23 de noviembre de 2024

Columnas POLÍTICAS

DOMINGO 7 de agosto de 2022

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El incómodo empresario consentido de la 4T

Los contratos que benefician a José Miguel Bejos, que suman ya 50 mil millones de pesos, desmienten la supuesta ruptura con el expresidente Enrique Peña Nieto, reavivan causas judiciales nunca aclaradas y atraen inquietud en el gobierno de Estados Unidos.

Roberto Rock L. / El Universal

El éxito del imperio empresarial encabezado por José Miguel Bejos en la administración López Obrador no podría ser más incómodo. Los contratos que lo benefician, que suman ya 50 mil millones de pesos, con Pemex, el Tren Maya y Banobras, desmienten la supuesta ruptura con el expresidente Enrique Peña Nieto, reavivan causas judiciales nunca aclaradas y atraen inquietud en el gobierno de Estados Unidos.

El trato privilegiado en favor del clan fundado por Jesús Alfredo Miguel Afif desde el corazón del priismo mexiquense, permitió a su heredero directo, José Miguel Bejos, una estrecha amistad con Peña Nieto —camaradas inseparables en el golf, junto con Emilio Gamboa y el compadre presidencial Luis Miranda.

Una casa de la familia Miguel Bejos, ubicada en Virreyes 1130, una exclusiva zona capitalina, fue el cuartel de campaña de Peña, en cuyo sexenio se otorgaron a sus amigos y aliados contratos públicos por 19 mil millones de pesos. El actual gobierno ha aumentado ya esa cifra en 150%.

Quienes han estudiado la historia de este emporio nutrido por el erario federal lo explican como la mezcolanza entre el poder político y el económico, un fenómeno que ha merecido denostaciones del presidente López Obrador, lo mismo que la práctica de otorgar las llamadas Asociaciones Público-Privadas (APPs), obras con fondos de empresas privadas, que luego cobran cuotas por dilatados lapsos.

Sin embargo, documentos en poder de este espacio demuestran que Banobras, a cargo del político priista y exsenador Jorge Mendoza Garza, contrató una APP apenas el pasado 16 de junio con la compañía Mota-Engil, que preside José Miguel Bejos. Un contrato multianual para el mantenimiento, rehabilitación y operación de las autopistas Jala-Compostela-Las Varas y Tepic-Compostela, en Nayarit. El monto es el más alto de los registros de CompraNet en 2022: 12,417 millones de pesos.

En octubre de 2019, Mota-Engil destacó en los escándalos por denuncias contra empresas “factureras” reveladas por la Unidad de Inteligencia Financiera, entonces a cargo de Santiago Nieto. Años antes el consorcio familiar había sido objeto de imputaciones de fraude, incumplimiento de contratos y otros ilícitos contra instancias federales como Pemex, SAT e IMSS, además de la filial de arrendamientos del “Bank of America”.

Todo ello no obstó para que se le permitiera participar en la construcción del Tren Maya. La constructora Mota-Engil México, constituida en 2010 como una alianza de la familia Miguel Bejos con la trasnacional portuguesa Mota-Engil, lidera el consorcio que construye el primer tramo del Tren Maya (Palenque-Escárcega). Se le adjudicó un contrato para el Tramo 1, por 15,538 millones de pesos. Además, hace unas semanas firmó otro contrato por 4,023 millones de pesos vía adjudicación directa para participar en la construcción del Tramo 2 (Escárcega-Calkiní). No lo hace sola, sino en alianza con la compañía China Communications Construction, propiedad mayoritaria del gobierno chino, colocado en ruta de colisión con la administración Biden.

La participación de esta compañía en una obra emblemática del gobierno mexicano obliga a recordar la abrupta cancelación en mayo de 2018 del tren rápido México-Querétaro, luego de quejas del gobierno Obama. Había sido asignado a la también paraestatal China Raillway Construction, asociada con empresarios ligados al régimen priista, como Juan Armando Hinojosa e Hipólito Gerard.

Las virtudes que la 4T encuentra en las empresas de la familia Miguel Bejos se traducen en que son las principales contratistas de Pemex, que dirige Octavio Romero. Sus filiales han recibido contratos de la petrolera durante el presente sexenio por más de 17 mil millones de pesos. Se trata de firmas nuevecitas, creadas entre noviembre de 2018 y agosto de 2019, de la mano con el nacimiento del gobierno López Obrador.

rockroberto@gmail.com

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A Morena se le cayó el sistema/Rosario Robles

López Obrador se ha pasado denunciando fraudes electorales, pero le parece aceptable que al interior de Morena seden malas prácticas

El Universal, 7/08/2022;

No. No me refiero a la caída de Compranet, lo que es un escándalo. Tampoco a la de la página de la Secretaría de Economía, cuyo objetivo es la opacidad para proteger a los dueños de la mina, en cuyo pozo quedaron atrapados 10 mineros. Se trata de la elección de los consejeros de Morena, espectáculo del cual se enteró todo el país, por más que lo quieran minimizar o distraernos como siempre, con otros temas. Acarreo, toma de casillas, compra de votos, urnas quemadas, amenazas contra beneficiarios de programas sociales, todo eso caracterizó la jornada del pasado fin de semana, poniendo en entredicho el carácter democrático de ese partido y los supuestos principios que pretende defender.

