacia el trazo de una raya.
En la lectura clásica de Norberto Bobbio (Derecha e izquierda), se actualiza esa distinción política. Los de izquierda, por ejemplo, dan mayor importancia en su ética y acción a las formas de atenuar la desigualdad social; los de derecha asumen que las desigualdades son fatales y no serán eliminadas.
Bobbio dice que izquierda y derecha «indican programas contrapuestos respecto a muchos problemas cuya solución pertenece habitualmente a la acción política, contrastes no solo de ideas, sino también de intereses y de valoraciones sobre la dirección que habría que dar a la sociedad, contrastes que existen en toda sociedad, y que no parece que vayan a desaparecer».
Asume que también hay una izquierda «que tiende a considerar el centro como una derecha camuflada, o de una derecha que tiende a considerar el mismo centro como la cobertura de una izquierda que no quiere declararse como tal».
Y en esas andamos. La discusión política se ha movido hacia la pertinencia de la radicalización o la moderación de la izquierda. No a la toma del centro ni hacia la validez de un gobierno de derecha.
Este fin de semana el PRD realizó su 18 Congreso Nacional donde estableció una crítica, tardía pero necesaria, a su trayectoria política. Su presidente, Jesús Zambrano, reconoció la pérdida de rumbo del partido aunque defendió que desde su seno nacieron las iniciativas de programas sociales de apoyo a los pobres.
El PRD decidió emprender una redefinición y añadir a su postulación de izquierda el reclamarse como socialdemócrata con acciones de promoción de la distribución justa de la riqueza, y una economía social integrada y sostenible.
Movimiento Ciudadano cambió de presidente. Nombró a Clemente Castañeda, un político que se declara socialdemócrata, como su coordinador parlamentario y a Dante Delgado, un viejo lobo de mar surgido del priismo, como presidente nacional.
En su pequeña pero sólida fuerza, MC se presenta ahora como el partido que cuenta con figuras emblemáticas que tienen la posibilidad de contrastar con los líderes morenistas. No necesariamente de izquierda. Ni Samuel García ni Luis Donaldo Colosio lo parecen. Acaso Enrique Alfaro, el gobernador de Jalisco. Pero su definición política ha sido no aliarse con la derecha partidista rumbo a 2024 y defender un proyecto singular.
En la ecuación el PAN está ausente. Difícilmente encarará un recorrido hacia un «centro» que le haría perder adhesiones de quienes exigen un contraste frontal con el gobierno de López Obrador. El PAN acumula derrotas electorales, políticas y culturales. Las sucesivas aprobaciones de la despenalización del aborto, por ejemplo, representan uno de los golpes más severos.
Puede irrumpir una corriente o un personaje de la derecha extremista que suponga la disrupción en este acomodamiento político. Pero por lo pronto el debate fue colocado en el escenario de la radicalización o moderación de la izquierda. Incluso las manifestaciones de académicos y estudiantes en defensa de la democracia e institucionalidad de sus centros de enseñanza están permeadas de ello.
robertozamarripa2017@gmail.com
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Slimfest
Por el bien de Andrés Manuel López Obrador, primero los ricos.
Denise Dresser en REFORMA
Por el bien de Andrés Manuel López Obrador, primero los ricos. Por el futuro político del Presidente y su partido, primero mantener contentos a los que siempre ganan. Para las pequeñas y medianas empresas hay palo y persecución fiscal. Para las clases medias, mentadas de madre. Sin embargo, para los privilegiados en el pináculo de la pirámide social, ni el asomo de una reforma fiscal. Ni una sola mención al clamor que recorre el mundo, exigiendo le cobren impuestos a los más ricos: «Tax the rich». Aquí persiste el apapacho de siempre y como botón -o botín de muestra- está la ofrenda que el gobierno está a punto de otorgarle al ingeniero Slim. Lo que lleva años demandando y ninguna autoridad previa se había atrevido a proporcionarle: acceso a la televisión de paga. Acceso al triple play. Acceso a una nueva fuente de poder y riqueza, en un país donde ambos ya están concentrados en manos del plutócrata preferido de la 4T.
Consentido por Carlos Salinas de Gortari, cuando le vende Telmex y convierte un monopolio público en un monopolio privado. Protegido de la competencia real durante décadas, lo cual le permite extraer rentas y lo convierte en uno de los hombres más ricos del planeta. Obligado a aceptar la entrada de nuevos jugadores con reformas a la Ley Federal de Telecomunicaciones en 2013, lo cual produjo precios más bajos para todos, empezando por los más pobres. Una crónica de consumidores expoliados, regulación incipiente, esfuerzos tímidos de contención y gobiernos débiles o cómplices. Una historia de avances lentos y con Carlos Slim siempre en contra, siempre obstaculizando, siempre saboteando, siempre ignorando o viendo cómo saltarse los términos de la concesión que el gobierno le dio en 1991. Y ese documento contiene una cláusula muy específica: se le impedirá a Telmex ingresar al mercado de la televisión, para evitar su dominancia en otros ámbitos. Presidentes previos se coludieron con Slim o le proporcionaron protección regulatoria. Pero ninguno, desde Salinas, había prometido darle tanto: empoderarlo aún más. Enriquecerlo aún más.
Ahora, el Presidente que prometió separar el poder político del poder económico, decide reforzar el nudo que los mantiene atados. En una decisión que el Instituto Federal de Telecomunicaciones, después de haber recibido el beneplácito del Presidente, piensa anunciar próximamente. Después de peticiones postergadas o rechazadas, y en un revire inexplicable, el órgano regulador anuncia que Claro Video -una empresa de Slim- podrá ofrecer televisión de paga, porque no se le aplica la restricción prevista para Telmex. Como si Claro Video no formara parte del imperio Slim; como si estuviera desvinculada de Telmex y de América Móvil. O ingenuos o presionados o capturados, los miembros del Ifetel ponen en riesgo lo que la regulación había logrado en los últimos años: reducir la participación de mercado de banda ancha en manos de Slim de 70 a 45 por ciento. Contener al monopolista y obligarlo a competir. Darle opciones al consumidor y reducir precios que habían sido históricamente altos. Incrementar la inversión en un mercado concentrado por un solo hombre y su empresa. Todo ello benefició a 49 millones de personas que se pudieron conectar al internet dado que los precios disminuyeron y la cobertura creció. Todo ello en riesgo.
Porque el Presidente quiere congraciarse con su amigo en lo que resta del sexenio, y de cara a la sucesión presidencial. AMLO desdeña la inversión, se burla del imperativo de la competencia, y cree que la regulación es un resabio tóxico del neoliberalismo. En vez de promover una regulación robusta y autónoma, nos regresa a la era de la regulación capturada por el Poder Ejecutivo, para él, para sus cuates. ¿Y quién pagará el precio del obsequio a Carlos Slim? El pueblo bueno, obligado a pagar más por las alianzas políticas del Presidente.
Habrá quienes justifiquen este revés, apelando a un nacionalismo mal entendido: mejor que nos expolie Slim con la venia del Presidente, a que nos expolien empresas extranjeras. Cuando la lógica ciudadana y gubernamental debería converger, para ponerle fin a la expoliación. Para ponerle un alto a la extracción de rentas. Para impedir que oligarcas como Slim abusen de su posición predominante. Pero en lugar de ello, López Obrador arma el Slimfest, y le da permiso al ingeniero para que vuelva a exprimirnos como naranjas.
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