El asunto fue tan grotesco que hasta el propio presidente tuvo que declarar que eran mínimas las irregularidades. ¿Qué tanto es tantito? Se preguntaría uno cuando se trata de un partido que viene de la tradición de luchar contra el fraude electoral y de un presidente que denunció sistemáticamente cualquier tipo de fraude en los procesos electorales. Desde luego, Morena no es propiamente un partido. Es una coalición de intereses que depende de la voluntad o de la decisión de una persona. Por eso, en lugar de rendir cuentas y trabajar para la gente, el objetivo de sus líderes es quedar bien con el que manda. Y si él dice que fue un proceso democrático pues no hay discusión.

Ya no me remito al fraude electoral de 1988 si el responsable de la caída del sistema (Manuel Bartlett) está sentado a la derecha del señor. Para ellos eso no forma parte de su historia, olvidándose que de ahí abrevaron. Pero es demasiado pedirle a un dirigente como Mario Delgado que no estuvo ni vivió ese momento histórico. Sin embargo, muchos morenistas vienen del PRD que luchó siempre por el sufragio efectivo, pero que también cometió prácticas inaceptables durante la elección de sus dirigentes. Solo la elección de AMLO como presidente de ese partido estuvo exenta de confrontaciones por lo contundente de la votación. En todos los demás hubo conflicto. Recuerdo que en la elección en la que gané la presidencia, ese día la diferencia era de dos a uno. Pero las irregularidades que se cometieron fueron disminuyendo la diferencia a lo largo de los días y fue tan desaseado lo que pasó en varios estados que señalé que no podría tomar protesta porque sería traicionar los principios del PRD. Al final el asunto se resolvió nombrando una comisión que investigara toda esta situación, encabezada por el impecable Samuel del Villar.

Todo esto lo traigo a colación por los genes que tiene Morena, al que hay que sumar la más rancia cultura priista de muchos de sus miembros. Todo esto, más la pelea anticipada por la candidatura presidencial dio como resultado una elección manchada por estas irregularidades. El problema, además, es la incongruencia. López Obrador se ha pasado toda su historia política denunciando fraudes electorales (los que a él supuestamente le han cometido). Desde los éxodos por la democracia hasta la toma de la Avenida Reforma, causando con ello perjuicios y daños económicos. Pero le parece aceptable que al interior de su organización se den estas prácticas. Es capaz incluso —lo vimos en la revocación del mandato— de justificar esos atropellos en la elección de 2024. Esto es lo grave. El presidente minimiza lo injustificable.

Pero más allá de Morena y sus evidentes problemas, el asunto que interesa destacar es el relacionado con la oposición. Hay quien propone que se defina un candidato o candidata única por la vía de las elecciones primarias las que, a juzgar por la experiencia, serían un grave error. Se entiende la legitimidad que puede dar un proceso de esta naturaleza, pero los riesgos son enormes y la tentación de intervenir por parte del Gobierno estaría presente para que salga el candidato o candidata que más le convenga. La elección llevada a cabo por Morena es una muestra de lo que puede suceder. Hay otros procedimientos, como una encuesta llevada a cabo por personas de indiscutible calidad moral, para elegir al encargado de dar la batalla. No confundamos el método con el verdadero objetivo: Rescatar a México.

Política mexicana y feminista

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El problema de los iluminados

Enrique Krauze

Los líderes redentoristas, narcisos enamorados de su autoproclamada belleza moral, no se hacen responsables de las consecuencias de sus actos. Esta verdad de hierro fue el tema de «La política como vocación», célebre conferencia que impartió Max Weber en enero de 1919 en Múnich. Su llamado resuena en nuestro tiempo.*

 Las circunstancias eran dramáticas. Alemania había perdido la guerra. En medio de la crisis económica y el desaliento social, cundía la polarización ideológica: el rencor nacionalista apelaba a los mitos germánicos, el mesianismo revolucionario buscaba emular el reciente triunfo bolchevique.

Weber hablaba a un público compuesto por jóvenes anarquistas y comunistas, todos de buena fe. Uno de ellos, el dramaturgo Ernst Toller, dejó un testimonio significativo:

 Es a Max Weber a quien la juventud de ese tiempo volteaba a ver, atraída profundamente por su honestidad intelectual. Weber detestaba el romanticismo político […] el orden prusiano, basado en la distinción de clase, debía desaparecer, junto con el poder de la burocracia. Debíamos abrir paso a un gobierno parlamentario, con control democrático. 

Weber estaba defendiendo la naciente y frágil república alemana, pero los jóvenes no valoraban su mensaje. «Nuestra preocupación -escribió Toller- iba más allá de los pecados del káiser o la reforma electoral. Queríamos crear un mundo nuevo, confiábamos en transformar el orden existente para cambiar el corazón de los hombres». E interpeló al maestro: «Muéstrenos el camino. Hemos esperado suficiente».

Pero el maestro no tenía profecías que ofrecerles. Lo que podía transmitir era la esencia de su pensamiento político, fruto de una obra sociológica que abarcó todas las culturas y civilizaciones.

Su premisa consistía en reconocer «la urdimbre trágica en que se asienta la trama de todo quehacer humano y especialmente el quehacer político». A partir de ella, definía la política como «el rudo y lento taladrar de tablas duras» que, justamente por serlo, reclamaba en el político cualidades muy precisas. Una de ellas, sin duda, era la entrega apasionada a una causa, pero Weber aconsejaba orientarla con la mesura, la prudencia. El equilibrio era difícil, porque contra ambas conspiraba la vanidad, típica de los demagogos: «no hay deformación más perniciosa […] que el baladronear de poder…».

Los jóvenes esperaban que bendijera moralmente sus afanes revolucionarios, pero Weber, fiel a su vocación científica, los descorazonó. Entre la ética y la política existía una tensión inevitable:

Quien busca la salvación de su alma y la de los demás que no lo haga por el camino de la política cuyas tareas, que son muy otras, solo pueden ser cumplidas mediante la fuerza…

Weber sostenía la imposibilidad de sustentar la acción política en la ética absoluta del Evangelio y dedicó el dramático final de su conferencia a elucidar esa idea. Pero, en términos prácticos, planteó a sus escuchas dos posibilidades: actuar bajo la «ética de la convicción» o bajo la «ética de la responsabilidad».

Si bien no ignoraba el cínico pragmatismo que podía enmascarar al político aparentemente «responsable», aconsejaba adoptar la «ética de la responsabilidad», es decir, la preocupación constante que debía mostrar el político por los resultados de sus acciones. Esa preocupación no existía en quienes practicaban la «ética de la convicción». Para esos iluminados -advirtió Weber- el sublime fin justifica todos los medios, y si los medios conducen a resultados distintos o contrarios a los esperados, el revolucionario jamás asume su responsabilidad. En última instancia «responsabilizará al mundo, a la estupidez de los hombres o a la voluntad de Dios, que así los hizo».

Su llamado no caló. Meses después, los jóvenes idealistas instauraron una caótica y fugaz República Soviética cuyos resultados, trágicamente, desprestigiaron al socialismo alemán y alentaron a sus criminales adversarios -racistas fanáticos, brutales militaristas, antisemitas irreductibles- a tomar el poder y reprimirlos con furia indescriptible. Lenin alentaba a los primeros; Hitler -presente en Múnich- se aprestaba a encabezar la marcha incontenible de los segundos, que al final prevalecerían.

Max Weber moriría un año más tarde, a los 56 años, víctima de la influenza española y consciente de que Alemania, incapaz de un liderazgo democrático y responsable, entraba en «la helada noche polar de oscuridad y pesar» que había temido y profetizado.

* En Max Weber, El político y el científico, Alianza Editorial, 1967.

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 La realidad disminuida

Mario Vargas LLosa 

El País

Antes de la Segunda Guerra Mundial, la capital del Imperio Austrohúngaro, Viena, era una de las capitales más interesantes de Europa. Tanto desde el punto de vista de las artes plásticas como de las creaciones científicas universitarias, era una de las ciudades más creativas del viejo continente. Solamente en el campo económico, para nombrar uno, sus pensadores habían asumido un liberalismo radical, que defendía los postulados libertarios, llevándolo a un extremo radical y sin concesiones. Y en otros dominios, en Viena misma, había nacido un poco al margen de la publicidad, por explícito deseo de sus miembros, la Asociación Psicoanalítica Vienesa (que luego pasó a llamarse Asociación Psicoanalítica Internacional), que tendría un desarrollo polémico y discutible, a la vez que ganaba ciudades y países de manera relativamente clandestina. Los miembros de esta asociación en los años siguientes persistieron, empezando por su líder, el doctor Sigmund Freud, que acababa de realizar su viejo sueño, ser miembro docente en la Universidad en la que había estudiado, gracias a dos padrinos poderosos: Hermann Nothnagel y Richard Von Krafft-Ebing, quienes lo propusieron como profesor extraordinario, algo con lo que aquel había soñado siempre.

La realidad disminuidaAhora bien, en tanto que desde el punto de vista oficial Viena florecía de manera genuina, desde el punto de vista popular, la influencia del nazismo vecino, sobre todo en el odio manifiesto a los judíos, causaba verdaderos estragos y permitía a los oportunistas acaparar posiciones que tenían cada día más afinidad con el orden político.

No cabe duda de que se trata de un fenómeno interesante. A la vez que en la calle cada vez se hacía más presente el prejuicio nazi contra los judíos, en la ciudad misma, un grupo de científicos del más alto nivel discutía sobre una dimensión nueva de la vida que hasta entonces no parecía tener la repercusión que tendría en los próximos años; un orden nuevo, representado por el inconsciente, que escapaba a todo el universo vital representado por todo lo conocido hasta entonces: un orden hecho de sueños reprimidos y fantasías de sueños inconfesables y verdades antojadizas; es decir, la realidad de ese inconsciente siempre inesperado, que creaba una distancia radical entre la cultura oficial y un grupo casi clandestino de médicos que reivindicaban, como una realidad central de la vida individual y como hechos indiscutibles de la experiencia humana, teorías y realidades de difícil comprobación.

Aunque los hechos culturales tengan siempre un origen relativo, no es arbitrario decir que el fenómeno psicoanalítico nació en Viena, de donde era oriundo el primer presidente de la asociación que lo propugnaba, y donde, aunque no fueran de esa tierra la mayoría de miembros de aquella asociación, es evidente que aquella realidad o irrealidad representada por el inconsciente surgió al mismo tiempo que una sociedad concreta estaba a punto de ceder políticamente a una doctrina fanática y elemental hecha de prejuicios y falsificaciones de largo origen, la misma sociedad en que las artes y ciencias habían prosperado extraordinariamente gracias a una política oficial abierta y que ofrecía una oportunidad a las voces e inventos nuevos.

Aunque hasta ahora haya científicos que ponen en duda su existencia, sigue siendo su naturaleza algo devastador que implica una realidad que no existe. En todo caso, aquella frustración ha dejado de existir y, de hecho, su vigencia relativa forma parte ya de nuestras vivencias. Se diría que quienes menos lo notaban en el pasado se resignan a aceptar su evidencia aunque, en el fondo, duden de ella.

Lo cierto es que, aunque nacido pese a la incomprensión de muchos científicos, el “inconsciente” está allí, junto a nosotros, y buena parte de los ensayos más audaces de nuestro tiempo lo autorizan y suponen. La realidad ha ido justificándolo y dándole una verdad, aunque todavía muchos científicos se nieguen a darle su sentido, siempre que lo tenga, sea mucho, poco o nada. ¿Tuvo que ver su impreciso nacimiento con esa condición de realidad a medias que es la suya? Seguramente, pero eso es un tema difícil y tanto, que muchos se niegan todavía a tocarlo.

En todo caso, el hecho es que, nacido en un momento difícil y controvertido, todavía existe sólo a medias, como una referencia, sin que su existencia convenza a muchos, como la noche o el día, y esté sólo aceptada a medias cuando no haya más remedio y en casos siempre extremos como una verdad que se impone de manera excepcional y siempre escurridiza. Su aceptación será siempre llamativa, como si en ello jugara un papel importante el hecho de que naciera en circunstancias discutibles, en un grupo que no acaba nunca de ser aceptado por todo el mundo, ya que aquel grupo se dividió e incluso desapareció, aunque dejara muchas huellas de su célebre existencia.

¿Quién cree hoy en día que el inconsciente sea la secreta materia de que están hechos los seres humanos, que esa sea su realidad primera? Pocas personas, aunque buena parte de la ciencia se subordine a ella y encuentre en ella su última justificación. ¿Tiene que ver en ello su destino más íntimo? El hecho de que naciera en Viena en un momento en que estaba llamado a desaparecer, barrido por un acontecimiento en el que toda verdad científica era abolida por una realidad fanática y excluyente condenada a morir al cabo de pocos años. Otra verdad menos visible se impondría seguramente en su reemplazado. Si el “inconsciente” hubiera nacido en Inglaterra o en Francia, no habría tantas dudas como el hecho de que naciera en Viena. Su existencia está condicionada por el lugar de su mismo nacimiento.

La verdad es que, pese a todo, nadie se atreve a negarlo abiertamente. El escepticismo que lo hostiga no suele dar la cara, pues hay demasiados casos en que se justifica. En todo caso está ahí, detrás de muchos aspectos de la vida que lo delatan o suponen, aunque en otros aspectos plantee su existencia una duda integral, ya que no es tan evidente como lo son las estrellas o las piedras, es decir, una cualidad en la que otras realidades se imponen. Su verdad es oblicua y se avecina a la verdad de manera indirecta como si dependiera de pronto, asida a otras realidades de la cual fuera parte integrante. El “inconsciente” es así una realidad de la que cabe siempre dudar, como si su remoto origen formara parte de ella y su condición fuera siempre precaria.

Y, sin embargo, la verdad es que sin ella la libertad de los seres humanos sería menos posible. Lo extraordinario que hay en ella es que no está en ninguna otra parte. ¿Somos eso que significa siempre indeterminación? Sin duda, es posible, y lo es también que sea su nacimiento, en circunstancias tan difíciles, lo que disimula su condición abierta y libre, en tanto que alrededor de ella se daban todos los excesos de la barbarie, una cualidad que Europa, negándose a sí misma, admiraba que tuviera padrinos de tan alto nivel. La realidad del “inconsciente” es esa verdad que no es segura, y que, sin embargo, estará allí siempre para recurrir a ella en última instancia, cuando ya no quepa otra existencia que la suya.

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Cambio en Colombia: la Casa de Nariño tiene un nuevo inquilino

MARCELO EBRARD CASAUBON

Milenio, 

“Yo no soy un hombre. Soy un Pueblo y el Pueblo es mayor que sus dirigentes”

Jorge Eliécer Gaitán

El 7 de agosto asume Gustavo Petro como presidente de Colombia. No será un simple traspaso de la banda presidencial, sino el inicio de una era que Colombia no ha conocido. El pasado 19 de junio, en segunda vuelta electoral, el pueblo colombiano eligió por primera vez en su historia a un presidente de izquierda.

Gustavo Petro, candidato por el Pacto Histórico, se impuso en las urnas. La ciudadanía colombiana habló y su voluntad se escuchó fuerte y claro. Fue así como triunfó la larga lucha para iniciar, en Colombia, los cambios de la ola progresista que hoy tiene en sus manos el destino de América Latina y el Caribe.

Es así como la “marea rosa” llega a Colombia. Las protestas sociales que se vivieron en 2019 y 2020 sin duda impulsaron este giro a la izquierda, allanando el camino para un gobierno centrado en su gente, particularmente en aquellos sectores que se encuentran más desprotegidos. Es este el espacio en el que coinciden los gobiernos representados por el presidente Andrés Manuel López Obrador y por Gustavo Petro. Estamos seguros que se inaugurará un diálogo cercano y fructífero en beneficio de nuestras sociedades.

Petro —luchador incansable, portador de valores socialdemócratas, con quien coincidí cuando ambos fuimos alcaldes de las capitales de nuestros países— se erige como un líder que, frente a las necesidades más apremiantes de su pueblo, buscará cambiar el destino de un país de 50 millones de habitantes. Al igual que México, Colombia es una nación con una riqueza cultural milenaria, pero que sufre de inequidades. El modelo económico se encuentra agotado y el nuevo gobierno se ha comprometido a revertir el daño mediante un cambio social profundo.

No hay duda que, con la llegada de Petro —un apasionado de la lectura, con alma revolucionaria desde sus primeros años de estudiante— se abre un período de esperanza para el pueblo colombiano. El cambio ya es visible con la inclusión de la diversidad. Todos los rincones sociales de Colombia han sido incluidos en el próximo gobierno. Por otro lado, la próxima reanudación de relaciones con Venezuela tendrá sus primeros efectos positivos en las comunidades que habitan en ambos lados de la frontera.

México y Colombia —naciones multiculturales, poseedoras de costumbres y tradiciones ancestrales— conmemoraron en 2021 el Bicentenario de la amistad entre ambos y comparten el interés en continuar la consolidación de uno de los procesos de integración más innovadores —la Alianza del Pacífico—. También coinciden en la importancia de fortalecer los lazos culturales, lo que ha quedado demostrado con la apertura de cuatro sedes del Fondo de Cultura Económica en Bogotá y Medellín. Asimismo, los fuertes vínculos entre los dos Estados, se evidencian con la conectividad aérea, cuyo número de frecuencias directas se ha incrementado notablemente y que posicionan a Colombia como el país con más frecuencias aéreas directas entre México y un país Latinoamericano.

México observará con respeto el reinicio del proceso de Paz que se desarrolla en este país, teniendo la certeza de que contribuirá a la consolidación de un país más justo y próspero. Renovaremos alianzas y trabajaremos mano a mano para hacer de la región de América Latina, un espacio verdaderamente integrado y en el que los líderes de cada una de sus naciones impulsen nuevos modelos de desarrollo que privilegien a las personas por sobre todos los intereses.

Como corolario: la toma de posesión del nuevo gobierno de Petro ocurre 74 años después del famoso “Bogotazo”. El 9 de abril de 1948, el candidato a la presidencia Jorge Eliécer Gaytán fue asesinado. Esa bala cambió el curso de la historia de Colombia. Se cerraron las puertas a la transformación social; se abrieron las puertas de la violencia y, posteriormente, al conflicto armado. Finalmente, lo que no se obtuvo en el conflicto armado, se alcanzó con el voto.

México desea el mayor de los éxitos al gobierno que encabezará Gustavo Petro y refrenda su amistad y solidaridad con la República de Colombia.

Marcelo Ebrard Casaubón, secretario de Relaciones Exteriores

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Colombia, realidad y promesa

Manuel Lucena Giraldo

 ABC, Domingo, 07/Ago/2022 

En una nación como Colombia, acostumbrada a una supuesta austeridad republicana, los preparativos de la toma de posesión presidencial de Gustavo Petro Urrego han producido un sonoro debate. Se rumorea que la fiesta –allí dirían rumba– de investidura podría costar más de un millón de euros; sus partidarios recortan la cifra a la mitad. Aunque lo organicen al modo de una fiesta populista con apenas –dicen– 100.000 asistentes, semejante ostentación envía un mensaje preocupante. El peso colombiano ha sido en los últimos meses una de las monedas más devaluadas y, con Petro elegido, el riesgo del país aumentó, a pesar de los esfuerzos de restauración de la confianza realizados. Incluido el nombramiento como ministro de Economía del eminente académico José Antonio Ocampo.

La pérdida de valor de la divisa nacional respecto al dólar y el euro se sitúa sobre el 20 por ciento el último semestre, debido a una combinación de factores globales y locales. Es una sincronía negativa, rara en un país cuyo manejo macroeconómico ha sido impecable y hasta anticíclico. Cuando el mundo iba mal, Colombia podía ir bien, y viceversa. Aislamiento, prudencia, profesionalidad impecable de los gestores del Banco de la República evitaron grandes auges y especulaciones. También peligros inflacionarios y aventurerismos fiscales. Todo ello puede cambiar ahora, o ha cambiado ya. No tanto por el gobierno de turno como por el impacto de la globalización y sus desafíos.

Colombia dejó de estar aislada, y pretender entenderla a partir del realismo mágico y sus fantasías seudopolíticas utópicas de caciques y oligarcas constituye un camino al desastre. En este sentido, la observación de los elementos simbólicos y mandatarios presentes (en el caso español, S.M. el Rey Felipe VI) en la toma de posesión presidencial equivaldrá a un diagnóstico de situación.

Frente a las irrefrenables tendencias caudillistas de los alrededores, la solidez institucional colombiana ha mostrado las virtudes del equilibrio de poderes, independencia judicial y respeto a la economía de mercado. Resuenan, como aviso para navegantes, las palabras de Simón Bolívar en 1830: «Quien sirve a una revolución, ara en el mar». Su espada, que se conserva tras haber sido robada en 1974 por el grupo guerrillero al que perteneció Petro, el M-19, ‘presidirá’ hoy la toma de posesión. Éstas encierran una historia tan apasionante como las proclamaciones y juras de las monarquías europeas. Constituyen el rito de paso político por antonomasia, pues marcan tanto un primer escenario de las negociaciones, como un programa postelectoral.

Terminado el tiempo de las promesas, se supone, vendrá el de las realizaciones. La transición entre administraciones presidenciales puede distar mucho de una cordial bienvenida. En 2002, los narcoterroristas comunistas de las FARC lanzaron 14 proyectiles contra el recinto del Congreso, asesinaron a 17 personas y dejaron 67 heridos. Todo ello ocurrió tres minutos después de que el electo presidente Álvaro Uribe pronunciara su discurso de investidura. Hace justo veinte años, Colombia comenzó un periodo determinado por su doble mandato, volcado en la recuperación del orden y la seguridad democrática. Uribe representó, más allá de las múltiples caricaturas que se hicieron y siguen haciendo de él, un nacionalismo popular de origen antioqueño, ajeno a la tradición del centralismo bogotano y el sistema de partidos regido desde la capital. Tras el golpe representado por el narcoterrorismo y los ‘años de plomo’ de Pablo Escobar, en Medellín sabían que las políticas transaccionales, incapaces de garantizar el Estado de derecho, conducían al Estado fallido. Quizá no es tan casual el pobre resultado de Petro (24,03 por ciento de votos en primera vuelta, apenas un tercio en la definitiva) en la segunda ciudad de Colombia, emporio de riqueza y poder.

Tras Uribe, vino el doble mandato del liberal Juan Manuel Santos, que fue su ministro de Defensa. En justa alternativa, nunca mejor dicho, representó lo contrario a su predecesor y expresó otra potente vertiente política colombiana, la de una tecnocracia de tintes jacobinos, muy capaz pero muy despistada, señalaron eminentes analistas, alejada de las regiones y falta de pulso local. Hay mucha Colombia fuera de Bogotá. El insólito ‘despiste’ constituido por la derrota gubernamental en 2016, en el plebiscito del llamado ‘proceso de paz’ de La Habana, con sectores de la fragmentada guerrilla fariana, determinó la necesidad de una gestión de crisis que remontara el ‘parón en los planes’. Lo peor del último lustro de esperanzas baldías ha sido la escasa reducción de las hectáreas sembradas de matas de coca (143.000 hectáreas en 2020, un 7 por cinto menos, según la ONU), compatible además con un aumento del 8 por ciento en la producción de cocaína, «por la mejora de la productividad y las tecnologías».

La extensión por las fronteras del país de las siniestras milicias del clan del Golfo (de México), en perfecta coordinación con sus agentes, sicarios, abogados y banqueros, en Venezuela, México, España y el resto de Europa, es el resultado de este nuevo auge de la coca y su estela delincuencial. Otro dato terrible de las últimas semanas con el que se encuentra Petro es el llamado ‘plan pistola’, la guerra renovada de estos narcos ‘venidos de fuera’ y asentados tranquilamente durante el ‘proceso de paz’, contra el Estado colombiano. Decenas de policías y militares han sido asesinados por sus sicarios. Como bien sabemos en España, tras un uniforme siempre hay un símbolo. El escudo colombiano porta el lema «libertad y orden». Sin este no puede existir la primera.

La tradición política, que ha unido libertad y orden en Colombia, se ha plasmado en constituciones de larga vigencia. Entre 1886 y 1991 rigió la misma, caso insólito regional y hasta global. La actual supone una síntesis modernizadora de múltiples influencias y ha acompañado las poderosas tendencias reformistas de la sociedad colombiana, sin que los aventurerismos revolucionarios hayan causado catástrofes tan evidentes como la de Venezuela. Los analistas del país, llamados ‘colombianistas’, se dividen en este momento entre quienes presumen que la tradición de estabilidad institucional colombiana está asegurada y quienes temen, por el contrario, una deriva radical. Petro, que tras dejar atrás la guerrilla del M-19 ha desempeñado toda clase de magistraturas, incluso fue alcalde de Bogotá entre 2012 y 2015, no pasaría para estos académicos optimistas de ser un reformista templado. Está rodeado, sin embargo, de personajes poco recomendables, incluida una ‘nomenklatura’ de independentistas catalanes que lo tienen convencido de que en el ‘Estado español’ tenemos un ‘problema de opresión’ con ‘el pueblo catalán’. Los pesimistas temen, en cambio, que haya un desbordamiento de las expectativas (prometer en campaña sale gratis y Petro ha prometido mucho) y las brechas incalificables, de pobreza, acceso a la salud y la educación, derecho a la vida y seguridad personal, esta última tan demandada en las veredas perdidas de los departamentos colombianos, no logren cerrarse. Solo podemos desear lo mejor, pues España y Colombia no solo son naciones hermanas. También son interdependientes.

Manuel Lucena Giraldo es director de la Cátedra del Español y la Hispanidad de las universidades de la Comunidad de Madrid.

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Templo Mayor

EN ESTA bonita mañana de domingo, tome su taza de café, acomódese en su sillón favorito y póngale lupa a lo que está pasando en Jalisco, donde estalló un mega fraude inmobiliario. Podría haber miles de víctimas estafadas y el principal sospechoso ¡se suicidó!

EL DESPACHO de abogados AJP, que encabezaba Luis Oswaldo Espinoza, se dedicó varios años a explotar el viejo truco de los grandes fraudes: ofrecer jugosas ganancias, demasiado buenas para ser verdad. Hubo quienes aportaron los ahorros de toda su vida, otros que vendieron sus casas para entrarle y, claro, también algunos millonarios que cayeron redonditos. Entre los defraudados hay políticos, actores y varios futbolistas.

LAS PROTESTAS de los inversionistas llegaron hasta el gobierno de Enrique Alfaro. Finalmente ayer hubo un operativo de la Fiscalía jalisciense y ahí, supuestamente, Luis Oswaldo Espinoza se pegó un tiro. Dejó un video en el que reconoció que estaba quebrado, que todos los inmuebles en los que invirtió los hipotecó y que no tenía manera de salir del broncón.

ESTE escándalo apenas comienza y, sin duda, salpica al gobierno federal por omisión o ineptitud de Hacienda, la Comisión Bancaria y de Valores, la UIF y, obvio, el SAT.

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EL SENADOR morenista José Narro Céspedes sigue sin poder dar una explicación clara sobre la desaparición de dos elementos de la Marina en la que está involucrado. Varias veces el legislador intentó negar su relación con el asunto, pero hace unos días terminó reconociendo que sí estuvo con ellos.

NO HA querido decir qué pasó con los dos marinos, Óscar Manuel González y Victoriano Rodríguez, que porque existe una carpeta de investigación. ¡Como si Narro fuera fiscal! Los hechos son que ambos militares le fueron asignados como escolta -de manera indebida- por la alcaldesa de Acapulco. Según cuentan, Narro le pidió guaruras para que lo acompañaran de regreso a la CDMX, luego de que ella le dio ¡2 millones de pesos! para su campaña para ser presidente del Senado.

APENAS hasta ahora el senador admitió que sí se reunió con los marinos, cuyo paradero sigue siendo un misterio. Quienes saben del asunto dicen que esto le podría costar a José Narro la presidencia de la Mesa Directiva que tanto anhela.

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YA SE SUPO que algunos porristas, perdón, periodistas de la 4T cobran varios miles de pesos por hacer preguntas por encargo en la Mañanera. Quienes les pagan pueden ser empresarios, políticos, líderes sindicales y todos aquellos interesados en que su asunto llegue al horario estelar de la política nacional. Resulta curioso que el principal foro de AMLO se haya convertido en un foco de corrupción en sus propias narices. ¿A poco nunca se dio cuenta el Presidente? Es pregunta sin costo. (F. Bartolomé, Reforma, Opinión, p. 8)

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Bajo Reserva

Fallas en la camioneta de AMLO, ¿por austeridad?

Vaya que el equipo de Ayudantía y conductores de la camioneta del presidente Andrés Manuel López Obrador sudaron frío este fin de semana. Nos detallan que en su visita a Calpulalpan, Tlaxcala, a la camioneta que utiliza el Ejecutivo federal cuando sale a sus giras por los estados le tuvieron que pasar corriente porque, minutos antes de que saliera de inaugurar la sede del Banco del Bienestar en esa comunidad, se quedó sin carga. De forma rápida, una de las camionetas del convoy presidencial se usó para pasar carga a la camioneta presidencial, claro, mientras su equipo de Ayudantía sudaba ante la inminente llegada del Presidente, quien tenía que regresar a la Ciudad de México. Para su fortuna, todo fue rápido y el Mandatario regresó sin problema a Palacio Nacional. Sin embargo, nos aseguran que este no es el último desperfecto que ha tenido la camioneta presidencial. ¿Será que la llegada de la pobreza franciscana ya pasó factura tan rápido en Presidencia?

Se siguen dando hasta con la cubeta en Morena

Que dice el antes priista y ahora morenista Alejandro Rojas Díaz-Durán que de los 553 centros de votación en los que emitieron su sufragio miembros y simpatizantes de Morena para elegir coordinadores distritales de Morena, en 407 se cometieron chanchullos por acarreo y manipulación del voto. Tan es así, que don Alejandro, quien trabaja para el senador Ricardo Monreal, impulsa 477 impugnaciones, tanto en la Comisión Nacional de Honestidad y Justicia del partido guinda, como en el Tribunal Electoral del Poder Judicial de la Federación. Y acusa a líder nacional de esa fuerza partidista, Mario Delgado, antes cercano a ese grupo, que también lo fue al canciller Marcelo Ebrard, de querer acallar las voces críticas que existen dentro del partido. Después de esa jornada electoral tan comentada en todo el país, los morenistas se siguen dando hasta con la cubeta. La batalla, nos comentan, no se detendrá, y la comisión interna que supuestamente cuida los principios fundamentales del partido, de no mentir, no robar, no traicionar, tendrá chamba para rato. Lo más probable, nos hacen ver, es que la mayor parte de las quejas y acusaciones lleguen hasta el tribunal. La cosa es ver si sus sentencias serán respetadas.

Vía libre para extorsiones a migrantes en Coahuila

Quienes parecen tener vía libre para extorsionar, maltratar, golpear e incluso robar son los integrantes de la tan presumida como institución modelo por el gobernador de Coahuila, Miguel Riquelme, la Policía Estatal. Resulta que en todas las carreteras que confluyen a la frontera con Estados Unidos han instalado retenes que, por la forma de operar, no se sabe si son de policías o de los delincuentes. EL UNIVERSAL presenció en uno de estos retenes, en la vía Monclova a Sabinas, la forma en que despojaron con violencia de su escaso dinero a tres familias de hondureños. Los uniformados incluso amenazaron a los periodistas que transitaban por esa carretera. A pesar de repetidos testimonios y denuncias, parece que el mandatario estatal priista ni se inmuta. ¿Hay cancha libre para la delincuencia uniformada? (Bajo Reserva, El Universal, la dos, p. 2)

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Sacapuntas

Buenrostro elimina trabas 

Un paso más para eliminar la tramitología a importaciones y exportaciones dio la jefa del SAT, Raquel Buenrostro. Solicitó al titular de la Agencia Nacional de Aduanas, Horacio Duarte, suspender el “Aviso de cruce”, al que, desde el 1 de agosto, obligan a los involucrados en el comercio exterior. Ello, dice el SAT, “genera incertidumbre jurídica a los importadores, exportadores, agentes aduanales, transportistas, apoderados aduanales y cualquier usuario de comercio exterior”.

Beatriz representa a AMLO 

Llegó a Colombia, ayer, Beatriz Gutiérrez Müller, para representar al presidente López Obrador en la toma de protesta de Gustavo Petro como presidente de ese país. Fue el mandatario mexicano quién pidió a su esposa ir al acto, y allá la recibió la canciller colombiana Lucía Ramírez. Que “sea un gran día para el pueblo de Colombia”, escribió en redes sociales.

Va por la Mesa de San Lázaro  

Una rebatinga por la presidencia de la Mesa Directiva se perfila en la Cámara de Diputados. La bancada del PAN, encabezada por Jorge Romero, busca que Morena cumpla los acuerdos para que uno de sus legisladores dirija los trabajos durante el periodo de sesiones que inicia en septiembre próximo. Nos cuentan que su propuesta es Santiago Creel.

Mayer se visualiza 

A todo lo que da está la temporada de destapes. Ahora el actor Sergio Mayer se visualiza como candidato presidencial. “Por supuesto que me visualizo, claro, y lo decreto, lo pienso y sigo trabajando para ello, y el hecho de ser actor no te minimiza”, dijo en un programa de revista. Incluso se comparó con el actor Arnold Schwarzenegger, quien llegó a gobernador de California.

Insultos y huevazos 

Siguen las trifulcas en Morena, una semana después de sus elecciones internas para designar a 3,000 consejeros nacionales. Ayer, en un restaurante de San Luis Potosí, el dirigente local, Sergio Serrano, denunció que su líder nacional, Mario Delgado, impuso a todos los candidatos. En esas andaba cuando un grupo entró con mariachi al lugar y le lanzaron huevos e insultos. (El Heraldo de México, La 2, p. 2)

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